LA ARQUITECTURA SEGÚN LE CORBUSIER



Le Corbusier trabajando.

"El ojo se mueve en un lugar compuesto por calles y casas. Recibe el impacto de los volúmenes que se mueven en torno a él. Si estos volúmenes son formales y no degradados por alteraciones intempestivas, si el ordenamiento que los agrupa expresa un ritmo claro, y no una aglomeración incoherente, si las relaciones de los volúmenes y el espacio tienen proporciones justas, el ojo transmite al cerebro sensaciones coordinadas, y el espíritu obtiene de ellas satisfacciones de un orden elevado: ésto es arquitectura."
Le Corbusierxxxxxxxx

Charles Édouard Jeanneret, conocido como Le Corbusier nació el 6 de octubre de 1887 en la Chaux de Fonds (Suiza). Fue un arquitecto, urbanista, teórico de la arquitectura, diseñador y pintor suizo, nacionalizado francés. Es considerado uno de los padres de la arquitectura moderna (junto con Frank Lloyd Wright, Walter Gropius y Ludwig Mies van der Rohe), y uno de los arquitectos que mayor influencia han tenido en el siglo XX y en general, en toda la Historia de la arquitectura. Le Corbusier fue, además de un gran arquitecto y pintor, un eminente teórico de la Arquitectura. Escribió varios libros, en los que ejemplificaba sus ideas mediante proyectos propios (a la manera clásica como lo hizo en su momento, por ejemplo, Palladio en “I Quattro Libri dell'Architettura”). Tuvo muy claro que, aparte de saber crear buenos edificios era necesario saber explicarlos y transmitirlos al resto de los profesionales y a los estudiantes, y ejerció con gran maestría la tarea de publicitar su propia obra. Como visionario, Le Corbusier veía la posibilidad de cambiar el mundo a través de la arquitectura. Era socialista, y como tal, veía todo proceso de diseño con fines utópicos. Lo que le permitió contribuir grandemente al significado de la arquitectura en general.

La machine à habiter


Le Corbusier es conocido por su definición de la vivienda como la máquina para vivir. Ponía en énfasis no sólo en la componente funcional de la vivienda, sino que esta funcionalidad debe estar destinada al vivir, comprendiéndose esto último desde un punto de vista metafísico. Creía que el objetivo de la Arquitectura es generar belleza (muy conocida también es su frase: la Arquitectura es el juego maestro, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz), y que ésta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de los propios edificios.

Los Cinco Puntos de la Arquitectura


En un libro posterior enunció los cinco puntos a tener en cuenta en el diseño de un edificio de vivienda “moderna”, que son los siguientes: • El edificio descansa sobre pilotis (columnas) dejando el espacio de la planta baja en su mayoría libre para permitir que el paisaje quede autónomo del edificio. • En la cubierta, plana, se encuentra un jardín, que sirve para aislar térmicamente al interior y reutilizar el agua caída sobre él. • El edificio es sustentado por una estructura de pilares de hormigón armado, por lo que el espacio interior permite cualquier tipo de distribución. • La fachada queda libre de elementos estructurales, de forma que puede diseñarse sin condicionamientos. • Se practican grandes ventanas alargadas en las fachadas para conseguir una profusa iluminación natural en el interior (fenêtre en longeur)...

El Modulor


Ideó también el Modulor, sistema de medidas en que cada magnitud se relaciona con la anterior por el Número Áureo, para que sirviese de medida de las partes de arquitectura. De esta forma retomaba el ideal antiguo de establecer una relación directa entre las proporciones de los edificios y las del hombre. Tomó como escala el francés medio de 1,75 m de estatura; y más adelante añadió el policía británico de 6 pies (1,8288 m), lo que dio el Modulor II. Los resultados de estas investigaciones fueron publicados en un libro con el mismo nombre del Modulor. Fue uno de los miembros fundadores del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna. En 1930 adoptó la nacionalidad francesa. Unos años después realizó su primer viaje a los Estados Unidos.

Museo de Arte Occidental, Tokio, Japón.

Obras Representativas:

• Villa Savoye (Poissy, Francia) • Pabellón de Nestlé, Feria de París 1927 • Pabellón de Suiza. Ciudad Universitaria (París) • Unidad de Habitación (Marsella) • Iglesia de Nuestra Señora de las Alturas (Ronchamp, Francia) • Palacio de los Filatélicos (Ahmedabad, India) • Museo y Galería de Arte (Chandigarh, India) • Convento Sainte Marie de la Tourette (Lyon) • Estadio (Bagdad, Iraq) • Casa de la Cultura (Firminy, Francia) • Viviendas Heilsbergen Dreieck (Berlín) • Museo de Arte Occidental (Tokio) • Centro de Artes Visuales Carpenter, Universidad de Harvard (Boston) • Centro Le Corbusier (Zurich)

DICEN AHORA QUE EL CUADRO
ES DE REMBRANDT



Imagen difundida este 6 de octubre de 2010 por el museo Boijmans van Beuningen de Rotterdam (Holanda) del lienzo 'Tobías y su mujer', atribuido en principio a un pupilo de Rembrandt y que finalmente se cree que fue pintado por el maestro holandés.

Foto:Ho/AFP

UNA ETERNA PRIMAVERA



Una exposición que recorre la obra de Raúl Russo muestra su maestría con el color. Al borde de la abstracción, sus pinturas abren la puerta a una realidad construida a partir de lo cromático.


EN EL TALLER. El artista cuelga la pintura reproducida abajo.

Por Marina Oybin

"¿Mi visión antes de pintar?”. La pregunta a Raúl Russo le sonaba extraña, casi un sinsentido. Es que su modo de mirar, de acercarse a la realidad, estuvo marcado por tonos intensos. “Todo lo que veo es color”, decía el artista.
Por estos días, en el Museo Sívori La lección del color reúne más de medio centenar de sus obras. Todas pertenecientes a la colección de su hijo, Raúl H. Russo, curador de la muestra junto con Vera Gerchunoff, quien cuenta que se seleccionaron trabajos clave, muchos de los cuales se habían visto por última vez en 1991, en la exposición homenaje del Museo de Bellas Artes.
La muestra es un recorrido por la producción de este conocido colorista. Se incluyen desde obras de su juventud hasta sus trabajos en el taller de París, donde se metió con el empaste y puso el foco en los paisajes. “En pintura –decía Russo– me encontré con que nadie podía enseñarme y fui formándome solo. En la escuela estudié dibujo con Centurión. Luego, pasé al taller de pintura mural y grabado de Alfredo Guido. Pero no pude soportar que interviniera en mis trabajos y decidiera según su criterio. Así que me fui antes del año. Se dice que estudié con Jorge Larco. Nunca lo he negado hasta ahora, en homenaje a quien fuera una extraordinaria persona. Pero iba a su taller sólo porque había modelo vivo, y yo no podía pagármelo. Y además, porque tenía una biblioteca extraordinaria con ediciones europeas.” Marcado por la fascinación por el color, no adhirió a ningún estilo ni perteneció a una escuela o grupo. Cuenta Martha Nanni en su libro Raúl Russo que el artista cultivó el autoaislamiento, y rechazó expresamente lo anecdótico y detallista. Con una poética, apunta la autora, “ajena a los cambios acelerados que se producen en la Argentina a partir de la Segunda Guerra Mundial”.


LAGUNE ET SOLEIL COUCHANT. 1979, óleo sobre tela, 46 x 46 cm.

Tomó del fauvismo y del expresionismo para ir haciendo su camino. “¿Qué me preocupa al pintar? Poder trabajar y volver a trabajar mucho un cuadro. Que haya varias manos de pintura debajo y que todo parezca hecho en una sola sesión”, decía el artista.
Por su taller pasó Kenneth Kemble. Recibió todos los premios nacionales. Expuso, entre otros países, en EE. UU., Chile, Inglaterra, Suiza y Francia, y participó en la Bienal de San Pablo y en la de Venecia. Realizó ilustraciones de libros de Borges para bibliófilos y hasta diseñó los vitrales de la Iglesia de Nuestra Señora de los Inmigrantes, en La Boca. En 1959, pisó por primera vez Europa, y fijó su atención en Braque, Rouault, Derain y Matisse. Luego volvería a París en 1976, donde trabajó hasta su muerte.
Russo compone por zonas de color, y muchas de sus obras están al límite de la abstracción. La suya es una pincelada fulgurante, a veces con empaste, otras con óleo diluido. Los temas, a los que vuelve una y otra vez, son el paisaje, la naturaleza muerta, árboles, ventanas y la figura humana. Es en los años 50 cuando se mete a fondo con los retratos: posaron para él Santiago Cogorno, Mujica Láinez, Borges, y la lista sigue.
Se exhiben unas pocas pinturas de su primera etapa más académica, como un desnudo que hizo con menos de 20 años, y algunos bodegones, todas obras de paleta bien terrosa que luego abandonará. Hay además un Cristo muerto, realizado en distintos tamaños, donde ya aparecen esos soles rojizos a los que volverá en sus crepúsculos de fines de los 70.

PLACE DU TERTRE, LA NUIT, MONTMARTRE. circa 1980, óleo sobre tela.

Están sus imágenes de París nevada y “Ventana frente al lago I”, donde el paisaje se ve a través de una ventana, ese marco dentro del marco del cuadro fue uno de los temas que cautivó al artista. Hay también una serie de trabajos que, por la luz y las líneas negras que delimitan las formas, parecen vitrales, y en los que sobrevuela la influencia de Rouault, como “Arboles” y “Place du Tertre, la nuit, Montmartre”. Es una verdadera pena que el sector donde se encuentra esta última obra continúe mal iluminado, así como también el ala izquierda de la sala.
Consejo: vaya al museo y después dese una vuelta por los bosques de Palermo. Una experiencia diferente es ir un día de semana por la tarde, cuando el Rosedal tiene una extraña calma y hasta un aire melancólico. Uno recuerda esos naranjas, verdes y azules de Russo. Sus colores atraen más que los que regala la primavera.

Fuente: Revista Ñ Clarín

CHAGALL RECORD EN ASIA



Imagen sin fechar de la obra "Bestiaire et Musique" del pintor Marc Chagall. Una obra de arte del maestro modernista Marc Chagall se convirtió en la pintura contemporánea occidental más cara vendida en Asia cuando fue subastada por 4,18 millones de dólares luego de pujas constantes en una venta en Hong Kong.

REUTERS/Seoul Auction handout

ESPIANDO EN LA FRICK COLLECTION



En esta imagen promocional difundida por The Frick Collection, “Peepshow”, un dibujo del artista español Francisco de Goya, parte de una exhibición inaugurada el lunes 5 de octubre del 2010 en la sede de la Frick Collection, donde estará hasta el 9 de enero.

AP Foto/The Frick Collection

MÁS MONET EN PARIS:
AHORA EN EL MUSÉE MARMOTTAN MONET



La serie de los Nenúfares del pintor francés Claude Monet en el Musée Marmottan Monet, en París, durante la exposición "Monet y la abstracción".
A través de 47 obras se presentó la influencia de Monet en la evolución de la pintura abstracta de la segunda mitad del siglo XX.
La permanente obsesión de Claude Monet por captar la instantaneidad lo llevó a desdibujar la representación pictórica y lo condujo prácticamente a las puertas de la abstracción.


Foto:etiennelaurent/AFP

"DIOS Y LA MÚSICA LLEGARON JUNTOS"



Entrevista. Gregory Hopkins - En su iglesia, el director de The Harlem Jubilee Singers cuenta su relación con el gospel antes de volver con su coro a Buenos Aires.


CONVENT AVENUE BAPTIST CHURCH PARTE DEL CORO DE ESTA IGLESIA CANTARÁ EN EL GRAN REX.

SIN RIESGOS A PROFESIONALIZARSE: LA CONVICCIÓN DE HOPKINS.


Por Eduardo Slusarczuk Eslusarczuk@clarin.com
Nueva York - Enviado Especial

Domingo, dos de la tarde. La esquina de la 145 Street y Convent Avenue, en la parte occidental del centro de Harlem, está casi desierta. En la escalinata del santuario de la Covent Avenue Baptist Church (Iglesia Bautista), apenas queda un teclado en pie, con el que, minutos antes, Gregory Hopkins guió a varios integrantes del Inspiration Ensamble, uno de los siete coros que ensayan en la iglesia, en una improvisada sesión de gospels al aire libre.
Sin embargo, casi cuatro horas después de haber arrancado la jornada conduciendo la parte musical del servicio religioso de las 11, Hopkins, encargado de supervisar todas las actividades corales de la casa, no se da tregua.
Junta cables, chequea que todo esté listo para el servicio vespertino, ojea datos de la audición de cantantes de ópera que organizó el día anterior, resuelve algún problema con el pasaporte de uno de los cantantes que mañana y pasado serán parte de la presentación de The Harlem Jubilee Singers, y saluda a un par de músicos recién llegados de Nueva Orleans.
Recién entonces, sin cambio de vestuario de por medio, se sienta ante el piano de cola que precede el altar, antes de aclarar que, a pesar de viajar casi todos los años a la Argentina, desde hace casi una década, por ahora no planea hablar en castellano. Aunque, dice, entiende bastante, a partir del aumento de la población hispanoparlante en la zona. “Mi peluquero, y la gente que trabaja con él, no hablan inglés”, ejemplifica.
Y enseguida, describe con mayor precisión: ”Hacia el Este, están los puertorriqueños, al Noroeste, los dominicanos, y en el Bronx, los mexicanos”.
Hopkins recorre desde hace más de 22 años el barrio, al que llegó como ministro de música de la iglesia. “Cuando vivía en Georgia, sabía que me mudaría a Nueva York. Pero no quería ser el típico músico callejero que pasa hambre, sino venir con un trabajo que me permitiera crecer”, explica el hombre, que acredita un paso previo por el mundo de la ópera.
¿Qué llegó primero a su vida, Dios o la música? Llegaron juntos. En mi casa, la música estaba a la orden del día, al mismo tiempo que mis padres estaban invilucrados en la iglesia, de modo que no había opción.
¿Cómo decidió pasar al canto lírico, algo no tan habitual en su ámbito? En la iglesia han nacido cantantes como Marian Anderson y Leontine Price, que hicieron una carrera en la ópera. Y lo mismo me sucedió a mí. Además,cuando yo era pequeño, había una fuerte influencia de la música occidental europea en nuestras iglesias. El fenómeno del gospel es más bien algo reciente. En sus comienzos, cuando Tommy Dorsey combinó las letras religiosas con el blues, fue resistido, por querer llevar el bar a la iglesia.
¿Qué le aportó su formación lírica para dirigir coros de gospels? Cuando cantás en la iglesia, hacés a esa música parte de vos. Y yo entendí que era necesario hacer lo mismo en un concierto. Entonces, cuando yo comencé a incorporar algunos elementos de la técnica, eso no hizo más que bendecir y enriquecer mi música religiosa.
Ahora bien, quien paga una entrada para ver a los Jubilee Singers, ¿lo hace para ver un show, un servicio religioso, un concierto? Hay un poco de todo. Esta mañana asististe a un servicio religioso, un concierto y un show. Siempre hay algo de los tres elementos. Pero, en nuestro caso, el público participa. Nosotros necesitamos contactar con el público, saber que estamos transmitiendo nuestro mensaje, más allá del idioma.
¿A qué le atribuye el éxito que tienen en la Argentina donde el idioma es, justamente, una dificultad? No lo sé. Nuestra música y nuestro mensaje contagian. Y cuando se combinan, se hacen irresistibles. Hay algo espiritual con lo que la gente se identifica.
¿No hay contradicción entre espiritualidad y profesionalización? No lo veo así. Cuando hay un ministro que predica el gospel y sirve a la iglesia con convicción, no hay riesgo de que lo profesional deje en segundo plano a lo espiritual.
¿Cuál será el repertorio en esta nueva visita? Hay algunos standards obligados, pero además haremos cosas que ponen de manifiesto la conexión que existe entre el gospel y sus raíces, partiendo de los spirituals, que tuvieron su origen a finales del siglo XIX.

Fuente: Clarín