LA ANTIGÜEDAD Y SUS GRANDES SECRETOS,
CIFRADOS EN ESTA TABLETA

Habla Allred, experto en escritura cuneiforme.

Un paseo por la muestra que, en la UCA, exhibe escrituras arcaicas en arcilla, papiros bíblicos y rollos del Mar Muerto.


Fragmento de Gilgamesh. Un poema épico, en una antigua escritura.

Susana Reinoso

¿Qué escribían en tablas de arcilla, con 600 signos disponibles, los hombres que vivieron 3000 años antes de Cristo? ¿Qué cosas revestían para ellos tanto interés como para inventar un sistema de escritura cuyos restos arqueológicos, de inmenso valor patrimonial y cultural, se encuentran hoy en museos y universidades de Estados Unidos y Europa?
Hubo una vez una región en Medio Oriente llamada Mesopotamia (hoy la castigada Irak), entre los ríos Tigris y Eufrates, que creó uno de los cuatro sistemas de escritura más relevantes de la Antigüedad: el cuneiforme. Los otros tres, de los que no se guardan registros suficientes para su estudio completo, fueron el chino, el egipcio y el que se conoce como “mesoamericano”, originado en América Central. Así lo cuenta a Clarín el experto Lance Allred, uno de los cien especialistas en escritura cuneiforme en el mundo, que vino a Buenos Aires con motivo de la apertura de la muestra Los destacados de la Green Collection, en el Pabellón de las Artes de la Universidad Católica.
Allí se exhiben algunos de los textos y volúmenes bíblicos más raros del mundo. Van desde las antiguas tablas cuneiformes hasta fragmentos de papiros bíblicos y rollos del Mar Muerto, biblias ilustradas antiquísimas, pergaminos y pequeños fragmentos de manuscritos. Allred es un americano típico. Viste un atuendo informal, habla con las palabras justas y tiene una sólida formación en lo suyo: es profesor de la Universidad de California, y doctorado en Estudios del Cercano Oriente, Lenguas y Culturas e investigador posdoctoral del sistema cuneiforme.
Hasta el 1° de agosto estará en el espacio cultural de la UCA, Avenida Alicia Moreau de Justo 1300, esta exposición de tesoros antiguos que trasladan al presente datos de una civilización inexistente. Allred dice que este sistema cuneiforme “es el único que se ha podido estudiar a fondo por los registros disponibles. Se piensa que fueron los sumerios quienes lo crearon y que se extendió luego a los acadios. ¿Por qué se inventó?

Iconos del siglo XV. El auge de la veneración a la virgen María.

“He estudiado, sobre todo las cartas, los intercambios entre las personas que vivieron 4000 años antes de Cristo y creo que los intereses de aquella gente se parecen a los actuales –asegura el experto. En las tablas preguntaban por la salud de sus hijos, por la familia y, en esencia, la escritura registraba un intercambio comercial, se anotaba el precio de una cabra o cuántas se habían vendido”.
Allred cuenta que se descubre mucho de una civilización a través de su intercambio epistolar, en este caso registrado en tablas de arcilla. “Uno aprende cómo se comunicaban, qué problemas tenían y cosas de su vida cotidiana”, señala. En otras tablas se interpretaban sueños o se narraban aventuras sobre héroes. Fue en la Universidad de Pensilvania donde, entre una materia y otra, Allred se sumergió en la biblioteca que tenía abundante material sobre el tema, que el experto encontró su vocación.
Consultado por Clarín sobre qué sintió la primera vez que observó estos restos arqueológicos de un sistema extraordinario de escritura, hoy ya muerto, dijo que “fue asombro. Hoy ya lo he naturalizado, después de tantos años. El Museo de la Biblia en Oklahoma, donde trabajo actualmente, tiene 40.000 piezas de escritura cuneiforme”.
La muestra ofrece una pieza única, un fragmento de Gilgamesh. Representa la porción superior izquierda de una tabla de seis columnas que contiene un fragmento narrativo de poética acadia. coincide con versiones halladas de la epopeya babilónica del Gilgamesh. Se ha reconocido la tabla como parte de un grupo dedicado a composiciones litúrgicas.
Consultado sobre su posición respecto del saqueo y destrucción de bienes culturales en Irak, con motivo de la guerra que Estados Unidos llevó adelante en ese país en 2003, como consecuencia de la cual se perdieron miles de tablas sumerias, Allred deploró que la guerra haya provocado tal pérdida de patrimonio. “No sé si hoy las cosas están mejor o peor que en 2003, pero sabemos que se ha robado mucho patrimonio. Lo que los expertos estadounidenses rescataron lo devolvieron a Irak”.
El Museo de la Biblia se prepara para afrontar su mayor desafío: la apertura de una gran sede en Washington para 2017, que tendrá un espacio reservado al judaísmo.


Fuente: clarin.com

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