LA INSTITUTRIZ DE VICTORITA OCAMPO



La institutriz de Victorita Ocampo

Por Laura Ramos

Antes de empezar cada clase, Mademoiselle Alexandrine Bennemason hacía la señal de la cruz y obligaba a sus discípulas Victoria y Angélica Ocampo a rezar un padrenuestro. Les leía en francés un libro aburridísimo, La morale pratique, que les provocaba bostezos. Pero en ocasiones se sacaba los anteojos para restregarse los ojos y les recitaba unos versos de Racine y de Corneille que las fascinaba: “Del horror de una profunda noche…”. Las desobediencias y “contestaciones” de Victorita pronto obligaron a Mademoiselle a aplicarle penitencias. A menudo la amenazaba con dejarle colocado sobre la cabeza un bonete, que confeccionaba con un diario viejo, durante toda la clase. La segunda opción era más penosa: mantenerse de pie, con los brazos en cruz y un libro en cada mano. Cierta vez Mademoiselle perdió la compostura y retorció las fábulas de La Fontaine con una fuerza tan rabiosa que partió la dura tapa del volumen en dos pedazos. La profesora de piano se llamaba Berta Krauss, una temible dinamarquesa. Llevaba una esclavina de piel que parecía de carnero sucio y un prendedor del que colgaba una manito de coral. Era tan severa y brusca que en una ocasión hizo caer a su discípula del taburete giratorio de un empujón; una tarde la pellizcó. En verano llegaba a Villa Ocampo, la quinta de las tías que luego Victoria heredó, desde la estación San Isidro, montada en un break. Su alumna “la esperaba al pie de la escalera como un monaguillo dispuesto a decir misa” ( Autobiografía , Victoria Ocampo). Pronto les habló de la existencia de sus compositores predilectos: Grieg y Kuhlau, que ella pronunciaba Kulo. El nombre de Kuhlau las convulsionaba de una risa que debían sofocar, y que quedó ligado al de Miss Krauss para siempre en la familia. Una noche de 1905, bajo una tormenta de nieve invernal, un trineo tirado por caballos trajo a Mademoiselle O. a la mansión a Nabokov de Vyra. Vladimir tenía seis años y su hermano Sergey cinco. En la estación la esperaba el cochero Zahar, un hombre corpulento que hacía oír el húmedo chasquido del látigo sobre los dos caballos negros, Zoyka y Zinka, antes de dejarse engullir por la estepa. “Y me encontré allí, abandonada, como la condesa Karenina”, protestó ante sus alumnos luego de que una lámpara de petróleo la condujera al brillante salón de la casa cubierta de nieve. Su vocabulario ruso estaba formado por una sola palabra: “¿dónde?” (transcripción fonética: giddy-eh ), la misma solitaria palabra que se llevó de regreso a Suiza siete años después. Al día siguiente de su llegada los niños la dejaron resoplando en la escalera de entrada y se escaparon por el camino hacia el pueblo. Recorrieron tres kilómetros hasta que Dmitri, provisto de una lámpara, los alcanzó. “Giddy-eh?” gritaba frenéticamente Mademoiselle O desde el porche. Pero les leía, sin el menor tropiezo ni vacilación, El Conde de Montecristo, Los miserables , en un francés lustroso y magnífico que les purificó la sangre. Vladimir, ya en el exilio, fue a visitarla a Lausana, convertida en una especie de colonia de ancianas institutrices que competían en recuerdos y nostalgias. “En nuestro propio pasado siempre nos encontramos como en casa”, dice Nabokov para explicar el amor póstumo de aquellas damas por países remotos y recuerdos falsos. “Ah –suspiraba–, aquellos días felices en el chäteau ” “¡Y aquella vez que tú y Sergey me dejasteis perdida y gritando en la espesura del bosque!” “¡Los azotes que os di!”. Nunca los había azotado, y tampoco había sido feliz. En la mesa familiar, si creía que la habían situado muy cerca de los parientes pobres, la ofensa que sentía le hacía torcer el gesto en una sonrisa pretendidamente irónica, que culminaba con un “perdóneme, estaba perdida en mis tristes pensamientos” a su interlocutor. “No os preocupéis por mí”, decía con su vocecita cuando se le escapaba una lágrima de pesar, y seguía comiendo hasta que las no secadas lágrimas la cegaban. “La conversación general había girado, por ejemplo, en torno al tema del buque de guerra que comandaba mi tío, y ella había percibido en esto una malévola indirecta contra su Suiza natal, que carecía de Armada” ( Habla, memoria , Nabokov). La derribó por completo la llegada de un enérgico, saludable preceptor ruso de opiniones políticas radicales que ignoraba el francés. Al escribir sobre su gobernanta muchos años más tarde, luego de haberse convertido, él también, en un extranjero en tierras extrañas, Nabokov describió así su suprema desgracia: “Ser una extranjera, náufraga, sin un céntimo, enferma, en pos de la bendita tierra donde por fin sería entendida” pero donde, en realidad, “se subvaloraba la vocecita de ruiseñor que salía de su cuerpo de elefante”. Si hay un tratado sobre institutrices ese es Agnes Grey (Anne Brontë, 1847), un tratado pornocalvinista que suscribe la idea de Karl Marx sobre la historia de la humanidad como historia de la lucha de clases, ( Manifiesto Comunista , 1848). Pero esa historia se las contaré el próximo domingo.


Fuente: clarin.com


MIENTRAS TANTO
¿MUSEOS O ESPACIOS VERDES?




Auspiciado por el multimillonario Bernard Arnault, el célebre arquitecto estadounidense Frank Gehry, creador, entre muchas otras grandes obras, del Guggenheim de Bilbao, construye en el Bois de Boulogne de París, un edificio de cristal para el Museo de Arte Contemporáneo Louis Vuitton. Aquí, Gehry con la maqueta del nuevo Museo, cuando se lo presentó.

Juana Libedinsky

PARIS.- Cuando la compañera de viaje tiene un año y medio, la queja que reflejan los diarios de que en la Ciudad Luz hay "demasiados museos y demasiado poco espacio verde" deja de parecer un comentario de parisinos sofisticados que quieren escandalizar y se torna un problema cotidiano casi creíble. El tema, sin embargo, no parecería ser tanto que no haya espacios verdes, como que, en las plazas céntricas, pisar el pasto en primavera está prohibidísimo en casi todos lados. ¿Si ve a la distancia una masa humana compacta en un espacio mínimo, uno piensa que es una manifestación o quizá una performance? Error, son padres con niños en los pocos metros cuadrados en los que se puede aprovechar el césped. Una de las pocas excepciones es el Bois de Boulogne, donde se libra la última batalla. Resulta que Bernard Arnault, dueño del grupo LVMH, está construyendo en el "bois" un museo de 143 millones de dólares diseñado por Frank Ghery para albergar su colección de arte contemporáneo. Las tierras son fiscales, pero el compromiso es que en 55 años el edificio será cedido a la comuna sin cargo. La mitad ya está lista, pero la obra fue parada por acción de unos vecinos. El argumento es técnico, pero aseguran que buscan evitar que se saque más espacio verde a la ciudad aunque sea para el arte. Por ahora el poder político y judicial han tomado visiones opuestas y no se prevé una resolución rápida. Pocos años atrás, el gran rival de Arnault, François Pinault, cansado de las trabas que le pusieron cuando quiso construir en las afueras de París un museo para su propia célebre colección de arte, finalmente se la llevó a Venecia, donde es un gran atractivo turístico. ¿Un antecedente para esta situación? Quizás Arnault ya lo esté teniendo en cuenta.


Fuente texto: lanacion.com


EL RELATO DEL TIEMPO



Javier Marías y el poder devastador de la literatura

............................................................................................ JAVIER MARÍAS
Claudio Magris - Corriere Della Sera


ROMA.- En la lengua de los Chamacocos, un pueblo indígena del Paraguay, para negar el verbo en tiempo presente se usa el futuro, que pertenece al modo "no indicativo". Para decir "él no ama", se dice "él amará". Con ello no se quiere afirmar la certeza o la probabilidad o la esperanza de que algo suceda más tarde (en el ejemplo citado, "que él mañana se enamore"), sino más bien señalar una negación, una ausencia. Diciendo "él amará", además, se puede entender que no ama. Esto bastaría quizá para proponer al chamacoco como lengua oficial del Reino de Redonda y, como duque del mismo reino ("duque de segunda mano", reza el título que elegí para mí), me reservo el derecho de hacer esa propuesta. Creo que a nuestro soberano, Javier Marías, rey de Redonda y uno de los grandes escritores del mundo, tal propuesta no le disgustará. Como todo auténtico poeta, Marías es inexplicable incluso para sí mismo. Cercano a la tragedia, a la piedad, a la violencia cruda, pero también rico de ironía, en la escritura y en la vida, como lo demuestra su bizarro Reino de Redonda, una islita deshabitada en el Mar de las Antillas, en la que Glasworthy, un escritor aventurero, se proclamó rey hacia fines del siglo XIX, y cuyo título, a través de surreales y complejas sucesiones, llegó hasta Marías mismo, quien constituyó una Cámara de Pares del Reino, cuyo número crece por cooptación entre sus miembros, y entre los cuales se encuentran Coetzee, Munro, Steiner, Eco, Kundera y Almodóvar. También el humorismo, la sonrisa fraternal y afectuosa forman parte de la gama de sentimientos de un autor como Marías, para quien -como para su amadísimo Shakespeare, de quien extrae a menudo el título de sus novelas- la vida es al mismo tiempo una fábula narrada por un idiota, como en Macbeth , o la belleza de Julieta, que enseña cómo se encienden las antorchas. En Marías -que acaba de lanzar una nueva novela, Los enamoramientos - la escritura nace sin un diseño preciso: "Carezco por completo de una visión de futuro. No sólo no sé lo que quiero escribir y adónde quiero llegar... No sé siquiera cuando comienzo una novela ni cuál será el tema ni qué sucederá ni quiénes serán los personajes. Y ni hablar de cómo terminará". Con esta poética -que siento mía, mucho más que otras-, Marías cuenta aquello que hubiera podido suceder y nunca sucedió. Como para Musil, también para él, la historia, individual y colectiva, está hecha de potencialidades concretas y no quiméricas, es decir, de aquello que es posible en una determinada situación y, como tal, forma parte de la vida y del mundo. Tu rostro mañana -obra de fuerza extraordinaria- es el título de su reciente trilogía, pero podría ser también el título ideal de su narrativa en general, que comprende textos inolvidables, como Mañana en la batalla piensa en mí , Corazón tan blanco (probablemente su obra maestra), Negra espalda del tiempo , además de agudos ensayos, en los que la amable y morosa racionalidad de pronto se quiebra como la superficie del mar, cuando los remolinos abren lugar a los abismos, sin que por ello se turbe la responsable lógica del discurso. Javier Marías es un maestro original de la narración del tiempo, tal como tantos predecesores excepcionales: Proust, pero sobre todo Faulkner y Sterne, sus preferidos. Narrar el tiempo significa contar el modo en que éste se deshilvana a partir de una bruma capaz de tomar, como las nubes, la forma de las realidades más diversas. El tiempo, transcurriendo, se transforma en el rostro y en los sentimientos de los hombres, se coagula en los eventos individuales y colectivos, en un proceso en que todo se condensa y se disuelve, sin que nada se pierda. La red que el narrador echa en la crecida aferra de todo, aun cuando después lo deja hundirse con piedad en el magma informe de la vida, porque para los hombres no siempre es bueno que emerja la verdad. En la escritura, el pasado inestable y cambiante se transforma y asume una dimensión cronológica distinta. Marías es un poeta de lo grande y de lo mínimo, de la historia y de los matices del corazón, de las pasiones, intrigas, aventuras, del misterio, de los objetos y fantasmas. A menudo enfoca en cámara lenta la existencia en escenas amplificadas, para después difuminar esa existencia en una sombra humanísima y protectora. A Marías también le fascinan, si bien con horror, el mal violento e impalpable, el mal individual y colectivo, la traición y la delación, los crímenes cometidos por los Estados y por las leyes, el mal opaco que la vida absorbe, olvida e integra en lo cotidiano, como el delito de Ranz en Corazón tan blanco , o la indiferencia que rodea a la mujer muerta en Mañana en la batalla piensa en mí , o las atrocidades de la guerra de España y de los servicios secretos, evocados en el último volumen de la trilogía Tu rostro mañana , en que acciones tenebrosas se entrecruzan con una de las más bellas historias de amor y de muerte. ¿Es un bien o es un mal conocer el rostro en el mañana, el de uno mismo y el de las personas queridas que forman parte de nosotros, que son parte de nuestro propio rostro? ¿La verdad nos hace libres, como dice el Evangelio, tan amado por Freud? ¿O bien, petrifica como la mirada de la Medusa, es insostenible como el rostro de Dios, que quien lo ve, muere? Marías es un gran narrador de las verdades y de los secretos, de la imposibilidad y de la necesidad de ignorar. Su gran compatriota barroco, Gracián, debe de haberle enseñado que la verdad es una sangría del corazón. Narrar deforma y altera los hechos, los crea y los niega al mismo tiempo. El escritor y el lector son también espías. Inventar la vida como hacen los escritores -dice Marías- significa "hallar", descubrir la vida misma, en el sentido del verbo latín invenire . La escritura hace algo más: descubre también la ausencia, aquello que se ha perdido, las omisiones y los deseos insatisfechos de una existencia, los proyectos frustrados, descubre aquello que fuimos y aquello que no fuimos. Sólo el relato puede representar este lado cóncavo de la vida, estas alternativas de la realidad en indicativo, o incluso de la totalidad de la existencia. Porque nosotros somos lo que hicimos, pero también lo que hubiésemos querido hacer, aquello que quizá por pura casualidad no hicimos pero que estábamos dispuestos a hacer, aquello que pensamos y deseamos sin confesárnoslo, lo que olvidamos o fingimos haber olvidado. Esta es la verdad de la escritura, pero también su potencia devastadora, porque obliga a hacer las cuentas con la totalidad de aquello que somos, cuyo peso es casi siempre insoportable. Marías no está casado, pero es un gran poeta del matrimonio, la relación existencial por excelencia entre las personas y por ello profundamente peligrosa: vida convivida, que es un confesionario y al mismo tiempo una elusión, un decirse todo, junto a la dificultad y a la tentativa de no decirlo, con pasión, riesgo y culpa; una complicidad y una rivalidad que giran en torno al decir y el no decir. La vida, para Marías, es fidelidad y traición. No la banal traición erótica o sentimental, sino la traición permanente de los amigos, amantes, padres, hermanos, amores, credos; traición de la propia infancia y del pasado, que se suprimen con el tiempo, al alejarse de ellos. La literatura, al indagar y a veces al revelar el secreto, tiene una función potencialmente profanadora. Narra el secreto, pero lo narra tarde, en un momento quizás equivocado, poniendo en movimiento mecanismos destructivos. Cada narración puede desencadenar consecuencias incalculables. En el último volumen de la trilogía, Valerie muere porque descubre lo que su accionar ha provocado a lo largo del tiempo. La literatura es entonces la lucha contra el olvido y a favor del olvido, ya sea en el plano individual, ya sea en el plano histórico y político: como, por ejemplo, en la España postfranquista, la culpa y la necesidad del olvido de los delitos de la Guerra Civil. La escritura vuelve incluso más ambivalente el yo de quien escribe, de quien lee y de los personajes. En el breve ensayo "Quien escribe", Marías afirma que cuando presta su experiencia a un personaje no se trata más de sí mismo, sino de otro; por más similar que sea a sí mismo, se trata de "quien hubiera podido ser y no he sido". Este escritor tan experto en la dislocación moderna o posmoderna del yo ofrece al lector lo que la novela contemporánea no sabe o no quiere ofrecer sino muy raramente: personajes de carne y hueso, historias, hechos, aventuras, verdades esenciales sobre la vida, el amor, la cercanía/lejanía de los seres humanos, la pérdida, la dificultad de vivir juntos, en la amistad como en el amor. El fin de un escritor verdaderamente grande -dijo Marías a propósito de Faulkner- es intentar lo imposible. Valga para todos lo que me deseó en la dedicatoria de su libro Fiebre y lanza , la primera parte de la trilogía: "Que tus queridos rostros de hoy lo sean también mañana".


Fuente: lanacion.com


VISIONES SOMBRÍAS DE REBELDES ARTÍSTICOS



En el MoMA de NYC se exhibe la muestra más dedicada al expresionismo alemán, el primer movimiento moderno de ese país, que intenta explicar la irreverencia de sus artistas.
Reflejos de Alemania antes y después de la Gran Guerra.

JOVEN PAREJA. De Emile Nolde (1913). Los expresionistas alemanes modernizaron la idea del artista como comentarista social.


POR ROBERTA SMITH - The New York Times


Si por momentos le parece que Alemania ha aportado más artistas provocativos e irreverentes de lo normal al arte de los siglos XX y XXI, tal vez tenga razón. Desde Hannah Höch y John Heartfield hasta Martin Kippenberger y John Bock, el aporte ha sido extraordinariamente alto. Durante la posguerra, al menos, podríamos atribuirlo a un sistema de academia del arte que alienta la independencia, o quizás a una sociedad que sigue siendo de alguna manera más rígida que muchas de sus homólogas occidentales. Para tener una idea contundente de dónde comenzó todo, vaya a ver "German Expressionism: The Graphic Impulse" (Expresionismo alemán: el impulso gráfico) en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la exposición más grande que ha dedicado el museo exclusivamente al primer movimiento moderno de Alemania. Este estilo hizo erupción espontáneamente después de 1905 entre artistas de Dresden y Munich que se sintieron inspirados por los colores brillantes y las formas distorsionadas de los Post-Impresionistas y luego de los Fauves, además del arte campesino y primitivo; dejó de crepitar en algún momento durante la década de 1920. Para entonces, ya había sido declarado nulo por los Dadaístas berlineses, que debieron mostrar más respeto. Pero en la olla a presión que fue la década previa a que la burguesía alemana complaciente y gobernantes corruptos facilitaran la caída de Europa en la Primera Guerra Mundial, los Expresionistas contribuyeron a modernizar la idea del artista como un rebelde escandaloso y un comentarista social sardónico. Cualesquiera que hayan sido las deficiencias de sus iniciativas, que en la actualidad resultan unas veces proféticas y otras veces anticuadas, muchos artistas posteriores, especialmente los alemanes, continuaron la labor de ellos. La muestra fue organizada por Starr Figura, el curador asociado de grabados y libros ilustrados del Museo. El énfasis mayor está puesto en los grabados, una técnica que los Expresionistas alemanes, ayudados e instigados por algunos artistas austríacos, elevaron a una de las uniones más brutalmente eficaces y socialmente sensibles de medio y mensaje. Con sólo algunos deslices ocasionales, la muestra está imbuida de una energía que es a la vez urgente y chisporroteante, alegre, satírica, sombría y trágica. De sus más de 250 obras, 210 son xilografías, litografías o aguafuertes realizadas entre 1908 y 1923 por alrededor de dos docenas de alemanes (y dos austríacos), entre otros Ernst Ludwig Kirchner, Käthe Kollwitz, Emil Nolde, Otto Dix y Oskar Kokoschka, y también Wassily Kandinsky, durante una visita prolongada desde Rusia. Además de los grabados, hay libros ilustrados y publicaciones y afiches políticos, así como pinturas y esculturas ocasionales que impiden que uno se agote mirando cosas pequeñas y enmarcadas, entre éstas las figuras maravillosamente sensibles de Wilhelm Lehmbruck, en piedra, y el estudio de Kirchner sobre la tensión adolescente "Muchacha de pie, Cariátide" de 1909-10, una obra en madera tallada que el Museo adquirió, con la Neue Galerie, hace apenas cinco años. La instalación de Starr Figura presenta salas pintadas en un tono cercano al gris barco de batalla y aliviadas por ocasionales paredes de colores saturados que amplían las xilografías iniciales de Kandinsky, Kokoschka y Max Pechstein en la muestra. En el centro de la muestra, las 50 voraces aguafuertes de Otto Dix de 1924, tituladas colectivamente "La Guerra", deslumbran desde una pared color rojo brillante. Sus imágenes horrorosas resaltan entre los estilos del Modern en tanto estrujan lo que pueden la combinación de aguafuerte, aguatinta y punta seca, entre otras cosas igualando superficies comidas por el ácido con la carne herida o un terreno hendido. Es difícil imaginar una variedad similar de textura, luz, forma, sentimiento y realidad poco apetecible lograda de manera tan visceral en cualquier otra técnica visual. La muestra revela un nivel de talento bastante parejo. El Modernismo alemán no tuvo gigantes destacados como Picasso o Matisse, y ningún estilo que sacudiera al arte como el Cubismo. Lo que tuvo fueron en cambio numerosos artistas sobresalientes que se centraron con inusual unanimidad en el grabado, y que fueron alentados a hacerlo por marchands, editores y, durante un tiempo, un mercado del arte activo. En su ensayo para el catálogo, Figura hace un seguimiento de la propagación de la técnica. Dice, por ejemplo, que los artistas alemanes adoptaron el grabado (la xilografía en particular) por sus raíces profundas en el pasado cultural del país. También señala, no obstante, que la Primera Guerra Mundial, con el bloqueo de los Aliados, creó terribles déficits de lienzo y lino. Presentada más o menos en orden cronológico, la muestra procede como una regata, podría decirse, con los barcos avanzando a todo vapor hacia el clima de la historia, que va empeorando cada vez más. Las aguafuertes "Guerra" de Dix no son el único caso de una pared de imágenes abrumadoras para el espectador. Las xilografías categóricas de la "Guerra" de Köllwitz de 1923, colgadas sobre una provocativa pared anaranjada, registran la angustia de las viudas y los huérfanos con formas negras intensas, y también el funeral de Karl Liebknecht, fundador, con Rosa Luxemburgo, del Partido Comunista de Alemania; ambos murieron bajo custodia policial en enero de 1919. Junto a las litografías del grupo "Infierno" de Max Beckmann de 1919, capturan el caos de la guerra y sus consecuencias. En otras partes, hay grabados aislados que es imposible pasar por alto: la representación litográfica que hace Kokoschka de su cara como un fragmento grande y escultórico, parecería que a medias despellejado; las aguafuertes pequeñas y delicadas pero implacables "Inválidos de guerra" y "Sifilítico" de Dix; y dos autorretratos de Beckmann. En uno, un aguafuerte, aparece como un esteta tierno y de cara aniñada con sombrero bombín; en la otra, una xilografía, es un criminal insensible y de mirada lasciva. Un tercer autorretrato pequeño, en óleo sobre tela, une a los dos personajes. Más obra suya debería exhibirse con mayor frecuencia, lo que equivale a decir que la magnitud de la muestra nos recuerda la insuficiencia de la ampliación del museo en 2004. Las obras que están aquí representan apenas una fracción de las posesiones del MoMA. Hay alrededor de 3.200 obras de Expresionistas alemanes en papel ­ en su gran, gran mayoría grabados ­ en su colección. Por otro lado, el museo anunció que las 3.200 se pueden ver online en moma.org/germanexpressionism. Además de sus méritos considerables, "German Expressionism" debería establecer una buena base para una inmersión digital ­ y alentar las esperanzas de ver más las obras reales.


Fuente: revistaenie.clarin.com


DURADERA EXPLOSIÓN CÓSMICA
EN UNA GALAXIA DISTANTE
DESCONCIERTA A LA NASA.



Imagen de la NASA de la sorprendente explosión cósmica en el centro de una galaxia distante que ha estado ardiendo desde hace más de una semana, mucho más tiempo del que los astrónomos han observado jamás.



La NASA está estudiando una sorprendente explosión cósmica en el centro de una galaxia distante que ha estado ardiendo desde hace más de una semana, mucho más tiempo del que los astrónomos han observado jamás, informó la agencia espacial estadounidense el jueves. Imagen de la NASA de la sorprendente explosión cósmica en el centro de una galaxia distante que ha estado ardiendo desde hace más de una semana, mucho más tiempo del que los astrónomos han observado jamás Imagen de la NASA de la sorprendente explosión cósmica en el centro de una galaxia distante que ha estado ardiendo desde hace más de una semana, mucho más tiempo del que los astrónomos han observado jamás La NASA está estudiando una sorprendente explosión cósmica en el centro de una galaxia distante que ha estado ardiendo desde hace más de una semana, mucho más tiempo del que los astrónomos han observado jamás, informó la agencia espacial estadounidense el jueves. Calificándola como "una de las más desconcertantes explosiones cósmicas jamás observadas", la NASA dijo que ha movilizado el telescopio espacial Hubble, su satélite Swift y su observatorio Chandra X-Ray para estudiar el fenómeno. Más de una semana después de la explosión, continúan emitiéndose fuertes radiaciones de una intensidad fluctuante en el lugar donde se produjo el estallido, precisó la NASA en un comunicado. "Los astrónomos dicen que nunca antes habían visto una explosión tan brillante, variable, de tan alta energía y tan duradera. Usualmente, los rayos gamma marcan la destrucción de una estrella masiva y las emisiones de llamas de estos eventos nunca duran más de unas pocas horas". Un telescopio de la NASA detectó el 28 de marzo la primera de la serie de explosiones, en la constelación Draco. Los astrónomos creen que la explosión ocurrió "cuando una estrella pasó demasiado cerca del agujero negro de su galaxia", señaló la NASA. El 4 de abril, el telescopio Hubble mostró que el origen de la explosión estaba en el centro de una galaxia a 3.800 millones de años luz de la Tierra. "El hecho de que la explosión ocurriera en el centro de una galaxia nos dice que muy probablemente esté asociada a un agujero negro masivo. Esto resuelve la cuestión sobre el misterioso acontecimiento". El telescopio Swift catalogó el evento como una explosión de rayos gamma (GRB) 110328A.


Fuente: AFP


UN WARHOL A MÁS DE US$ 20 MILLONES



Subasta en mayo


Self-Portrait sale a la venta. Foto EFE

NUEVA YORK, (EFE).- Un autorretrato de Andy Warhol, hecho sobre fotografía a principios de los 60 y considerado la obra que revolucionó el arte de aquellos años, saldrá a la venta el 11 de mayo a un precio estimado entre 20 y 30 millones de dólares, según informó la casa de subastas Christie's. Self-Portrait fue realizado por el maestro del "pop art" entre 1963 y 1964 y, según los expertos de la firma, es una pieza icónica que refleja el momento en que Warhol muestra un concepto radical del arte que revolucionó la historia y que lo consagró como el artista más importante del siglo XX. El especialista en arte de Christie's Brett Gorvy señaló sobre la pintura: "Es destacable no sólo por su impacto visual y por la introducción de la fotografía en ese género, sino porque marca un momento clave para la historia del arte, cuando Warhol comenzó su panteón de estrellas con Marilyn, Liz Taylor y Elvis Presley".

Fuente: lanacion.com


HORAS DE ESPERA PARA CONTEMPLAR
EL TESORO DE MACHU PICCHU




Los peruanos han acogido los primeros vestigios arqueológicos que devuelve la Universidad de Yale con un sentimiento cercano a la euforia. Casi 30.000 personas visitaron la exposición durante los primeros cuatro días en su emplazamiento del Palacio de Gobierno de Lima, donde el Presidente de la República hizo “una convocatoria a todos los pueblos y civilizaciones" para que reivindiquen su “patrimonio saqueado”.


Fuente: noticiasarteseleccion.com