ENEAS WILDER EXPONE EN YORKSHIRE
OTRA INSTALACIÓN GIGANTE




Un espacio cerrado, aparentemente seguro, pero inestable y susceptible de derrumbarse. Así es la gigantesca instalación diseñada por Eneas Wilder para el Parque de Esculturas de Yorkshire, donde se expone hasta noviembre. Después, el artista escocés se propone derribarla para expresar su rechazo a las leyes del mercado. Con las piezas de madera construirá en otro lugar una obra diferente. Foto Jonty Wilde

Fuente: noticiasarteseleccion.com

LA TERNURA Y EL HUMOR DE SEGUÍ,
EN UNA MUESTRA DE GRABADOS

 
 
El artista donó 122 grabados al MAMBA. 
Aquí explica por qué no piensa volver de París, donde vive.


SILUETAS. SEGUI MUESTRA SITUACIONES O SUGIERE HISTORIAS CON TRAZOS SIMPLES Y FIGURAS LIGERAS.

Por Mercedes Pérez Bergliaffa

El no viajó a Buenos Aires pero sus obras sí. Son ciento veintidós grabados que el gran artista argentino Antonio Seguí donó recientemente al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA). Y es allí donde se están exponiendo ahora, en el marco de la exhibición Antonio Seguí. Grabados 1996-2001.
Como el pintor no pudo asistir, relató vía telefónica a Clarín, desde París –ciudad donde vive ya hace más de cuarenta años– el por qué de la donación.
“La razón es muy simple: hace tiempo me encontré con Laura Bucellato –coordinadora directiva del MAMBA–, quien me habló de la importancia de que un museo en Argentina concentrara mi obra. Y la verdad es que me convenció fácilmente”, sostiene Seguí, riendo (es de humor afable y sonrisa fácil, Seguí).
Usted ya había realizado anteriormente una donación grande de obras al MAMBA, ¿no es así? Sí, en 2001 había donado unos trescientos treinta grabados. Con esta segunda donación completo y actualizo esa colección.
¿Podría decirse que el MAMBA posee toda su obra gráfica? Se muestra una gran parte de la obra gráfica que produje desde los años ‘52,’53. Digamos que el MAMBA tiene el setenta por ciento de mi obra gráfica.
Entrando al museo, inmediatamente se percibe el despliegue de los personajes de Seguí, esos hombrecitos con sombrero tan característicos suyos, esos “hombrecitos-hormiga” urbanos. Ellos lo inundan todo: las calles de las ciudades dibujadas, sus casas, y ahora, también, hasta las paredes de este museo de San Telmo. Son casi como personajes de historieta; divertidos, simples, livianos. Mostrando alegría de vivir.
Hay un hombre entregando un pescado a una mujer: una ofrenda (El regalo). Hay otro hombre que observa fijamente a una pareja descansar bajo una palmera (En el Caribe). Hay un hombre y una mujer haciendo contacto visual, a pesar de no tener ojos (Historia de amor). Todos estos son grabados de trazos simples, sintéticos y realizados en blanco y negro con una técnica poco usual: el carborundum . Se trata de una técnica bastante nueva –fue inventada a fines de los años ’50– en la que se dibuja con un material específico –una laca o adhesivo mezclado con el polvo de un metal, el carborundum – sobre una superficie. Luego eso se entinta, se pone un papel encima, se pasa por la prensa, et voilà! ¡Nació un grabado! La técnica fue muy utilizada por grandes artistas como Joan Miró y Antoni Tápies. “Me interesa mucho la textura que da ese material”, explica Seguí. “Siempre me gustaron las materias pastosas y fuertes.” En la exposición también hay litografías, serigrafías, aguafuertes y aguatintas. Pero la novedad son, sin dudas, las impresiones al carborundum.
¿Piensa volver a vivir a la Argentina? Lo intenté varias veces, pero no sé si en alguna estuve realmente convencido. Aquí, en Francia, nació mi hijo, tengo mis nietos… Esperábamos verlo en la inauguración de su muestra, Seguí.
Estuve pensando en ir, hasta tenía el boleto en la mano; pero no, no tuve tiempo. Tengo dos o tres libros que editar –uno con textos de Alberto Manguel–, estoy preparando una exhibición para fin de mes, en una capilla cercana a Tolouse; otra exposición en Miami… Igual, usted ya sabe: soy de los que creen que está bien mostrarse poco Esto dice el artista, desde su taller en París. Y hasta por teléfono se le adivina la risa a Seguí, el hombre de mirada amable, el pintor de los hombrecitos.

Antonio Seguí básico.


Córdoba, 1934.
Pintor. Integró la vanguardia de los 60. Se instaló en París en 1963 y trabajó en el taller de Antonio Berni. Ganó el Gran Premio del Instituto Di Tella. Colaboró en la creación del Centro de Arte Contemporáneo en el Chateau Carreras.


Fuente: clarin.com

HISTORIAS DE FAMILIA
EN EL MUSEO ISAAC FERNÁNDEZ BLANCO


Foto

Exposición temporaria
 
Historias de Familia
 
Donación Carlos Fernández y Fernández (1921 - 2009)

Curadores                                                                                                                            Marcelo Marino, Diego Guerra, Patricio López Méndez

Sinopsis:

Esta exhibición de indumentaria, fotografías y objetos de fines del siglo XIX y comienzos del XX, donados al Museo Fernández Blanco por Carlos Fernández y Fernández, permite la reconstrucción histórica de una familia rioplatense. Un tesoro con el que se intuye el funcionamiento de usos y prácticas matrimoniales y los lazos parentales que atravesaron tres generaciones de hombres, mujeres y niños de los siglos XIX y XX.



Carlos Fernández y Fernández atesoró durante su vida, entre muchos objetos de arte, algunos retazos sueltos de su historia familiar: la libreta en la que su bisabuela, Dominga Nicola de Fernández, registró las bodas ocurridas entre 1844 y 1925, comenzando por su padres y suegros, la suya propia con el español Ramón Fernández y cerrando el prolijo registro en 1925, con la generación de sus nietos. Junto a la libreta, Dominga confeccionó dos álbumes familiares, en los que reunió las fotos de sus parientes y amigos, realizadas por los mejores estudios fotográficos de Buenos Aires, Montevideo y distintas capitales de Europa.



El 30 de abril de 1870, Dominga escribió en la suela de sus botitas la fecha de su boda y las guardó junto al traje de casamiento en una caja. Años después, otras mujeres de su familia prepararon sus ajuares, bordando en ellos sus iniciales, para estrenarlos en la ocasión especial de la noche nupcial. 

El 4 de marzo de 1915, la nieta de Dominga, María Inés, se casó con el librero José Martín Fernández. Ellos fueron los padres de Carlos Fernández y Fernández quien amorosamente envolvió en papel de seda y conservó los trajes que ambos utilizaron en el civil y en la iglesia. Por casi una centuria, nadie tuvo acceso a estos pequeños tesoros hasta que fueron donados en 2010 por Viviana y Cecilia Fernández, en memoria de su tío Carlos. 

Hoy podemos reconstruir con ellos una historia que comienza en el Imperio Austrohúngaro y España y se entrelaza con la de la inmigración a Montevideo y Buenos Aires. Así mismo, y siguiendo sus pistas, podemos imaginarnos un relato, sin duda forjado por mujeres, para quienes vestirse no era la simple costumbre de cubrir su cuerpo sino el arte de sugerir e incitar a descubrirlo, como quien devela un tesoro bien guardado. Un tesoro con el que se intuye el funcionamiento de usos y prácticas matrimoniales y los lazos parentales que atravesaron tres generaciones de hombres, mujeres y niños de los siglos XIX y XX.



Con el mismo sentimiento con el que Carlos Fernández y Fernández conservó los recuerdos de su familia, el MIFB está recuperando la casa de su fundador, Isaac Fernández Blanco, en la calle Irigoyen 1418, con el objeto de abrir una segunda sede dedicada a la divulgación de las artes aplicadas de los siglos definitivos para construcción de la Nación. La colección Carlos Fernández y Fernández, restaurada y puesta en valor por el equipo de conservación del Museo, se suma hoy al ya extendido patrimonio textil que podrá estar al alcance del público de Buenos Aires en los años por venir.  

Restaurar, investigar y difundir este legado es una contribución a la historia del arte y al mejor conocimiento de la sociedad que nos precedió, pero es también un homenaje a quienes lo reunieron y preservaron, trascendiendo los límites de su existencia. 

Horarios de apertura:
 

Martes a viernes de 14 a 19
sábados, domingos y feriados
de 11 a 19
Palacio Noel
 

Suipacha 1422
Abierta al público desde el 24 de junio

Entrada General: $1.-
Jueves gratis.