Definen el envío argentino a la principal Bienal de
Arte del mundo. Una obra en que la artista Nicola Costantino se
transforma en Eva Perón es candidata. Decide Cristina.
Por todos lados corren rumores acerca de quién representará a la
Argentina en la próxima edición de la Bienal Internacional de Arte de
Venecia —el evento de arte más importante del mundo—, pero en
Cancillería, que es la responsable, no confirman nada. A pesar de que
el plazo para que cada país presente su proyecto está por cumplirse —los
primeros días de marzo— a nivel oficial hay silencio.
Sin
embargo, en las charlas de pasillo del mundo del arte se habla de
posibles candidatos: Nicola Costantino, que parece tener una nueva
serie de obras donde se transforma en Evita; un grupo de artistas
contemporáneas de distintas generaciones y la artista multimedial Andrea
Juan, con sus proyectos realizados en la Antártida.
La decisión
se tomará en Cancillería, con el asesoramiento de un equipo de
especialistas convocados por Magdalena Faillace, entre los que se
contaron Jacobo Fiterman, coleccionista y director de la Fundación Alon;
Guillermo Alonso, director del Museo Nacional de Bellas Artes; Adriana
Rosenberg, directora de la Fundación Proa; la filósofa Rosa María
Ravera, el artista y arquitecto Clorindo Testa (aunque asiste en su
lugar a las reuniones Juan Fontana), la historiadora del arte Ana
Longoni, el coleccionista y ex director de arteBA Mauro Herlitzka y la
curadora Victoria Noorthoorn, entre otros.
Sin embargo, se rumorea
que la última palabra, la tiene la mismísima presidenta Cristina
Fernández de Kirchner. Es que este año, el envío a la Bienal no será uno
más, sino que será el primero que represente a nuestro país en el campo
del arte dentro del pabellón propio que la Argentina tiene desde el año
pasado y por los próximos 20 años, en la zona de los Arsenales.
Hasta
ahora nuestro país venía exhibiendo en espacios de Venecia con mucha
menor visibilidad, en barrios alejados de los Giardini, el núcleo
fundamental de la Bienal. Desde el año pasado, el Estado argentino
alquila un gran pabellón pegado a los Giardini, de 500 metros cuadrados,
que fue restaurado por nuestro país para la ocasión.
El tiempo
corre, las propuestas artísticas son varias, y todas están a la espera.
Los artistas y los curadores comienzan a comerse los dedos. En el caso
de Costantino, se escuchó decir que el curador es Fernando Farina, uno
de los directores del Fondo Nacional de las Artes. En el caso del grupo
de mujeres, la curadora sería Victoria Noorthoorn, quien, al notar la
posibilidad de presentar un proyecto curatorial, renunció a formar parte
del comité asesor.
Los días pasan, y los responsables van a tener que tomar una decisión sin demoras: Venecia no espera.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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