CÁNDIDO LÓPEZ, Episodio de la Segunda División Buenos Aires, en la Batalla de Tuyutí, 24 de mayo de 1866, República del Paraguay (1876-1885). Obra pintada en 1889. El pintor realizó su producción 15 años después de regresar de la guerra.
Susana Reinoso LA NACION
El artista que reflejó lo que vio en la guerra.
Treinta y dos obras de Cándido López, el pintor que retrató la guerra del Paraguay, serán restauradas y conservadas gracias a un convenio firmado entre la Fundación YPF, la Secretaría de Cultura de la Nación y la Asociación de Apoyo al Museo Histórico Nacional.
El financiamiento de 400.000 pesos será aportado por partes iguales por YPF y la Secretaría de Cultura, a cargo de Jorge Coscia. Se trata de 32 cuadros en los que Cándido López, que perdió una mano por una gangrena, inmortalizó la cruenta guerra del Paraguay con un talento impar que lo llevó a describir la muerte con los colores de la vida. Las obras pertenecen al Museo Histórico Nacional, que conduce José Antonio Pérez Gollán.
El pintor realizó su trabajo artístico 15 años después de finalizada la contienda bélica que enfrentó a la Argentina, Uruguay y Brasil con el Paraguay, dejando miles de muertos. Y para ello se basó en los apuntes que había tomado en su libreta durante el tiempo de la guerra.
En diálogo con LA NACION, Pérez Gollán dijo que el museo va a convocar seis restauradores, pero que "la responsabilidad del trabajo final es nuestra y está a cargo de nuestro equipo de conservación a cargo de Vilma Pérez Casalet. Tenemos que ver en qué han sido modificados y cuáles son las partes frágiles que hay que consolidar estos cuadros".
Visión innovadora
Según contó el director del Museo Histórico, Cándido López "es uno de esos personajes únicos en el arte argentino. Esta colección del museo es la serie más representativa que tenemos y el público la ha tomado como una de la más importantes del arte argentino. Su visión artística fue innovadora".
Pese a que algunos sectores suelen considerarlo un pintor ingenuo, su relato de la guerra de la Triple Alianza "es muy interesante" según señala Pérez Gollán. Cándido López se formó como daguerrotipista, de allí que su mirada fuera tan próxima a lo que hoy se considera el arte fotográfico.
Los motivos de los cuadros que atesora el Museo Histórico son cruces de ríos, campamentos, paisajes, la vida en esas tiendas de campaña, tropas que cruzan lechos de agua y batallas, en las que López refleja su experiencia como soldado.
"La gente nos identifica mucho por Cándido López y esperamos que las 32 obras estén en buen estado de conservación para mediados de año y así poner exhibirlas." Por las dudas, Pérez Gollán advierte que dado el tiempo transcurrido sin restauración ni limpieza, incluso con algunos intentos fallidos de conservación, "las obras nunca volverán a ser como fueron originalmente".
El director dice que además de limpiarlos y preservarlos, los cuadros serán sometidos a una profunda investigación sobre los colores y los marcos. Y tiene la idea de que el proceso de restauración y conservación se haga abierto al público.
CANDIDO LÓPEZ - Desembarco del Ejército Argentino frente a las trincheras de Curuzú, el día 12 de septiembre de 1866 (detalle)
Mulato Gil
No obstante, el Bicentenario tendrá otra estrella en la reapertura del Museo Histórico el año próximo, en los albores de la celebración que la Argentina compartirá con Chile, Uruguay, Colombia y México: los 29 cuadros de José Gil de Castro, más conocido como el Mulato Gil, el pintor del Estado Mayor del Ejército de los Andes.
Con un subsidio de la Fundación Paul Getty, las obras del Mulato Gil están siendo restauradas simultáneamente con las que albergan museos de Perú y Chile. En Venezuela también hay un cuadro del pintor de los padres de la patria latinoamericana, que el presidente Hugo Chávez, según expone Pérez Gollán, tiene siempre a sus espaldas cuando dirige sus inacabables discursos a sus seguidores.