La tablilla con un fragmento de la historia de Gilgamesh, que data del 1600 antes de Cristo, forma parte de una muestra sobre la Biblia en la UCA.
El fragmento del Poema de Gilgamesh es la joya de la muestra: una tabla de arcilla escrita hace más de 3500 años. Foto: La Nación / Emiliano Lasalvia
Por Silvia Premat
La arcilla sobre la que una mano anónima escribió en el siglo primero antes de Cristo el Poema de Gilgamesh,
la primera gran epopeya de la literatura universal, está cumpliendo en
este tiempo el sueño frustrado de su principal personaje: alcanzar la
inmortalidad. Un fragmento de una de esas doce tablillas en las que hace
más de 3500 años fueron trazados los versos en sumerio se exhibe en
Buenos Aires.
Es el Pabellón de las Artes de la Universidad
Católica Argentina (UCA) el que hospeda Los Destacados de la Green
Collection, una muestra que incluye medio centenar de objetos de una
colección privada vinculada con la historia de las Sagradas Escrituras, y
que en 2017 alimentará el Museo de la Biblia de Washington. Son raros e
importantes textos bíblicos, papiros, rollos de la Torah, además de las
antiguas tabletas cuneiformes, los que actualmente integran esta
exposición programada para acompañar un encuentro de bibliólogos que por
primera vez se realiza en la ciudad, pero está abierto al público
general hasta el 1° de agosto.
"Vio el tesoro y descubrió el
secreto, regresó con un mensaje anterior al diluvio", se lee en el panel
que acompaña la vitrina donde se exhibe la piedra de arcilla de 17 x 12
cm. La frase está escrita en un conjunto de pequeñísimos signos
legibles sólo a los ojos de quienes, con el uso de una lupa, saben
traducirlos a una lengua viva. Entre estos contados expertos en
escritura cuneiforme está el estadounidense Lance Allred, uno de los dos
curadores de la muestra, que oficia de guía a LA NACION. "Los escribas
tallaban la arcilla con una especie de lapicera hecha con un junco
bastante firme, con el extremo en forma triangular", explica Allred,
quien decidió estudiar los idiomas primitivos cuando en su adolescencia
veía la serie de ciencia ficción Viaje a las estrellas.
Apasionado
por esos pequeñísimos signos, recuerda en el recorrido que el sistema
de escritura cuneiforme fue desarrollado por los que hablaban sumerio en
Irak meridional aproximadamente en el año 3200 antes de Cristo. El
sumerio, que toma elementos prestados del acadio, es una de las lenguas
consideradas muertas porque ya no se hablan como primer idioma; lo son
también el latín, el egipcio y el hitita.
Propietaria de la
colección que lleva su nombre, la familia Green de Oklahoma compró la
pieza de arcilla con el histórico poema hace dos años en una subasta de
arte en los Estados Unidos. El precio que pagaron por ella es un secreto
que David Trobisch, director de esta colección privada, se niega a
develar, pero, consultadas al respecto, fuentes de su entorno dejaron
trascender que el valor de mercado de este objeto, proveniente del sur
de Irak, sería de tres millones de dólares.
Durante la
inauguración de la exhibición, el rector de la UCA, monseñor Víctor
Manuel Fernández, se mostró muy entusiasmado por tener en casa esta
preciada tableta. "Es una pieza única, que jamás estuvo en Buenos Aires.
Me emociona que así sea porque cuando estudiaba textos bíblicos en Roma
analizábamos este texto, que no sabía que existía", admitió Fernández. Y
enfatizó: "Es un privilegio. Es un objeto importante para la cultura de
toda la humanidad".
Allred calcula que en todo el mundo debe de
haber solamente "un centenar de piezas semejantes a ésta, en Alemania,
Francia, Inglaterra y Estambul", informó. Se sabe que las tablillas con
textos cuneiformes se conocieron en excavaciones en Medio Oriente
realizadas a partir de 1853.
Si bien es anterior a la escritura del Antiguo Testamento, el Poema de Gilgamesh
tiene parecidos con algunas de sus narraciones, como las referidas al
pecado original, el diluvio y la inmortalidad. "No es que el Antiguo
Testamento se copió del poema, sino que lo utilizó como recurso para
poder expresar algunas cuestiones teológicas", aclara Fernández.
Esos
versos cuentan, justamente, la historia de Gilgamesh, mítico rey de
Uruk; es de autor anónimo y se transmitió oralmente durante siglos
(desde el año 2600 antes de Cristo). Aún discuten si el legendario
personaje existió realmente.
El fragmento que se puede ver en la
UCA es el conocido como "Episodio del sueño"; perteneció a una tablilla
de seis columnas, y evoca el diálogo que una prostituta, Shamhat, tiene
con Enkidu, compañero de Gilgamesh, sobre unos sueños del rey que su
madre ha interpretado. Otro episodio relata la transformación del
Enkidu, que originalmente encarna a la barbarie, en un ser civilizado.
Más tarde se presenta el mismo Enkidu con apariencia de dios a los
pastores en las afueras de la ciudad de Uruk. Una secuencia final
pareciera sugerir la belleza de Uruk, la de sus mujeres y la del mismo
Gilgamesh, "hermoso en su masculinidad".
Fuente: lanacion.com
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