HALLAN EN EE.UU, UNA CADENA DEL SIGLO XVII



CADENA MILLONARIA. MIDE MAS DE UN METRO DE LARGO, TIENE CUENTAS SIMILARES A UN ROSARIO Y UN CRUCIFIJO.


Una cadena de oro con un crucifijo, valuada en 250 mil dólares y que formaba parte probablemente del tesoro del galeón español del siglo XVII Nuestra Señora de Atocha, fue hallado a 48 kilómetros de Cayo Hueso, en el sur de Florida, Estados Unidos. La cadena de oro, de algo más de un metro de largo, muestra cuentas similares a las de un rosario e incluye una moneda también de oro con motivos religiosos y un crucifijo con inscripciones en latín . Fue un submarinista del Museo Marítimo Mel Fisher, situado en Cayo Hueso, el que la encontró en el fondo marino mientras el equipo de cazatesoros buscaba restos de la sección de castillo de popa del galeón español, que naufragó en esas costas cargado de oro y plata en 1622. El Nuestra Señora de Atocha se hundió ese año cerca de Cayo Hueso porque fue embestido por un huracán mientras intentaba regresar a España. Parte del tesoro, compuesto por más de cien mil monedas de plata españolas y valuado en 450 millones de dólares, fue descubierto en 1985 por el cazatesoros Mel Fisher, que murió en 1998, a la edad de 76 años. Los descendientes de Fisher, que poseen los derechos del barco que naufragó, siguen buscando el resto del tesoro procedente del galeón español Atocha: unos 400 lingotes de plata y más de 100.000 monedas podrían permanecer todavía depositados en el fondo marino.

Fuente: clarin.com


UNA ONÍRICA GRETE STERN EN EL MALBA



Grete Stern - Los sueños 1948 - 1951


Malba presenta la exposición Grete Stern. Los sueños 1948 - 1951, con la colección completa de 46 fotomontajes vintage de la serie Sueños que Grete Stern publicó entre 1948 y 1951 en la página “El psicoanálisis le ayudará” de la revista Idilio (Editorial Abril), producción clave de la vanguardia fotográfica en la Argentina. Las piezas que se exhiben integran la colección privada de Eduardo F. Costantini y constituyen uno de los cinco juegos firmados por la artista que existen en el mundo. Los fotomontajes surgían del análisis de los sueños que las propias lectoras enviaban a la redacción, interpretados por el sociólogo Gino Germani -director de Idilio-, que firmaba sus notas con el seudónimo de Richard Rest. La colaboración duró alrededor de tres años y se publicaron cerca de 150 trabajos. Durante el primer año, Grete Stern (Wuppertal, 1904 - Buenos Aires, 1999) fotografió casi todos los fotomontajes antes de entregarlos. Luego, prácticamente abandonó esa rutina. Es por eso que hoy sólo se conservan 46 negativos.


“La serie de fotomontajes para Idilio fue la primera obra fotográfica –y la más importante hasta hoy- radicalmente crítica de la opresión y manipulación que sufría la mujer en la sociedad argentina de la época, y de la humillante consecuencia del sometimiento consentido”, afirma Luis Priamo en el catálogo de la exposición Grete Stern, Obra fotográfica en la Argentina, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 1995. En palabras de Priamo: “La mujer de los sueños de Grete es un ser angustiado y oprimido. Sus placeres son patéticos, igual que sus frustraciones; y cuando se la ve activa y dominante, es tan cruel como el mundo que la agobia. Sus ambiciones reflejan las utopías de melodramas y radionovelas: éxito social, riqueza, guantes largos y lamé (…) La mirada zumbona y sarcástica de Grete no se detiene en la compasión por la víctima, sino que avanza también sobre los resultados alienantes de su resignación. Que estos trabajos fueran presentados para la revista del corazón que se editaba en el país, les agregaba una nota de humor e ironía adicional”. Los protagonistas de las fotos eran sus amigos, familiares y vecinos, y las imágenes complementarias –paisajes, fondos, objetos, personajes secundarios- fueron tomadas de su propio archivo.


“Como debía entregar un fotomontaje por semana, el trabajo era intenso. Esta exigencia le dejaba poco tiempo para corregir o retocar las piezas, y explica que ella modificara por lo menos cuatro fotomontajes después de publicados”, relata Priamo. En consecuencia, hoy existen dos versiones de cada uno de esos sueños: el de Idilio y el del archivo de la autora. A pesar de publicarse semanalmente durante casi tres años, los fotomontajes fueron completamente ignorados, en gran parte por el desprestigio intelectual de este tipo de revistas. La serie se presentó por primera vez en la Facultad de Psicología de la Universidad de La Plata, a mediados de los años 50. La primera muestra en Buenos Aires se realizó en 1967, en colaboración con la poeta Elva de Lóizaga. En 1982, fueron exhibidos en la gran muestra de FotoFest, de Houston, Estados Unidos. A partir de entonces, el prestigio de la serie creció rápidamente y fue objeto de numerosas exposiciones. Algunas de ellas en el país; otras, en el IVAM de Valencia (1995), en Francia y en España (1996), en Portugal y en Holanda (1997) y en Alemania (1998/ 1999). Actualmente, la serie Sueños es reconocida en su original y verdadera dimensión.


Del 28 de febrero al 25 de abril. Sala 3, 1er. piso.


MALBA - Fundación Costantini


Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires


Avenida Figueroa Alcorta 3415, Buenos Aires, Argentina


+ 54 (11) 4808-6500


www.malba.org.ar


EL DORÍFORO, UN VISITANTE ILUSTRE



Es la primera vez que sale de Italia / En el Museo Nacional de Bellas Artes Durante tres meses se podrá ver en forma gratuita la escultura de mármol hecha en el siglo I a.C.

La obra fue presentada ayer a la prensa en el vestíbulo del Museo Nacional de Bellas Artes. Foto Archivo / Maxie Amena

Silvina Premat
LA NACIÓN

Los expertos coinciden en que representa el ideal de la belleza masculina y, a dos siglos de su hallazgo, aún no se ponen de acuerdo si se trata de la figura de Aquiles, Orestes o Teseo. Se lo conoce como Doríforo -"el portador de una lanza"-, mide 2,12 metros y pesa 750 kilos. Hecha en mármol, la obra de Policleto fue esculpida a principios del II a fines del siglo I antes del nacimiento de Cristo. Una de las esculturas antiguas más replicadas en todo el mundo está en Buenos Aires y a partir del viernes se la podrá visitar en forma gratuita en el hall del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), avenida Libertador 1473, donde permanecerá durante tres meses. Desde que fue encontrada en Pompeya, en 1797, la impactante escultura nunca había salido de Italia. "No saber quién es no altera en nada su belleza y la emoción de tenerla en Buenos Aires", dijo Giuliana Dal Piaz, agregada cultural de la embajada de Italia y directora del Instituto Italiano de Cultura, luego de presentar la estatua a la prensa, ayer al mediodía. El director del MNBA, Guillermo Alonso, dijo que la visita de Doríforo había sido planeada por él y por el embajador de Italia, Guido La Tella, para los festejos del Bicentenario, el año pasado. La falta de presupuesto pospuso la iniciativa para este año. "La operación fue compleja y no hubiera sido posible sin empresas italianas que crearon las condiciones financieras", dijo por su parte el embajador La Tella, que mencionó a las compañías auspiciantes: Enel, Pirelli, Telecom y Generali Argentina. El acto de inauguración oficial de la exposición del Doríforo, que se hará mañana, será también el puntapié inicial de la celebración en el país de los 150 años de la reunificación de Italia. Participarán en ese acto el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Franco Frattini -que visita el país después de una década de que ningún canciller italiano lo hiciera-, y su par argentino, Héctor Timerman. "Es muy fuerte tener acá en el hall una pieza que hemos estudiado durante años", dijo a La Nacion Silvina Echave, jefa de montaje del MNBA. La obra de mármol no sólo impresiona por su tamaño sino también por el equilibrio de las proporciones del cuerpo humano, la fortaleza de sus músculos y la ternura de sus rasgos. El público podrá visitarla desde el viernes hasta el 30 de junio de martes a viernes, de 12.30 a 20.30, y sábados y domingos, de 9.30 a 20.30.


LA CIUDAD RECIBE
80 PEDIDOS DE DEMOLICIÓN POR SEMANA



Son edificios construidos antes de 1941 Es por la gran cantidad de nuevos emprendimientos. El Gobierno porteño ya protegió a los que tienen valor patrimonial, y promete avanzar en un inventario sobre cuáles pueden tirarse abajo y cuáles no.



Carpintería Velasco. Se trata de una ex fábrica artesanal, que se remonta a 1909. Está en una manzana en diagonal, con ochava irregular. Hoy está abandonado y en desuso. Los vecinos del barrio organizaron una campaña para lograr que el Estado porteño lo proteja.


Por Pablo Novillo


Cada semana, el Gobierno porteño recibe 80 pedidos de autorización para demoler edificaciones anteriores a 1941 de parte de desarrolladores inmobiliarios que quieren reemplazarlos por edificios. El boom de la construcción en la Ciudad, que no se detiene, sigue provocando una discusión entre los constructores y los vecinos que pretenden preservar el patrimonio porteño: ¿qué edificios deben ser protegidos? Ahora, el Gobierno porteño promete avanzar en una deuda de casi 20 años, un catálogo que defina qué edificios se pueden demoler y cuáles no . Es cierto que en la medida que crecía el malestar vecinal por la pérdida de edificios típicos de los barrios el Gobierno porteño reaccionó en parte y salvó varias construcciones. En los últimos tres años, por ejemplo, la gestión macrista protegió más de 3.000 edificios, y la Legislatura porteña otros 575 sólo el año pasado. En total, la Ciudad tiene más de 11.400 edificios con algún grado de custodia. También hay 50 Areas de Protección Histórica, como el Casco Histórico o los bosques de Palermo. Sin embargo, el propio Gobierno estima que un 60% de las construcciones que hay en la Ciudad son anteriores a 1941. Por lo tanto, siguen estando en riesgo de demolición la mayoría de los edificios. No en vano llegan esos 80 pedidos semanales, tal como le confirmaron a Clarín en el Ministerio porteño de Desarrollo Urbano. Para evitar una pérdida masiva de construcciones con alto valor histórico, en 2007 la Legislatura sancionó una ley (prorrogada a fines del año pasado) que establece un mecanismo de evaluación sobre qué edificios se pueden demoler y cuáles no. ¿En qué consiste? Cada vez que un desarrollador inmobiliario pretende tirar abajo un edificio anterior a 1941, debe pedir una autorización al Gobierno. Al recibirla, la Ciudad la deriva al Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP), un organismo integrado por el Ejecutivo, la Legislatura e instituciones del rubro, como la Facultad de Arquitectura de la UBA o la Sociedad Central de Arquitectos. Este organismo decide si permite o no la demolición. Si la niega, el inmueble queda incluido en un catálogo preventivo, pero luego la Legislatura debe sancionar una ley para darle una cobertura definitiva. Pero el trabajo del CAAP genera críticas. Primero, por algunas de sus decisiones. Por ejemplo, cuando el año pasado había autorizado la demolición de La Imprenta y La Cuadra, dos edificios emblemáticos de Palermo, porque decían que carecían de valor histórico, ya que habían sido modificados en el tiempo. La resistencia vecinal derivó en que la Legislatura los preservara con una ley. Desde el lado de los constructores también hay cuestionamientos. El Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo se alejó del CAAP el año pasado, porque critica que con la sola catalogación no alcanza, sino que el Estado debería promover el reciclado de los edificios. Los desarrolladores también se quejan de las demoras en los trámites y de la discrecionalidad que puede tener en sus decisiones. Estos problemas no existirían si el Gobierno porteño hubiera cumplido con una vieja deuda. Según explicaron en la propio Ministerio de Desarrollo Urbano, en 1992 el entonces Concejo Deliberante ordenó la creación de un inventario de edificios con valor patrimonial. Con ese documento, cualquier persona sabría, antes de comprarla, si una construcción puede ser demolida o modificada, o si está protegida. Pero ese trabajo jamás se completó. Ahora la Ciudad promete cumplir. “Estamos muy cerca de firmar un acuerdo con la Facultad de Arquitectura de la UBA para que completen el inventario. Suponemos que podrían hacerlo rápido, ya que esta gestión ya protegió a miles de edificios”, señaló el ministro Daniel Chaín. Para los vecinos, el anuncio es bueno aunque insuficiente. “Está bien que se haga el catálogo general. Pero debe hacerse con seriedad, y no considerar sólo las fachadas o el grado de conservación de un edificio”, advirtió Marcelo Magadán, de la organización Basta de Demoler. En tanto, Enrique García Espil, titular de la Sociedad Central de Arquitectos, agregó que “ojalá se avance con el inventario. Pero lo que también hace falta es una modificación integral del Código de Planeamiento , tal como manda el Plan Urbano Ambiental. Ese cambio debería servir para que se determine hasta qué altura se puede construir en cada cuadra".


De lo histórico hacia el futuro


Por Sebastián Clemente


De una lado, la protección de edificios históricos. Del otro, la gran demanda de demoliciones, producto de la enorme cantidad de construcciones que pretenden iniciarse en la Ciudad. Entre el cuidado de las tradiciones y el avance hacia lo nuevo está la clave del debate. Para lograr el equilibrio es vital la organización de la información. Saber cuáles son los edificios que ostentan un verdadero valor patrimonial. Para preservar la historia, la identidad de la Ciudad, y desde esa base, que siempre brinda cimientos sólidos, construir hacia el futuro.


Polémica por la extensión del Casco Histórico


Más allá de la protección individual de los edificios, el año pasado la Legislatura amplió el Casco Histórico de la Ciudad, para que haya una fuerte restricción a las obras nuevas. A la zona ya protegida, el centro de San Telmo y de Monserrat, se le agregó el polígono que va desde Plaza de Mayo hasta la Plaza San Martín, entre el Bajo y Florida. Pero por falta de acuerdos la Legislatura no aprobó otro proyecto para ampliar el Casco hasta la calle Tacuarí, como reclaman los vecinos. Si ese sector ya hubiera estado preservado, nunca podría haberse iniciado la construcción de la torre Quartier, rechazada por la gente, que con sus 40 pisos está siendo levantada en Garay entre Chacabuco y Piedras.


Fuente: clarin.com


LUIS SEOANE, EL ILUSTRADOR
DE KAFKA, SARTRE Y GARCÍA LORCA



Cien obras del artista gallego se exhiben en una muestra retrospectiva.

EL PULPO. UNA DE LAS OBRAS QUE VIAJO DESDE EL MUSEO DE BELLAS ARTES DE LA CORUÑA, DONDE NACIO SEOANE.

Por Marina Oybin

Muchas veces, allá lejos, cada vez más lejos tengo copiado estos rostros y estos gestos en la feria de los jueves de Compostela, en alguna romería o cuando hacían sus trabajos labriegos o marineros. Ahora los recuerdo. El dibujo sirve también para eso, para figurar el recuerdo”. Ese recuerdo vuelto líneas y color, esa vida dividida entre nuestras pampas y España, puede verse en más de un centenar de grabados y pinturas (pertenecientes al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y a colecciones privadas) que se exhiben por estos días en Seoane, en MUNTREF, el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Hombre polifacético, Luis Seoane (Bs. As, 1910 - La Coruña, 1979) fue grabador, pintor, ilustrador, editor, abogado, militante político, y autor de textos de arte y críticas de libros. De familia gallega, se crió en Galicia, en contacto con la vanguardia de los años veinte. En 1932, pisó Santiago de Compostela, y un año después ingresó al Partido Galeguista. En 1936, al estallar la Guerra Civil española, por su militancia y su trabajo como abogado de los trabajadores, volvió a la Argentina escapando de la persecución falangista. Y nunca abandonó su interés por la cultura gallega. Dibujó para medios gráficos como el diario “Crítica”, de Natalio Botana. Colaboró con la editorial Losada, y fue director artístico de Emecé. Impulsor de proyectos editoriales, estuvo al frente del periódico “Correo literario”, donde escribió Julio Cortázar, y fundó la editorial de poesía “Botella al mar”, que abrió sus puertas a jóvenes escritores. Con curaduría de Laura Buccellato, la muestra incluye grabados y pinturas. Pero sin duda, el punto fuerte de Seoane son los grabados: se metió con todas las técnicas, y la que más le atrajo fue la xilografía (donde se usa un taco de madera que se desbasta con una gubia: lo que se quita se ve en blanco en la copia), en la que incluso llegó a usar durísima madera de quebracho colorado. También experimentó con los xilocollages, incorporando al taco distintos elementos para logar texturas. Su obra oscila entre el expresionismo y la abstracción, y lo más interesante se descubre cuando se suelta con formas más orgánicas a puro color. En sus trabajos, muchas veces, el color de la figura ocupa también el fondo, dando la sensación de que la imagen estuviera movida. Como una reina de clan que espera , la ilustración para “ La insepulta de Paita” , de Pablo Neruda; y la serie La represión (1965), donde los muertos devienen siluetas, son algunas de las obras que no hay que dejar de ver. Además, en una sala recientemente inaugurada, se exhibe material gráfico proveniente de la Biblioteca Nacional, el Museo del Grabado, la Fundación Espigas y El Museo de la Emigración Gallega en la Argentina. Seoane ilustró, entre muchos otros, libros de Franz Kafka, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Jean Paul Sartre y Aldous Huxley. “Lo que creo haber aportado al libro en general con mis tapas y dibujos es un humor como de canción popular, junto a imágenes nuevas y un alegre sentido del color”, dijo este artista que buscó que el arte se democratizara llegando a la mayor cantidad de personas. Un video acerca a la gran huella que Seoane dejó en sus murales (realizados entre 1954 y 1972) en el Teatro San Martín (con su trabajo “Nacimiento del teatro argentino”), edificios de departamentos y galerías comerciales. Además, se proyecta el documental sobre la Guerra Civil española “Morir en Madrid” , de Frederic Rossif. Una de las mayores atracciones de esta muestra es que el público puede ver cómo se hace una xilografía y hasta llevarse una copia a casa . Los sábados, de 15 a 20, un joven grabador muestra el procedimiento: es posible ver cómo el taco de madera cuidadosamente desbastado se transforma, tras el paso por la prensa, en una obra. Y, al tiempo, en fragmento del recuerdo.

Agenda

Muestra: “Seoane”.

Dónde: Muntref. Valentín Gómez 4838, Caseros.

Cuándo: lunes a sábados de 11 a 20. Hasta el 30 de abril.

Fuente: clarin.com


EL DESIERTO HOLANDÉS EN EL RIJKSMUSEUM



Del 15 de marzo al 20 de junio de 2011, en el Rijks, el Museo Estatal de Arte e Historia de los Países Bajos, de Amsterdam.



El paisaje holandés fue creado en gran medida por el hombre, con excepción de las playas de arena y las dunas a lo largo de la costa, que fueron creadas sobre todo por la Naturaleza. En el siglo XVII, cuando los Países Bajos eran la región más urbanizada de Europa, las dunas ofrecían un acogedor refugio para los habitantes de las ciudades superpobladas. Entre los que buscaron refugio en ellas, estaban artistas del siglo XVII como Goltzius y Rembrandt. Sus obras retratan no sólo las cualidades recreativas de las dunas, sino que además su gran calma y rústica naturaleza. Desde el 15 de marzo hasta el 20 de junio de 2011, el Rijksmuseum expondrá una selección de más de veinte de sus más bellos dibujos y grabados de paisajes de dunas en el siglo XVII. Dice Huigen Leeflang, Curadora de Grabados del Rijksmuseum: "Las dunas fueron la cuna del arte del paisaje holandés. Es notable que la manera en que experimentamos las dunas ha cambiado poco con el paso de los siglos. Seguimos disfrutando de retirarnos a las dunas y los artistas siguen inspirándose en esa misma grandeza y su fuerte belleza". Los primeros dibujos conocidos con la temática del paisaje holandés son los de dunas creados por Hendrick Goltzius alrededor de 1600 en la zona de Haarlem. Le siguieron numerosos especialistas en paisajes, incluyendo Esaias van de Velde, Molijn Pieter, Claes van Beresteyn, Hendrick Goltzius, Cuyp Aelbert y Rembrandt. La exposición muestra las situaciones que van desde gente recorriendo desastres naturales, fascinados por las ballenas varadas en las playas, hasta habitantes de la ciudad en viaje hacia los lugares donde se blanqueaban los linos textiles.

Fuente: Rijksmuseum Amsterdam


SHOWS DE ARTES VISUALES, DESLUMBRANTES



Estuvieron en íconos como el Obelisco, o la Facultad de Derecho, que lucieron distintos.

ICONO. EL OBELISCO, CON SUS CARAS INTERVENIDAS POR LA LUZ.

Por Marina Wertheimer


Las artes visuales se desplegaron con toda su potencia anoche sobre una Buenos Aires que se vio transformada, alterada por espectáculos lumínicos de Norte a Sur. Y hubo desde intervenciones monumentales, sobre grandes íconos como la Facultad de Derecho o la torre del Parque de la Ciudad, hasta detalles pequeños y exquisitos en Plaza Francia o la Avenida de Mayo. Una de las más originales fue la acción lumínica y sonora del artista Christian Wloch, que proyectó sobre la fachada de la Facultad de Derecho volúmenes lumínicos tridimensionales . Al ritmo de la música electrónica de fondo, las columnas de la Facultad y las escalinatas se encendían y apagaban con distintos colores. Mucha gente se había reunido para el show, también sobre el puente peatonal de Pueyrredón y había autos que se detenían sorprendidos por el espectáculo. “Impacta el efecto que produce la luz contra el estilo antiguo del edificio, el contraste con la tecnología moderna es muy interesante”, contó Orlando Fernández, un músico de 43 años. Otro ícono porteño, el Obelisco tuvo después de las 22 su cara cambiada. Hubo proyecciones sobre sus caras del arquitecto Luca Ruzza con luces e imágenes de colores. La movida llegó también a la torre del Parque de la Ciudad. Allí, también Wloch había preparado una modulación de haces de luz con dispositivos robóticos que se proyectaban desde la torre y hacia distintas direcciones de la Ciudad. Los haces de luz se fueron modificando y podían verse a gran distancia , en una noche que acompañó con un cielo claro y temperatura muy agradable. Los que eligieron el norte de la Ciudad, pudieron acercarse hasta el Cementerio de la Recoleta, donde se vio el espectáculo “Parados sobre el muro”. Realizado por La doble A, se trató de abrir los muros del cementerio con proyecciones tridimensionales musicalizadas. No muy lejos, en el Planetario, primero se pudieron observar los astros desde los clásicos telescopios, y luego la instalación “Tubular”, de Nicolás Bernaudo, con 108 luminarias que colgaban de una estructura metálica . “Vinimos a ver las estrellas, pero nos quedamos maravillados con esta puesta”, contó Ana Bernardino, una ingeniera de 30 años. Era un juego interesante de colores sobre los tubos incandescentes, que cambiaban de color con música futurista. La gente quedó deslumbrada.


Fuente: clarin.com