La directora Teresa Riccardi busca convertir el museo en un espacio abierto, no limitado a la abstracción geométrica.
Por Delfina Helguera / Para LA NACIÓN
En coincidencia con su segundo aniversario, el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba) presenta varias novedades. Al frente de la nueva etapa está Teresa Riccardi, su nueva directora de gestión museística, que encara con entusiasmo una agenda de actividades para todo público con un equipo renovado. Riccardi y sus colaboradores organizaron cursos, visitas guiadas y ciclos inéditos en los cuales prima la idea del museo como foro, un lugar abierto y receptivo. El 1 de septiembre próximo los festejos del aniversario durarán todo el día, con una maratón de actividades gratuitas.
En coincidencia con su segundo aniversario, el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba) presenta varias novedades. Al frente de la nueva etapa está Teresa Riccardi, su nueva directora de gestión museística, que encara con entusiasmo una agenda de actividades para todo público con un equipo renovado. Riccardi y sus colaboradores organizaron cursos, visitas guiadas y ciclos inéditos en los cuales prima la idea del museo como foro, un lugar abierto y receptivo. El 1 de septiembre próximo los festejos del aniversario durarán todo el día, con una maratón de actividades gratuitas.
Hay un intento de dar a las muestras un perfil más global en sintonía con la colección permanente, centrada en la abstracción geométrica. En tres de las salas, la exhibición de los artistas ópticos-cinéticos europeos Alberto Biasi (Italia, 1937) y Jorrit Tornquist (Austria, 1938), curada por Micol Di Veroli, otorga una oportunidad de ver obras que no se suelen exhibir en Buenos Aires y que, al mismo tiempo, dialogan con las búsquedas de artistas locales como Le Parc, Brizzi, Vidal y Tomasello, entre otros.
Biasi es uno de los principales exponentes del arte óptico-cinético en Italia. Perteneció al Grupo Enne y fue incluido en la célebre exhibición de arte óptico The Responsive Eye en el MoMA en 1965. Sus trabajos reclaman un espectador activo y alerta: exploran las superficies en relación con el color y el movimiento aparente que se genera, el uso de materiales novedosos y la investigación científica sobre la percepción visual.
En tanto, el austríaco Tornquist vive y trabaja en Italia. Desde 1959 se centra en los estudios sobre el color, su interacción con la luz y las capacidades de expresión. Profesor de diseño industrial en Milán, es autor de libros sobre el color; divide su tiempo entre su quehacer artístico y la colaboración en proyectos industriales.
Dinámica visiva, Alberto Biasi, 1961-67 |
La exhibición De la luz a la imagen presenta un acotado aunque suficiente conjunto de obras de ambos artistas en diálogo. El montaje es limpio y espaciado y los trabajos se relacionan entre sí por períodos, color o estilo. Entre ellos, una instalación de luz y movimiento de Biasi original de 1962.
En la sala del segundo piso se exhibe Metamorfosis, muestra de Francesca Leone curada por Giacinto Di Pietrantonio que inaugura una nueva etapa en el museo, ya que no se trata de obras de abstracción geométrica. La obra de Leone parte de materiales orgánicos, plásticos, adhesivos, betún, aserrín y arena, con los que forma un paisaje en el que se advierte un cuerpo de mujer. Hay una ambivalencia deliberada para el espectador, al que también se le pide aquí una interacción con lo que ve. Por otra parte, se pone el foco en un tema muy actual: el cuerpo de la mujer como objeto a ser mirado y, a la vez, asociado con la Madre Tierra.
Leone es romana, proviene de una familia de artistas y expone desde 2007. Fue seleccionada para participar en el pabellón italiano en la Bienal de Venecia de 2011 y, dos años después, en un diálogo con artistas cubanos en la misma bienal.
Fuente: adn Cultura La Nación
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