Mucho antes que la fotografía democratizara la producción,
circulación y consumo de imágenes, el grabado atisbó un proceso similar.
Ambos padecieron el menosprecio de la alta cultura y por razones
similares gozaron de gran predicamento en el arte político. Como sistema
de producción múltiple, el grabado fue el que mejor interpretó los
postulados del arte político de vanguardia. Un dato que definió su
destino pero al mismo tiempo se volvió en su contra. Tan intensa fue la
impronta que lo marcó, que treinta años después, el lenguaje innovador
que había propiciado se mantenía fosilizado en el programa de las
academias.
Así, los años sesenta irrumpieron con un caudal de
innovaciones y plantearon la necesidad de modificar esa tradición. A ese
momento de inflexión y sus consecuencias en las décadas siguientes,
está dedicada la muestra Discursos gráficos, artistas y grupos de la
producción gráfica entre 1960 y 1990 , que se exhibe en la Fundación
OSDE. Tanto la muestra, como el catálogo que la acompaña vienen a
sumarse al excelente trabajo de Silvia Dolinko Arte plural.
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Liliana Porter. “Dos dobleces tensados”, 1970. Aguafuerte e hilo sobre papel, 44,8 x 32,1 cm. |
El grabado
entre la tradición y la experimentación y la reciente muestra
Recorridos de la gráfica social desde la colección del Museo
Castagnino+macro, que vienen dando cuenta del interés que en los últimos
tiempos ha despertado el derrotero en este específico campo.
Curada
por Matilde Marín, protagonista del período acotado, la muestra eligió
focalizarse básicamente en cuatro grupos, que, orientados a las
prácticas de la gráfica, actuaron entre los setenta y fines de los
ochenta. Tal el caso de Arte Gráfico- Grupo Buenos Aires, uno de los
primeros en abrir rumbos en ese sentido, integrado por Juan Carlos
Romero, Julio Muñeza, César Fioravanti, Horacio Beccaría, José Luis
Macchione y Ricardo Tau; Grabas, acaso el de mayor proyección
internacional que alcanzó gran reconocimiento en Latinoamérica en los
setenta, integrado por Pablo Obelar, Sergio Camporeale, Delia Cugat y
Daniel Zelaya; el Grupo Seis que integraron la propia Matilde Marín,
Zulema Maza, Mabel Eli, Graciela Zar, Alicia Díaz Rinaldi y Mónica
Billoir a partir de 1984 y el Grupo Gráfica Experimental, nacido en
1985. Este grupo tuvo nuevamente a Juan Carlos Romero como uno de sus
principales animadores junto a Rodolfo Agüero, Mabel Rubli, Hilda Paz y
Susana Rodríguez.
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Rodolfo Agüero. “Lo absoluto y el concepto”, 1988-2012. Fotocopia
impresión Xerox, estructura de madera y metal. Medida obra original: 820
x 330 cm. |
La muestra se propone vincular el panorama local
con una serie de diálogos e intercambios internacionales que surgieron a
partir de los viajes de artistas que a su turno aportaron noticias de
técnicas y metodologías de trabajo en talleres de gran reconocimiento
mundial como el Pratt Graphic Arts Center, del Pratt Institute de Nueva
York.
De allí que no se limite sólo a estos grupos sino que incorpore
también a quienes, en consideración de la curadora, actuaron como
“bisagras o nexos” entre esa tradición y la novedad que emergía producto
de diálogos, fundamentalmente con Europa y los Estados Unidos.
Entre
ellos se destacan Fernando López Anaya, Alfredo De Vincenzo y Ana María
Moncalvo, maestros que impulsaron en las nuevas generaciones muchos de
esos cambios, pero también artistas que se erigieron en referentes. Tal
es el caso de Antonio Berni, quien como es sabido, ganó el Gran Premio
de la Bienal de Venecia por esta disciplina en 1962; Luis Seoane y
Edgardo Vigo, pero también Liliana Porter.
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Marta Gavensky. “La máquina del amor y señora”, 1973. Aguafuerte y aguatinta, 100 x 70 cm. |
Tras una estadía en
México en los años 50, Porter se instaló en Nueva York y formó ella
misma el New York Graphic Workshop con Luis Camnitzer y José Guillermo
Castillos. Todos estos artistas coincidieron en poner en tensión las
técnicas tradicionales del grabado en búsquedas orientadas
conceptualmente a pensar la práctica y sus posibilidades.
Fernando
López Anaya, una de las figuras homenajeadas en esta exhibición, había
estado en el Pratt Center y fue uno de los mayores impulsores del giro
experimental que asumió el grabado desde fines de los cincuenta.
Uno de
sus discípulos en la Universidad Nacional de La Plata fue Juan Carlos
Romero, otra figura central de este período y, como cabía esperar,
también en esta exhibición. Una preocupación central de Romero desde
comienzos de la década del sesenta apuntó a la participación del
espectador. Algo que puede rastrearse desde sus incursiones en el arte
óptico en las tramas que imponían desplazamientos hasta las experiencias
de arte colectivo que encaró como integrante de Arte Gráfico Grupo
Buenos Aires y más acá. Este grupo, que se formó en 1968, realizó
acciones en plazas, fábricas y centros culturales, llevó talleres al
espacio público proponiéndose una tarea docente y una circulación de la
obra más allá del mercado.
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Antonio Berni. “Ramona con mantilla”, 1968. Gofrado color 13/25, 95 x 62 cm. |
De todos, Arte Gráfico es probablemente el
que encarna de manera más cabal el espíritu del 68, que en la Argentina
tuvo mucho que ver con la agitación fabril y acontecimientos como el
Cordobazo.
“Era un momento intensamente político propiciábamos la
idea de que el arte no fuera un objeto vendible”, recordó Liliana Porter
en una de las charlas que acompañaron la muestra. Quizá ese dato del
espíritu de época explique también la importancia que adquirió el
grabado y el interés experimental que despertó. Tanto por su apertura
democratizadora como la orientación política que se le imprimió a su
estética en los 70 y 80.
Las obras de José Luis Macchione, Julio Muñeza y
Romero incluidas en la muestra son un interesante ejemplo de esto.
Desde lo técnico se ampliaron las planchas, las tintas, se incorporó el
fotograbado y, la fotocopia. En esos años las novedades iban y venían.
Este es otro de los puntos que el conjunto de OSDE se propone destacar
al incluir trabajos de un importante desarrollo en el espacio que ponían
en cuestión la tradición del plano hasta entonces dominante. Es lo que
hicieron el Grupo Seis y el Grupo Gráfica Experimental que en los 80 se
aventuraron con nuevos soportes y una ocupación cada vez más decidida
del espacio que tuvo desigual fortuna.
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Grupo Gráfica Experimental. Afiche, octubre 1988. |
El primero nació más inspirado en
Grabas, cuya primera exhibición en la legendaria Galería Carmen Waugh
en Chile marcó su derrotero internacional. De los dos grupos de los 70,
éste fue el que circuló por espacios más institucionalizados y su
interés se concentró más bien en las indagaciones formales y técnicas.
No obstante, los trabajos de este grupo acompañaron las ediciones de la
revista Crisis y de ellos se llegaron a realizar tiradas de 20 mil
ejemplares lo que, también estaba en sintonía con el impulso
democratizador de la época. La herencia de experimentación técnica de
Grabas marcó al grupo Seis pero también al Grupo Gráfica Experimental en
la década siguiente.
Aunque en los trabajos de uno y otro se advierte
la influencia del pensamiento pictórico que caracterizó a los 80 y para
ello el grabado apeló a una combinación de técnicas: serigrafías
fotográficas, aguatinta, aguafuerte, gofrado. El repertorio de
posibilidades que se abrieron fue tan amplio que en un punto terminó por
transformarse en fin en sí mismo y al mismo tiempo se convirtió en un
corsé para la innovación.
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Edgardo Antonio Vigo. “MDC. Movimiento Diagonal Cero”. La Plata, 1966. |
Pasó lo mismo con la fotografía. Concentrarse
en la técnica como lo propio de un medio llevó a fotógrafos y grabadores
a no poder reflexionar sobre las implicancias históricas o lo que ese
medio permitía a la hora de decir cosas. En el Graphic Workshop, nos
preguntábamos por qué los ismos más importantes nunca habían salido del
grabado comentó Liliana Porter. ¿Qué está mal?, se preguntaban ella y
sus compañeros. Advertimos entonces que los grabadores estábamos muy en
la cocina, tan orgullosos de nuestros alardes técnicos que nos
olvidábamos que lo importante era decir algo. También concluimos que
quienes proponían cosas nuevas no estaban pensando sus ideas desde la
técnica sino todo lo contrario. La enseñanza es un corolario válido para
el resumen que propone esta exhibición.
FICHA
Discursos gráficos, artistas y grupos de la producción gráfica entre 1960 y 1990
Lugar: espacio de arte Fundación OSDE, Suipacha 658
Fecha: hasta el 19 de enero
Horario: Lunes a sábados, 12 a 20.
Entrada: gratis
Fuente: Revista Ñ Clarín