Son varios los textos que indican que el artista italiano tuvo, en sus pinturas, una intención más allá de la estética.
Dios y la ciencia. El artista habría representado un cerebro en su gran obra de la Capilla Sixtina.
¿Dejó Miguel Angel Buonarroti mensajes ocultos en los frescos con los que decoró la Capilla Sixtina a principios del siglo XV? ¿Se trató de una reacción del genio renacentista contra el inmenso poder que la Iglesia Católica tenía en su tiempo? ¿Intentó, tal vez, señalar al hombre como ser superior a la divinidad o a la ciencia como doctrina superior a la religión?¿Qué fue lo que trató de decirnos desde su arte? Estas son algunas de las cuestiones que el restaurador Silvio Goren trata de dilucidar en su libro Los mensajes ocultos de Miguel Ángel en el Vaticano (Editorial Autores de Argentina).
Y Goren –que entre otras cosas fue profesor
de la Licenciatura en Conservación y Restauración de Bienes Culturales
del Instituto Universitario Nacional del Arte– no es el único. Son
varios los textos que avalan la idea de que Miguel Angel pintó en la
Capilla Sixtina mucho más de lo que se puede contemplar a simple vista.
Las teorías son diversas pero no contradictorias. “Miguel Angel pintó la
Capilla Sixtina en el Siglo XVI, una época en que tanto la religión
como la ciencia creían tener la verdad absoluta”, afirma Goren. Y
desliza la idea de que quizás lo que el artista trató de decir fue que
ambas, religión y ciencia, eran parte de la misma cosa: ¿El cerebro
humano?
En la parte central del techo de la Capilla Sixtina,
Miguel Angel pintó nueve escenas que narran el libro del Génesis. De
ellas, la más conocida es La creación de Adán. La escena representa el
momento exacto en que, según la tradición judeocristiana, Dios le dio
vida al primer hombre.
A primera vista, Dios y Adán son los únicos
personajes pero, según Goren –que se apoya en la teoría que Frank Lynn
Meshberger publicó en los años 90 en el Diario de la Asociación Médica
Norteamericana– hay algo oculto en la imagen: el manto que encierra la
figura de Dios representa casi de forma exacta un cerebro humano, con
arterias, glándulas y nervios ópticos, visto en su corte lateral.
Mientras
para Meshberger esto significaría que Miguel Angel quiso indicar que
Dios dotó a Adán no sólo con la vida, sino con la inteligencia, Goren
suscribe esta teoría y aporta un dato. Afirma que en la figura se ve,
además, un ángel triste, “la única expresión de tristeza que aparece en
toda la bóveda”, afirma, “y está situado justo en la zona del cerebro
que se activa cuando alguien tiene un pensamiento triste”.
¿Cómo
Miguel Angel conocía tan bien la anatomía y estructura del cerebro?
Biógrafos del artista, entre ellos Giorgio Vasari, hablaron de la pasión
del artista por el estudio de la anatomía y de cómo, siguiendo esa
inquietud, diseccionaba cadáveres a los 17 años, algo que tenía que
hacer en secreto porque era una práctica condenada por la Iglesia
Católica. Goren sostiene, además, que pudo haber adquirido muchos de sus
conocimientos durante sus contactos con Leonardo Da Vinci.
Otra
de las hipótesis que circularon es la que los expertos en neurocirugía
Ian Suk y Rafael Tamargo publicaron en la revista Neurosurgery y que
alude a otra de las escenas: La separación de la luz y la oscuridad. En
el cuello de Dios habría una precisa representación de una médula
espinal y un tallo cerebral humano. “Tal vez el artista hacía referencia
a la capacidad de la ciencia de estar a la par de la religión, o
incluso por encima”, fue la conclusión de los neurocirujanos. “¿Mística y
espiritualidad o crítica y descreimiento? ¿Homenaje o sacrilegio?
Hay
más. En la pared del altar está la escena de El juicio final. En ella,
Miguel Angel pintó a todos los personajes desnudos, lo que le costó una
campaña de la Iglesia para que los frescos se eliminaran –cosa que no
pasó– y que lo acusaran de hereje. Todo se solucionó pintando unos
“paños de la pureza”, que taparon los desnudos de los personajes y que
fueron realizados por un discípulo de Miguel Angel. Estudios recientes
que afirman que la intención del artista era hacer una crítica contra la
doble moral de la época.
Y más. Son muchos más los mensajes que
parece que dejó Miguel Angel en la Capilla Sixtina, que pareciera ser un
mapa de anatomía humana y que, a simple vista no se ven.
O quizás habría que preguntarle al mismo Miguel Angel cuál fue el verdadero propósito de sus pinturas. Hipótesis, caben todas.
Fuente: clarin.com
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