OTRO CAPÍTULO SOBRE LOS MONUMENTOS:
VUELVE LA POLÉMICA POR AZURDUY Y COLÓN

En la audiencia por la reubicación de la estatua de la heroína de la independencia, se coló la preocupación sobre la de Colón, aún desmantelada. Los vecinos apuntan a preservarlas. 

Otro capítulo sobre los monumentos: vuelve la polémica por Azurduy y Colón
    Azurduy. La obra fue emplazada en 2015. Es de Andrés Zerneri. /Emmanuel Fernandez








Silvia Gómez

Las audiencia públicas generan algo de desazón en los vecinos. No son vinculantes -es decir, no tienen la fuerza para cambiar una ley- y eso provoca desde el arranque una idea de batalla perdida. Ayer, en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, fue el turno de debatir la reubicación de los monumentos de Juana Azurduy y Juan de Garay. El primero ubicado en el Parque Colón, detrás de la Casa Rosada, y el segundo, en una plazoleta que se usa cómo dársena de giro en Rivadavia y Alem. Ambos traslados se vinculan con obras en la zona: el Paseo y el Parque del Bajo. Se trata de un corredor vial en trinchera que conectará de norte a sur las autopistas Buenos Aires -La Plata y la Illia y además, un parque lineal que transformará la parte trasera de la Rosada.
Si bien la audiencia pública tenía como eje el debate sobre los monumentos de Juana Azurduy y Juan de Garay, la exposición de los vecinos y referentes de organizaciones no gubernamentales, giró en torno al de Cristóbal Colón, que continúa desmantelado en Costanera Norte, frente al Aeroparque.
El presidente del Museo Histórico de La Boca, Rubén Granara Insúa, fue implacabl“Esto es una gran parodia. Los legisladores no prestan atención, los funcionarios están mirando sus teléfonos y transmiten aburrimiento en sus caras. Sin embargo, les quiero aclarar que estamos acá porque no queremos ser cómplices”, sentenció y se mostró contrariado por los cambios que se avecinan en la zona y el abandono al que fue sometido el monumento al navegante genovés, tallado en mármol y donado por los inmigrantes italianos en 1921.
"Esto es una gran parodia. Los legisladores no prestan atención, los funcionarios están mirando sus teléfonos y transmiten aburrimiento en sus caras, dijo el presidente del Museo Histórico de La Boca, Rubén Granara Insúa.
Otro vecino pidió reflexión a los funcionarios: “Es una obra faraónica. Primero están los derechos de los vecinos que hoy quizá están en la calle y sin ayuda del Estado. Después, podemos darle prioridad a los pastitos verdes”, chicaneo Luis Ordoño. Marisa Corgatelli cuestionó que no se diga nada sobre la destrucción del basamento en donde se erigió durante casi 90 años el monumento de Colón. Hoy cubierto de lajas es el de Azurduy: “Era parte del conjunto, de 15 esculturas”, detalló. Mónica hizo hincapié en el arbolado y en la Aduana Taylor: “Los funcionarios ponen como ejemplo el Metrobus de la 9 de Julio y es un triste ejemplo. Por otro lado, me preocupa el impacto que pueda tener esta obra en la Aduana”, destacó la mujer y fue aplaudida. María Teresa Gutiérrez se mostró preocupada “porque la conservación del patrimonio no puede quedar en manos de políticos y funcionarios transitorios”.
Mario Chiesa, del movimiento Colón en su Lugar, recordó que la Suprema Corte de Justicia todavía tiene que fallar sobre el destino final del monumento a Colón y temió que la obra del Parque del Bajo “destruya la memoria histórica del lugar”.
Otro capítulo sobre los monumentos: vuelve la polémica por Azurduy y Colón
    Parque del Bajo.



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"Temo que la obra del Parque del Bajo destruya la memoria histórica del lugar", dijo Mario Chiesa, del movimiento Colón en su Lugar.
Por la Ciudad estuvieron funcionarios del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte: el subsecretario de Obras, Marcelo Palacio; Guillermo Raddavero, de la subsecretaría de Planeamiento, y Guadalupe Rodríguez Marcaída, por la secretaría de Transporte. Aseguraron que no hay disidencias respecto del proyecto desde ningún bloque legislativo. Y lo defendieron: en un polígono que abarca desde avenida Belgrano hasta Corrientes, en el eje Alem -Paseo Colón, la Ciudad construirá el Parque del Bajo. Vinculará espacios verdes existentes -aunque degradados- con parques nuevos.
Según las estimaciones del Gobierno porteño, tendrá 60 mil m2. Además se reducirá la “panza” de la Avenida de la Rábida, ampliando lo que hoy es una estrecha vereda. Esta idea obliga a reorganizar el acervo de monumentos ubicados en la zona: Juana se mudaría frente al ingreso principal del CCK, sobre la calle Perón, y muy cerca también estaría Juan de Garay.
Esta obra permitiría vincular alrededor de 860 metros lineales de parque, caminando desde Belgrano hasta Corrientes. A su vez este Parque del Bajo generará un nexo desde el área central de la Ciudad hacia Puerto Madero.


Fuente:clarin.com

LA CAPILLA SIXTINA, DE VIAJE: QUIEREN QUE RECORRA EL PAÍS.

Proyectan un edificio móvil, de grandes medidas, y con reproducciones fieles de sus frescos.
La Capilla Sixtina, de viaje: quieren que recorra el país
   Imponente. La Capilla Sixtina es una de las joyas de la cultura universal.

Sergio Rubin

Esta vez no se trata de la metafórica premisa que dice que, si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma, sino de algo cercano a la realidad: que, como muchos no pueden viajar hasta El Vaticano para contemplarla, la majestuosa Capilla Sixtina -joya del Renacimiento y ámbito de una de las obras cumbre de la pintura universal- se acerque a ellos. No es que la vayan a desarmar ni que le pongan rueditas. Las nuevas tecnologías permiten hoy hacer una reproducción desmontable que puede dejar boquiabierto al más pintado. No es una idea en incubación. Ya se probó en varias ciudades de México y fue todo un éxito: más de dos millones la visitaron y quedaron maravillados. ¿El próximo destino?: en los pasillos vaticanos se afirma que sería casi con certeza la Argentina. ¿Cuándo? Muy probablemente el año que viene. Para ser exactos, 27 metros de altura, 78 de largo y 36 de ancho.
La Capilla Sixtina, de viaje: quieren que recorra el país
   En México. La construcción de la Capilla Sixtina. / Notimex
Todo comenzó de casualidad -o resultó providencial, si se lo pone en categorías religiosas- cuando hace unos años se iniciaron los trabajos para digitalizar el patrimonio cultural y archivístico del Vaticano con cámaras fotográficas de última generación. Los realizadores decidieron empezar por la Capilla Sixtina con sus deslumbrantes frescos de Miguel Angel. Durante varias noches capturaron un millón de imágenes de muy alta definición. Pero al comprobar que se podían ampliar al tamaño real sin que perdieran calidad -más aún, mantenían una asombrosa fidelidad- surgió la idea de reproducir la capilla estampando las imágenes en telas perfectamente ensambladas, dispuestas en estructuras desmontables para poder emplazarla en cualquier parte. El experimento funcionó: todo sonaba muy parecido a lo real. Ni siquiera requería contenedores para el traslado: sólo un pendrive.
La idea cerraba, además, por todos lados. La posibilidad de “acercar” la Capilla Sixtina a la gente que no puede viajar a Italia hacía juego con el deseo del Papa Francisco de que todos, no sólo los que tienen recursos, puedan acceder a los tesoros artísticos del Vaticano y, a la vez, al mensaje religioso que -en este caso- implica esta singular obra levantada como parte del Palacio Apostólico. Porque, vale recordar, los frescos recrean escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento, por caso de la vida de Moisés y Jesús, a través inicialmente de pintores como Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Luca Signorelli. Y luego del mismísimo Miguel Angel, con su descomunal obra en la bóveda (unos 460 metros cuadrados) y, luego el célebre Juicio Final en la pared que está detrás del altar.
La Capilla Sixtina, de viaje: quieren que recorra el país
         Igualita. Visitantes observan una reproducción de la Capilla Sixtina instalada en el Museo de la Revolución, en Ciudad de México. /EFE
En rigor, la Capilla Sixtina tal como hoy se la conoce, es fruto de la restauración de la antigua capilla del Palacio Apostólico. La obra fue ordenada por el Papa Sixto IV (de allí el nombre de Sixtina) y se realizó entre 1473 y 1481 (los frescos se terminaron en 1482). Sexto consagró el templo en 1483. A su muerte, su sucesor Julio II convocó a Miguel Angel, que pintó la bóveda entre 1508 y 1512 y El Juicio Final, entre 1536 y 1541. Pero pasarían muchos años hasta que la capilla se convirtiera en la sede de los cónclaves, es decir, de la elección de los pontífices. Recién lo hizo a partir de 1878. E incluyó la célebre estufa que con su humo negro y blanco avisa si hay o no nuevo Papa.
A lo largo de su historia, la Capilla Sixtina no estuvo exenta de todo tipo de acechanzas. Desde las guerras hasta las menos imperceptibles como la de los hongos o la gran afluencia de turistas que cambiaban el medio ambiente y que obligaron a restauraciones, a veces no exentas de polémicas, reducción de visitas y otras medidas. Y donde lo rudimentario se cruzó con la tecnología en un curioso contraste. Por caso, cuando un incorrecto uso de la chimenea, durante el cónclave de 2005, que eligió a Benedicto XVI, provocó que el humo inundara la capilla y sofocara a los cardenales. O como cuando en aquella y en la última elección papal, que consagró a Jorge Bergoglio, fue protegida de los servicios secretos con un escudo tecnológico que impedía captar desde afuera las conversaciones o que eventuales infieles usaran sus celulares desde dentro.

Lo cierto es que, enterado el gobernador de la Ciudad del Vaticano, cardenal Giuseppe Bertello, de la posibilidad de una Capilla Sixtina itinerante, aceptó una prueba piloto en México, país en el que había sido Nuncio Apostólico (embajador del Papa) durante muchos años. Así, la estructura se instaló primero en la ciudad de México, luego en Tocula, Puebla, León, Guadalajara y Monterrey. Cuando se llegó al visitante número dos millones se le obsequió un viaje al Vaticano. La beneficiada, una mujer de 77 años de pocos recursos, cumplió su sueño la semana pasada: estuvo en la Santa Sede y a las 7 de la mañana, sin público, entró emocionada a la verdadera Capilla Sixtina.
La noticia del emplazamiento en la Argentina de una reproducción del templo se filtró ayer, casi sin querer, durante la presentación en Roma del documental Mi idea del arte, basado en un libro editado en 2015 donde el Papa Francisco expresaba sus preferencias artísticas. La presentadora fue la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta -la primer mujer en ocupar ese puesto- quien, ante una pregunta, dijo que “es una posibilidad que se está estudiando”. Entre los presentes se contaba Alejandro Marmo, un escultor argentino muy valorado por Francisco, quien elogió entre sus obras el Cristo Obrero y la Virgen de Luján, y quien sería un gran impulsor de que se haga en el país, proyecto que estaría muy avanzado.
Con todo, las fuentes dijeron a Clarín que todavía no está definido en que ciudades sería emplazado. No habría que descartar zonas populosas conociendo la especial preocupación de Francisco por los pobres. Además, podría ser -dicen observadores- una excelente actividad, entre otras, de una preparación para la demorada visita del Papa a su patria.
Presencia en Mèxico
En junio del año pasado, una réplica exacta de la Capilla Sixtina se abrió por primera vez fuera del Vaticano. Ocurrió en el Distrito Federal mexicano y, en la capital del país con más fieles católicos del planeta, recibió un millón de visitantes en poco más de dos meses. Tratándose de un edificio “desmontable”, empezó a itinerar. La semana que viene estará en su cuarto destino, la capital del estado de Chiapas.
¿De qué se trata? Es una estructura tridimensional con reproducciones fotográficas del interior de la capilla, en un edificio con altura de 22 metros, largo de 67 y ancho de 28 metros. Contiene 3 mil metros cuadrados de impresión en tela sublimada y ocupa 510 metros cuadrados. La instalación, en cada traslado, requiere del intenso trabajo de escultores, pintores, herreros y carpinteros.
Con características diferentes, existe otra reproducción de la cúpula de la Capilla Sixtina: en la iglesia parroquial de los Mártires Ingleses en West Sussex, en el Reino Unido. La creó el artista local Gary Bevans, entre 1987 y 1993.


Fuente: clarin.com

IDEAS PARA AMPLIAR EL MÁS CLÁSICO DE LOS MUSEOS

En el Bellas Artes

Lanzarán un concurso para sumarle superficie; el requisito es que la obra no requiera el cierre del actual conjunto.


Ideas para ampliar el más clásico de los museos
   En crecimiento. El Museo de Bellas Artes queda chico para todo lo que tiene que mostrar. /Martín Bonetto


Matilde Sánchez

El cuaderno de visitantes deja constancia, con una precisión digna del Génesis, de que “al tercer día” de su mandato el presidente Mauricio Macri visitó el Museo y se comprometió a la ampliación que no podía haberse dado bajo su gobierno porteño. Con la lección bien aprendida del abandono y flamante reinauguración del Teatro San Martín, pronto le tocará el turno a otra de las instituciones centrales de Buenos Aires, el Museo Nacional de Bellas Artes. El Museo depende del ministerio nacional y solo el hecho de que haya pasado largos años bajo el signo político opuesto al de la ciudad explica la demora de esta reforma, que comenzó a barajarse en tiempos del director Jorge Glusberg, durante el menemismo. El director Andrés Duprat la piensa por estos días.Trascendió esta semana que las autoridades ya ultiman los detalles del Concurso de ideas que someterá una ampliación de entre 8 y 12 mil metros cuadrados. Aunque el ministro de Cultura Pablo Avelluto no renuncia del todo a la obra masiva soñada, que en 2015 contemplaba una mudanza del Museo a los grandes cubos del canal TV pública, pocas cuadras más adelante por avenida Libertador, para eslabonar una milla de museos, todo indica que esa ilusión está cada vez más lejos. Mudar el Museo obligaría a duplicar el presupuesto, armando un canal televisivo desde cero en un predio de Vicente López. De todos modos, esta reforma será significativa, la primera desde los años 70. Las bases, que hoy están en borrador, serán públicas en dos meses. La inversión rondará los 200 millones pesos.“La colección del MNBA, que en parte queda oculta por falta de paredes, y su gran tránsito de visitantes justifican que crezca –sintetiza el ministro Avelluto-. Es uno de los mayores atractivos culturales de Buenos Aires, el centro de su circuito de arte, y es visitado casi en un 40 por ciento por turistas”. Por sus plazos, la iniciativa se despegará de megáfonos y vaivenes electorales.Si bien es temprano para especular sobre la propuesta, se conocen algunos requisitos: no podrá implicar el cierre del Museo durante la remodelación, ni el predio de la Asociación de Amigos, sobre Alcorta, que en los hechos es uno de los centros culturales más concurridos de la ciudad, con más de 5000 matrículas y un auditorio-cine casi flamante. La AAMNBA aporta al Museo unos 40 mil dólares por mes, alrededor del 17% de su presupuesto.La comparación con la experiencia del Teatro San Martín vuelve a ser productiva: como se recordará, la sala Leopoldo Lugones, corazón de la cinefilia porteña, sufrió una refacción prolongada y, apenas abierta, tuvo que volver a cerrar cuando se aceleró la obra en el Teatro. “La Lugones” todavía no reabrió.La pregunta es, por lo tanto, en qué dirección crecerá. Podría extenderse en horizontal; una de las ideas contempla una gran cafetería en la terraza, a la manera del nuevo Whitney, cuyo mirador y café son más visitados que sus ocho pisos de exposiciones. O bien podría extenderse hacia el parque, en cuyo caso involucrará decisiones de Espacio Público de la ciudad. En esas conversaciones están… No es un dato menor que al jefe de Gobierno de la ciudad le importa especialmente Bellas Artes. Lo vincula a la estación de subte que parará enfrente, en la Facultad de Derecho. Un conocedor de los acuerdos actuales entre el ministro Avelluto y Horacio Rodríguez Larreta, destaca que si bien “los funcionarios del PRO pueden no ser gente de la cultura”, tienen en claro que se traduce en un alto valor simbólico, en una imagen internacional, incluso a términos inmobiliarios.



Fuente: clarin.com

LAS CIUDADES QUE SOÑÓ VICTORIA OCAMPO

La mecenas se preguntó por el futuro urbano y hasta invitó al país al famosos arquitecto francés Le Corbusier.
Las ciudades que soñó Victoria Ocampo
   Diseños en la muestra sobre ciudades en Villa Ocampo. /Cortesía Villa Ocampo

Susana Reinoso
Victoria Ocampo confiaba en la cultura y la ciencia como herramientas que, en manos de hombres capacitados, serían parte de la solución de problemas “existentes desde que el mundo es mundo”. No es difícil deducir a qué problemas aludía la visionaria mecenas argentina, que invirtió buena parte de su fortuna personal en traer intelectuales, escritores, artistas y científicos extranjeros al país y promovió nuevos valores locales en el pensamiento y las artes.Como consta en los archivos que se atesoran en el Observatorio Unesco Villa Ocampo, en Beccar, Victoria se preguntaba si las hermosas ciudades modernas, “de las que tanto me hablaron Le Corbusier y Gropius” subsistirían en el futuro en la medida en que “la sociedad no cambiara fundamentalmente”.Con la premisa de Victoria como bandera, en Observatorio Unesco Villa Ocampo, o simplemente Villa Ocampo, se inaugura este viernes la muestra Máquinas para habitar. Cultura, ciencia y ciudades sostenibles, desde la que se aborda el uso e integración de los recursos naturales y culturales en el desarrollo sustentable de las comunidades y las ciudades. La muestra sigue hasta diciembre.Como una derivación de este foco, se programaron dos hitos a lo largo del año, este viernes se realizó un Diálogo sobre Cultura y Ciencia, con el francés Antoine Picon, presidente de la Fundación Le Corbusier; el secretario de Cultura y Creatividad de la Nación, Enrique Avogadro; el vicepresidente de Icomos Internacional, Alfredo Conti; el subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación, Pablo Bereciartua, y el director de la Casa Curuchet de La Plata, Julio Santana. Exponente diseñado por Le Corbusier –quien vino a la Argentina en 1929, invitado por Victoria Ocampo- y testimonio único de su concepción en la Argentina, esta finca fue declarada Patrimonio de la Humanidad en julio del año pasado.Dicha aceptación fue parte de un conjunto repartido en el mundo: el Museo Nacional de Tokio, Japón; el complejo edilicio del Capitolio en Chandigarh, India, y el de Pampulha en Belo Horizonte, Brasil. Los edificios de Le Corbusier protegidos por Unesco suman 17 en todo el mundo.
Las ciudades que soñó Victoria Ocampo
  Muestra "Máquinas para habitar", en Villa Ocampo.

"Le Corbusier trabajó un modelo de arquitectura que no existía. El futuro no estaba escrito cuando él promovió esa nueva arquitectura racional porque creía en el futuro", dijo Picon. Y Avogadro dijo que están trabajando con distintas comunidades "sobre el mapeo de sus ecosistemas culturales y creativos". ¿Por qué? Lo explicó Alfredo Conti: "Muchas veces ha habido una contraposición entre los intereses de las comunidades y lo que busca el poder económico, pero hay que trabajar en una agenda que contemple las necesidades de quienes que habitan las ciudades".
De las reuniones que Victoria Ocampo tuvo con Le Corbusier surgieron distintos bocetos para proyectos que no se concretaron. Ya en 1928, con su estilo personal, contrató al arquitecto Alejandro Bustillo para el diseño de la casa de la calle de Rufino de Elizalde, de Barrio Parque (hoy del Fondo Nacional de las Artes), inspirada en el estilo racionalista de Le Corbusier.El 29 y 30 de agosto próximo, Villa Ocampo promoverá otro diálogo sobre “Cultura y Paz para el Desarrollo Sostenible”, al que asistirán Francesco Bandarin, Subdirector General de Cultura de Unesco, en París; el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel; el titular del Sistema de Medios, Hernán Lombardi, y Jorge Szeinfeld, director nacional de Derechos Humanos y Derechos Internacional Humanitario. El encuentro será en el CCK y cerrará en Villa Ocampo.En noviembre, el diálogo será sobre “Creatividad para el Desarrollo Sostenible”. En esta jornada se abordará el trabajo creativo para visibilizar diversas expresiones culturales y colaborar en la producción de modelos alternativos de cara a los retos sociales y medioambientales, así como a los conflictos civiles.

Fuente: clarin.com

VIENE EL POLÉMICO AI WEIWEI

En noviembre, el artista disidente chino expondrá en Proa
Viene el polémico Ai Weiwei
                         El artista en su estudio de Berlín. AFP / John Macdougall.



El artista y activista chino Ai Weiwei (Beijing, 1957), una de las figuras más influyentes del arte contemporáneo, llegará a la Argentina a fines de julio para proyectar la primera gran exposición retrospectiva de su obra en Sudamérica, que se verá en la Fundación Proa a partir del 18 de noviembre.
Así lo confirmó a la agencia Télam la directora de Proa, Adriana Rosenberg, sobre la muestra que incluirá “los íconos más fuertes de su trayectoria”, siempre adaptados al espacio, en calidad de obras site specific.
Disidente político en su país y responsable de obras polémicas, Ai Weiwei exhibirá, entre otros trabajos, la instalación de la serie Semillas de girasol, ejemplares con los que tapizó la totalidad de la Sala de Turbinas de la galería Tate de Londres en 2010, o la instalación Forever, un número significativo de bicicletas entrelazadas por las ruedas y el eje, en alusión al principal medio de transporte en China. También habrá esculturas, videos, objetos y fotografías, con la curaduría del brasileño Marcello Dantas. La exposición viajará luego al Centro Cultural Banco de Brasil (CCBB) de Río de Janeiro, el museo más visitado de ese país.
“El artista llegará a Buenos Aires a fines de julio para recorrer y conocer. Planea visitar el Parque de la Memoria, la Usina del Arte y el Muntref Sede Hotel de Inmigrantes. Nuestra idea es que desarrolle algo en el espacio público, tal vez en el ingreso a Proa. Eso lo terminaremos de definir cuando esté aquí”, confirmó Rosenberg.
En sus trabajos, Weiwei reflexiona y da visibilidad a problemas sociales que marcan las inconsistencias políticas y lagunas entre el individuo y la comunidad en el mundo contemporáneo.
Debido a sus investigaciones y denuncias al gobierno de su país, el 3 de abril de 2011 Ai Weiwei fue detenido en el aeropuerto internacional de Beijing y permaneció arrestado durante 81 días sin cargos oficiales. Finalmente, tras una acusación por “evasión de impuestos”, fue liberado el 22 de junio de 2011. Su obra se expuso en Documenta Kassel (2007) y la Bienal de San Pablo (2010), entre otras muestras de prestigio


Fuente: clarin.com

UNA MUESTRA DE CUADROS ROBADOS POR LOS NAZIS
EL CODICIADO BOTÍN DE ARTE NUNCA RESTITUIDO



Aún hay miles de cuadros que demoran en volver a sus legítimos dueños; una muestra en Holanda los saca a la luz.
El codiciado botín de arte nunca restituído
   Kandinsky. "Vida llena de color" fue una de las telas robados en la época del nazismo.

Nina Siegal - The New York Times
El niño, vestido de blanco, está callado, con las manitos juntas y los ojos cerrados serenamente. Una antorcha de madera está apoyada sobre las sábanas, con la llama extinguida.El impactante óleo El niño en su lecho de muerte, del viejo maestro holandés Bartholomeus van der Helst, se encontraba entre las más de 1.200 obras secuestradas por los nazis de una galería de Amsterdam durante la Segunda Guerra. Cabe recordar que solo muy recientemente se resolvió otro caso, famoso por su prolongado litigio: el cuadro The Colourful Life (La vida llena de color), de Wassili Kandinsky, se exhibía en la Galería de Lenbachhaus, en Múnich. Un tribunal reclamó que fuera devuelto a los herederos de una familia judía, su propietaria antes de la invasión nazi a Holanda, en 1940.Recuperado por los aliados, el cuadro de Van der Helst de 1645 debería haber regresado a la familia de Jacques Goudstikker, un conocido galerista holandés. Por el contrario, perteneció a un museo holandés por más de medio siglo, hasta que la familia pudo ganar la batalla y conseguir su restitución.El periplo de la obra de Van der Helst es emblemático de un período en la historia de Holanda, en el que un frío cinismo hacia los sobrevivientes del Holocausto implicó que miles de obras maestras fueran rescatadas de manos de los nazis sólo para terminar como parte de la propiedad nacional holandesa.“Evidencia una total falta de compasión”, dijo Rudi Ekkart, historiador de arte que el gobierno contrató en 1997 para rastrear las obras de arte robadas y encontrar a sus legítimos propietarios.Los fracasos de ese período y los honestos esfuerzos por parte de Holanda por superarlos son el tema de la exhibición Looted Art  Before, During and After WWII (Obras de arte robadas — Antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial), que tuvo su inauguración el 12 de mayo en la catedral medieval de San Nicolás, en Deventer, Holanda.Con una preparación de más de seis años, la muestra incluye 75 piezas, entre ellas el retrato del niño, y explora la desigual historia del arte robado por los nazis en los Países Bajos. Alguna vez ridiculizado por sus obtusos esfuerzos para la recuperación del arte robado, a finales de los años noventa los Países Bajos llevaron a cabo emprendimientos innovadores y pioneros que hicieron que el país fuera considerado un modelo de coherencia en este tema.Sin embargo, los recientes empeños de restitución pasan a estar bajo escrutinio, ya que algunos críticos internacionales afirman que las políticas holandesas para restituir las obras de arte robadas se han vuelto muy estrictas de nuevo. Particularmente preocupante es la medida política que exige que una comisión gubernamental encargada de juzgar los casos de restitución ponga en la balanza el interés nacional de los museos contra los reclamos de los sobrevivientes judíos o sus herederos.La medida política pide que la comisión considere “el significado de la obra para las colecciones públicas de arte”, en contraposición con el apego emocional de los demandantes.
El codiciado botín de arte nunca restituído
                         "Niño en su lecho de muerte". La obra de Bartholomeus van der Heist acaba de regresar a sus dueños

En 2013, por ejemplo, una causa por el cuadro de Bernardo Strozzi Cristo y la samaritana, reclamado por los herederos de un refugiado judeo-alemán, fue rechazado porque era un cuadro importante para el museo holandés que lo albergaba. “El equilibrio de intereses implica que incluso si un demandante hace un reclamo al comité de restitución, y aún cuando el comité considere que el reclamo es válido y justo, los demandantes no obtienen automáticamente la pieza artística, ni hay ninguna solución para esta situación,” dijo Anne Webber, presidente de la Comisión para Obras de Arte Robadas en Europa, que tiene su sede en Londres. Gideon Taylor, presidente ejecutivo de la Organización Judía Mundial para la Restitución dijo: “Esto está teniendo un efecto de enfriamiento en los demandantes”. Mientras hubo esfuerzos en Alemania y otros países europeos, luego de la guerra, para compensar a las víctimas del saqueo nazi, en los años noventa surgieron nuevas coberturas académicas y mediáticas más profundas sobre el tema, que persuadieron a algunos países, por ejemplo a Francia y Austria, a revisar sus propias políticas y mejorar el proceso de restitución.“Cuando uno considera los Países Bajos y lo compara con otras naciones europeAs, llevó la delantera desde el comienzo, y todavía hacen las cosas mucho mejor que muchos otros países,” dijo Christopher A. Marinello, director ejecutivo de Art Recovery International, una empresa británica que se especializa en obras de arte confiscadas ilegalmente. “Pero los esfuerzos parecen haber disminuido, últimamente”.La nueva exhibición pone el foco en un espectro más amplio de la restitución en Holanda, alcanzando el período de la guerra. Fue concebido por Eva Kleeman, curadora que reside aquí, quien, con su esposo, Daaf Ledeboer, un asesor en materia de desarrollo urbano, estableció una fundación para montar exhibiciones en la histórica Basílica de San Nicolás. Estaban buscando áreas gubernamentales de depósito para encontrar arte digno de ser mostrado, y dijeron que una y otra vez se topaban con cuadros impresionantes con números NK. Todos formaban parte de la NK Collection, un tesoro de aproximadamente 3.800 obras de arte robadas que aún esperan ser restituidas.“Preguntamos si podíamos pedir prestada una obra de arte, y dijeron que, bueno, podía ser complicado, porque podría haber algún reclamo,” dijo Kleeman. “Nos intrigaba el tema”.Después de la guerra, los aliados restituyeron entre 8.000 y 9.000 obras de arte a Holanda, que habían sido encontradas en Alemania. El número representaba menos de la mitad de las obras que se habían reportado como faltantes por parte de los demandantes, sobrevivientes judíos del Holocausto. En 1951, cuando el gobierno holandés anunció que se había completado el proceso de restitución, y que había dejado de aceptar reclamos: el número de obras de arte restituidas a sus legítimos dueños se encontraba entre las 500 y las 1.000 piezas.


Fuente: clarin.com

ELOGIO DE LO INCONCLUSO


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   Pablo Gianera
Hace pocos meses, el Me-tropolitan Museum de Nueva York montó una muestra con un nombre tan singular como los objetos que exhibía. Se llamaba Unfinished, inconcluso, en el sentido más literal y más amplio posible. Ya ese nombre lo decía todo: comprendía aquellas obras de arte que, desde los maestros del Renacimiento hasta la actualidad, habían quedado inconclusas. La inconclusión podía tener dos causas: una interrupción involuntaria del trabajo o bien un trabajo voluntariamente interrumpido, eso que en italiano se llama non finito. Tiziano, Rembrandt, Turner y Cézanne, todos en épocas muy diferentes, pintaron guiados por la estética del non finito.Personalmente, no pude nunca sustraerme a la atracción malsana de esas imágenes (o digamos obras, para no limitarnos a la pintura) que el artista no pudo -o decidió no poder- concluir. ¿Por qué me fascinan más esas piezas que se quedaron en la mitad del camino que llevaba a su terminación que las otras, las que llegaron a la meta? Se me ocurre la siguiente explicación: la contingencia de lo inacabado se carga con el peso de lo necesario, como si, una vez abandonada, la obra no pudiera ser sino como terminó siendo; como si alguien o algo la hubieran concluido en lugar del artista.El compositor Anton Bruckner, por ejemplo, ya mayor, se arrodillaba todos los días en el Palacio Belvedere, donde vivía, para pedir que se le concediera el tiempo que necesitaba para terminar su Sinfonía N° 9. Había escrito ya tres movimientos y faltaba el último, el Finale. Como sabemos, no pudo pasar de ahí. Atento a la posibilidad de la inconclusión, Bruckner pidió, casi como última voluntad, que en lugar del cuarto movimiento inacabado se tocara su Te Deum. Tampoco la instrucción resultó, porque ya casi nadie incluye el Te Deum, ni tampoco las reconstrucciones a partir de los esbozos del Finale, y esto por una razón muy buena: la Novena debía concluir allí donde concluye: en el colosal Adagio del tercer movimiento. Lo inacabado parece regido por alguna razón superior que el propio autor ignora.En el Malba se exhibe una pintura algo extraña. Se llama Madroños y es del pintor uruguayo Carlos Sáez. Se trata de un óleo que representa a la hermana del artista. Pero las manchas coloradas en la zona de la cabeza tienen como equivalente simétrico la blancura de la tela en la parte inferior, que Sáez renunció a completar. Es como si tuviéramos delante de los ojos la maestría y la renuncia a ella. La inconclusión es también la prescindencia de un dominio.Después de la muerte de su hijo, en 1821, el poeta alemán Jean Paul decidió consagrar el resto de sus días a la escritura de un tratado sobre la vida ultraterrena. Selina o sobre la inmortalidad del alma, el tratado en cuestión, no es propiamente una novela; tiene más bien el aspecto de un ensayo filosófico habitado por personajes imaginarios. La acción se limita a un paseo de amigos que conversan sobre la inmortalidad. En el camino, hablan por ejemplo de las correspondencias entre la "tierra con flores" y el "cielo estrellado" y se preguntan si el cuerpo es el verdadero núcleo del hombre o su mera apariencia. Selina fue en cierto modo el testamento del autor. Jean Paul murió, ciego, en 1825, y el libro quedó, como casi todos los suyos, triunfalmente inconcluso, convertido en un torso colosal. Podría haber estado de acuerdo con Paul Valéry, para quien un libro no se terminaba: se abandonaba. Jean Paul escribía con la certeza de que lo escrito no debía concluirse y tenía que permanecer en un estado de disponibilidad que lo mantendría a salvo de la muerte. Finalmente, el tiempo no puede alcanzar una obra que, en su condición inacabada, quedó fuera de la historia.Las obras no nacidas son las que alcanzarán su esplendor sin llegar a ser obras. Un verdadero colmo de la vanguardia, al margen de toda cronología.

fuente texto: lanacion.com