Arte / Buenos Aires, en alza
Pocas
ciudades del mundo tienen una City histórica como la de la capital
argentina, que reúne gran variedad de espacios, tecnologías y estilos.
Además de ser la sede del poder financiero y económico, concentra la
riqueza patrimonial del país.
Por Fabio Grementieri
| Para LA NACIÓN
La zona de la City porteña, con epicentro en el convento de La Merced, ha sido reconocida como sector de concentración del poder financiero y económico del país, pero también es una de las áreas con más carga patrimonial de Buenos Aires.
La zona de la City porteña, con epicentro en el convento de La Merced, ha sido reconocida como sector de concentración del poder financiero y económico del país, pero también es una de las áreas con más carga patrimonial de Buenos Aires.
Hasta mediados del siglo XIX, la zona con mayor poder
fue el barrio sur, del otro lado de Plaza de Mayo. Todo cambió a partir
de la epidemia de fiebre amarilla de 1871. Por esos años se consolidó el
perfil bancario y administrativo comercial de la City, que se ubicó al
lado del primitivo puerto y de la Estación Central del ferrocarril, el
borde de la actual avenida Alem entre Mitre y Corrientes. El área fue
definiendo su perfil con la construcción de varios edificios para
entidades públicas y privadas, y oficinas para empresas que ya se habían
comenzado a instalar una década antes en antiguas casas recicladas.
En la década de 1880 empezó una verdadera renovación y
revolución arquitectónica para Buenos Aires y se desató la competencia
por erigir edificios monumentales. La calle Reconquista pasó a ser el
eje del distrito y sobre ella se levantaron edificios de estilo
renacentista, el predilecto del historicismo para representar a las
instituciones nacidas en Florencia en el siglo XV.
Banco Popular Argentino (Florida y Perón). |
Esos
primeros "palacios del dinero" fueron diseñados por arquitectos e
ingenieros ingleses y alemanes. El Banco de la Provincia de Buenos Aires
y el de Londres y América del Sur fueron proyectos de los arquitectos
Hunt y Schroeder, mientras que el Alemán Transatlántico fue diseñado por
el ingeniero Moog. Todos fueron reemplazados por otros edificios más
grandiosos; el único supérstite fue el Banco Central, sobre la calle San
Martín, originalmente construido como Hipotecario provincial.
Después del crac de 1890 se adoptaron otros estilos del
repertorio ecléctico, entre ellos el neogótico en versiones
simplificadas. Pero fue a partir de 1900 cuando estalló el furor
constructivo con proyectos realizados por profesionales de diversa
procedencia para inversores de distinto origen que también operaban con
las colectividades.
Las casas matrices inversoras transforman los nombres
en la Argentina pero siguen el repertorio de su arquitectura
institucional y compiten por ofrecer la imagen más confiable e
impactante, y a la vez moderna y progresista. Incluso reconstruyen su
sede en el mismo predio o en otros terrenos del área, y contratan a
arquitectos de renombre: Morra, Agote, Prins, Conder, Follett, Palanti,
Gianotti, Christophersen, Prins, Sackmann, Zucker.
Si bien el tipo edilicio siempre se compone de los mismos elementos arquitectónicos -fachada monumental, vestíbulo, gran hall
de operaciones, áreas de oficinas y bóvedas- y se construyen de
similar manera -estructuras metálicas y de mampostería, fachadas en
símil piedra y revestimientos interiores de mármoles y estucos-, se
recrean todos los lenguajes estilísticos europeos en boga y en sus
diversas declinaciones. El neobarroco puede ser eduardiano inglés o
guillermino alemán; el clasicismo renacentista aparece en versiones
italianas del risorgimento o del "novecentismo"; el clasicismo dieciochesco puede ser francés o argentino.
Banco de Boston (hoy Standard Bank, Diagonal Norte y Florida). |
No
les van a la zaga las estructuras construidas para compañías
aseguradoras, navieras, comerciales, industriales o agrícolas y
ganaderas que componen angostos edificios en altura, precursores de los
rascacielos y que también recrean muchos repertorios estilísticos. En
medio de la Primera Guerra Mundial aparecen piezas singulares como la
Bolsa de Comercio o la galería Güemes -experimento clasicista uno, Art
Nouveau el otro-, que buscan montar pisos de oficinas sobre grandes
espacios al utilizar estructuras de acero y de hormigón armado,
respectivamente.
La década de 1920 ve la expansión de la City a través
de Diagonal Norte. Allí darán comienzo los ensayos en los estilos en
boga: el neocolonial o el Art Déco, que continuarán codeándose con los
eclecticismos trasnochados. Y seguirán los grandes nombres de los
diseñadores: Chambers, Newbery Thomas, Le Monnier, Sánchez-Lagos-De la
Torre, Calvo-Jacobs-Giménez, Virasoro, Bustillo.
En la esquina de Florida se alzan el hispanizante Banco
de Boston, la zigzagueante Equitativa del Plata y los dos
barroquizantes edificios Bencich. A pocos pasos, sobre Bartolomé Mitre,
se codean la osada estructura déco del originalmente llamado
Banco El Hogar Argentino y el Banco Tornquist, sofisticada obra donde
resuena el "estilo George V", esa mezcla de París y Londres bien
aporteñada. Otro par déco se impone en la esquina siguiente:
la versión norteamericana que hoy ocupa el Citi y la casa matriz del
Provincia en versión monumental inspirada por la Expo Universal de París
de 1937.
Los años 30 inyectan modernidad en la City con los
primeros rascacielos racionalistas -que la Bauhaus no logró construir-,
como el Safico y el Comega, sobre el ensanche de Corrientes, proyectos
que abrirán las puertas al desarrollo de la metrópolis en vertical y
horizontal.
Banco de Londres (hoy Banco Hipotecario, Reconquista y Bartolomé Mitre). |
En
la década de 1940 se afirmará la grandiosa vocación del área con obras
sobre la Plaza de Mayo. La mole del Banco Nación pretenderá sintetizar
la argentinidad a través de una síntesis imperativa germano-francesa. Y
el Ministerio de Hacienda y el Banco Hipotecario Nacional intentarán
armar el otro flanco de la Casa Rosada, inspirándose en los diseños del
régimen italiano del período.
El final de los aportes al patrimonio del área vendrá
en los años 60 con la obra maestra del Banco de Londres de Testa y
Sepra, una revolución internacional en materia de arquitectura bancaria y
una lección de inserción de obra nueva en un área histórica. Suman al
período algunas piezas, como el brillante reciclaje de la sede central
del Banco Ciudad en Florida y Sarmiento, o elegantes diseños dentro del
estilo internacional como el edificio de la esquina de Perón y San
Martín.
Pocas ciudades tienen una City histórica como la de
Buenos Aires. La de París y la de San Pablo son muy pequeñas. En
Shanghái se preservó muy poco. Las de Londres y Nueva York son más
grandes pero no tienen la variedad y riqueza de espacios, tecnologías,
estilos que reúne la arquitectura de este sector central de la capital
argentina.
En los últimos años, sobre la base de estrategias de
planeamiento urbano erróneas, se perdieron varias piezas muy valiosas
-como el Banco Español, ubicado en diagonal al atrio de La Merced- y se
hicieron reciclajes inapropiados. Ahora parece haber una oportunidad de
preservar y revitalizar la zona, que desde hace dos años es parte del
Área de Protección Histórica denominada "Catedral al Norte". Es de
esperar que la gestión patrimonial sea eficiente y duradera. La muestra
de Casa FOA que se realizará este año en el edificio del Banco Tornquist
(ver aparte) es una buena señal.
El Banco Nación, proyectado por Bustillo, sobre la Plaza de Mayo. |
Datos & Pistas
- Mudanza obligada . Hasta mediados del siglo XIX, la zona con mayor poder financiero y económico del país se concentraba en el barrio sur, del otro lado de Plaza de Mayo. Todo cambió a partir de la epidemia de fiebre amarilla de 1871.
- Los comienzos. En la década de 1880 se levantaron edificios de estilo renacentista sobre la calle Reconquista, que pasó a ser el eje del distrito.
- El boom. A partir de 1900 estalló el furor constructivo, con proyectos realizados por profesionales de diversa procedencia para inversores de distinto origen.
- Hacia arriba. Los años 30 inyectaron modernidad en la City, con los primeros rascacielos racionalistas como el Safico y el Comega.
Fuente: adn Cultura La Nación
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