Están en lugares codiciados por desarrolladores y constructoras
El convento Las Victorias tiene el interior en muy mal estado, y la congregación impulsa la construcción de cuatro pisos nuevos para financiar reformas, pero la Justicia paró la obra Foto: Patricio Pidal / AFV |
"Nos vimos cercadas por estos impíos
que entraron en tropel. Los recibimos en un profundo silencio. Unos nos
apuntaron con los fusiles, otros nos empujaban con las bayonetas sin que
ninguna hablara. Afortunadamente un sargento ordenó que se retiraran",
escribe en 1807 la madre superiora de Santa Catalina de Siena luego del
asedio de los ingleses.
Ese monasterio, como tantos otros de la
ciudad, ya no está amenazado por soldados sino por proyectos de
construcciones en sus predios. Así lo aseguran vecinos y ONG, para
quienes el patrimonio histórico de la Iglesia en Buenos Aires está en
peligro. En algunos casos lograron amparos que frenaron las obras, pero
en otros, los proyectos avanzan.
A veces, son las mismas
congregaciones en problemas económicos las que promueven la venta de
edificios y terrenos para aliviar sus finanzas, en momentos en que el
precio del metro cuadrado llegó a 4700 dólares en algunas zonas de la
Capital.
En medio de la polémica, las constructoras que impulsan los proyectos prometen no demoler "las cosas que son de Dios".
En
Las Victorias, un edificio neogótico de 130 años que ocupa 2600 metros
cubiertos frente a la plaza Libertad, la Justicia libró en 2012 una
precautelar que paralizó la refacción que se había comenzado en los
descascarados dormitorios de los sacerdotes redentoristas. El proyecto,
que cuenta con el aval de los curas, contempla hacer cuatro pisos nuevos
sobre los tres que ya tiene el edificio.
"Estaba desmantelando la
biblioteca y la iglesia interna, por eso interpusimos un amparo",
advierte María del Carmen Arias Usandivaras, de Basta de Demoler. Ella y
los vecinos buscan que no se modifique la parcela de este edificio de
la belle époque donado por Magdalena Dorrego de Ortiz Basualdo, donde se
casó Jorge Luis Borges.
Por su parte, el padre Marcelo Pomar,
impulsor del proyecto, asegura que la paralización de las obras no
benefició a nadie. "El inmueble ahora está vacío y con escombros, los
cuatro sacerdotes que allí vivían tuvieron que abandonarlo, y el
edificio no se puede utilizar para las obras de caridad", dice.
La
construcción iba a ser costeada con la venta de terrenos propios en
Córdoba y con la ayuda de donaciones. La intención era alquilar dos
pisos para poder solventar obras de beneficencia. La fe no siempre llega
al bolsillo y hay una merma en la recaudación dominical.
En el monasterio Santa Catalina de Siena, del microcentro, ?se iba a construir un edificio de 18 pisos, pero ahora se financia con un bar en el patio colonial Foto: Patricio Pidal / AFV |
Justificación
Para
el ingeniero Luis Perri, socio de Obras y Sistemas SRL, a cargo de la
obra, se vieron obligados a comenzar las refacciones, ya que "era una
estructura insegura para los propios padres, con cables en mal estado,
sin salidas de incendio, techos con goteras, baños rotos, etc.
Claramente hay animadversión por parte de la ONG que frenó todo".
A
su vez, en Palermo hay controversia por un terreno de 4000 metros al
lado del colegio Don Bosco que vendieron los salesianos. Allí se levantó
la cautelar que impedía construir una torre con amenities y shopping.
Según los vecinos, el complejo perjudicaría la tranquilidad y el medio
ambiente de Palermo.
"No puede ser que de pronto se junte un
grupo, te levante una cautelar y frene una obra. Por suerte, la Justicia
se expidió ahora a favor nuestro, así que empezamos a trabajar en
cualquier momento", advierte Carlos Spina, gerente comercial de
Argencons, a cargo de lo que será Quartier Dorrego.
También en
Palermo se impidió la demolición de la fachada contigua a la parroquia
Nuestra Señora de Guadalupe, un emblema barrial con dos torres frente a
la plaza Güemes. El frente integra el complejo de la Congregación del
Verbo Divino Provincia Argentina Sur donde planeaban otra torre con
amenities y jardín de infantes privado.
Sobre las barrancas de
Belgrano, un espacio en altura como los que preferían los monjes, está
la vieja Abadía San Benito. Allí vivieron 50 benedictinos que luego se
marcharon para alejarse del ruido. En 2006 intentaron levantar un centro
médico, pero en la actualidad es patrimonio de la Ciudad y fue
utilizado el año pasado para Casa FOA en el marco de un programa de
puesta en valor de las iglesias y conventos.
En pleno microcentro,
el monasterio Santa Catalina de Siena está catalogado por la World
Monuments Fund como "en peligro" junto a otros de Siria y Venecia.
Allí,
donde vivieron las primeras monjas de clausura, se evitó una torre de
18 pisos que socavaría la estructura de adobe. Esta joya arquitectónica
ofrece visitas guiadas y cuenta con un "barcito" en el patio colonial.
Un pequeño cartel sobre San Martín invita al Centro de Atención
Espiritual: "En medio del ruido, alguien te escucha".
Fuente: lanacion.com
Fuente: lanacion.com
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