Cultura / Drástica reducción de fondos.
Expertos advierten sobre la necesidad de sumar capital privado para mantener monumentos.
ROMA.- Constantes desprendimientos en el Coliseo, el monumento más visitado y simbólico de la "ciudad eterna", derrumbes en Pompeya, uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo, la Domus Aurea de Nerón cerrada y al borde del colapso en cualquier momento.
La crisis económica que sacude a Italia castiga también a su patrimonio artístico, bajo riesgo por falta de fondos. Según Italia Nostra, asociación italiana para la salvaguardia del patrimonio, en los últimos tres años, hubo una disminución drástica, del orden del 40%, en los recursos que Italia destina a este sector.
"En este momento, el país le destina al Ministerio para los Bienes y las Actividades Culturales tan sólo el 0,19% del PBI, una cifra que nos pone detrás de muchos otros países, como Francia o Alemania", dijo a LA NACION Maria Pia Guermandi, consejera nacional de Italia Nostra.
"Este brutal recorte de fondos afecta especialmente a un país como Italia que tiene un patrimonio artístico extraordinario, que va mucho más allá de los monumentos emblemáticos como el Coliseo: no hay un sólo pueblito de Italia que no tenga algún pequeño tesoro cultural", agregó.
Vista la crisis económica, que implica recortes y más recortes que no perdonan a ningún sector, el debate sobre la necesidad urgente del ingreso de capitales privados para la salvaguardia del patrimonio artístico está a la orden del día. El primero en entender que podría también ser una operación mercantil-publicitaria la idea de convertirse en un "mecenas" fue el dueño de los famosos zapatos Tod's, Diego della Valle. Este firmó el año último un controvertido contrato por el cual donará los 25 millones de euros necesarios para restaurar el Coliseo. Este fue puesto bajo la lupa por la fiscalía de Roma, luego de denuncias de falta de transparencia.
"No se trata de ponerles un veto a las empresas privadas en la gestión de lo cultural, es más, éstas son más que bienvenidas y hay que incentivar su participación ahora más que nunca, pero el Estado debe mantener un rol de coordinador y debe controlar que haya transparencia, algo que no hubo en el caso del Coliseo", indicó Guermandi.
Si bien se habló de "privatización" del también llamado anfiteatro Flavio, esta arqueóloga consideró exagerado usar ese término: "Sin duda, el Coliseo es un monumento que es de propiedad pública... En todo caso es la imagen, la marca del Coliseo manejada por demasiados años por un privado, que significa un retorno comercial enorme, lo que hay que evitar. El Estado debe aprovechar del ingreso de los privados, pero sin malvender el patrimonio".
El gran problema de Italia es que no todos los monumentos que necesitan con urgencia fondos para ser restaurados atraen dinero como el Coliseo. Un monumento que atrae 5 millones de turistas cada año, con picos de 24.000 personas al día en el verano boreal, un número gigantesco, que incluso provoca daños.
"El Coliseo es la gallina de los huevos de oro y no hay problemas para conseguir fondos para hacer trabajos en este monumento, que está sufriendo una presión antrópica enorme debido a la cantidad excesiva de gente que lo visita, por demasiadas horas... El monumento necesita reposo, un respiro", señaló Guermandi.
Aunque para los expertos en el tema, lo más grave es que hay sitios arqueológicos que necesitan con mucha más urgencia que el Coliseo ser restaurados. Es el caso de la Domus Aurea, el famosísimo edificio construido por Nerón en el año 64 después de que un incendio destruyera buena parte de Roma. "Para la Domus Aurea, cerrada desde hace diez años y que en 2010 tuvo un derrumbe desastroso y que representa una emergencia absoluta, no se encuentra dinero privado. Y es uno de los edificios más importantes de la época romana", advirtió.
"Cualquier otro país hubiera invertido millones, porque la Domus Aurea es uno de los monumentos más importantes de la cultura clásica, un punto de referencia de la historia del arte", lamentó. En este sentido, Guermandi opinó que, más allá de la dramática falta de recursos, existe un problema de falta de objetivos culturales aggiornados . "El problema no es sólo económico, es también cultural", concluyó.
Fuente: lanacion.com