LA UNESCO ALERTA SOBRE EL PELIGRO
QUE CORREN LAS PINTURAS RUPESTRES
EN TODO EL MUNDO


Bisonte de la Cueva de Altamira, España.

 
El turismo, la minería, las obras públicas y la guerra son los principales enemigos de las pinturas rupestres, según ha denunciado la UNESCO en un encuentro científico celebrado en España. Nuria Sanz, responsable del Programa de Prehistoria y Patrimonio de la institución dijo esta semana que “ninguna manifestación artística se está destruyendo a la velocidad que lo hace el Arte rupestre", a pesar de que “ninguna otra ha perdurado tanto en el tiempo”.
La UNESCO está preocupada por "la destrucción sistemática del Arte rupestre”, que no solo afecta a las propias manifestaciones artísticas. También se destruye el paisaje que las rodea y las culturas indígenas que aún en el siglo XXI practican ritos similares a los de sus antepasados en relación con esas pinturas.
"Tenemos mucha suerte de tener tanto Arte rupestre, pero el desarrollo avanza a una velocidad que resulta incompatible con su conservación", aseguró la alta funcionaria, que ha puesto sobre la mesa ejemplos alarmantes de lo que denuncia.

Fuente: noticiasarteseleccion.com



TORRES GARCÍA:
DE LAS VANGUARDIAS EUROPEAS
A CREAR UNA RIOPLATENSE


Dos muestras simultáneas en el museo de la Universidad Tres de Febrero sobre quien fue el mayor artista uruguayo, creador de un estilo de avanzada y latinoamericano.


Dos muestras simultáneas de Joaquín Torres García que llegan al alma y al cuerpo. Eso es lo que propone “Torres García, Utopía y tradición”, en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (MUNTREF).
Queda muy claro: Joaquín Torres García (Montevideo, 1874-1949) tuvo una vida a puro viaje y arte. A los 17, emigró a Cataluña, donde tuvo un papel fundamental en la vida artística, metiéndose en el movimiento noucentista catalán (que retornó al clasicismo recuperando la tradición mediterránea). En 1917, fue a Nueva York, y quedó fascinado con la city. Luego vendrían Italia y París, siempre en contacto con las vanguardias. A fines de 1932, viajó con su familia a Madrid y terminó sus textos teóricos sobre el arte constructivo.
Ya de vuelta en Montevideo, creó la Escuela del Sur, donde desplegó el arte constructivo, que buscó diferenciarse de los ismos eurocentristas de las vanguardias del norte, retomando la cosmología prehispánica como fundamento filosófico de su simbolismo.
“La ciudad y los signos”, con curaduría de Gabriel Peluffo Linari, reúne medio centenar de obras del artista uruguayo, y Norte en el Sur. “El legado de Joaquín Torres García”, con curaduría de Laura Malosetti Costa, incluye trabajos de los artistas que pasaron por la Escuela del Sur. Salen por primera vez de Uruguay para hacer pie en nuestras pampas los libros que se exhiben en las vitrinas. En ellos, el artista desarrolló su teoría constructiva, al tiempo que diseñó tapas, tipografía e ilustraciones.
Las pinturas, dibujos, tintas y acuarelas de Torres García permiten descubrir que ya en sus inicios está presente la propuesta constructiva: en las pinturas de las ciudades que amó, como Nueva York, aparece la imagen fragmentada, como si todo se moviera a ritmo vertiginoso. Además, ubica los elementos en un mismo plano, y trabaja ya sobre las bases del universalismo constructivo, con los principios de proporción y unidad: un sello del artista. Son trabajos lineales y de una figuración esquemática, con su característica paleta bien acotada: a veces terrosa, a veces de colores primarios.
Torres García elaboró un sistema estético filosófico: el universalismo constructivo. “Denominó arte constructivo (1930-1949), a un modo de producción simbólica que partiendo de ciertas condiciones de espacio y de tiempo contemporáneas, pretendió volver a encontrarse con el saber oculto de las grandes tradiciones culturales de la humanidad. En ese proceso, la ciudad como laboratorio del sentido ocupó el lugar central de su experiencia estética y de su elaboración conceptual”, escribe en el catálogo Linari.
La forma más intensa de entender el pensamiento del artista es a través de sus propias reflexiones. Decía: “Una imagen esquemática, que sea la idea gráfica de una cosa, será, para nosotros, un documento precioso”.
Cuando vaya a la muestra no deje de ver “Hombre universal” (tinta, 1938), una obra que condensa sus intereses. Reúne símbolos de la tradición cristiana (como el pez), representaciones de máscaras de la cultura precolombina, runas, pasando por elementos de la arquitectura clásica hasta otros de la cultura contemporánea, como una mágica escalera que une cielo y tierra.


HOMBRE UNIVERSAL. LA TINTA QUE CONDENSA SU ESTILO.

Agenda

Dónde: Valentín Gómez 4838, Caseros.

Cuándo: martes a domingo, 11 a 20 hs.

Hasta: 31 de julio.


Fuente: Revista Ñ Clarín

UNA LECTURA POLÉMICA


En las obras a las que le dio relevancia como en sus escritos, Pettoruti construyó su imagen de artista cubo-futurista. Los curadores lo ponen en discusión.



LA GRAN COPA. Este óleo sobre tela forma parte de la exposición Pettoruti y el arte abstracto, 1914-1949.

POR MERCEDES PÉREZ BERGLIAFFA

Ahora las formas juegan, se superponen y transparentan. Ahora los motivos (una mesa situada en un interior, una copa) son sólo excusas para pintar, y no aspiraciones. Aquí, en este segundo piso del Malba –una sala mediana y amarilla– se reúnen la Dinámica del viento, la Cittá-pasee, Le ombre (La sombra), y varios paisajes. Es en estas obras, dentro de este espacio, cuando uno siente que la búsqueda de la luz estructura, define los movimientos que nos rodean y que son expulsados desde las pinturas. Porque los cuadros exponen dinámicas, líneas de fuerza; muestran las posibilidades que brinda la investigación plástica en torno a la forma y al valor, la excitación del pintor ante el descubrimiento de las estructuras puras y su alegría. Y hay que decirlo: contemplar estas obras genera asombro. Porque, sí, se trata de Pettoruti, el gran artista que todos conocemos; pero ninguno de estos trabajos es el que uno esperaba encontrar. Entonces, al entrar en la exhibición, caen los presupuestos y una ola fresca, original, inunda la vista, el cuerpo y la percepción. Devora la mirada.
Se trata de Pettoruti y el arte abstracto, 1914-1939, la muestra que se realiza en el Malba actualmente y que tiene como objetivo comunicar una visión distinta, renovada, de la obra del artista. ¿Encargados del asunto? La curadora Patricia Artundo y su colega Marcelo Pacheco, curador en jefe del museo.
“Ya hacía varios años que estábamos tras este proyecto”, comenta Pacheco, “que trata sobre el Pettoruti menos conocido. Y en realidad, existe muy poca obra suya de este tipo y, además, mucha de esa producción quedó en Europa, como por ejemplo, en la colección Sartoris, que fue una de las más famosas de la región durante el siglo pasado (aunque luego los descendientes de Sartoris se deshicieron de los Pettorutis). Pasó que cuando el artista vivía allá, había regalado o vendido estas obras. Pero fue a partir de los 70 –el momento en que volvieron a circular– cuando estos trabajos aparecieron en remates internacionales, como obras sueltas.”
 “La exposición plantea un reencuentro con Pettoruti”, explica por su parte Artundo, “del que proponemos verlo desde otro lugar, no tan sólo relacionándolo con el cubismo o el futurismo, como en general se hace, sino sobre todo con la abstracción. Para eso trajimos a esta exhibición muchas obras que hace tiempo que no se ven en la Argentina –como por ejemplo Espanzione-violenta (Expansión- violencia)– que estaba en Italia y que pertenece a una colección privada.”
Pero este conjunto más bien pequeño de obras –sólo treinta y siete– no se exhiben por conmemoración, renacimiento o recuerdo, sino que todo el trabajo curatorial está basado en una hipótesis. Dice de ella el curador del Malba: “Lo que nos interesa postular es que Pettoruti se construyó como artista vanguardista a partir de su imagen como pintor cubista de tipo picassiano. De hecho, los textos que se han escrito sobre él o los que él mismo escribía en los que se encargó muy bien de dejar un testimonio claro –especialmente en su autobiografía que es tendenciosa y que hay que leer con cuidado–, insisten sobre este punto. Esta fue una decisión del propio Pettoruti sobre cómo él decidió mostrarse. Tenía esto muy definido; por eso, la obra que se puede ver ahora en el museo no fue nunca mostrada por el artista durante los años 30 y 40, salvo en el año 24, cuando hizo esa famosa exposición-escándalo”. Pacheco se refiere a la muestra que Pettoruti realizó en la galería Witcomb de Buenos Aires, en la que expuso ochenta y seis obras que provocaron reacciones extremas: la leyenda dice que el público las escupía.
“Luego de esa muestra en nuestro país pasaron a identificar a Pettoruti como un artista cubista o futurista; y él, en ese momento, sacó provecho de la situación porque se había dado cuenta de que Picasso era el líder artístico a nivel mundial. Por lo que ese encasillamiento, a Pettoruti, como diseñador de su carrera de artista, le convenía”, detalla Pacheco. “En este sentido era, también, un estratega.”
Tal como lo comenta el curador, la obra del pintor no termina en sólo dos movimientos artísticos: abarca mucho más. Lo que ella comprende, cómo y desde dónde, es lo que esta muestra propone analizar, estableciendo como marco de fondo, abarcativo, a la abstracción. Porque Pettoruti, antes de diseñar su carrera y de encasillarla a conveniencia, se definió en los últimos quince años de vida como “pintor abstracto”, retomando un hilo que había dejado atrás hacía mucho tiempo, con sus dibujos y pinturas abstractos de los años italianos (1913-1924).
Las obras que se exponen en la sala son divertidas. Son formas orgánicas, libres, relacionadas entre sí, que pertenecen a momentos de la producción del artista muy diferentes. Hay que observar que en la trayectoria del pintor, a pesar del paso de los años, los motivos persisten: por ejemplo, pintó el motivo de la copa una, y otra y otra vez, en diferentes momentos. Si usted va a la exhibición, fíjese, por ejemplo, en Copa llena, de 1928; Copa sobre la mesa, de 1930, Copa llena, de 1939, La gran copa, de 1949 y la espectacular Copa armónica II, de 1937. Son cinco maneras de observar, reflexionar y analizar el mismo motivo, pero con resoluciones muy diversas.
“Nunca hemos visto el espíritu con los ojos y, no obstante, sentimos su permanencia”, escribió Pettoruti en 1936. Y algo de esto pesa en la exposición; muchos de los trabajos son exquisitos, inusuales, y hasta poco terrenales (especies de ganchos divinos con la capacidad de sumergirnos de lleno en otra dimensión de la vida, de la realidad). Quizás la respuesta a estos dilemas la puede responder el propio Pettoruti: “¿O acaso las percepciones del artista no son infinitamente superiores a las descripciones más fieles de la realidad?”

FICHA
Pettoruti y el arte abstracto, 1914-1949

Lugar: MALBA, Av. Figueroa Alcorta 3415.
Fecha: hasta el 27 de junio.
Horario: lunes a jueves 12 a 20 hs; martes cerrado.
Entrada: $ 22. Jub y est.: $ 11.


Fuente: Revista Ñ Clarín.

BENEGAS LYNCH RECUERDA A BORGES


Alberto Benegas Lynch (h), intelectual y pensador de fuste, escribe y recuerda a Jorge Luis Borges con notable agudeza y su proverbial pluma.  A un cuarto de Siglo de la muerte del insigne escritor, bien vale recordarlo y homenajearlo bajo el enfoque de este reconocido economista y catedrático de la libertad.


MI RECUERDO DE BORGES

Por Alberto Benegas Lynch (h)
Diario de América

Cuando era rector de la Escuela Superior de Economía y Administración (ESEADE) los alumnos me pidieron tenerlo a Borges entre los invitados. Intenté el cometido por varios caminos indirectos sin éxito, incluso almorcé en su momento con mi pariente Adolfo Bioy Casares con quien en aquel entonces éramos miembros de la Comisión de Cultura del Jockey Club de Buenos Aires, pero me dijo que “Georgie se está poniendo muy difícil de modo que prefiero no intervenir en este asunto”. Finalmente decidí llamarla por teléfono a la famosa Fanny (Epifanía Uveda de Robledo) quien actuaba como ama de llaves en la casa de Borges desde hacía más de un cuarto de siglo. Ella me facilitó todo para que Borges fuera a hablar a ESEADE y arregló los honorarios conmigo.
La velada fue muy estimulante y repleta de ironías y ocurrencias típicamente borgeanas todo lo cual se encuentra en la filmación de ese día en los archivos de esa casa de estudios, acto al que también nos acompañó por unos instantes Adolfito antes de ir a la regular sesión de masajes para aliviar su dolor de espalda. Cuando nos dirigíamos al aula Borges me preguntó “¿Dónde estamos Benegas Lynch?” y cuando le informé que en el ascensor me dijo “¿por qué ascensor y no descensor?”.
Cuando lo dejé en su departamento en la calle Maipú me invitó a pasar y nos quedamos conversando un buen rato atendidos por Fanny que nos sirvió una taza de té que al rato repitió con la mejor buena voluntad. Hablamos de los esfuerzos para difundir las ideas liberales y las dificultades para lograr los objetivos de la necesaria comprensión de la sociedad abierta. Se interesó por la marcha de mis cátedras y especialmente por la reacción de los estudiantes. Volvió a sacar el intrincado tema del arte objetivo o subjetivo que habíamos tocado en el automóvil cuando lo buscamos con María, mi mujer, ocasión en la que al intercalar la relación entre el arte y la religión señaló que la referencia religiosa más sublime que había escuchado era que “el sol es la sombra de Dios”.
Sé que María Kodama ha tenido serias desavenencias con Fanny (y con algunos allegados y allegadas a Borges) pero no quiero entrar en esos temas, sólo subrayo que con María tenemos una muy buena relación y ella me invitó a exponer en el primer homenaje a Borges que le rindió la Fundación que lleva su nombre junto al sustancioso y extrovertido español José María Álvarez y a otros escritores. Mi tema fue “Spencer y el poder: una preocupación borgeana” lo cual fue muy publicitado en los medios argentinos (a veces anunciado equivocadamente como Spenser, por Edmund, el poeta del siglo xvi, en lugar de aludir a Herbert Spencer el filósofo decimonónico anti-estatista por excelencia). Con Maria Kodama nos hemos reunido en muy diversas oportunidades solos y con amigos comunes pero siempre con resultados muy gratificantes.
Son muchas las cosas de Borges que me atraen. Sus elucubraciones en torno a silogismos dilemáticos me fascinan, por ejemplo, aquel examen de un candidato a mago que se le pide que adivine si será aprobado y a partir de allí como el consiguiente embrollo que se desata no tiene solución. Por ejemplo, su cita de Josiah Royce sobre la imposibilidad de construir un mapa completo de Inglaterra ya que debe incluir a quien lo fabrica con su mapa y así sucesivamente al infinito. Por ejemplo, la contradicción de quienes haciendo alarde de bondad sostienen que renuncian a todo, lo cual incluye la renuncia a renunciar que significa que en verdad no renuncian a nada.
He recurrido muchas veces a Borges para ilustrar la falacia ad hominem, es decir quien pretende argumentar aludiendo a una característica personal de su contendiente en lugar de contestar el razonamiento. En este sentido, Borges cuenta en “Arte de injuriar” que “A un caballero, en una discusión teleológica o literaria, le arrojaron en la cara un vaso de vino. El agredido no se inmutó y dijo al ofensor: ésto señor, es una digresión; espero su argumento” y la importancia de saber conversar a la que alude Borges quien ilustra la idea con la actitud hospitalaria y receptiva de Macedonio Fernández que siempre terminaba sus consideraciones “con puntos suspensivos para que retome el contertulio”, a diferencia de Leopoldo Lugones que “era asertivo, terminaba las frases con un punto y aparte; para seguir hablando con él había que cambiar el tema”.
Siempre me ha parecido magnífico el modo en que Borges comienza “La biblioteca de Babel”: “El universo (que otros llaman la biblioteca)…”. Una afirmación que encierra el secreto de toda biblioteca bien formada que representa un fragmento de la cultura universal, una porción de los amigos del conocimiento, un segmento de los alimentos más preciados del alma.

A mis alumnos les he citado frecuentemente el cuento borgeano de “Funes el memorioso” para destacar la devastadora costumbre de estudiar de memoria y la incapacidad de conceptualizar y de relacionar ideas. Recordemos que Funes, con su memoria colosal después del accidente, no entendía porque se le decía perro tanto a un can de frente a las cuatro de la tarde como a ese animal a las tres y de perfil.
Es casi infinito el jugo que puede sacarse de los cuentos de Borges (un periodista distraído una vez le preguntó cuál era la mejor novela que publicó, a lo que el escritor naturalmente respondió: “nunca escribí una novela”). Las anécdotas son múltiples: en una ocasión, al morir su madre, una persona, en el velorio, exclamó que había sido una lástima que no hubiera llegado a los cien años que estuvo cerca de cumplir, a lo que Borges respondió “se nota señora que usted es una gran partidaria del sistema decimal”. Con motivo del fútbol en una ocasión se preguntó en voz alta la razón por la que ventidós jugadores se peleaban por una pelota: “sería mejor que le dieran una a cada uno”. Un joven se le acercó en la calle y con gran euforia le entrega un libro de producción propia y Borges le pregunta por el título a lo que el peatón responde Con la patria adentro, entonces el escritor que siempre rechazó toda manifestación de patrioterismo exclamó “¡qué incomodidad amigo, qué incomodidad!”. En otra ocasión se arrima una joven entusiasta que afirma casi a los alaridos “Maestro, usted será inmortal” a lo que Borges respondió “no hay porque ser tan pesimista hija” y cuando Galtieri era presidente argentino le dijo que una de sus mayores ambiciones era parecerse a Perón: Borges (seguramente conteniendo sus primeros impulsos) replicó lo más educadamente que pudo, “es imposible imponerse una aspiración más modesta”. Poco antes, en esa misma época militar, se convocó a una reunión de “la cultura” a la que lo habían invitado reiteradamente por varios canales y a la salida los periodistas le consultaron sobre el cónclave a lo que Borges contestó con parquedad y con un indisimulado tono descalificador: “no conocía a nadie”. A poco de finiquitada la inaudita guerra de las Malvinas, Borges publicó un conmovedor poema donde tiene lugar un diálogo entre un soldado inglés y uno argentino que pone de manifiesto la insensatez de aquella guerra iniciada por Galtieri al invadir las mencionadas islas (tantas personas perdieron el juicio en esa guerra que un miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Argentina sugirió se lo expulsara al premio Nobel en Economía F. A. Hayek como miembro correspondiente de la corporación debido a que declaró con gran prudencia y ponderación que “si todos los gobiernos invaden territorios que estiman les pertenecen, el globo terráqueo se convertirá en un incendio mayor del que ya es”…afortunadamente aquella absurda e insólita moción no prosperó).

Borges tenía una especial aversión por todas las manifestaciones de los abusos del poder político por eso, en el caso argentino, sostuvo en reiteradas ocasiones (reproducido en El diccionario de Borges compilado por Carlos R. Storni): “Pienso en Perón con horror, como pienso en Rosas con horror” y por eso escribió en “Nuestro pobre individualismo” que “El más urgente de los problemas de nuestra época (ya denunciado con profética lucidez por el casi olvidado Spencer) es la gradual intromisión del Estado en los actos del individuo” y en el mismo ensayo concluye que “el Estado es una inconcebible abstracción”.
Pronostica Borges (lo cual queda consignado en el antedicho diccionario) que “Vendrán otros tiempos en que seremos ciudadanos del mundo como decían los estoicos y desaparecerán las fronteras como algo absurdo” y en “Utopía de un hombre que estaba cansado” se pregunta y responde “¿Qué sucedió con los gobiernos? Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más compleja que este resumen”.
Borges nos arranca la angustia del absurdo perfeccionismo al intentar la administración de la pluma en el oficio de escribir cuando al citarlo a Alfonso Reyes dice que “como no hay texto perfecto, si no publicamos nos pasaríamos la vida corrigiendo borradores” ya que un texto terminado “es fruto del mero cansancio o de la religión”.
Y para los figurones siempre vacíos que buscan afanosamente la foto, escribió Borges en El hacedor: “Ya se había adiestrado en el hábito de simular que era alguien para que no se descubriera su condición de nadie” y también, en otro tramo de esa colección, subrayaba la trascendencia de la teoría al sostener que “La práctica deficiente importa menos que la sana teoría”. Se solía mofar de la xenofobia y los nacionalismos, así definió al germanófilo en la segunda guerra, no aquel que había abordado a Kant ni había estudiado a Hoelderin o a Schopenhauer sino quien simplemente  era “anglófobo” que “ignora con perfección a Alemania, pero se resigna al entusiasmo por un país que combate a Inglaterra” y, para colmo de males, era antisemita. En el ensayo anteriormente mencionado sobre el individualismo enfatiza que “el nacionalismo quiere embelesarnos con la visión de un Estado infinitamente molesto”.
Sus muy conocidos símbolos revelan distintas facetas del mundo interior. Los laberintos ponen de manifiesto el importante sentido de la perplejidad y el asombro como condición necesaria para el conocimiento y el sentido indispensable de humildad frente a la propia ignorancia. Los espejos -cuando se mira en profundidad la propia imagen- “atenúa nuestra vanidad” y, simultáneamente permite ver que “somos el mismo y somos otros” en el contexto de las variaciones que operan en el yo a través del tiempo. Los sueños como anhelos y como fantasía. La manía borgeana por los tiempos circulares si se partiera de la premisa que todo es materia y el universo finito, lo cual conduce a permutaciones repetitivas (noción que, entre otros textos, la adopta en “La biblioteca total”, en conformidad con una conjetura que comenta Lewis Carroll dado “el número limitado de palabras que comprende un idioma, lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de los libros”). Y, por último, el color amarillo del tigre como su primer recuerdo “no físicamente, sino emocionalmente” que se une al color que frecuentemente veía en su ceguera.
Ante todo, Borges se caracterizó por su independencia de criterio y su coraje para navegar contra la corriente  de la opinión dominante y detestaba “al hombre ladino que anhela estar de parte de los que vencen” tal como escribió en la antes menciona nota sobre los germanófilos…“a un caballero solo le interesan las causas perdidas” recordó con humor nuestro personaje en el reportaje conducido por Fernando Sorrentino.
En el prólogo a unas pocas de las obras de Giovanni Papini (otro cuentista y ensayista extraordinario con una prodigiosa imaginación) dice Borges: “no se si soy un buen escritor; creo ser un excelente lector o, en todo caso, un sensible y agradecido lector”.
Edwin Williamson, Victoria Ocampo, Rodríguez Monegal, Norman Thomas di Giovanni, María Esther Vázquez, Alicia Jurado y tantísimos otros han escrito sobre Borges y otros tantos lo han entrevistado (apunto al margen que le dijo a Osvaldo Ferrari que “cuando uno llega a los ochenta y cuatro años uno ya es, de algún modo, póstumo”) y una cantidad notable de tesis doctorales producidas en todos los rincones del orbe sobre este firme patrocinador del cosmopolitismo. De cualquier manera, no por reiterado es menos cierto y necesario decir que este autor constituye una invitación portentosa y renovada a la pregunta y al cuestionamiento creador.

diariodeamerica.com

Fuente: prensapopular.com.ar

VERSOS AL CAER LA TARDE EN SAN RAFAEL


Desde la finca Los Álamos se comunicaron con María Kodama para compartir el acto en Italia.
 
LA LINDA ENTRADA DE LA CASA DE LA FINCA LOS ÁLAMOS, FECHADA 1830 AUNQUE HAY INDICIOS DE QUE ES DE 1821. BORGES LA TRASPONÍA CUANDO VISITABA A SU AMIGA SUSANA BOMBAL.

Paula María Martín
Enviada especial

SAN RAFAEL, Mendoza.- El sueño de Susana Bombal y Randoll Coate se dio por cumplido por segunda vez. Ellos querían rendirle homenaje a su amigo Jorge Luis Borges con un laberinto, y la idea se multiplicó.
Ayer, en el 25° aniversario de la muerte del autor de El aleph , se inauguró en Venecia un laberinto "hermano" del de San Rafael, Mendoza. El de Los Alamos mide casi 100 metros de largo por 70 metros de ancho; el de Venecia, casi la mitad.
Tras la muerte de Borges, sus amigos Bombal -escritora- y Coate -paisajista- pensaron que no había mejor manera de homenajearlo que con el diseño de un laberinto, tema recurrente en su obra. Esto se plasmó gracias al sobrino nieto de Susana Bombal, Camilo Aldao -que murió a los tres meses de haberlo plantado-, y Kodama, quienes lograron que el sueño se hiciera realidad en 2003.
Ayer, cuando en Venecia la luna llena deleitó el cielo italiano, se iluminó el laberinto cuya construcción impulsó Kodama y puso en marcha Pedro Memelsdorff, un intelectual argentino que dirige el departamento de música de la Fundación Cini. Allí estaban Kodama y Carolina y Sofía Aldao, hermanas de Camilo.
En simultáneo, cruzando el océano, se iluminaba el laberinto borgiano con un atardecer inmejorable. Aquí estaba el resto de la familia, entre ellos Camilo Aldao (padre) y unas cien personas más del ámbito de la cultura, del turismo y de la prensa.
"Desde Venecia pidieron que ilumináramos el laberinto a la misma hora. Pero allá eran las 22.15 y acá las 17.15, entonces les dije que lo iba a iluminar con el sol", explicó Aldao a La Nacion. Y continuó: "Es muy importante para San Rafael, para Mendoza y para la Argentina que haya un laberinto similar, porque el de allá (por Venecia) es más chico y, además, que sea en medio de la Bienal de Venecia, que es el evento cultural más importante del mundo".
Desde Venecia, Kodama habló con Camilo Aldao: "Estoy muy emocionada. Estamos muy felices recordándolos a todos, a Borges, a Camilito". Luego, cantó el coro del Instituto del Profesorado de Arte de San Rafael. De un lado y del otro del mundo se leyó el "Poema de los dones", de Borges, allá recitado por Kodama, y en Mendoza, por una profesora sanrafaelina.
Aldao emocionó al recordar a su hijo: "Lo más lindo fue cuando terminaron de plantar el laberinto. Camilo me dijo «papá, le voy a decir a la escuela de chicos ciegos que vengan a poner las últimas plantas, porque Borges decía que los ciegos vieron en su laberinto y que nosotros fuéramos ciegos»".

Fuente texto: lanacion.com

   EL LABERINTO DE LOS ÁLAMOS VISTO DESDE EL AIRE
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BORGES: EN ITALIA SE ALZÓ UN MONUMENTO
A SU MEMORIA CON FORMA DE LABERINTO


Reproduce en espejo el apellido del escritor. Kodama espera poder hacer otro porteño.



LO LOGRÓ. MARIA KODAMA, CONTENTA: ALCANZÓ SU SUEÑO DE ALZAR UN MONUMENTO A BORGES EN ITALIA.


Borges tiene desde anoche su laberinto en Venecia, ciudad que amaba desde que la conoció a los ocho años de edad. María Kodama, su viuda, contó que el más grande escritor argentino creía que “Venecia es por sí misma un laberinto”.
Una noche mágica se vivió en la isla de San Giorgio, ocupada por la Fundación Cini, uno de los grandes faros culturales italianos. Se escuchó a Borges que recitaba “El Laberinto”, mientras que María Kodama leyó el poema “La Luna” que le dedicó su marido. El objetivo de la celebración fue rendir un homenaje permanente  a uno de los mejores protagonistas  de la literatura universal al cumplirse ayer 25 años de su muerte.
El público siguió desde una gran terraza el acontecimiento, que concluyó con la iluminación “a giorno” del laberinto y la invitación a perderse en sus vericuetos. El jardín ocupa un área de 2.300 metros cuadrados, con un desarrollo linear de 3 km de plantas de boj, con una altura de 75 centímetros. Las plantas son 2.327. Según el secretario general de la Fundación Cini, Pasquale Gagliardi, uno de quienes con su voluntad y esfuerzo hicieron posible la realidad del laberinto de Borges en Venecia, las plantas tienen “la medida justa para que el juego no se convierta en claustrofobia”.
Dos mapas ayudarán a salir a los que gocen perdiéndose en el laberinto cuando no hay más remedio. Uno tiene una simple vía de fuga tras 1,2 kilómetros. El segundo recorrido es más complejo, abarca un kilómetro y medio.
El arquitecto británico Randoll Coate, quién murió hace cinco años a la venerable edad de 96, era amigo de Borges y fue el diseñador del laberinto. Inspirándose en “El jardín de senderos que se bifurcan”, que integra Ficciones, Coate reprodujo el nombre de Borges duplicado como en un espejo y con objetos que aluden a los símbolos del genial imaginario del escritor argentino: un reloj de arena, un bastón, los espejos, el tigre, un gran signo de interrogación.
El mismo diseño fue realizado en 2003 en la estancia “Los Alamos” de la familia Aldao, a 250 kilómetros de la capital mendocina, que también fue encendido anoche para celebrar el nacimiento del gemelo.
María Kodama anunció que el próximo laberinto será construído con piedras y otros elementos originales en Islandia, otra tierra que fascinaba a Borges.
Y que espera poder hacerlo en Buenos Aires. Frente a la Biblioteca Nacional, de la cual el gran escritor fue director durante años, sería el escenario ideal. Pero hasta ahora “no ha sido posible”, por burocracia, tal vez, y por rencores, seguro.
No es casualidad que a Jorge Luis Borges se lo celebre mucho más en Europa y en Italia en este aniversario. Basta ver la flacura de las ceremonias en la Argentina frente a la admiración, el respeto y la renovación del recuerdo con que se lo celebra en Europa.
El acontecimiento inaugural fue ideado y organizado por Pedro Memelsdorff, director de música antigua de la Fundación Cini, un musicólogo argentino que otro de los impulsores de este proyecto. “La vida en este mundo es como el laberinto, porque nunca sabemos donde nuestra vida irá”, dijo Borges y recuerda Pedro, que supo crear un evento del más alto nivel. Un conjunto de monjes, venidos de Francia y dirigidos por Marcel Perez, interpretó monofonías litúrgicas que crearon una atmósfera casi irreal, en línea con la metáfora del laberinto.


LOS PRIMEROS. ANOCHE, EN VENECIA, LOS INVITADOS PUDIERON RECORRER EL FLAMANTE LABERINTO BORGEANO.

En recuerdo de la sabia ceguera del escritor argentino, el artista Adam Lowe presentó las primeras ideas para realizar un pasamanos que se extenderá por el laberinto con el texto del “Jardín de los senderos que se bifurcan” y dará solo a los ciegos la clave para salir indemnes del vericueto.
Pedro Memelsdorff puso anoche el motor en marcha de un Cancionero Borgiano, con la “prima” mundial de El laberinto, pieza para voz recitante, flauta, clarinete violín, violoncelo y piano, creado para la inauguración por el compositor argentino Julio Viera. Los solistas de la Orquesta Sinfónica de Jura, dirigidos por Facundo Agúdín, tocaron y cantaron la composición de Viera. Memelsdorff explicó que “el Cancionero se enriquecerá en los próximos años con composiciones musicales inspiradas en la obra de Borges”.

Fuente: clarin.com

EL BORGES POLÍTICAMENTE INCORRECTO


El periodista Esteban Peicovich recopiló en El palabrista (Marea) frases de Jorge Luis Borges. Aquí una selección de las más urticantes e “incorrectas”.

La sonrisa de Georgie.

Por Jorge Luis Borges / Recop.: Esteban Peicovich
  • “Para mí la clase media es una clase superior. La aristocracia es muy parecida al pueblo. Los aristócratas son muy nacionalistas y el pueblo también lo es. Les da por las mismas cosas. Les interesa el lujo, las carreras...”
  • “Recuerdo que una vez conversé con dos muchachotes que estaban ahí, en la plaza San Martín de Buenos Aires, cantando ‘Perón, Perón, qué grande sos’. Bueno... Yo estaba con una amiga y los dos muchachotes se me acercaron, con sus tambores, y nos planteamos: si nos vamos, van a pensar que estamos huyendo. Nos quedamos. ‘¿Es usted el señor Borges?’ Yo siempre he usado: ‘Y bueno, más o menos’ o ‘a veces’ o ‘nadie sabe...’. Entonces me pidieron que les firmara un autógrafo en unas hojas de papel. Les pregunté: ‘Y, díganme, ¿ustedes son peronistas?’, y me dijeron: ‘Pero no, señor, ¿qué se ha pensado usted? Nos pagan y tenemos que estar hasta las doce y cuarto tocando el tambor y cantando en la plaza’. No recuerdo cuánto les pagaban, era mucho para aquel entonces. Y luego decían eso de ‘la muchedumbre aclamando al dictador’. Era que la CGT buscaba a muchos pobres y les daba unos bombos y les pagaba. Cuando me vine a casa me fijé después que seguían cantando exactamente hasta las doce y cuarto. Y todo era así. Luego los crímenes espantosos que se cometieron: Aramburu que fue secuestrado, que fue torturado, mutilado y luego asesinado.”
  • “Me han enseñado a pensar siempre que el individuo debe ser fuerte y el Estado débil. No puede entusiasmarme una teoría en la que el Estado sea más importante que el individuo. Soy un conservador, pero ser en mi país un conservador no significa ser una momia, significa, digámoslo así, ser un liberal moderado. Si se es un conservador en la Argentina, nadie piensa que se es un fascista o un nacionalista. Por el contrario, a decir verdad, creo que ser un conservador en la Argentina significa ser bastante escéptico en asuntos políticos e incrédulo en cuanto a cambios violentos se refiere.”
  •  “Los peronistas no son ni buenos, ni malos; son incorregibles.”
  •  “Los peronistas son gente que se hace pasar por peronista para sacar ventaja.”
  • “Mire, yo detesto a los comunistas, pero, por lo menos, tienen una teoría. Los peronistas, en cambio, son esnobs.”
  • “A la gente le gusta el comunismo porque les da un carácter y un grupo de amigos.”
  • “El peronismo es algo inverosímil.”
  • “Yo estuve en contra del peronismo justamente porque era liberticida y de raíz fascista. Fíjese que Perón me persiguió porque yo era democrático, como se decía entonces. Jamás porque yo hubiera sido antiobrero o cosa parecida. Puso presas a mi madre y a mi hermana. No me pudo perdonar que cuando estaba en Norteamérica y me preguntaron por Perón yo hubiese contestado: ‘No me interesan los millonarios’. Ni que cuando me preguntaron por su mujer, yo hubiese respondido: ‘Tampoco me interesan las prostitutas’.”
  • “Yo siempre fui antifascista. En los tiempos del nazismo, cuando había tantos fascistas y nazis en Buenos Aires, yo condené a Mussolini y a Hitler, cuando muchos no hablaban. En aquellos tiempos prologué el libro Mester de Judería de Grünberg. No entiendo cómo me pueden calificar de fascista. Yo nunca dije que los gobiernos militares fueran los mejores o cosa parecida. Dije que, dado el caos producido en la Argentina durante el gobierno de Isabel Perón, era lo único que podía suceder. Todos sabemos que es así. Y así lo digo. La gente quiere suponer que soy un indiferente o que habito en una torre de marfil. Nunca hubo tal cosa, es totalmente falso. Durante el peronismo todos sabían que yo era opositor. Nunca ataqué al sindicalismo, sino a los sindicalistas ladrones. Y nadie duda que lo eran.”
  • “Sé que a veces he hablado a deshora o con exceso, pero siempre he sido fiel a mis convicciones; siempre he dicho lo que pienso.”
  •  “¿Usted vio la última campaña presidencial? ¡Qué vergüenza! Con Carter recorriendo el país con un avión que se llama ‘El maní volador’. ¿No es una vergüenza? Bueno, pues ha sido votado: es casi el peronismo ya... Es algo demagógico. Un presidente que todas las semanas de dos a cinco, tiene un día en el cual atiende personalmente el teléfono... Es muy sospechoso, ¿no? Cuando fue a Texas, ante los chicanos ‘tex-mex’, se presentó con un sombrero mexicano para congraciarse con ellos: quiere decir que es una persona burda y astuta... Según el color local, se disfraza de obrero, de ferroviario, de caballero...”
  •  “Si todos los países llegaran a ser de clase media –eso sería la Utopía para mí– desaparecerían muchos males. Yo viví cinco años en Ginebra en la época de la Primera Guerra Mundial. La ciudad tenía en ese tiempo 120 mil habitantes; creo que había un comisario y dos vigilantes. ¿Por qué? Porque todo el mundo pertenecía a la clase media. No había gente ni muy pobre ni muy rica. En los países escandinavos, países de clase media, no hay criminales.”
  •  “El mayor defecto del olvido es que a veces incluye la memoria.”
  •  “La gente decía que Dios era peronista. Qué gusto el de Dios: no me extraña.”
  • “La peor desdicha es que lo derrote a uno gente despreciable… los peronistas a nosotros.”
  • “¿Sabés que ¡Perón, Perón, qué grande sos! es una marcha escocesa? Está bien, porque demuestra que todo es de pacotilla en este país.”
  • “La fealdad de estos lugares (refiriéndose a Avellaneda y Puente Alsina) parece predestinarlos para Perón y el peronismo.”
  •  Borges relata que “el destino le deparó uno de los momentos mas felices de la historia argentina”. Cuenta que lo conduce un taxista borracho, que va manejando como loco; a llegar al destino, el taxista borracho dice: “Hijos de Espejo, de Astorgano, de Perón, de Eva Perón, de Alsogaray y de todos los ladrones hijos de tal para cual”. Borges reflexiona: “¿Te das cuenta? ¡Si un hombre así está con nosotros hay esperanzas para la patria!”.
  • Borges conoce al autor de La Marcha de la Libertad, Rodríguez Ocampo, y dice que es “anti-peronista for the wrong reasons”, porque es un señor de horca y cuchillo; porque está en contra del lado populachero y guarango del peronismo. Dice que él, ante todo, es monárquico y carlista.
  • “Ese edificio pomposo es inútil. Sí, el Congreso.”
  •  Descripción del peronismo: “Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomenten la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de caudillos, vivas y mueras prefijados, ceremonias unánimes, la mera disciplina usurpando el lugar de la lucidez... Combatir estas tristes monotonías es uno de los muchos deberes del escritor. ¿Habré de recordar a los lectores del Martín Fierro y de Don Segundo Sombra que el individualismo es una vieja virtud argentina?”.
  • “Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón.”
  • “En Estados Unidos se espera que uno sea partidario de los indios, que hable mal del país y que sea comunista. Cuando me niego a estas tonterías, a veces defraudo a los que me escuchan.”
  •  “La pena de muerte está bien. Yo, por ejemplo, preferiría ser ejecutado. Estar encarcelado me parece espantoso. Creo que si alguien comete una culpa, está bien que lo fusilen. A mí no me importaría. Al contrario, si me dijeran que van a ejecutarme esta noche, diría... ‘Pero qué suerte, vamos a simplificar todo’.”
  • “Yo he sentido odio por dos personas. Por Perón y por mi lejano pariente, Rosas. Y por nadie más que yo sepa. En el caso de Hitler no era odio. Decía yo: qué raro que este hombre que es un genio militar sea al mismo tiempo un loco. Me decía, por ese entonces, que si yo fuera Hitler echaría del país a quienes no tuvieran sangre judía. Hubiera sido más inteligente, ¿no?”
  •  “Me gustaría volver sobre el coraje, esa gran virtud. Tengo un ejemplo cercano. Durante mucho tiempo (y no hace demasiado) a mi madre y a mí nos amenazaban por teléfono. Cada vez que atendíamos, un individuo de voz gangosa decía: ‘Los vamos a matar a los dos’. Un día atendió mi madre, que ya estaba postrada en la cama. Escuchó la amenaza y con toda tranquilidad contestó: ‘Vea, matar a mi hijo, un hombre viejo y ciego que sale todos los días solo a la calle, no es una gran hazaña. En cuanto a mí, tengo más de noventa años, de modo que si no se apura, por ahí me le muero antes’.”
  • “No vale la pena interesarse en el periodismo, pues está destinado a desaparecer. Bastaría, en lugar de diarios, con un periódico bimensual, ya que todos los días no se producen hechos sensacionales. En la época grecolatina se leían libros y no se perdía el tiempo en tonterías.”
  • “Lo malo es que en la Argentina ganamos todas las guerras y perdemos todas las elecciones.”
  •  “La gente sencilla no siente el dolor como nosotros. Los negros tienen un organismo muy simple, no sienten el dolor ni las heridas. La mayor parte de las mujeres del Congo no tienen ni idea del placer sexual, físico, y los hombres, poca. Por eso pueden ser estoicos, como nuestros indios, a los que se podía hacer cualquier cosa y no se quejaban. Nosotros somos más sensibles al dolor y al placer, como lo somos al color de las cosas y al valor de las palabras. Somos cada vez más complejos, lo que nos vuelve, tal vez, más cobardes. Para ser un buen soldado es mejor ser un poco estúpido.”
  •  “Si se ve la guerra de Vietnam como parte de la guerra contra el comunismo, está plenamente justificada.”
  • “El vicio más incorregible de los argentinos es el nacionalismo, la manía de los primates.”
  • “Creo que hay algo miserable en la venganza, incluso en la venganza justa, ¿no? Hay algo fútil en ello. Me disgusta la venganza. Creo que la única venganza posible es el perdón, el olvido. Esa es la única venganza y, desde luego, el olvido lleva consigo el perdón, ¿no?”
  • “Las huelgas me han parecido siempre una especie de chantaje, ¿no? Que las hagan me parece bien, pero que obliguen a otros a no asistir a la clase, eso no lo entiendo. ¿Qué intentan, asustarme? Bien, me dije, si me tumban de un golpe no importa en absoluto porque el resultado de una pelea no tiene importancia. Lo que importa es que un hombre no debe permitir que lo atropellen.”
  • “Ojalá merezcamos no tener ningún gobierno. En ningún país del mundo. Acaso un mínimo de gobierno, un gobierno puramente municipal, un gobierno de Spencer.”
  •  “De haber triunfado la República, hoy España sería otra Cuba. Franco ha sido positivo para España.”
  •  “Considero a la democracia un abuso de la estadística. No creo que sea lo mejor para países como España, Sudamérica, incluso los mismos Estados Unidos; quizá para los países escandinavos sea buena; para la Argentina, no.”

Fuente texto: Perfil.com