BENEGAS LYNCH RECUERDA A BORGES


Alberto Benegas Lynch (h), intelectual y pensador de fuste, escribe y recuerda a Jorge Luis Borges con notable agudeza y su proverbial pluma.  A un cuarto de Siglo de la muerte del insigne escritor, bien vale recordarlo y homenajearlo bajo el enfoque de este reconocido economista y catedrático de la libertad.


MI RECUERDO DE BORGES

Por Alberto Benegas Lynch (h)
Diario de América

Cuando era rector de la Escuela Superior de Economía y Administración (ESEADE) los alumnos me pidieron tenerlo a Borges entre los invitados. Intenté el cometido por varios caminos indirectos sin éxito, incluso almorcé en su momento con mi pariente Adolfo Bioy Casares con quien en aquel entonces éramos miembros de la Comisión de Cultura del Jockey Club de Buenos Aires, pero me dijo que “Georgie se está poniendo muy difícil de modo que prefiero no intervenir en este asunto”. Finalmente decidí llamarla por teléfono a la famosa Fanny (Epifanía Uveda de Robledo) quien actuaba como ama de llaves en la casa de Borges desde hacía más de un cuarto de siglo. Ella me facilitó todo para que Borges fuera a hablar a ESEADE y arregló los honorarios conmigo.
La velada fue muy estimulante y repleta de ironías y ocurrencias típicamente borgeanas todo lo cual se encuentra en la filmación de ese día en los archivos de esa casa de estudios, acto al que también nos acompañó por unos instantes Adolfito antes de ir a la regular sesión de masajes para aliviar su dolor de espalda. Cuando nos dirigíamos al aula Borges me preguntó “¿Dónde estamos Benegas Lynch?” y cuando le informé que en el ascensor me dijo “¿por qué ascensor y no descensor?”.
Cuando lo dejé en su departamento en la calle Maipú me invitó a pasar y nos quedamos conversando un buen rato atendidos por Fanny que nos sirvió una taza de té que al rato repitió con la mejor buena voluntad. Hablamos de los esfuerzos para difundir las ideas liberales y las dificultades para lograr los objetivos de la necesaria comprensión de la sociedad abierta. Se interesó por la marcha de mis cátedras y especialmente por la reacción de los estudiantes. Volvió a sacar el intrincado tema del arte objetivo o subjetivo que habíamos tocado en el automóvil cuando lo buscamos con María, mi mujer, ocasión en la que al intercalar la relación entre el arte y la religión señaló que la referencia religiosa más sublime que había escuchado era que “el sol es la sombra de Dios”.
Sé que María Kodama ha tenido serias desavenencias con Fanny (y con algunos allegados y allegadas a Borges) pero no quiero entrar en esos temas, sólo subrayo que con María tenemos una muy buena relación y ella me invitó a exponer en el primer homenaje a Borges que le rindió la Fundación que lleva su nombre junto al sustancioso y extrovertido español José María Álvarez y a otros escritores. Mi tema fue “Spencer y el poder: una preocupación borgeana” lo cual fue muy publicitado en los medios argentinos (a veces anunciado equivocadamente como Spenser, por Edmund, el poeta del siglo xvi, en lugar de aludir a Herbert Spencer el filósofo decimonónico anti-estatista por excelencia). Con Maria Kodama nos hemos reunido en muy diversas oportunidades solos y con amigos comunes pero siempre con resultados muy gratificantes.
Son muchas las cosas de Borges que me atraen. Sus elucubraciones en torno a silogismos dilemáticos me fascinan, por ejemplo, aquel examen de un candidato a mago que se le pide que adivine si será aprobado y a partir de allí como el consiguiente embrollo que se desata no tiene solución. Por ejemplo, su cita de Josiah Royce sobre la imposibilidad de construir un mapa completo de Inglaterra ya que debe incluir a quien lo fabrica con su mapa y así sucesivamente al infinito. Por ejemplo, la contradicción de quienes haciendo alarde de bondad sostienen que renuncian a todo, lo cual incluye la renuncia a renunciar que significa que en verdad no renuncian a nada.
He recurrido muchas veces a Borges para ilustrar la falacia ad hominem, es decir quien pretende argumentar aludiendo a una característica personal de su contendiente en lugar de contestar el razonamiento. En este sentido, Borges cuenta en “Arte de injuriar” que “A un caballero, en una discusión teleológica o literaria, le arrojaron en la cara un vaso de vino. El agredido no se inmutó y dijo al ofensor: ésto señor, es una digresión; espero su argumento” y la importancia de saber conversar a la que alude Borges quien ilustra la idea con la actitud hospitalaria y receptiva de Macedonio Fernández que siempre terminaba sus consideraciones “con puntos suspensivos para que retome el contertulio”, a diferencia de Leopoldo Lugones que “era asertivo, terminaba las frases con un punto y aparte; para seguir hablando con él había que cambiar el tema”.
Siempre me ha parecido magnífico el modo en que Borges comienza “La biblioteca de Babel”: “El universo (que otros llaman la biblioteca)…”. Una afirmación que encierra el secreto de toda biblioteca bien formada que representa un fragmento de la cultura universal, una porción de los amigos del conocimiento, un segmento de los alimentos más preciados del alma.

A mis alumnos les he citado frecuentemente el cuento borgeano de “Funes el memorioso” para destacar la devastadora costumbre de estudiar de memoria y la incapacidad de conceptualizar y de relacionar ideas. Recordemos que Funes, con su memoria colosal después del accidente, no entendía porque se le decía perro tanto a un can de frente a las cuatro de la tarde como a ese animal a las tres y de perfil.
Es casi infinito el jugo que puede sacarse de los cuentos de Borges (un periodista distraído una vez le preguntó cuál era la mejor novela que publicó, a lo que el escritor naturalmente respondió: “nunca escribí una novela”). Las anécdotas son múltiples: en una ocasión, al morir su madre, una persona, en el velorio, exclamó que había sido una lástima que no hubiera llegado a los cien años que estuvo cerca de cumplir, a lo que Borges respondió “se nota señora que usted es una gran partidaria del sistema decimal”. Con motivo del fútbol en una ocasión se preguntó en voz alta la razón por la que ventidós jugadores se peleaban por una pelota: “sería mejor que le dieran una a cada uno”. Un joven se le acercó en la calle y con gran euforia le entrega un libro de producción propia y Borges le pregunta por el título a lo que el peatón responde Con la patria adentro, entonces el escritor que siempre rechazó toda manifestación de patrioterismo exclamó “¡qué incomodidad amigo, qué incomodidad!”. En otra ocasión se arrima una joven entusiasta que afirma casi a los alaridos “Maestro, usted será inmortal” a lo que Borges respondió “no hay porque ser tan pesimista hija” y cuando Galtieri era presidente argentino le dijo que una de sus mayores ambiciones era parecerse a Perón: Borges (seguramente conteniendo sus primeros impulsos) replicó lo más educadamente que pudo, “es imposible imponerse una aspiración más modesta”. Poco antes, en esa misma época militar, se convocó a una reunión de “la cultura” a la que lo habían invitado reiteradamente por varios canales y a la salida los periodistas le consultaron sobre el cónclave a lo que Borges contestó con parquedad y con un indisimulado tono descalificador: “no conocía a nadie”. A poco de finiquitada la inaudita guerra de las Malvinas, Borges publicó un conmovedor poema donde tiene lugar un diálogo entre un soldado inglés y uno argentino que pone de manifiesto la insensatez de aquella guerra iniciada por Galtieri al invadir las mencionadas islas (tantas personas perdieron el juicio en esa guerra que un miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Argentina sugirió se lo expulsara al premio Nobel en Economía F. A. Hayek como miembro correspondiente de la corporación debido a que declaró con gran prudencia y ponderación que “si todos los gobiernos invaden territorios que estiman les pertenecen, el globo terráqueo se convertirá en un incendio mayor del que ya es”…afortunadamente aquella absurda e insólita moción no prosperó).

Borges tenía una especial aversión por todas las manifestaciones de los abusos del poder político por eso, en el caso argentino, sostuvo en reiteradas ocasiones (reproducido en El diccionario de Borges compilado por Carlos R. Storni): “Pienso en Perón con horror, como pienso en Rosas con horror” y por eso escribió en “Nuestro pobre individualismo” que “El más urgente de los problemas de nuestra época (ya denunciado con profética lucidez por el casi olvidado Spencer) es la gradual intromisión del Estado en los actos del individuo” y en el mismo ensayo concluye que “el Estado es una inconcebible abstracción”.
Pronostica Borges (lo cual queda consignado en el antedicho diccionario) que “Vendrán otros tiempos en que seremos ciudadanos del mundo como decían los estoicos y desaparecerán las fronteras como algo absurdo” y en “Utopía de un hombre que estaba cansado” se pregunta y responde “¿Qué sucedió con los gobiernos? Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más compleja que este resumen”.
Borges nos arranca la angustia del absurdo perfeccionismo al intentar la administración de la pluma en el oficio de escribir cuando al citarlo a Alfonso Reyes dice que “como no hay texto perfecto, si no publicamos nos pasaríamos la vida corrigiendo borradores” ya que un texto terminado “es fruto del mero cansancio o de la religión”.
Y para los figurones siempre vacíos que buscan afanosamente la foto, escribió Borges en El hacedor: “Ya se había adiestrado en el hábito de simular que era alguien para que no se descubriera su condición de nadie” y también, en otro tramo de esa colección, subrayaba la trascendencia de la teoría al sostener que “La práctica deficiente importa menos que la sana teoría”. Se solía mofar de la xenofobia y los nacionalismos, así definió al germanófilo en la segunda guerra, no aquel que había abordado a Kant ni había estudiado a Hoelderin o a Schopenhauer sino quien simplemente  era “anglófobo” que “ignora con perfección a Alemania, pero se resigna al entusiasmo por un país que combate a Inglaterra” y, para colmo de males, era antisemita. En el ensayo anteriormente mencionado sobre el individualismo enfatiza que “el nacionalismo quiere embelesarnos con la visión de un Estado infinitamente molesto”.
Sus muy conocidos símbolos revelan distintas facetas del mundo interior. Los laberintos ponen de manifiesto el importante sentido de la perplejidad y el asombro como condición necesaria para el conocimiento y el sentido indispensable de humildad frente a la propia ignorancia. Los espejos -cuando se mira en profundidad la propia imagen- “atenúa nuestra vanidad” y, simultáneamente permite ver que “somos el mismo y somos otros” en el contexto de las variaciones que operan en el yo a través del tiempo. Los sueños como anhelos y como fantasía. La manía borgeana por los tiempos circulares si se partiera de la premisa que todo es materia y el universo finito, lo cual conduce a permutaciones repetitivas (noción que, entre otros textos, la adopta en “La biblioteca total”, en conformidad con una conjetura que comenta Lewis Carroll dado “el número limitado de palabras que comprende un idioma, lo es asimismo el de sus combinaciones posibles o sea el de los libros”). Y, por último, el color amarillo del tigre como su primer recuerdo “no físicamente, sino emocionalmente” que se une al color que frecuentemente veía en su ceguera.
Ante todo, Borges se caracterizó por su independencia de criterio y su coraje para navegar contra la corriente  de la opinión dominante y detestaba “al hombre ladino que anhela estar de parte de los que vencen” tal como escribió en la antes menciona nota sobre los germanófilos…“a un caballero solo le interesan las causas perdidas” recordó con humor nuestro personaje en el reportaje conducido por Fernando Sorrentino.
En el prólogo a unas pocas de las obras de Giovanni Papini (otro cuentista y ensayista extraordinario con una prodigiosa imaginación) dice Borges: “no se si soy un buen escritor; creo ser un excelente lector o, en todo caso, un sensible y agradecido lector”.
Edwin Williamson, Victoria Ocampo, Rodríguez Monegal, Norman Thomas di Giovanni, María Esther Vázquez, Alicia Jurado y tantísimos otros han escrito sobre Borges y otros tantos lo han entrevistado (apunto al margen que le dijo a Osvaldo Ferrari que “cuando uno llega a los ochenta y cuatro años uno ya es, de algún modo, póstumo”) y una cantidad notable de tesis doctorales producidas en todos los rincones del orbe sobre este firme patrocinador del cosmopolitismo. De cualquier manera, no por reiterado es menos cierto y necesario decir que este autor constituye una invitación portentosa y renovada a la pregunta y al cuestionamiento creador.

diariodeamerica.com

Fuente: prensapopular.com.ar

VERSOS AL CAER LA TARDE EN SAN RAFAEL


Desde la finca Los Álamos se comunicaron con María Kodama para compartir el acto en Italia.
 
LA LINDA ENTRADA DE LA CASA DE LA FINCA LOS ÁLAMOS, FECHADA 1830 AUNQUE HAY INDICIOS DE QUE ES DE 1821. BORGES LA TRASPONÍA CUANDO VISITABA A SU AMIGA SUSANA BOMBAL.

Paula María Martín
Enviada especial

SAN RAFAEL, Mendoza.- El sueño de Susana Bombal y Randoll Coate se dio por cumplido por segunda vez. Ellos querían rendirle homenaje a su amigo Jorge Luis Borges con un laberinto, y la idea se multiplicó.
Ayer, en el 25° aniversario de la muerte del autor de El aleph , se inauguró en Venecia un laberinto "hermano" del de San Rafael, Mendoza. El de Los Alamos mide casi 100 metros de largo por 70 metros de ancho; el de Venecia, casi la mitad.
Tras la muerte de Borges, sus amigos Bombal -escritora- y Coate -paisajista- pensaron que no había mejor manera de homenajearlo que con el diseño de un laberinto, tema recurrente en su obra. Esto se plasmó gracias al sobrino nieto de Susana Bombal, Camilo Aldao -que murió a los tres meses de haberlo plantado-, y Kodama, quienes lograron que el sueño se hiciera realidad en 2003.
Ayer, cuando en Venecia la luna llena deleitó el cielo italiano, se iluminó el laberinto cuya construcción impulsó Kodama y puso en marcha Pedro Memelsdorff, un intelectual argentino que dirige el departamento de música de la Fundación Cini. Allí estaban Kodama y Carolina y Sofía Aldao, hermanas de Camilo.
En simultáneo, cruzando el océano, se iluminaba el laberinto borgiano con un atardecer inmejorable. Aquí estaba el resto de la familia, entre ellos Camilo Aldao (padre) y unas cien personas más del ámbito de la cultura, del turismo y de la prensa.
"Desde Venecia pidieron que ilumináramos el laberinto a la misma hora. Pero allá eran las 22.15 y acá las 17.15, entonces les dije que lo iba a iluminar con el sol", explicó Aldao a La Nacion. Y continuó: "Es muy importante para San Rafael, para Mendoza y para la Argentina que haya un laberinto similar, porque el de allá (por Venecia) es más chico y, además, que sea en medio de la Bienal de Venecia, que es el evento cultural más importante del mundo".
Desde Venecia, Kodama habló con Camilo Aldao: "Estoy muy emocionada. Estamos muy felices recordándolos a todos, a Borges, a Camilito". Luego, cantó el coro del Instituto del Profesorado de Arte de San Rafael. De un lado y del otro del mundo se leyó el "Poema de los dones", de Borges, allá recitado por Kodama, y en Mendoza, por una profesora sanrafaelina.
Aldao emocionó al recordar a su hijo: "Lo más lindo fue cuando terminaron de plantar el laberinto. Camilo me dijo «papá, le voy a decir a la escuela de chicos ciegos que vengan a poner las últimas plantas, porque Borges decía que los ciegos vieron en su laberinto y que nosotros fuéramos ciegos»".

Fuente texto: lanacion.com

   EL LABERINTO DE LOS ÁLAMOS VISTO DESDE EL AIRE
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BORGES: EN ITALIA SE ALZÓ UN MONUMENTO
A SU MEMORIA CON FORMA DE LABERINTO


Reproduce en espejo el apellido del escritor. Kodama espera poder hacer otro porteño.



LO LOGRÓ. MARIA KODAMA, CONTENTA: ALCANZÓ SU SUEÑO DE ALZAR UN MONUMENTO A BORGES EN ITALIA.


Borges tiene desde anoche su laberinto en Venecia, ciudad que amaba desde que la conoció a los ocho años de edad. María Kodama, su viuda, contó que el más grande escritor argentino creía que “Venecia es por sí misma un laberinto”.
Una noche mágica se vivió en la isla de San Giorgio, ocupada por la Fundación Cini, uno de los grandes faros culturales italianos. Se escuchó a Borges que recitaba “El Laberinto”, mientras que María Kodama leyó el poema “La Luna” que le dedicó su marido. El objetivo de la celebración fue rendir un homenaje permanente  a uno de los mejores protagonistas  de la literatura universal al cumplirse ayer 25 años de su muerte.
El público siguió desde una gran terraza el acontecimiento, que concluyó con la iluminación “a giorno” del laberinto y la invitación a perderse en sus vericuetos. El jardín ocupa un área de 2.300 metros cuadrados, con un desarrollo linear de 3 km de plantas de boj, con una altura de 75 centímetros. Las plantas son 2.327. Según el secretario general de la Fundación Cini, Pasquale Gagliardi, uno de quienes con su voluntad y esfuerzo hicieron posible la realidad del laberinto de Borges en Venecia, las plantas tienen “la medida justa para que el juego no se convierta en claustrofobia”.
Dos mapas ayudarán a salir a los que gocen perdiéndose en el laberinto cuando no hay más remedio. Uno tiene una simple vía de fuga tras 1,2 kilómetros. El segundo recorrido es más complejo, abarca un kilómetro y medio.
El arquitecto británico Randoll Coate, quién murió hace cinco años a la venerable edad de 96, era amigo de Borges y fue el diseñador del laberinto. Inspirándose en “El jardín de senderos que se bifurcan”, que integra Ficciones, Coate reprodujo el nombre de Borges duplicado como en un espejo y con objetos que aluden a los símbolos del genial imaginario del escritor argentino: un reloj de arena, un bastón, los espejos, el tigre, un gran signo de interrogación.
El mismo diseño fue realizado en 2003 en la estancia “Los Alamos” de la familia Aldao, a 250 kilómetros de la capital mendocina, que también fue encendido anoche para celebrar el nacimiento del gemelo.
María Kodama anunció que el próximo laberinto será construído con piedras y otros elementos originales en Islandia, otra tierra que fascinaba a Borges.
Y que espera poder hacerlo en Buenos Aires. Frente a la Biblioteca Nacional, de la cual el gran escritor fue director durante años, sería el escenario ideal. Pero hasta ahora “no ha sido posible”, por burocracia, tal vez, y por rencores, seguro.
No es casualidad que a Jorge Luis Borges se lo celebre mucho más en Europa y en Italia en este aniversario. Basta ver la flacura de las ceremonias en la Argentina frente a la admiración, el respeto y la renovación del recuerdo con que se lo celebra en Europa.
El acontecimiento inaugural fue ideado y organizado por Pedro Memelsdorff, director de música antigua de la Fundación Cini, un musicólogo argentino que otro de los impulsores de este proyecto. “La vida en este mundo es como el laberinto, porque nunca sabemos donde nuestra vida irá”, dijo Borges y recuerda Pedro, que supo crear un evento del más alto nivel. Un conjunto de monjes, venidos de Francia y dirigidos por Marcel Perez, interpretó monofonías litúrgicas que crearon una atmósfera casi irreal, en línea con la metáfora del laberinto.


LOS PRIMEROS. ANOCHE, EN VENECIA, LOS INVITADOS PUDIERON RECORRER EL FLAMANTE LABERINTO BORGEANO.

En recuerdo de la sabia ceguera del escritor argentino, el artista Adam Lowe presentó las primeras ideas para realizar un pasamanos que se extenderá por el laberinto con el texto del “Jardín de los senderos que se bifurcan” y dará solo a los ciegos la clave para salir indemnes del vericueto.
Pedro Memelsdorff puso anoche el motor en marcha de un Cancionero Borgiano, con la “prima” mundial de El laberinto, pieza para voz recitante, flauta, clarinete violín, violoncelo y piano, creado para la inauguración por el compositor argentino Julio Viera. Los solistas de la Orquesta Sinfónica de Jura, dirigidos por Facundo Agúdín, tocaron y cantaron la composición de Viera. Memelsdorff explicó que “el Cancionero se enriquecerá en los próximos años con composiciones musicales inspiradas en la obra de Borges”.

Fuente: clarin.com

EL BORGES POLÍTICAMENTE INCORRECTO


El periodista Esteban Peicovich recopiló en El palabrista (Marea) frases de Jorge Luis Borges. Aquí una selección de las más urticantes e “incorrectas”.

La sonrisa de Georgie.

Por Jorge Luis Borges / Recop.: Esteban Peicovich
  • “Para mí la clase media es una clase superior. La aristocracia es muy parecida al pueblo. Los aristócratas son muy nacionalistas y el pueblo también lo es. Les da por las mismas cosas. Les interesa el lujo, las carreras...”
  • “Recuerdo que una vez conversé con dos muchachotes que estaban ahí, en la plaza San Martín de Buenos Aires, cantando ‘Perón, Perón, qué grande sos’. Bueno... Yo estaba con una amiga y los dos muchachotes se me acercaron, con sus tambores, y nos planteamos: si nos vamos, van a pensar que estamos huyendo. Nos quedamos. ‘¿Es usted el señor Borges?’ Yo siempre he usado: ‘Y bueno, más o menos’ o ‘a veces’ o ‘nadie sabe...’. Entonces me pidieron que les firmara un autógrafo en unas hojas de papel. Les pregunté: ‘Y, díganme, ¿ustedes son peronistas?’, y me dijeron: ‘Pero no, señor, ¿qué se ha pensado usted? Nos pagan y tenemos que estar hasta las doce y cuarto tocando el tambor y cantando en la plaza’. No recuerdo cuánto les pagaban, era mucho para aquel entonces. Y luego decían eso de ‘la muchedumbre aclamando al dictador’. Era que la CGT buscaba a muchos pobres y les daba unos bombos y les pagaba. Cuando me vine a casa me fijé después que seguían cantando exactamente hasta las doce y cuarto. Y todo era así. Luego los crímenes espantosos que se cometieron: Aramburu que fue secuestrado, que fue torturado, mutilado y luego asesinado.”
  • “Me han enseñado a pensar siempre que el individuo debe ser fuerte y el Estado débil. No puede entusiasmarme una teoría en la que el Estado sea más importante que el individuo. Soy un conservador, pero ser en mi país un conservador no significa ser una momia, significa, digámoslo así, ser un liberal moderado. Si se es un conservador en la Argentina, nadie piensa que se es un fascista o un nacionalista. Por el contrario, a decir verdad, creo que ser un conservador en la Argentina significa ser bastante escéptico en asuntos políticos e incrédulo en cuanto a cambios violentos se refiere.”
  •  “Los peronistas no son ni buenos, ni malos; son incorregibles.”
  •  “Los peronistas son gente que se hace pasar por peronista para sacar ventaja.”
  • “Mire, yo detesto a los comunistas, pero, por lo menos, tienen una teoría. Los peronistas, en cambio, son esnobs.”
  • “A la gente le gusta el comunismo porque les da un carácter y un grupo de amigos.”
  • “El peronismo es algo inverosímil.”
  • “Yo estuve en contra del peronismo justamente porque era liberticida y de raíz fascista. Fíjese que Perón me persiguió porque yo era democrático, como se decía entonces. Jamás porque yo hubiera sido antiobrero o cosa parecida. Puso presas a mi madre y a mi hermana. No me pudo perdonar que cuando estaba en Norteamérica y me preguntaron por Perón yo hubiese contestado: ‘No me interesan los millonarios’. Ni que cuando me preguntaron por su mujer, yo hubiese respondido: ‘Tampoco me interesan las prostitutas’.”
  • “Yo siempre fui antifascista. En los tiempos del nazismo, cuando había tantos fascistas y nazis en Buenos Aires, yo condené a Mussolini y a Hitler, cuando muchos no hablaban. En aquellos tiempos prologué el libro Mester de Judería de Grünberg. No entiendo cómo me pueden calificar de fascista. Yo nunca dije que los gobiernos militares fueran los mejores o cosa parecida. Dije que, dado el caos producido en la Argentina durante el gobierno de Isabel Perón, era lo único que podía suceder. Todos sabemos que es así. Y así lo digo. La gente quiere suponer que soy un indiferente o que habito en una torre de marfil. Nunca hubo tal cosa, es totalmente falso. Durante el peronismo todos sabían que yo era opositor. Nunca ataqué al sindicalismo, sino a los sindicalistas ladrones. Y nadie duda que lo eran.”
  • “Sé que a veces he hablado a deshora o con exceso, pero siempre he sido fiel a mis convicciones; siempre he dicho lo que pienso.”
  •  “¿Usted vio la última campaña presidencial? ¡Qué vergüenza! Con Carter recorriendo el país con un avión que se llama ‘El maní volador’. ¿No es una vergüenza? Bueno, pues ha sido votado: es casi el peronismo ya... Es algo demagógico. Un presidente que todas las semanas de dos a cinco, tiene un día en el cual atiende personalmente el teléfono... Es muy sospechoso, ¿no? Cuando fue a Texas, ante los chicanos ‘tex-mex’, se presentó con un sombrero mexicano para congraciarse con ellos: quiere decir que es una persona burda y astuta... Según el color local, se disfraza de obrero, de ferroviario, de caballero...”
  •  “Si todos los países llegaran a ser de clase media –eso sería la Utopía para mí– desaparecerían muchos males. Yo viví cinco años en Ginebra en la época de la Primera Guerra Mundial. La ciudad tenía en ese tiempo 120 mil habitantes; creo que había un comisario y dos vigilantes. ¿Por qué? Porque todo el mundo pertenecía a la clase media. No había gente ni muy pobre ni muy rica. En los países escandinavos, países de clase media, no hay criminales.”
  •  “El mayor defecto del olvido es que a veces incluye la memoria.”
  •  “La gente decía que Dios era peronista. Qué gusto el de Dios: no me extraña.”
  • “La peor desdicha es que lo derrote a uno gente despreciable… los peronistas a nosotros.”
  • “¿Sabés que ¡Perón, Perón, qué grande sos! es una marcha escocesa? Está bien, porque demuestra que todo es de pacotilla en este país.”
  • “La fealdad de estos lugares (refiriéndose a Avellaneda y Puente Alsina) parece predestinarlos para Perón y el peronismo.”
  •  Borges relata que “el destino le deparó uno de los momentos mas felices de la historia argentina”. Cuenta que lo conduce un taxista borracho, que va manejando como loco; a llegar al destino, el taxista borracho dice: “Hijos de Espejo, de Astorgano, de Perón, de Eva Perón, de Alsogaray y de todos los ladrones hijos de tal para cual”. Borges reflexiona: “¿Te das cuenta? ¡Si un hombre así está con nosotros hay esperanzas para la patria!”.
  • Borges conoce al autor de La Marcha de la Libertad, Rodríguez Ocampo, y dice que es “anti-peronista for the wrong reasons”, porque es un señor de horca y cuchillo; porque está en contra del lado populachero y guarango del peronismo. Dice que él, ante todo, es monárquico y carlista.
  • “Ese edificio pomposo es inútil. Sí, el Congreso.”
  •  Descripción del peronismo: “Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomenten la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de caudillos, vivas y mueras prefijados, ceremonias unánimes, la mera disciplina usurpando el lugar de la lucidez... Combatir estas tristes monotonías es uno de los muchos deberes del escritor. ¿Habré de recordar a los lectores del Martín Fierro y de Don Segundo Sombra que el individualismo es una vieja virtud argentina?”.
  • “Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón.”
  • “En Estados Unidos se espera que uno sea partidario de los indios, que hable mal del país y que sea comunista. Cuando me niego a estas tonterías, a veces defraudo a los que me escuchan.”
  •  “La pena de muerte está bien. Yo, por ejemplo, preferiría ser ejecutado. Estar encarcelado me parece espantoso. Creo que si alguien comete una culpa, está bien que lo fusilen. A mí no me importaría. Al contrario, si me dijeran que van a ejecutarme esta noche, diría... ‘Pero qué suerte, vamos a simplificar todo’.”
  • “Yo he sentido odio por dos personas. Por Perón y por mi lejano pariente, Rosas. Y por nadie más que yo sepa. En el caso de Hitler no era odio. Decía yo: qué raro que este hombre que es un genio militar sea al mismo tiempo un loco. Me decía, por ese entonces, que si yo fuera Hitler echaría del país a quienes no tuvieran sangre judía. Hubiera sido más inteligente, ¿no?”
  •  “Me gustaría volver sobre el coraje, esa gran virtud. Tengo un ejemplo cercano. Durante mucho tiempo (y no hace demasiado) a mi madre y a mí nos amenazaban por teléfono. Cada vez que atendíamos, un individuo de voz gangosa decía: ‘Los vamos a matar a los dos’. Un día atendió mi madre, que ya estaba postrada en la cama. Escuchó la amenaza y con toda tranquilidad contestó: ‘Vea, matar a mi hijo, un hombre viejo y ciego que sale todos los días solo a la calle, no es una gran hazaña. En cuanto a mí, tengo más de noventa años, de modo que si no se apura, por ahí me le muero antes’.”
  • “No vale la pena interesarse en el periodismo, pues está destinado a desaparecer. Bastaría, en lugar de diarios, con un periódico bimensual, ya que todos los días no se producen hechos sensacionales. En la época grecolatina se leían libros y no se perdía el tiempo en tonterías.”
  • “Lo malo es que en la Argentina ganamos todas las guerras y perdemos todas las elecciones.”
  •  “La gente sencilla no siente el dolor como nosotros. Los negros tienen un organismo muy simple, no sienten el dolor ni las heridas. La mayor parte de las mujeres del Congo no tienen ni idea del placer sexual, físico, y los hombres, poca. Por eso pueden ser estoicos, como nuestros indios, a los que se podía hacer cualquier cosa y no se quejaban. Nosotros somos más sensibles al dolor y al placer, como lo somos al color de las cosas y al valor de las palabras. Somos cada vez más complejos, lo que nos vuelve, tal vez, más cobardes. Para ser un buen soldado es mejor ser un poco estúpido.”
  •  “Si se ve la guerra de Vietnam como parte de la guerra contra el comunismo, está plenamente justificada.”
  • “El vicio más incorregible de los argentinos es el nacionalismo, la manía de los primates.”
  • “Creo que hay algo miserable en la venganza, incluso en la venganza justa, ¿no? Hay algo fútil en ello. Me disgusta la venganza. Creo que la única venganza posible es el perdón, el olvido. Esa es la única venganza y, desde luego, el olvido lleva consigo el perdón, ¿no?”
  • “Las huelgas me han parecido siempre una especie de chantaje, ¿no? Que las hagan me parece bien, pero que obliguen a otros a no asistir a la clase, eso no lo entiendo. ¿Qué intentan, asustarme? Bien, me dije, si me tumban de un golpe no importa en absoluto porque el resultado de una pelea no tiene importancia. Lo que importa es que un hombre no debe permitir que lo atropellen.”
  • “Ojalá merezcamos no tener ningún gobierno. En ningún país del mundo. Acaso un mínimo de gobierno, un gobierno puramente municipal, un gobierno de Spencer.”
  •  “De haber triunfado la República, hoy España sería otra Cuba. Franco ha sido positivo para España.”
  •  “Considero a la democracia un abuso de la estadística. No creo que sea lo mejor para países como España, Sudamérica, incluso los mismos Estados Unidos; quizá para los países escandinavos sea buena; para la Argentina, no.”

Fuente texto: Perfil.com

BORGES Y LA GENTE.
A 25 AÑOS DE LA MUERTE DEL ESCRITOR


Difícil, erudito, eso piensan de él muchos que lo admiran pero no se animan a leerlo.

LA RISA. LA IMAGEN TAN DIFUNDIDA DE UN BORGES SERIO Y SOLEMNE NO ES LA QUE TRANSMITEN SUS TEXTOS, LLENOS DE IRONÍA Y FINO HUMOR.

Por Inés Garland


Hay demasiada gente seria tratando de que todos los otros se conviertan en gente espantosamente seria G.K. Chesterton
El mozo de un bar de Palermo, la adolescente de uniforme, la señora perfumada de tapado de cashmere y perrito con adornos, el hombre de la garita del ACA, el señor de buzo que camina alrededor del lago con su esposa italiana, todos saben que Jorge Luis Borges es un escritor. Un buen escritor. Pero sus opiniones raramente surgen de la lectura de sus libros. La lectura de Borges es otra cosa y presenta algunas complicaciones.
El quiosquero de la esquina de Oro y Seguí vende como pan caliente los suplementos sobre Borges que sacan los diarios, pero en su kiosco de la esquina de Maipú y Lavalle, sólo juntan hollín. La conclusión lógica sería que a la gente del barrio frente al Rosedal le gusta mucho Borges.
Sin embargo los que compran los suplementos son los mismos que reconocen muy avergonzados que no leen a Borges porque les parece demasiado difícil y erudito, porque las citas de sus escritos los hacen sentir ignorantes y creen que sólo podrían disfrutarlo de la mano de un profesor.
Se disculpan como si estuvieran cometiendo un pecado. ¿“Tengo la sensación de que debe ser aburrido o complicado de leer, no sé por qué pienso eso. Le tengo algo de rabia porque es como una especie de cucarda nacional que todos se meten en la boca a la hora de hablar de los genios de la literatura Argentina. Me da la sensación de que la gente siente que sube el estatus si dice que lo ha leído y que le gusta o apasiona”, dice una mujer joven que, sin saberlo, da una posible respuesta a la paradoja.
Cipayo, elitista, apátrida, sarmientino, son adjetivos que usan algunos para hablar de Borges. “Lo encasillé por la militancia. Él hubiera querido ser europeo. Era un hombre tan fino y apátrida. Ferviente antiperonista por lo elitista que era. Liberal, o sea, gorila. Nunca entendió la frase ‘Alpargatas sí, libros no’. Para entenderla hay que mirar el contexto. Lo que se necesitaba era trabajo e inclusión social. Nadie puede leer con la panza vacía”, dice con tranquilidad una ex maestra de historia que encontró por fuera de la política una manera de seguir militando por un mundo más justo.
Algunos de sus lectores lo defienden de estas acusaciones. “Nadie habla de Buenos Aires como Borges”, dice un economista que trabaja en la banca privada. “Cortázar es mucho más extranjero”.
El poema de Borges que más adeptos parece tener entre los no lectores de Borges es “Instantes”, que no es de Borges (aunque la demostración de esta falacia es larga y llena de vericuetos y los amantes del poema se resisten a conocerla).
El Borges místico, el hombre religioso en el concepto profundo de la palabra religar, el Borges pudoroso y simple, el que admiraba a los cuchilleros, el que ironizaba sin denigrar, parece menos conocido que el que supuestamente escribió un poema en el que se arrepiente de las cosas que no hizo.
Es como si esa disculpa lo volviera más entrañable, como si fuera más fácil quererlo si se arrepiente. Más fácil que dejar los prejuicios de lado y dedicarse a leerlo.


A  25 AÑOS DE LA MUERTE DEL ESCRITOR

Fuente: clarin.con

GRANDES HOMENAJES A BORGES EN EUROPA
Y POCOS EN EL PAÍS



Los homenajes que celebran la vida y los libros de Borges a los 25 años de su muerte, se suceden en distintas ciudades de Europa, como Venecia, Madrid y Roma, entre otras. En cambio, en el país, no son muchos los actos que hoy recordarán los 25 años de la muerte del escritor. Para dar apenas un ejemplo, la sede del Instituo Cervantes de Madrid anunció actividades en más de cuarenta países, entre ellas, maratones de lectura a cargo de reconocidos narradores. Además, se proyectará por primera vez en España la película “Invasión”, de Hugo Santiago, con guión de Borges y Adolfo Bioy Casares.
Además de los laberintos de Venecia y Mendoza, el ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi, y la titular de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, María Kodama, asistieron a la inauguración de la muestra El Atlas de Borges en la Biblioteca Sormani, de Milán, la biblioteca municipal más importante de la ciudad. La muestra viene itinerando por distintas ciudades del mundo organizada por el Ministerio de Cultura porteño y la Fundación Borges y podrá visitarse en la ciudad italiana hasta el 28 de julio. En total, hay más de 130 fotografías del álbum de viajes de ambos que no habían sido exhibidas. La muestra –que antes fue exhibida en Madrid, Praga, París, Berlín y Tokio– aporta una visión íntima del autor, con un recorrido que profundiza en el costado menos conocido de Borges.
Mientras tanto, en Buenos Aires, junto a la Torre de Babel de Libros creada por la artista Marta Minujín en Plaza San Martín, hoy, a partir de las 13, habrá una lectura de poemas de Borges a cargo de Mike Amigorena, Jorge D’Elia, Betty Elizalde y Julieta Cardinali y la interpretación de dos de sus milongas por el dúo Baraj-Barrueco. Esta actividad la impulsa el Ministerio de Cultura porteño, en el marco de Buenos Aires Capital Mundial del Libro 2011.
A fines de junio, en la Biblioteca Nacional, se va a exhibir la Colección Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, con los libros que le pertenecieron y que el escritor dejó allí cuando fue obligado a abnadonar su cargo. Contienen notas de lectura, apuntes y manuscritos que fueron objeto de una investigación que concluyó con la publicación del libro Borges, libros y lectura (salió en agosto de 2010 y está agotado), a cargo de Gérman Álvarez y Laura Rosato. Por otra parte y como actividad complementaria, los días 24, 25 y 26 de agosto, también en la BN, se realizarán las Jornadas Internacionales Borges Lector, gratuitas y para todo público, a la que vendrán, entre otros, Daniel Balderton (director del Borges Center de la Universidad de Pittsburgh), Alfonso del Toro (Universidad de Leipzig), los escritores Guillermo Martínez y Carlos Gamerro e Iván Almeyda (fundador del Centro Borges).
El jueves a las 19, en el Centro Cultural Borges, habrá una mesa redonda sobre “Borges, desde la literatura, el psicoanálisis y la plástica”. Ese centro tiene, en forma permanente, el Espacio Borges, estructurado en tres áreas: una exposición permanente, un espacio virtual (“Constelación Borges”) y un programa educativo. 


Fuente texto: clarin.com

UN LABERINTO EN MENDOZA,
GEMELO DE OTRO EN VENECIA




SÍMBOLO BORGEANO. FUE CONSTRUIDO EN LA ESTANCIA LOS ÁLAMOS.

Por Roxana Badaloni

El misterio de los laberintos atrapa a los individuos desde pequeños. En Mendoza, “El laberinto de senderos que se bifurcan”, creado en homenaje a Jorge Luis Borges y diseñado por el inglés Randolph Coate, es un imán para los chicos El sitio es mágico. Un manto de arbustos, del tamaño de una cancha de fútbol, evoca a un libro abierto. En una vista aérea puede leerse “Borges”, como en un espejo. Los senderos dibujan otros símbolos de la dimensión borgeana; además del espejo, “una cosa gris”, como el autor lo llamó en su poema “Un ciego”. Hay relojes de arena, un bastón, signos de interrogación, los nombres Jorge y Luis escondidos, la cabeza de un león y las iniciales de María Kodama, su viuda y guardiana literaria.
El primer homenaje “vivo” a Borges, como enfatiza la familia Aldao, que atesora esta creación, fue construido en la estancia Los Álamos. Son 200 hectáreas en San Rafael, a 250 kilómetros de la ciudad de Mendoza. El entramado verde se levanta detrás de una casona de 1830 de la familia Bombal. Es un museo habitable, con murales de Raúl Soldi, Héctor Basaldúa, un tapiz de Norah Borges, la hermana del escritor, manuscritos de Manuel Mujica Lainez y una colección de libros españoles e ingleses.
En el jardín, los arbustos de boj recrean el laberinto y superan el metro de altura. Fueron implantados en octubre de 2003, después de 10 años de esperar y fracasar en el intento de que algún funcionario de la ciudad de Buenos Aires aprobara la obra, que iba a construirse frente a la Biblioteca Nacional. Coate era un joven diplomático inglés cuando conoció a Susana Bombal, escritora, amiga personal de Borges y propietaria de Los Álamos. Cuando muere Borges, el paisajista tuvo un sueño en el que aparecían el escritor y su laberinto. En una carta, le relató ese sueño a Susana y le propuso hacer una representación en Argentina. Cuando la escritora murió a principios de los 90, su sobrino nieto Camilo Aldo (hijo), encontró la carta y junto con sus amigos Mauricio Runno, Gabriel Mortarotti y Andrés Ridois, emprendieron el sueño de plasmar el laberinto, Hoy, a 25 años de la muerte de Borges, un laberinto idéntico será inaugurado en la isla de San Giorgio en Venecia. El de Mendoza encenderá sus luces cerca de las 3 de la madrugada argentina, para establecer un puente cultural entre el Viejo y el Nuevo Mundo. 

Fuente: clarin.com