La de Santa Rosa de Lima, en Balvanera, fue inaugurada por el que sería papa Pío XII en homenaje a la Patrona de América.
La
Basílica, ubicada en Belgrano y Pasco: la cúpula que está apoyada en
dieciocho columnas de mármol cipollino, con vetas verdes, tiene ventanas
para la luz.
Eduardo Parise
Si se lo mira en perspectiva, el gran edificio tiene alguna semejanza con la famosa iglesia Sacré-Coeur, del barrio de Montmartre de París. En eso influye su estilo neoclásico de clara imagen bizantina, con esa gran cúpula central y dos laterales. El color, que contrasta con las paredes de ladrillo y piedra, se lo dan esas tejas de cobre que con los años se volvieron verdes. Ese revestimiento, elegido por Alejandro Christophersen (el arquitecto de nacionalidad noruega que diseñó la Basílica), tiene su razón: el cobre es liviano, no necesita mantenimiento, es durable (supera ampliamente los 100 años) y se oxida pero no se corroe, lo que lo hace casi indestructible.
Si se lo mira en perspectiva, el gran edificio tiene alguna semejanza con la famosa iglesia Sacré-Coeur, del barrio de Montmartre de París. En eso influye su estilo neoclásico de clara imagen bizantina, con esa gran cúpula central y dos laterales. El color, que contrasta con las paredes de ladrillo y piedra, se lo dan esas tejas de cobre que con los años se volvieron verdes. Ese revestimiento, elegido por Alejandro Christophersen (el arquitecto de nacionalidad noruega que diseñó la Basílica), tiene su razón: el cobre es liviano, no necesita mantenimiento, es durable (supera ampliamente los 100 años) y se oxida pero no se corroe, lo que lo hace casi indestructible.
La
iglesia Santa Rosa de Lima fue inaugurada el 12 de octubre de 1934 con
la bendición del cardenal Eugenio Pacelli (luego sería el papa Pío XII),
quien estaba en Buenos Aires participando del Congreso Eucarístico
Internacional. Pero su construcción se inició en 1926. De todas maneras,
la inquietud de los vecinos por tener un lugar para venerar a la
Patrona de América, Filipinas e Indias Orientales (proclamación del Papa
Clemente X, quien la canonizó en 1671), estaba presente desde antes. A
tal punto que muchos ya se habían sumado a la campaña para juntar el
dinero y comprar un terreno destinado a esa construcción. El metro
cuadrado costaba 200 pesos y hasta se pagaba en cuotas. Hacia fines de
1913, la recaudación apenas superaba los 18.000 pesos. Entonces, fue
clave el aporte de María Unzué de Alvear, quien donó el terreno de
Belgrano y Pasco.
Mencionar los valiosos detalles
arquitectónicos de la Basílica llevaría mucho espacio. Pero alcanza con
destacar la cúpula que está apoyada en dieciocho columnas de mármol
cipollino (se lo llama así porque sus vetas verdes cruzan sobre el
blanco y asemejan las capas de una cebolla) que se complementa con los
zócalos y frisos realizados en mármol verde de tinos. Ambos son de
origen griego. El piso es de mármol Napoleón (originario de la isla de
Paros), así denominado porque se usó en la construcción de la tumba de
aquel emperador francés. Las estatuas y los altares son de mármol
italiano de Carrara, igual que el púlpito cuadrado, que tiene tallados
arabescos y la imagen de ocho santos católicos. El templo recibe luz
natural que llega a través de artísticas ventanas y la linterna que
corona la cúpula.
Santa Rosa de Lima se llamaba Isabel
Flores y Olivia. Había nacido en esa ciudad, que entonces era capital
del virreinato del Perú, el 30 de abril de 1586. Integró una familia que
tuvo otros doce hijos y desde chica mostró una inclinación por lo
místico. A los 20 años tomó los hábitos de la orden de los dominicos y
consagró su vida a los enfermos y los niños. Se cree que en esa decisión
influyó el tiempo en que vivió en Quives, un pueblo andino y minero
donde su padre trabajaba como administrador. Admiradora de la obra de
Santa Catalina de Siena, tomó el nombre de Rosa al considerarse una rosa
en el jardín de Cristo. El Congreso de Tucumán, realizado en 1816 la
nombró Patrona Jurada de la Independencia Argentina. El día de su
celebración se realiza cada 30 de agosto. Y su figura está vinculada
también con una leyenda surgida en 1615. Cuentan que un grupo de piratas
holandeses iba a desembarcar en en el puerto de El Callao, Lima, y Rosa
encabezó una rogativa que luego desató una gran tormenta y los piratas
no pudieron atacar a la ciudad. Para muchos devotos allí está el origen
de la Tormenta de Santa Rosa, que suele darse en el Hemisferio Austral
días antes o después de las fiestas de la santa. Pero esa es otra
historia.
Fuente: clarin.com
Fuente: clarin.com
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