Son los catálogos y archivos de muestras que ejemplificaban el ideal estético de Hitler.
MODELOS. RETRATOS DE MUJERES DESNUDAS EN 1939, EN LA CASA DEL ARTE ALEMÁN.
Por Guido Carelli Lynch
Mucho se ha especulado sobre cuál habría sido el destino de
Adolf Hitler y de buena parte de la humanidad si en 1906 el futuro líder
nazi hubiese conseguido entrar a la Academia de Bellas Artes de Viena.
Ese rechazo que lo volcó a la política no alcanzó para ahuyentar su
pasión por el arte. Hitler siguió pintando acuarelas, algunas de las
cuales fueron subastadas en los últimos años e incluso intervenidas por
otros artistas hasta alcanzar precios millonarios. Hitler fue también y
en cierto modo uno de los mecenas más activos del cruel Estado que
forjó.
El dictador compró obras por siete millones de marcos
durante las grandes muestras propagandísticas organizadas en la
denominada “Casa del Arte Alemán” de Munich entre 1937 y 1944. No era
una feria inocente: Hitler pretendía plasmar el ideal estético del
Tercer Reich y del arte contemporáneo de la época. El primer catálogo de
la Casa del Arte Alemán explicitaba que allí se expondrían “las mejores
obras de arte que Alemania tiene para ofrecer”. Otros jerarcas nazis
entendieron el mensaje y aportaron de su fortuna para adquirir obras
(Ver Coleccionistas...). La mayoría, sin embargo, eran ciudadanos
“comunes”. Los catálogos y archivos de la muestra están disponibles
ahora en Internet: www.gdk-research.de .
Durante décadas,
los registros quedaron olvidados en el Instituto Histórico de Munich.
Pocos investigadores habían manifestado interés en las inclinaciones
estéticas de los nazis, antes de que el Instituto Central para la
Historia del Arte y el Museo Histórico de Berlín crearan el GDK
Research. En el sitio (solamente en alemán) hay información sobre las 12.550 obras que allí se expusieron y sobre algunos de los compradores de las aproximadamente 6 mil piezas vendidas.
Luego
de la primera edición, Hitler no quedó conforme con la calidad de las
obras. “El Führer tiene un ataque de rabia”, escribió Goebbels en su
diario privado.
Los 600 mil visitantes que acudieron cada año a
la Casa del Arte Alemán contemplaban bustos y retratos del líder nazi,
iconografía del Tercer Reich, estatuas heroicas del escultor Arno Breker
–un protegido la élite nazi– pero también obras de contenido erótico, muy similares a las que encargaba la burguesía despolitizada del siglo XIX.
El
valor artístico de las muestras fue, en términos históricos, escaso.
Esto se debió fundamentalmente al éxodo masivo de los artistas que
escaparon del nazismo. “La estética era menos uniforme de lo que se
esperaba. Había mucha obra y demasiados artistas”, declararon los
investigadores Christian Fuhrmeister y Stephan Klingen al Spiegel.
Cada
uno de los seis catálogos de tapa roja –ahora disponibles en Internet–
cuentan una historia inédita del nazismo: revelan las verdaderas
aspiraciones de Hitler respecto del arte contemporáneo y lo lejos de la
realidad que quedaron.
COLECCIONISTAS
Adolf Hitler: Adquirió obra por 7 millones de marcos alemanes.
Entre ellas, un busto de Benito Mussolini del escultor Adam Antes. Albert
Speer: El arquitecto oficial compró obra por 900 mil marcos. La más
destacada es “El Imperio de Rübezahl”, el nombre de un duende folclórico
alemán. Joseph Goebbels: El ministro de propaganda compró obra por 1,2 millones. Entre ellas una Venus. Joachim von Ribbentrop: El ministro de relaciones exteriores compró un gran busto de Federico II, rey de Prusia.
Las exposiciones propagandísticas nazis, ahora en Internet.Foto: GDK RESEARCH
BERLIN (ANSA).- Un nuevo archivo virtual,
el GDK Research, ya está disponible en Internet para conocer las
grandes muestras propagandísticas anuales organizadas en la por entonces
llamada Casa del Arte Alemán, de Munich, durante el apogeo del Tercer
Reich.
El sitio www.gdk-research.de
documenta más de 12.000 obras y piezas. La flamante página es el
resultado de un cuidadoso trabajo de cooperación entre investigadores
del Instituto Central para la Historia del Arte y del Museo Histórico de
Berlín.
Además de las obras y los nombres de los artistas, el
archivo en la Web proporciona indicaciones sobre los compradores de las
obras en la muestra, que se pensaba como una gran feria de arte en la
ciudad considerada por Adolf Hitler como "la capital del movimiento"
nazi.Foto: GDK Research
El mayor mecenas del arte alemán en la época nazi fue el
propio Hitler que, según los historiadores, compró obras por siete
millones de marcos del Reich, seguido por Joseph Goebbels, con 1,2
millones de marcos y el arquitecto Albert Speer, con 900.000 marcos.
En las exposiciones que reseña la nueva página en
Internet, que se realizaron entre 1937 y 1944 en la Casa del Arte Alemán
(hoy simplemente llamada Casa del Arte), participaban en promedio cada
año unos 600.000 visitantes.
Se estima que los asistentes a las reuniones
propagandísticas del régimen alemán compraron alrededor de la mitad de
las obras exhibidas.
En el apogeo del nazismo, el edificio de Munich se
consideraba un "templo del arte nazi", rígidamente regulado por el
régimen de Hitler. Sin embargo, la propia construcción es más conocida y
valorada que las muestras que se realizaban en el interior.
DESTINO DESCONOCIDO
Después de dos años de trabajo, los creadores del
proyecto recuperaron 12.550 obras exhibidas en las muestras, de las
cuales sólo se conocía una pequeña parte por medio de reproducciones.
En la actualidad, sólo se conoce el destino de
aproximadamente el diez por ciento de las obras, según el historiador
del arte Ralf Peters, y muchos de los compradores siguen siendo
anónimos. Foto: GDK Research
Los temas del arte nazi, "puro" según sus ideólogos, se
enfocaban sólo en ciertos temas, y en general no es un período bien
recordado en Alemania.
Pero más que abiertamente ideológico, aseguran algunos
historiadores, era particularmente escapista. "Mujeres desnudas, más
desnudos y ocasionalmente un soldado muerto", fue la síntesis del
período que realizó la historiadora del arte Iris Lauterbach.
A su alto costo de fabricación se suman las denuncias por “ruidos molestos”.
IGLESIA SANTA FELICITAS. Y SU CAMPANARIO, UN CLASICO DE BUENOS AIRES.
Por Sergio Rubin
Llamaban sobriamente a los oficios religiosos o marcaban el
rezo del Angelus. Acompañaban con un lacónico y espaciado toque un
funeral. O estallaban en un repiquetear para unirse a una fiesta
religiosa o cívica de la comunidad. Las campanas de las iglesias fueron
durante siglos un símbolo característico de los templos católicos. Pero
las quejas de vecinos por “ruidos molestos” y la construcción de grandes
edificios al lado de los campanarios van llevando a que cada vez suenen
menos en todas partes.
La Argentina no escapa a esta tendencia. Más aún: aquí el futuro de las campanas está más comprometido debido al creciente costo de su fabricación, producto del sostenido aumento de los metales con que se hacen
(bronce, cobre, estaño), lo que retrae los pedidos. Pruebas al canto:
Bellini Hermanos, la única fábrica de campanas de Sudamérica, ubicada en
la localidad santafesina de San Carlos Centro, redujo su producción
anual en la última década a la cuarta parte: pasó de 40 campanas a 10.
El
tema cobró actualidad en el país esta semana a raíz de que una jueza de
Faltas le aplicó una multa de 177 pesos a una capilla de Santa Rosa,
tras una presentación de un grupo de vecinos, molestos por el ruido de
sus campanas. Si bien no ordenó su silenciamiento, la jueza dispuso que
el sacerdote debía acotar el tiempo del repiqueteo y bajar los
decibeles. Además, le advirtió que, si no cumplía, la campana –que
venían sonando tres veces al día (a las 8, 12 y 19) durante ocho
minutos– sería decomisada.
“No conozco los detalles del caso de la
capilla de Santa Rosa, pero cada vez hay más quejas de vecinos por las
campanas de las iglesias y en muchos casos observo que ello es producto
de la falta de tolerancia”, dice a Clarín Juan Bellini, uno de
los dueños de la fábrica de campanas, fundada en 1892. Agrega que “en
una ciudad hay muchos otros sonidos fuertes, como el de los colectivos,
pero se las agarran con las campanas”. Y completa: “Parecería haber en
algunos una cierta inquina hacia la Iglesia católica”.
Pero en el
caso de Santa Rosa, el padre Alejandro, a cargo de la capilla multada,
fue mucho más duro. Acusó de “satanistas” a los que motorizaron la
denuncia. Con todo, las autoridades eclesiásticas –en general– buscan
armonizar con los vecinos que se quejan. Por caso, ya a principios de
los ’70 el entonces arzobispo coadjutor de Buenos Aires, cardenal Juan
Carlos Aramburu, difundió orientaciones sobre el funcionamiento de las
campanas de las iglesias porteñas que lo limitaban.
Hay ciudades en el mundo que tomaron decisiones drásticas en este tema.
En París, por ejemplo, está prohibido que suenen las campanas. Sólo se permiten las de la célebre iglesia de Notre Dame.
Y una vez al año: en Navidad. ¿Estaremos oyendo los últimos repiqueteos de las campanas que anuncian su propia muerte?
EL CASO DE LA PAMPA
La semana pasada, la capilla de la iglesia de Fátima, de Santa
Rosa La Pampa, fue multada por la duración y los decibeles de sus
campanadas.
La jueza Alicia Corral le aplicó una multa de 177
pesos y advirtió que cesen los ruidos molestos, o de lo contrario la
campana sería decomisada.
Alejandro, el cura de la capilla, dijo que detrás de la denuncia hay un grupo de vecinos “satanistas”. Fuente: clarin.com
Un
canal subterráneo de drenaje, construcciones superpuestas y fragmentos
de litoesculturas han sido hallados en el complejo arqueológico.
Entre pasillos
El
hallazgo de un canal subterráneo de drenaje, construcciones
superpuestas y fragmentos de litoesculturas han sido hallados en el
complejo arqueológico Chavín de Huántar, en la región norandina de Perú,
que aportan nuevas luces sobre los misterios de esa cultura preincaica.
Chavín,
uno de los monumentos más importantes de Perú, tuvo su auge entre los
años 900 y 200 antes de nuestra y es considerado Patrimonio Cultural de
la Humanidad por la UNESCO desde 1985.
Se ubica a una altura de
3.200 metros sobre el nivel del mar, en el flanco oriental de la
Cordillera Blanca, en la zona denominada Callejón de Conchucos, en el
departamento de Ancash, a unos 460 km al noreste de Lima.
Uno de
los descubrimientos más importantes es lo que constituye "el más moderno
sistema de drenaje del mundo antiguo", dijo el arqueólogo Luis
Lumbreras, director del proyecto, quien visitó el lugar entre el jueves y
el viernes.
"Se trata de un canal colector de las aguas recibidas
de todos los edificios que conforman la ciudadela Chavín de Huántar,
conduciéndolas hacia el cercano río Mosna; es parte de un original
sistema hidráulico de gran eficiencia", subrayó Lumbreras, ex director
del Instituto Nacional de Cultura.
La limpieza y habilitación del canal es vital para la conservación de todo el monumento arqueológico, subrayó Lumbreras.
El
arqueólogo estadounidense John Rick, estudioso de Chavín y profesor de
la Universidad de Stanford en Estados Unidos, destacó la importancia de
los hallazgos y aseveró que conforme avancen los trabajos de exploración
"Chavín va a ser más cada vez más inmportante, motivo por el cual
llegarán más turistas a la zona".
Los trabajos de un equipo de
arqueólogos dirigidos por Lumbreras y Rick han puesto en evidencia la
fachada original y la habilitación de una plaza circular, la más
importante del sitio arqueológico.
Lumbreras explicó que a primera
vista se ven "un conjunto de montículos, pero en realidad son edificios
que se están comenzando a descubrir" y que se ubican en los alrededores
de la plaza circular.
Las excavaciones, que se iniciaron en mayo,
"pusieron al descubierto una plataforma ubicada frente al edificio
mayor, así como un cementerio y fragmentos de litoesculturas que eran de
los paramentos ornamentales", según la explicación de Lumbreras.
Además
se encontraron "una serie muy importante de contextos rituales Chavín,
que permiten hacer inferencias nuevas en la vida ceremonial realizada en
aquellos tiempos".
Investigaciones arqueológicas señalan que
Chavín de Huántar era un centro mágico-religioso construido
aproximadamente en el año 327 AC, compuesto de muros de piedra y
estructuras piramidales, adornados por "cabezas clavas", a la manera de
una especie de centinelas enclavadas en las murallas de la construcción.
Posee
además una compleja red de caminos y galerías interiores de piedra
únicamente iluminados por haces de luz que penetran a través de ductos
estratégicamente dispuestos.
Imponente.
Explicaciones de un experto.
Panorama del complejo.
En el canal de drenaje.
Diseños en piedra.
Figura antropomórfica.
Las Falconidas.
Lanzón monolítico.
Imágenes en el muro.
Contemplando.
Recorrido por el complejo.
Atractivo turístico.
Director del Proyecto de Investigación y Conservación.
“VASO Y CANTARO”. ESTE ES UNO DE LOS CUADROS DE PICASSO ROBADOS EN UN CENTRO CULTURAL SUIZO. ES DE 1944.
Por Leo González Pérez
Envueltas en un misterio similar al que rodeó su desaparición
hace más de tres años en Suiza, ayer reaparecieron en Belgrado, dos
valiosas obras del artista español Pablo Picasso. Se trata de las pinturas al óleo Tête de cheval (Cabeza de Caballo, obra de 1962) y Verre et pichet
(Vaso y Cántaro, de 1944), ambas propiedad del Museo Sprengel, de
Hanover, Alemania, que habían sido robadas en febrero de 2008 de un
centro cultural de Pfaffikon (cantón suizo de Schwyz cercano a Zurich). Las
obras, valuadas en más de cuatro millones de dólares, fueron
encontradas ayer en algún lugar no precisado de la capital de Serbia.
Así lo informó el ministro del interior de ese país, Ivica Dacic, quien
no dio detalles sobre las circunstancias en que se hallaron las pinturas
ni sobre quiénes las tenían. Por su parte, el jefe de la policía
serbia, Milorad Veljovic, dijo que las autoridades aún investigan quién
llevó las pinturas a Serbia y adónde permanecieron escondidas. Así
como hoy se sabe poco sobre la reaparición de las obras, también su
desaparición estuvo envuelta en interrogantes. Pasadas las siete de la
tarde del miércoles 6 de febrero de 2008, la alarma del centro cultural
de Pfaffikon comenzó a sonar. Inmediatamente dos agentes de seguridad
recorrieron el lugar y descubrieron que faltaban los cuadros. De los
ladrones nada se supo, salvo que se habrían estado escondidos en el
lugar y que habrían activado la alarma al escapar. Los robos de
obras de Pablo Picasso no son una rareza. El artista malagueño tiene el
raro privilegio de encabezar –con mucha ventaja sobre el resto– la lista
de artistas cuyas obras han sido más robadas. Unos 700 de sus trabajos fueron sustraídos a sus dueños. Enrique
Vaccaro, director de la Licenciatura en Peritaje y Valuación de Obras
de Arte de la Universidad del Museo Social Argentino, le explicó a Clarín
que es de esperar que estos números dejen de crecer, ya que hoy
Interpol lleva un registro internacional de obras robadas, lo que
dificulta mucho el funcionamiento del mercado ilegal.
LOS ÚLTIMOS ROBOS
- El 21 de octubre pasado desapareció de un museo de Colombia un dibujo de Picasso valuado en 63 mil dólares.
- El
20 de mayo de 2010 robaron el óleo “El pichón con arvejas”, valuado en
30 millones de dólares, del Museo de Arte Moderno de París.
- En 2009, un cuaderno de bocetos, valorado en 3 millones de dólares, fue robado del Museo Picasso de París.
FEDERICO PERALTA RAMOS. FOTOGRAFIADO POR EDUARDO GROSSMAN, 1981.
Por Mercedes Pérez Bergliaffa, ESPECIAL PARA CLARIN
Desde hoy se podrá ver en el Palais de Glace la feria de
fotografía de Buenos Aires, BA Photo. Cita impostergable para los
amantes del arte contemporáneo, “BA Photo se propone, este año,
consolidar el mercado de la fotografía a nivel local ”, explica Gastón
Deleau, director de la feria. “Imagínense: hace siete años, cuando
empezamos, nadie creía que esto iba a funcionar. Ahora hasta tenemos una
hermana menor en Lima, la feria de fotos que organizamos allá, que ya
va por su segunda edición.” Esto fue ayer por la tarde en el Palais de
Glace, cuando se realizó la inauguración-vip de la feria, reservada a un
número selecto de coleccionistas, galeristas, curadores y críticos. Por
los pasillos circulares del Palais, se veía a los representantes del
próximo Museo de la Fotografía de Lima que se inaugurará en Agosto de
2012. Su curador, el joven Gonzalo Olmos, recorrió stand por stand de la
feria junto al comité asesor del museo. Finalmente decidieron comprar
tres obras que pasarán a integrar su colección permanente: una de Luis
González Palma, otra de Marcelo Brodsky y la tercera, de Martín Weber.
A
la misma hora podía verse al dueño del MALBA, Eduardo Costantini por
los pasillos, quien recibió una donación de American Express para
comprar obras por U$S 20 mil. Se llevó obra de Flavia Da Rin, de Pepe
Sánchez y de Santiago Porter. La empresa Chandon compró una fotografía
de Dino Bruzzone, el MAMBA una de Jacques Bedel, Art Phone una foto de
Diego Ortíz Mugica, Rabobank una obra de Pablo Tapia y la empresa Hope
Funds una muy interesante serie de Carolina Magnin, que se sorteará
entre el público asistente a la feria. También se entregaron los premios
del Concurso Abierto de Fotografía, que ganaron Felicitas Ruiz Guiñazú y
Marisa Andrea Bonzón. La máxima tensión se produjo durante el anuncio
del Premio de fotografía Petrobrás, ganado por el reconocido Eduardo
Gil, mientras que Nacho Iasparra sacó el segundo premio.
Agenda
Cuándo: hasta el 30 de octubre, de 13 a 21. Dónde: en el Palais de Glace, Posadas 1725. Entradas: general, $ 30 . Estudiantes con identificación y jubilados $ 15. Más información en: www.buenosairesphoto.com
NUEVA YORK (AFP).- La Estatua de la Libertad, imagen de Nueva York y
del "sueño americano" para millones de inmigrantes, festejará mañana 125
años, antes de cerrar durante doce meses por trabajos de mantenimiento.
El monumento denominado La libertad iluminando el mundo fue ofrecido
por Francia en señal de amistad para celebrar, con 10 años de retraso,
el centenario de la declaración de la independencia. Se inauguró el 28
de octubre de 1886 en presencia del presidente de Estados Unidos, Grover
Cleveland. Durante años, la estatua, obra del escultor francés
Auguste Bartholdi, fue la primera imagen que tenían los inmigrantes que
llegaban en barco tras la larga travesía. Mañana, 125 inmigrantes
procedentes de más de 40 países serán naturalizados estadounidenses en
Liberty Island, la isla donde se erige la estatua, en la desembocadura
del río Hudson, al sur de Manhattan. Una pequeña flotilla se acercará a
saludar a la estatua, antes del lanzamiento de fuegos artificiales.
El obsequio fue mucho más costoso de lo calculado y, como si fuera poco,
quien lo recibió, el pueblo norteamericano, debió aportar una buena
suma. Tras un llamado del editor Joseph Pulitzer se lograron reunir
102.000 dólares. Un 80% de dicha suma se recolectó a través de
donaciones de no más de un dólar.
Es de 1912, hace 10 años restauraron la fachada y en su interior funciona un “bed and breakfast”.
UN EDIFICIO CENTENARIO QUE SE ADAPTÓ A LOS TIEMPOS MODERNOS.
Por Silvia Gómez
A diferencia de muchos otros edificios firmados por Virginio Colombo, la “Casa de los Pavos Reales” –en Rivadavia 3216/22/36– resistió la degradación del paso del tiempo y se transformó en un ícono de la arquitectura eclecticista. Más de diez años atrás sus vecinos emprendieron una lucha para salvar
su fastuosa fachada y también su interior. Lograron que fuera
catalogada como una obra patrimonial con “protección estructural” y
luego lograron restaurarla para devolverle el brillo que le otorgó su
creador, allá por 1912. Además, en su interior aloja un pequeño bed and breakfast , de sólo dos habitaciones, y considerado como uno de los mejores del rubro por una web de viajeros.
La
“Casa de los Pavos Reales” fue el más alto de su entorno en Balvanera. Y
posee una de las fachadas más profusas de la Ciudad: cuatro pares de pavos reales
enmarcan los balcones de granito rojo del primer piso y otros tantos
leones sostienen los balcones del segundo. Y los mosaicos, al estilo de
muchos palacios venecianos, se destacan en diferentes lugares del
frente. Lo mismo sucede con los motivos ornamentales, combinados con el
ladrillo a la vista que le confiere un aspecto único a la fisonomía del
edificio. Incluso en algunas otras obras, de menor envergadura, el
italiano repitió este estilo, casi su sello distintivo. Algunos piensan
que Colombo plasmó en la fachada simbología asociada con la masonería,
una orden a la que habría pertenecido. Un dato que nunca se pudo
confirmar.
Y en su interior, uno de los departamentos es un bed and breakfast
; considerado, además, como el mejor de Buenos Aires. En Tripadvisor,
una guía on-line donde los viajeros califican alojamientos, lo estiman
como el número dos entre otros 184 hostales y bed and breakfast. El
propietario es Kevin Dwyer: “Buenos Aires es una ciudad hermosa y además
tranquila. Culturalmente activa, con mil cosas para hacer, todo el
tiempo. Los porteños se quejan, pero no saben lo que es vivir en una
ciudad caótica”, asegura Dwyer, que no sólo se enamoró de un porteño,
también de la Ciudad, y rápidamente olvidó Nueva York.
FRENTE. POR INICIATIVA DE LOS VECINOS, RECUPERO EL BRILLO TAMBIEN EN LOS
BALCONES, EN LOS QUE SE VEN LAS ESCULTURAS QUE LE DAN SU NOMBRE.
Cuando conoció el
departamento supo que aquí podría concretar su sueño. Lo compró y en
2005 inauguró “El edificio de los Pavos Reales”, un bed and breakfast
de sólo dos habitaciones; y con trato personalizado garantizado.
“Por
haber viajado mucho, creo que sé lo que muchos turistas quieren. Y me
parece que el lugar se vende solo, el encanto de este edificio es
increíble”, opina Kevin, ex actor nacido en San Francisco.
A
diferencia de otros arquitectos de la época, Colombo construía con
materiales nativos y artesanos locales. Y la mayoría de sus casas eran encargadas por familias italianas prósperas. En la planta baja tenían locales, depósitos o pequeñas industrias y en las plantas superiores departamentos para alquilar.
La
obra de Colombo fue prolífica. Nació en Milán (Italia) en 1885, llegó a
Buenos Aires en 1906 y murió 21 años después. En ese tiempo construyó unas 50 residencias y edificios, entre ellos el único vestigio de los festejos por el Centenario de la
Patria, el Pabellón de Servicios Postales, y el edificio de la Societa
Unione Operai Italiani, en la calle Sarmiento, hoy en ruinas. La mayor
parte de su obra se gestó en los barrios, donde la construcción de
torres avanza sobre parte del patrimonio histórico.