UN EDIFICIO CENTENARIO
QUE SE ADAPTÓ A LOS TIEMPOS MODERNOS


Es de 1912, hace 10 años restauraron la fachada y en su interior funciona un “bed and breakfast”.

UN EDIFICIO CENTENARIO QUE SE ADAPTÓ A LOS TIEMPOS MODERNOS.

Por Silvia Gómez
A diferencia de muchos otros edificios firmados por Virginio Colombo, la “Casa de los Pavos Reales” –en Rivadavia 3216/22/36– resistió la degradación del paso del tiempo y se transformó en un ícono de la arquitectura eclecticista. Más de diez años atrás sus vecinos emprendieron una lucha para salvar su fastuosa fachada y también su interior. Lograron que fuera catalogada como una obra patrimonial con “protección estructural” y luego lograron restaurarla para devolverle el brillo que le otorgó su creador, allá por 1912. Además, en su interior aloja un pequeño bed and breakfast , de sólo dos habitaciones, y considerado como uno de los mejores del rubro por una web de viajeros.
La “Casa de los Pavos Reales” fue el más alto de su entorno en Balvanera. Y posee una de las fachadas más profusas de la Ciudad: cuatro pares de pavos reales enmarcan los balcones de granito rojo del primer piso y otros tantos leones sostienen los balcones del segundo. Y los mosaicos, al estilo de muchos palacios venecianos, se destacan en diferentes lugares del frente. Lo mismo sucede con los motivos ornamentales, combinados con el ladrillo a la vista que le confiere un aspecto único a la fisonomía del edificio. Incluso en algunas otras obras, de menor envergadura, el italiano repitió este estilo, casi su sello distintivo. Algunos piensan que Colombo plasmó en la fachada simbología asociada con la masonería, una orden a la que habría pertenecido. Un dato que nunca se pudo confirmar.
Y en su interior, uno de los departamentos es un bed and breakfast ; considerado, además, como el mejor de Buenos Aires. En Tripadvisor, una guía on-line donde los viajeros califican alojamientos, lo estiman como el número dos entre otros 184 hostales y bed and breakfast. El propietario es Kevin Dwyer: “Buenos Aires es una ciudad hermosa y además tranquila. Culturalmente activa, con mil cosas para hacer, todo el tiempo. Los porteños se quejan, pero no saben lo que es vivir en una ciudad caótica”, asegura Dwyer, que no sólo se enamoró de un porteño, también de la Ciudad, y rápidamente olvidó Nueva York. 

FRENTE. POR INICIATIVA DE LOS VECINOS, RECUPERO EL BRILLO TAMBIEN EN LOS BALCONES, EN LOS QUE SE VEN LAS ESCULTURAS QUE LE DAN SU NOMBRE.

Cuando conoció el departamento supo que aquí podría concretar su sueño. Lo compró y en 2005 inauguró “El edificio de los Pavos Reales”, un bed and breakfast de sólo dos habitaciones; y con trato personalizado garantizado. 
“Por haber viajado mucho, creo que sé lo que muchos turistas quieren. Y me parece que el lugar se vende solo, el encanto de este edificio es increíble”, opina Kevin, ex actor nacido en San Francisco.
A diferencia de otros arquitectos de la época, Colombo construía con materiales nativos y artesanos locales. Y la mayoría de sus casas eran encargadas por familias italianas prósperas. En la planta baja tenían locales, depósitos o pequeñas industrias y en las plantas superiores departamentos para alquilar.
La obra de Colombo fue prolífica. Nació en Milán (Italia) en 1885, llegó a Buenos Aires en 1906 y murió 21 años después. En ese tiempo construyó unas 50 residencias y edificios, entre ellos el único vestigio de los festejos por el Centenario de la Patria, el Pabellón de Servicios Postales, y el edificio de la Societa Unione Operai Italiani, en la calle Sarmiento, hoy en ruinas. La mayor parte de su obra se gestó en los barrios, donde la construcción de torres avanza sobre parte del patrimonio histórico.

Fuente: clarin.com

"ESTE GRAN ARCHIVO ES MI MIRADA,
Y COMPLEMENTA LA MIRADA DE LOS OTROS."

Habla de sus más de dos millones de negativos. 
El fotógrafo es el invitado de honor de la Feria Pinta NY.
Aldo Sessa

Por Susana Reinoso

Hoy, Aldo Sessa no será invitado sino anfitrión. En Buenos Aires Photo, que inaugura esta tarde en el Palais de Glace, presentará oficialmente su galería de arte fotográfico, Sessa Photo Gallery, ubicada en el Pasaje Bollini entre las calles Peña y Pacheco de Melo, en Recoleta. El espacio de arte fotográfico se ubica en un histórico edificio que fue un antiguo corralón de carretas.
Sessa trabaja a toda marcha para su inminente presentación en Pinta Nueva York, donde será artista invitado de honor. En Manhattan, el mes próximo, exhibirá entre 20 y 30 imágenes propias de gran porte, cuyos temas van de los personajes porteños al tango, pasando por la arquitectura de Buenos Aires, los artistas, las vistas de la ciudad, las escenas urbanas, entre otras. Una serie similar en cantidad y enfoques tendrá la presentación en sociedad de su galería hoy. Sessa es un enamorado de las “postales” del sur de la ciudad, con los paisajes ribereños de La Boca y Barracas, las históricas esquinas de San Telmo, Su esposa Teresita y su hijo Luis Sessa han tomado las riendas de lo que constituye el tesoro de la galería: un acervo de 2,3 millones de negativos en parte ya digitalizado, con el que la galería hará cada tres meses exposiciones temporarias.
En el estudio, pegado a la galería, el fotógrafo aún recuerda los nombres de quienes posaron delante de sus “máquinas”: los ex presidentes Arturo Frondizi y Raúl Alfonsín, los artistas Sandro, Mercedes Sosa, Susana Giménez y Charly García y Enrique Cadícamo, entre otros. Y también del exterior: Antonio Banderas, Carlos Saura, Bruce Weber (cineasta y fotógrafo de celebridades) o el inolvidable Irvin Kerschner ( La guerra de las galaxias ).
En diálogo con Clarín, Aldo Sessa resume así sus 53 años de pasión fotográfica: “Todo este archivo es, humildemente, un tesoro para mí. No tuve esta sensación hasta que pasó el tiempo y supe que fui afortunado por hacer todas esas fotos. Nunca tuve un punto de vista excluyente. Es mi mirada, que complementa la mirada de otros. Nadie tiene el don de la ubicuidad”.
El fotógrafo argentino tiene presente cuál fue la primera imagen que tomó: “Fue a los 17 años, era una señora de espaldas, con sombrero en Punta del Este. La hice con la cámara que me prestó un amigo. El negativo está intacto”.
En el espacio de 110 metros cuadrados se ubica también parte de la notable colección de cámaras fotográficas de Sessa, capaces de dejar boquiabierto al visitante. Son dispositivos de 1850 a la actualidad, con una perla extranjera: una cámara oscura de 1820. Cuenta Sessa que comenzó a comprar esas “máquinas porque son un patrimonio nuestro, de la Argentina. Lo hice antes que fueran a colecciones del exterior”.
Hay miradas en perspectiva sobre la vida. Ni qué decir la de Aldo Sessa con los retratos, por ejemplo, que incluyen animales. “Tengo con ellos una gran sincronía”, dice este artista, que ha trabajado con Borges, Silvina y Victoria Ocampo, Manuel Mujica Láinez, y atesora una gran colección de fotografías de escritores.
“Fue con Silvina con quien aprendí a conocer el mundo de los árboles. Así surgió un libro: Arboles de Buenos Aires, con poemas de Silvina Ocampo y fotos mías. Creo que la imagen y el texto literario componen una simbiosis perfecta. Son dos ángulos, dos formas de mirar que se enriquecen y se complementan”.
Su archivo personal, además de imágenes históricas de verdaderos pioneros de la imagen en la Argentina como fueron Cristiano Junior, Witcomb y Gonnet, entre otros, tiene 350 daguerrotipos y ambrotipos. Joyas de los inicios de un oficio que hoy es un arte con espacio propio en el mundo.



Fuente: clarin.com

BAREMBOIM FUE PREMIADO
POR SU APORTE A LA INTEGRACIÓN





El músico argentino Daniel Barenboim recibió el Premio Internacional Willy Brandt, concedido por el Partido Socialdemócrata alemán. Fue por su trabajo al frente de la orquesta West-Eastern Divan, integrada por músicos árabes e israelíes, con el que demostró que es posible realizar proyectos conjuntos a pesar de tener filosofías de vida diferentes. Al dar su discurso en Berlín, junto a la imponente escultura de Brandt, Premio Nobel de la Paz, Barenboim instó a los europeos a exigir al Gobierno israelí una actitud conciliadora en relación al conflicto con Palestina.

Fuente: clarin.com

    DE RAFAEL A MIGUEL ÁNGEL, EN ROMA


    Exposición renacentista
    Una gran muestra de arte sobre el Renacimiento romano, con 180 obras que van desde Rafael hasta Miguel Angel, como La Piedad con dos ángeles (foto), abrió ayer en el Palazzo Sciarra, de Roma. Los curadores Maria Grazia Bernardini y Marco Bussagli trabajaron durante dos años para seleccionar las obras.

    Fuente: lanacion.com

    SUPERAMOS LAS 190.000 VISITAS
    A NUESTRO BLOG
    DESDE TODAS PARTES DEL MUNDO


      Emilio Pettoruti, 1917

    En el día de hoy, 25 de octubre de 2011, hemos superado las 190.000 visitas a nuestro blog desde todas partes del Mundo.
    Saludamos con ese motivo a todos quienes nos visitan y les agradecemos que nos lean y consulten.
    Su fidelidad nos estimula, obliga y compromete a seguir cada día tratando de superarnos, consiguiendo más y mejor material - textos e imágenes - y a cuidar de manera muy especial la parte visual de nuestro blog.

    Pedro L. Baliña........................
    www.puesta-en-valor.com................

    UN SÍMBOLO INGLÉS
    QUE SOBREVIVE EN PALERMO


    FACHADA. EN LA ESQUINA DE CABELLO Y REPUBLICA ARABE SIRIA.

    Por Eduardo Parise 

    En la Ciudad, y en especial en Palermo, se lo llama “La Colorada”. Y aunque podría ser el apodo de alguna bailarina que dejara su huella en locales como Lo de Hansen, El Tambito o el Café La Paloma, la denominación no involucra a ninguna “elegante papirusa”, sino que alude a un edificio centenario, cuyos ladrillos a la vista aún hacen que se destaque en una zona donde las modernas torres cambiaron y siguen cambiando el paisaje.
    Construido íntegramente con materiales llegados desde Inglaterra (de paso le servían como lastre a los barcos cerealeros que después llevaban mercadería hacia Europa), el edificio fue pensado por el ingeniero y arquitecto Regis Pigeon, quien le otorgó el sello distintivo del estilo que se conoce como neoclásico inglés: la presencia del ladrillo sin ninguna cubierta. Ese estilo fue muy usado en Gran Bretaña entre 1840 y 1915 y muchas veces se lo vincula con construcciones de la denominada revolución industrial.
    “La Colorada” se construyó en 1911 en lo que hoy es el cruce de Cabello y República Arabe Siria. Tiene planta baja, cuatro pisos y sótanos y, a cada lado de la ochava en la que está, ocupa unos 30 metros, lo que le otorga una vista monumental por sus simetrías. Pero del edificio no sólo se destaca lo que se puede ver: lo original (al menos para esos tiempos y en Buenos Aires) es que en su diseño y construcción se usó una estructura formada por vigas de hierro cuyo fin era sostener a la carga de la obra. Y así sigue.
    Los departamentos del llamativo edificio siempre tuvieron el mismo destino: ser usados como viviendas. Y los primeros en habitarlos fueron los directores y gerentes de los ferrocarriles que, por entonces, pertenecían a empresas inglesas. Pero lo más curioso era el uso que se le daba a los sótanos: eran dependencias destinadas a albergar al personal doméstico, algo que generó polémicas y discusiones porque se decía que era un área no adecuada para que viviera gente. Después de algunas décadas, todo el edificio pasó a propiedad de la familia Mitre (por eso durante un tiempo se lo conoció como “Palacio Mitre”) hasta que en la década de 1950 decidieron subdividirlo y venderlo.
    Dentro de “La Colorada” hay elementos para destacar, como la gran escalera de mármol que rodea al ascensor principal, los techos realizados con el método de bovedilla (ladrillos entrelazados en dinteles de hierro) y una gran claraboya central que permite inundar de luz todo el interior. Por su calidad y su valor histórico, desde 1990 la edificación fue incluida dentro de la categoría de protegido que le otorga el Código de Planeamiento Urbano de la Ciudad.
    Lamentablemente no hubo protección para otro edificio histórico que supo estar en esa zona. Era lo que se conoció como El Parque Romano, que estaba en la avenida Las Heras, entre Malabia (la actual República Arabe Siria) y Lafinur. El club era un lugar de baile donde actuaban varios de los grandes artistas populares, como la orquesta de Aníbal Troilo o la Orquesta Característica Anconetani (la de los famosos acordeones). También había duros combates de boxeo donde se presentaron figuras como Justo Suárez, “el torito de Mataderos”. Y alguna vez al club lo frecuentó un morocho llamado Carlos Gardel. Durante 1954, aquellas instalaciones fueron compradas por el Club Comunicaciones, hasta que le llegó la demolición. Allí ahora hay unas torres y un supermercado. Pero esa es otra historia.

    Fuente: clarín.com

    LAS MUJERES DE LA CORTE DE MILÁN
    TAMBIÉN CAUTIVABAN A LEONARDO


    Da Vinci, que habría sido homosexual, también se fascinaba con las mujeres, según este crítico británico.

    GINEVRA DE’BENCI. EL RETRATO ROMPIO CONVENCIONES PATRIARCALES.

    Por Jonathan Jones, THE GUARDIAN Y CLARIN
    Hay algo muy obvio y descarnado en el retrato de Leonardo da Vinci de Cecilia Gallerani. La amante de dieciséis años del regente de Milán, Ludovico Sforza, acaricia un armiño. La criatura es blanca, suave y de rasgos angulares. Los académicos hablan de él como alegoría de la pureza. En mi opinión, tiene connotaciones fálicas, y el hecho de que ella la controle sugiere que controlaba a Sforza.
    La Cecilia de Leonardo tiene hombros pequeños y redondeados, garganta pálida adornada con un collar negro, rostro alargado y una nariz soberbia. Mira a alguien que está a un costado, tal vez a su amante. Se percibe que no sólo Sforza adora a Cecilia. Parece que también al pintor le gustaría dormir con ella.
    Este estudio será la gran maravilla de la exposición Leonardo, pintor de la corte de Milán en la British National Gallery, que se inaugura el mes próximo. Su llegada, desde Cracovia, nos presentará a otro Leonardo: el que amaba a las mujeres.
    Que a Leonardo pudiera atraerle una mujer es una sorpresa. Desde el Renacimiento, los testigos indicaron que le gustaba rodearse de bellos jóvenes. Su homosexualidad ha sido un secreto a voces. En su juventud se lo acusó de sodomía, si bien nunca se lo procesó. Sin embargo, Leonardo, según lo confirman el relato de Vasari de su vida y los cuadernos del propio artista, vivió de manera abierta con una serie de jóvenes que encabezó Salai, el aprendiz a quien le dejó la Mona Lisa.
    En 1910, Sigmund Freud publicó un estudio psicoanalítico en el que sostenía que Leonardo era homosexual pero célibe y que sublimaba su erotismo por medio de una infinita investigación. Freud se basaba en un frío dibujo de una relación heterosexual que figuraba entre las notas de Leonardo. También es cierto que dibujó muchos estudios detallados del esfínter anal. Al morir, le dejó algunos trabajos a Salai, mientras que su último compañero, Francesco Melzi, heredó sus cuadernos.

    CECILIA GALLERANI. PARA EL CRÍTICO JONES EL ANIMAL REPRESENTA UN FALO.

    Esa visión es acertada, pero no completa. El pintor tuvo también apasionadas relaciones con mujeres, al menos en las telas. No era sólo que le gustaba pintar mujeres (de los cinco retratos que sobreviven, cuatro son de mujeres y el quinto es un joven músico). Tiene más que ver con la forma de representarlas: las mostraba como seres humanos completos. Mientras que los artistas del Renacimiento anteriores, cuando dirigían su atención hacia las mujeres parecían sólo obsesionados con la belleza externa.
    Mientras combatía las acusaciones de sodomía en Florencia, Leonardo, de veintiséis años, pintó un retrato de una joven que rompió con las convenciones patriarcales de su ciudad natal. Su Ginevra de’Benci se vuelve para mirarnos, sus ojos serios se encuentran con los del espectador. Pertenecía a una acaudalada familia florentina, pero Leonardo la vistió para concentrarse en el rostro de la mujer. Da Vinci declaraba que además de ser bella, tenía “virtud”. Enmarcada por un arbusto espinoso de enebro, su rostro joven y seguro parece expandirse y llenarnos la mente. Llaman la atención sus rasgos refinados pero adolescentes, y la fuerza de sus ojos.
    Leonardo se trasladó a Milán en la década de 1480 y empezó a trabajar para Sforza como ingeniero, escultor y pintor. Pintó a las damas de la corte con el mismo sentido de fuerza interior que dio a Ginevra.
    La Belle Ferronnière (tal vez otra de las amantes de Sforza) mira por encima de un parapeto con aire misterioso. Las pocas mujeres ricas e independientes de Italia admiraban a Leonardo y aspiraban a ser sus mecenas. Los retratos de Leonardo son halagadores, y sobre todo la Mona Lisa, la esposa del comerciante florentino a la que arranca una sonrisa hipnótica. Sin embargo, al mismo tiempo, creó uno de los desnudos femeninos más provocadores del Renacimiento: hoy conocemos Leda y el cisne, de Leonardo, sólo a través de copias y bocetos, pero muestran que en las dos versiones que hizo -una de pie, otra agachada-, el objetivo era escandalizar.
    Los artistas renacentistas anteriores eran muy pacatos en lo que respecta a sus desnudos femeninos. Pero la Leda de Leonardo, aproximadamente de 1504, tiene un cuerpo bien delineado y posa de forma sexy.
    La propia sexualidad de Leonardo parece trascender el género. En su Virgen de las Rocas hay un ángel cuyo género es imposible de determinar. Ningún otro artista renacentista se preocupó tanto por la androginia.
    Hablemos del recuerdo de infancia de Leonardo que fascinaba a Freud: un ave de rapiña descendía sobre su cuna, le ponía las plumas de la cola en la boca y las movía. ¿Acaso el temblor de esas plumas sigue presente en sus pinturas como un infinito aletear del deseo?.

    Traducción de Joaquín Ibarburu.

    Fuente: clarín.com