FOTO ALDO SESSA
UN POCO DE HISTORIA
Creo que mi primer contacto, del que tengo memoria, con la plástica, prestándole verdadera atención, fue con los dibujos de bastante buen nivel que hacía mi padre médico como aficionado. Y que ese primer encuentro fue determinante. Esos dibujos ejercían sobre mí una fascinación casi hipnótica. Percibía a los trazos que dejaba el lápiz sobre el papel como hilos que salían de su mina de grafito e iban tomando formas diferentes en cada nuevo dibujo. Ver cómo iban apareciendo los dibujos en el papel y corporizándose las distintas formas, me parecía absolutamente mágico. Y quise aprender ese ritual y poder oficiarlo. Tener ese poder creador que me parecía tan enorme y fantástico. Realmente lo deseaba. El hecho de dibujar y pintar desde chico, me sumó familiaridad con los rudimentos de la "cocina" del arte y me permitió tener una mirada más de un propio que de un extraño.
Muy seguido me valgo de un lápiz para expresar una idea. Desde joven tuve una fuerte sensación, casi la certeza de que mi vida estaría de un modo u otro ligada con el arte, hiciera lo que hiciera.
Ese verdadero amor a primera vista fue en aumento al transcurrir el tiempo. Y de forma totalmente natural, casi inadvertida, ese flechazo inicial se fue tornando en pasión.
La misma pasión que pongo siempre en todo lo que emprendo.
Esa misma pasión que, desde chico, me llevó a escudriñar en cuanto museo, galería de arte, anticuario, casa de remates, colección privada o rincón donde se pudiera ver arte o cosas lindas. O la que que pongo cuando se trata de hacer lucir a las obras y objetos de arte, a las tapicerías y textiles de todas las épocas y a las piezas arqueológicas al máximo de sus posibilidades visuales.
En todas las casas que hago, las obras de arte tienen siempre un papel fundamental, preponderante. Y son por lo general un inmejorable punto de partida para tratar plásticamente la iluminación de ámbitos con usos de lo más variados.
Hice la carrera de Bellas Artes, que me ayudó a ordenar mis ideas respecto de determinados temas visuales, a llamar a cada cosa por su nombre, y a descubrir a la Psicología de la Forma. Y pude entender el asombroso, complejo fenómeno de la percepción visual y cómo decodifica el cerebro los mensajes que le llegan a través del ojo.
Después vinieron años de docencia.
También investigué a fondo y experimenté el tema del marco, de las bases y de la PUESTA EN VALOR.
El marco, como decía José Ortega y Gasset en su 'Tratado sobre el Marco', es la boca del escenario, donde transcurre la acción.
Y también confirmé cómo un marco, si es el apropiado, puede exaltar a una obra y favorecerla, o cómo, si no lo es, puede también conspirar contra ella y hundirla sin más.
He hecho de ésta mi gran especialidad.
La que a diario ofrezco a decoradores, arquitectos, artistas plásticos, galerías de arte, coleccionistas, museos públicos y privados, empresas, clubes, consorcios e instituciones, etc.
Trabajamos cada tema en forma totalmente personal, cuidando los detalles al máximo. La suma de todos esos detalles da los buenos resultados. En lo nuestro, no se puede delegar.
Me siento un verdadero privilegiado por poder trabajar rodeado de tanta belleza y de hacer algo que me gusta y entusiasma tanto.
Pedro L. Baliña