Desborde. El río Sena, que atraviesa París, alcanzó un nivel preocupante. /AFP
María Laura Avignolo
Una mamá parisina les
mostraba a sus pequeños hijos el río Sena, desbordado, que cubría completamente
las vías paralelas, que diariamente descargan el denso tráfico de París. Sólo
se veía la parte superior del semáforo, el resto estaba cubierto por las aguas.
El Batobar flotaba abandonado, sin un solo turista, con las palmeras de
cubierta bamboleándose por la fuerza del agua. Los chicos miraban desde el Pont
Marie los patos, que nadaban abajo, donde todos los días pasaban normalmente
los autos, frente a la Ille St
Louis.“No
entienden que esto es histórico. Jamás vi en París una crecida igual en el
río”, repetía, frustrada, Denise, mientras les sacaba fotos a los chicos. Como
ella, centenares de franceses y turistas se agolpaban en cada uno de los 26
puentes del río Sena para ver un fenómeno tan inusual como inquietante.
Pero lo vivían con más curiosidad que alarma. Todos filmaban o se sacaban
fotos. Desde Bercy hasta la
Torre Eiffel.
El río Sena, que
atraviesa la capital francesa y la divide en la “Rive Gauche” y la “Rive
Droite”, está sufriendo una crecida pocas veces vista. El agua ya superó los seis metros siete centímetros y el viernes por la noche llegará al
pico. Si alcanza a 7 metros es peligroso. A los 8 metros se inunda París,
como sucedió en 1910.
La capital francesa está preparada para enfrentar la emergencia, que ya afecta
el sur y oeste de algunas de sus ciudades cercanas, como Montergis y Nemour,
que han sido evacuadas. El viernes por la noche Melun, en Seine et Marne, quedó
cubierta por las aguas. En Montergis encontraron a una anciana ahogadaen su
casa inundada. Se suma al menos a otros dos muertos. El viernes se había
inundado Longjumeau yla gente fue evacuada en botes porque se habían quedado sin electricidad
y calefacción. Al menos 7500 personas fueron evacuadas en Seine et Marne. Se estima que la crecida del
río durará entre 5 a
10 días.
El primer ministro Manuel Valls admitió el viernes por la noche que habrá
“evacuaciones preventivas aguas abajo de París” ante la posibilidad de
desbordes del río. Dos gimnasios se abrieron en París para refugiar a los sin
abrigo. El estado de “catástrofe natural”, vital para las aseguradoras para
pagar los daños de la inundación, será reconocido por el presidente François
Hollande el miércoles.
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El palacio del Eliseo,
sede del Poder Ejecutivo, acaba de informar que su plan de emergencia incluye
una mudanza al Chateau de Vincennes, en el este de la capital, si las aguas
siguen subiendo. El primer ministro Manuel Valls puso en marcha “el plan de continuidad
de trabajo” del gobierno, después que el jueves el río superó los 4,50 metros. Han detectado ”51
lugares sensibles del gobierno”, “que deberán mudarse para seguir
operando" y
entre ellos está incluida la cancillería francesa, que queda frente al río.
Quieren asegurar que se mantenga “el nivel operativo del gobierno y las
comunicaciones internacionales”. El canciller Jean Marc Ayrault dijo que está
“preparado para mudarse”. La orden ha sido dada si el Sena sube demasiado.Al
cierre del Museo del Louvre hasta el martes para poder salvar sus obras de los
sótanos, una idéntica medida fue adoptada por el Museo d'Orsay y el Grand
Palais. Los tres se encuentran frente al río. La Venus del Milo en el Louvre ha quedado rodeada de cajas,
que contiene las obras rescatadas del subsuelo de Louvre, que corre riesgo de
inundación si
el Sena sigue creciendo.Se
teme que en el oeste de París “puede haber evacuaciones”, según el ministerio
de medio ambiente. También las aguas podrían tener impactos en el camping del Bois
de Boulogne, la Ille
de la Jatte, la Ille St Germain y en Rueil
Malmaison, un suburbio chic del oeste de París, donde se prevé que “podría
haber evacuaciones el sábado”. Los bomberos, la policía, cada alcaldía, los
servicios de emergencia tienen planes para enfrentar la inundación. Pero una
encuesta en Le Figarodemuestra
que mayoritariamente los franceses no creen que Francia esté preparada para
esta inundación. Al menos el 74 por ciento contra el 23 por ciento. Su
situación de vulnerabilidad se agiganta con el estado de emergencia y el status
de “alerta atentado” en la capital.En
medio de extraordinarios embotellamientos de tránsito ante el cierre de las
vías del Sena y las huelgas reconducida de la CGT antes de la Eurocopa, con los
basureros incluidos, París se prepara para enfrentar la crecida. El Metro
dejará de funcionar a las 8 de la noche. Ya hay cuatro
estaciones de Metro cerradas, desde el inicio de la tarde, por precaución.
Se teme que muchos subsuelos del muy chic barrio XVI, las tradicionales “caves”
parisinas, puedan inundarse. Otras 57 comunas al borde del Sena han entrado
también en plan de salvataje. La población que puede ser evacuada es contactada
mayoritariamente por mensajes de texto por las autoridades, vía las compañías
de teléfonos celulares.El
escenario de París Plage, esa tradición francesa que se instala en el verano
sobre la orilla del Sena, era un mar el viernes a la tarde. Los bar peniches,
clásicos sobre el río, han sido abandonados por sus dueños ante la crecida y
sus accesos se hundían en el agua. La policía cerró con cintas coloradas y
blancas los accesos al Sena, por el que solo navegaba la policía. La fuerza de las aguas es tal que muchas de los barcos donde viven
parisinos en el río se han soltado de las amarras y flotan sin capitán,
peligrosamente. Los bomberos y la policía los rescatan y los aseguran. Las
estaciones de Bateaubus, el ómnibus del río, han quedado sumergidas por las
aguas en París.El
Bateaux Mouche, que tradicionalmente recorre el Sena en París cargados de
turistas, está estacionado y asegurado en su muelle. No hay seguridad para
poder navegar el Sena en estas horas. Los turistas, entre la lluvia, la
inundación, la cancelación de los paseos por el río, y el “alerta atentado” de
la capital, se sienten frustrados.En
el túnel del Alma, donde murió la princesa Diana, se ha establecido protección
para evitar la inundación. Es el oeste de París el más vulnerable ante este
fenómeno. En el puente del Alma, dentro del río, está Zouave, un icono en las
inundaciones. Esta estatua parisina es un termómetro que visualiza hasta donde
las aguas van subiendo. En la tarde del viernes el agua le había llegado a la
cadera. Si le llega a los hombros, comienza la catástrofe.El
geólogo Bruno Janet, responsable de Vigicrues y que alerta estos fenómenos,
explicó que las lluvias diluvianas del último mes y medio en París no han
ayudado a desinflar los ríos y han provocado estas crecidas históricas. ”Con
las lluvias y el retraso de la decrecida, esto no ha terminado. Vamos a tener
que esperar que otros ríos salgan de su lecho en los próximos días. En el Cher,
los niveles máximos serán esperados entre el viernes y el sábado. En la Ille de France, la situación
es un poco diferente: Nemours ya ha comenzado a bajar. Pero los altos niveles
de agua se desplazan ahora sobre el Sena. Hay que vigilar Melun (que ya está
ahora bajo el agua) y París y tener en cuenta un factor agravante:los suelos
húmedos no absorben eficazmente la lluvia” dijo.“París
está protegido por cuatro gigantescos lagos de retención, que regulan los ríos
antes que ellas se unan al Sena. Uno de esos lagos, el lago de Panneciere, está
al límite de su capacidad. Esto muestra el carácter excepcional de las lluvias
de los últimos días. Pero no hay una amenaza inmediata. Estas obras están
hechas para soportar este tipo de situaciones”, explicó el geólogo.La
ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, dijo que “los desarreglos
climáticos agravan la sucesión e intensidad de los fenómenos”, tras explicar
que se van a acelerar “las indemnizaciones y la solidaridad con las víctimas de
la inundación en Francia”.En
París y la Ille
de France, los transportes lanzaron su plan de prevención. Si las aguas
alcanzan los seis metros 60, la entrada de los Metros va a ser amurallada. El
RER C, un tren que conecta a París con los suburbios, fue suspendido. Un regreso a la normalidad tardará al menos dos
semanas. Francia
cree que estas inundaciones le costará 600 millones de euros a las
aseguradoras. En Sogesur, una de las compañías de seguros de París, la espera
telefónica era de 20 minutos. Una exhausta operadora reconoció: ”Usted es mi
llamado 50”.
Los seguros habitacionales son obligatorios en Francia. Todos llamaban para
asegurarse que el suyo incluye la “catástrofe natural” y está protegido
financieramente si, finalmente, el agua llega. Aunque sea al subsuelo de
sus casas.
Fuente: clarin.com |
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