La muestra que reúne en Fundación Proa obras del museo Maxxi de Roma es un buen ejemplo de los cruces de disciplinas que proponen las instituciones y los artistas contemporáneos
Madre (2000), registro de una performance presentada por Maurizio Cattelan en 1999 en la Bienal de Venecia. Un faquir era enterrado
en la arena y sólo quedaban fuera sus manos unidas.Foto:Gentileza Fundación Proa
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Celina Chatruc
Un teatro que flota sobre una góndola en los canales de Venecia. Un escenario virtual en el cual nos paramos como protagonistas, bajo los flashes de las fotos tomadas por el público. Un artista que se fotografía a sí mismo mientras interpreta a personajes de la historia del arte y dela Antigüedad. Son
algunas de las principales obras de Arte
en escena, la muestra actual en Fundación Proa, que
reúne parte de la colección del Museo de Arte del Siglo XXI (Maxxi), con sede en Roma. Una de
ellas, de los rusos Ilya y Emilia Kabakov, lleva un título que parece
sintetizar toda la exposición: ¿Dónde
está nuestro lugar?El museo como escenario, el rol del artista como actor y las
referencias a la literatura abundan en esta exposición, curada por Anna
Mattirolo, que propone múltiples cruces interdisciplinarios para repensar la
función de las instituciones en un mundo abrumado por la velocidad de los
cambios.
Un teatro que flota sobre una góndola en los canales de Venecia. Un escenario virtual en el cual nos paramos como protagonistas, bajo los flashes de las fotos tomadas por el público. Un artista que se fotografía a sí mismo mientras interpreta a personajes de la historia del arte y de
Quiso el destino que esta fotografía funcionara como un triste presagio. Días atrás falleció Zaha Hadid, autora del proyecto del Maxxi, que ganó el codiciado premio RIBA Stirling. La arquitecta angloiraquí convirtió un antiguo complejo militar, ubicado en el barrio romano de Flaminio, en una usina cultural multidisciplinaria de 27.000 metros cuadrados.
Desde su inauguración, en 2010, el Maxxi se centró en la innovación, la experimentación y el diálogo entre las artes visuales y la arquitectura. Tiene una colección de unas 400 obras de artistas de todo el mundo, realizadas durante las últimas cinco décadas, y un archivo con más de 5000 documentos producidos por 60 arquitectos desde el siglo XX.
Allí se exhiben en estos días obras del grupo Mondongo, una pareja de jóvenes argentinos, que ya pasaron por el Museo de Bellas Artes de Houston y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Una prueba más de que los puentes culturales, tal como demuestra Arte en escena, son cada vez más sólidos.
Fuente: lanacion.com
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