El museo exhibe una muestra con las obras que incorporó
a su patrimonio, que también interesa porque revela los vínculos y
caminos que hacen posible ese crecimiento.
Por Mercedes Pérez Bergliaffa
Un museo adquiere las obras que expone de maneras distintas a lo
largo del tiempo. Son muchos los factores y participantes de un proceso
tan sutil y poderoso como el de decidir qué artistas y qué obras
pasarán a formar parte de un relato, como el que presenta un museo a
través de sus obras. Imaginemos: ellos son, en definitiva, los
responsables de presentarnos una posible versión del mundo, ordenada y
comprensible. Ellos, y la figura clave del curador de cada museo.
El
Malba –el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires– incorpora las
obras que expone a través de tres estrategias: un programa de
adquisiciones, donaciones de obras para su colección, y comodatos, es
decir, trabajos que los coleccionistas, artistas u otras instituciones
prestan al museo durante un determinado período para ser expuestos
allí. El fruto de todo esto es lo que puede verse actualmente en la sala
1 del museo, ubicada en la planta baja. Si usted se da una vuelta por
allí ahora, verá las obras que fueron adquiridas o prestadas al museo
durante el año 2012, de esas tres maneras. Son las serigrafías del
peruano Fernando Bryce, la cerámica de Leo Battistelli, la pintura de
Manuel Esnoz, los dibujos-cartas de Mirtha Dermisache, la serigrafía
histórica de Víctor Grippo, las impresiones de Fabio Kacero, los dibujos
de Lux Lindner, las intervenciones sobre litografías de Alfredo
Londaibere, la impresión digital del colombiano Mario Londoño, la
fotografía de Nicolás Mastracchio, el objeto de Cristina Schiavi, y los
que fueron, en su momento, tres grandes hits : la delicada y potente
instalación de Claudia Fontes, el llamativo King Kong de marihuana de
Fernando Brizuela, y una importante pintura del maestro –fallecido en
2002– Alfredo Hlito.
ALFREDO LONDAIBERE, 2005. Sin título. Litografías intervenidas con témpera. |
Las tres obras fueron adquiridas durante la feria arteBA del año pasado, la primera mediante el programa Matching Funds arteBA- Zurich y la Fundación Costantini, y las otras dos, gracias a la ayuda de las coleccionistas Aurita Villanueva y Silvia Braier.
“Montañas
(El momento del derrumbe revela puntos clave de la construcción)” es el
título de la espectacular obra de Fontes: toda una estructura de líneas
en 3-D delicadas, sutiles, realizadas mediante varillas de madera de
pino pegadas pacientemente unas con otras. En la cima de estos
esqueletos de edificios, la frase, sus letras construidas también con
varillas: “El momento del derrumbe…” Dos proyectores iluminan la
instalación, superponiendo áreas de luz circulares. “El momento del
derrumbe” puede ser cualquiera. El momento del derrumbe crea la
revelación, descubre una verdad.
“Monstruo” es el trabajo de
Fernando Brizuela: un King Kong de juguetería, cubierto de plantas
verdes –“de esas con las que se hace ferromodelismo”, comenta el mismo
artista, al pasar– y de flores de marihuana. La obra se encuentra
acompañada de cuatro acuarelas que presentan distintas perspectivas de
la planta, donaciones de Brizuela.
“Efigie en equilibrio relativo”
es el nombre de la pintura de Hlito, exhibida –a diferencia del resto
de los trabajos de la muestra– en el primer piso del museo. Esta
donación zanja un vacío importante que Malba tenía respecto de un
artista argentino fundamental, ex alumno de Joaquín Torres García,
miembro co-fundador de la Asociación Arte Concreto Invención y
participante, también, del Manifiesto Invencionista.
FERNANDO BRIZUELA. “Monstruo”, 2012. |
Pero bajando
la escalera hacia la sala donde todas estas obras se exponen, hay un
trabajo que llama poderosamente la atención y que no figura en el
folleto de presentación de la muestra: se trata de “Juanito bañándose
entre latas”, una importante pintura de Antonio Berni. Es que esta obra
se incorporó a la muestra después de inaugurada.
La razón la
explica el curador en jefe del MALBA, Marcelo Pacheco: “El museo estaba
buscando desde hacía dos años y medio un “Juanito” de Berni de
principios de los 60, y no lo podía conseguir. Hasta que apareció éste,
comprado por la coleccionista –y nueva presidenta de la Asociación de
Amigos del Malba– Silvia Braier”. Y era un Juanito que Pacheco hacía
mucho que no veía. El curador recuerda que Lily, la hija de Berni, se lo
había regalado en los 80 a Ruth Benzacar, cuando ella posicionó los
precios de Berni a nivel internacional. De allí en más, la obra había
desaparecido. “Ahora quedará en comodato en el Malba por dos años”,
aclara Pacheco. Y entonces a uno se le revelan, apenas, las complejas
rutas que trazan las obras de arte; sus itinerarios. Porque esta
exposición se trata de eso: de una historia de belleza, pero también, de
relaciones, de caminos.
FICHA
Adquisiciones, donaciones y comodatos 2012
Lugar: Malba, Av. F. Alcorta 3415.
Fecha: hasta marzo de 2013.
Horario: jueves a lunes, 12 a 20. Miércoles hasta las 21.
Entrada: $ 32; Est, doc y jub $ 16; miércoles, gral, $ 16.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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