Un café con Donald Hyslop. Sociólogo.
Nació en Escocia y ayudó en Londres a revitalizar el Sur, el llamado Bankside. Está aquí para aportar su experiencia.
Sentencias: “No hacen falta modelos, las ciudades son sus habitantes”, dice Hyslop.
Donald Hyslop formó
parte de un equipo multidisciplinario de personas –vecinos, gobierno,
empresas, instituciones culturales, profesionales y artistas– que logró
transformar un área de Londres que durante décadas estuvo abandonada y
degradada: Bankside. Un barrio del “otro lado” (el Sur) de la ciudad
formal y turística, en donde había funcionado una central eléctrica. Ese
edificio industrial en desuso fue renovado para albergar lo que hoy es
la Tate Modern, la galería de arte moderno más visitada del mundo. Y
revitalizaron además el Borough Market, un mercado de abasto que
funciona muy cerca de la Tate desde hace más de 1.000 años. Hyslop es
filósofo, sociólogo y nació en un pequeño pueblo de Escocia. Está de
visita en Buenos Aires para contar su experiencia a vecinos,
diseñadores, artistas, emprendedores y funcionarios; y ya recorrió La
Boca, San Telmo y Barracas, en donde funcionan los distritos de Las
Artes y el de Diseño, promovidos por el Gobierno porteño.
¿Cómo fueron los inicios de transformación en Bankside?
La
idea original fue usar el arte como catalizador de la revitalización
del barrio, pero para hacerlo también nos apoyamos en el Borough Market,
no sólo por la historia que tiene, sino como una forma de integrar
arte, cultura y gastronomía. Sin embargo, el proyecto no se pensó como
una suerte de nave espacial aterrizando en el lugar, sino generar un
espacio de convergencia con los vecinos, pese a que se trata de un sitio
que convoca también al turismo internacional.
¿Y cómo lograron esa intervención vecinal?
Mi
interés siempre fue tratar con la gente, salir a la calle a conocer los
barrios y a quienes los habitan. Siempre me inspiró conocer las voces
de aquellos que no son el público habitual de un museo. Cuando vivís y
trabajás en una ciudad, y estás comprometido con la cultura, necesitás
estar abierto al diálogo y todo el tiempo tenés que estar aggiornado los
proyectos en función de lo que surge de la comunidad.
Según surge
de los datos de la dirección del museo, la decisión de construir en
Bankside la sede de la Tate Modern “le generó a Londres beneficios
económicos por 100 millones de libras por año”. Desde su apertura, en
2000, el museo ha sido visitado por 40 millones de personas. Y desde
2009 trabajan en la ampliación del edificio.
¿Se puede llevar a cabo una transformación como la que generó el Tate Modern en una ciudad como Buenos Aires?
¿Por
qué crear una copia? Creo que no es necesario importar un modelo
específico, porque lo que atraviesa a las ciudades son sus habitantes y
la necesidad de alcanzar un objetivo, el objetivo propio de cada
comunidad. Sin embargo, lo rico es compartir la experiencia sobre cómo
se produjeron los diálogos, los convenios y las alianzas entre tantos
actores: gobiernos, empresas, artistas, vecinos y todo tipo de
profesionales.
Hay cierta similitud con la Usina del Arte, en La Boca. Ambos edificios estuvieron ligados a la producción de electricidad.
Son
similares en muchos aspectos, aunque el edificio de la Tate es tres
veces más grande. Pero estos sitios tienen un potencial, que es poder
generar energía para los vecinos pero redefinida en el siglo XXI. Que
puedan proveer energía creativa y artística y que nutran a los lugares
en donde están emplazados. otra forma de generar energía.
¿Cuál fue su impresión al conocer los distritos de Las Artes y el de Diseño?
Lo
primero que pensé fue que si estos mismos distritos estuvieran en
Londres, Nueva York o Berlín serían un éxito. Sin dudas, los artistas y
diseñadores estarían desesperados por estar ahí. Vi mucho potencial,
especialmente en la gente del barrio. Conocí a muchos pioneros, vecinos
con mucho orgullo por ser del barrio y con potencial para transformarlo.
En cualquier intervención que pensemos es importante conjugar lo
existente, es decir los vecinos pioneros, con lo que se viene. Las
ciudades son ecosistemas delicados, es necesario que su desarrollo se
produzca integrándose a las características existentes en el barrio.
¿Y su impresión general de Buenos Aires?
Es
fantástica y el mix de su arquitectura, hermoso. Lo primero que vi
cuando llegué fue una bicicleteada con cientos de personas participando.
Es una ciudad vibrante, con mucha energía. Siempre me interesó el país,
por su fútbol y por su historia. Seguí la Copa del Mundo que se jugó
aquí y también los hechos sociales y políticos de los años 70 y 80.
¿Tuvo oportunidad de conocer el transporte público? ¿Qué opinión le merece?
Una
de las claves para definir qué tipo de ciudad queremos es su transporte
público, es lo que diferencia a una ciudad de otra. Todas las buenas
ciudades necesitan un buen sistema de transporte y si no hubiera sido
por él, el Bankside no hubiera funcionado.
Hyslop trabaja ahora en
un proyecto similar al del Highline de Nueva York, pero al revés: se
trata de unas vías de ferrocarril elevadas que interrumpen la
vinculación de los barrios. Buscan generar un corredor artístico, de
diseño, con locales y restaurantes, debajo de las vías. Una suerte de
Low Line. Quizá se transforme en un nuevo sitio obligado en Londres.
Fuente: clarin.com
Fuente: clarin.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario