El bar notable de Florida al 400 cerró en 2011 y es inminente su reapertura
Será tienda deportiva con servicio de café. La Agencia de Control debe inspeccionarla.
Será tienda deportiva con servicio de café. La Agencia de Control debe inspeccionarla.
Marquesina. Intacta, como la fachada. También debe preservar su valores patrimoniales. / JUANO TESONE |
Con todo ya preparado dentro del local, es inminente la reapertura de la Richmond de Florida 438, un clásico con la marquesina intacta pero que tendrá como rubro la venta de artículos de deportes multimarca, además de servicio de cafetería en el establecimiento. La inauguración debe pasar previamente por una inspección del Gobierno porteño para obtener la habilitación correspondiente.
Comenzará de este modo otro capítulo de la polémica despertada hace tres años por el cierre y venta de la tradicional confitería que supieron frecuentar los escritores del grupo Florida (Borges, Güiraldes, Girondo, Marechal y el inefable Macedonio Fernández, entre otros), pero también hacendados de la Sociedad Rural, cuya sede es lindera a la Richmond.
Y así la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad (AGC), que inspecciona entre otras cosas la regulaciones y habilitaciones de los comercios porteños, deberá corroborar que la nueva firma cumpla a rajatabla con la normativa vigente, sobre todo en lo respectivo al r ubro gastronómico, que está en el foco de la disputa por parte de las miradas más tradicionalistas.
La discusión por el cambio de rubro es de criterio patrimonial. Pese a que los antiguos dueños decidieron en su momento deshacerse del inmueble porque ya no les resultaba redituable y lo vendieron a una firma multimarca de artículos deportivos (Just For Sport), vecinos, defensores del patrimonio y políticos reclamaron contra el cierre y pidieron protección judicial para la fachada, el uso y el interior del lugar. De hecho, la Richmond, inaugurada en 1917, era Bar Notable y formaba parte de un listado de 600 edificios con guarda cultural. Pero desde 2011, cuando bajó la persiana, el local estaba en estado de abandono, sin ser un café pero tampoco otra cosa. Por cierto, el cambio de uso no está restringido por ninguna normativa para el comercio privado.
En estos días, los comerciantes de la peatonal, que han seguido de cerca los últimos trabajos de limpieza y colocación de estanterías que se hicieron, anticiparon que la apertura es inminente.
Las siglas de la empresa multideportiva ya conviven con la marquesina histórica. Además, el Ministerio de Cultura porteño hace tiempo impuso exigencias para que, quien se hiciera cargo del local, tenga presente el objetivo de que conserve sus joyas patrimoniales, como la boiserie y las arañas. La firma responsable del local, además, abrirá un bar en un sector.
Un caso con cierta similitud en cuanto al buen resultado del resguardo del valor patrimonial frente a un cambio de rubro comercial es el ex cine Grand Splendid, hoy librería El Ateneo, en Santa Fe casi Callao. El notable edificio de estilo Art Nouveau conserva para su nuevo uso no sólo el escenario, sino las molduras, herrajes y características “orgánicas” propias de esa corriente arquitectónica celebrada en todo el mundo.
Fuente: clarin.com
Fuente: clarin.com
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