Por Francois Guillot
Dalí y sus grandes bigotes enroscados en una especie de huevo, que simboliza la vida intrauterina, en la entrada; los relojes blandos de 'La persistencia de la memoria' y otros grandes lienzos en los lados, y más lejos, la famosa instalación 'Mae West': la exposición en el parisino Centro Pompidou declina todo el universo 'daliniano'.
Dalí y sus grandes bigotes enroscados en una especie de huevo, que simboliza la vida intrauterina, en la entrada; los relojes blandos de 'La persistencia de la memoria' y otros grandes lienzos en los lados, y más lejos, la famosa instalación 'Mae West': la exposición en el parisino Centro Pompidou declina todo el universo 'daliniano'.
El arquitecto, diseñador y pintor español Óscar Tusquets, amigo del
artista catalán y miembro de la Fundació Gala-Salvador Dalí -uno de los
tres depositarios del legado Dalí- ha diseñado una puesta en escena
laberíntica, pero que permite que resalte el contenido excepcional de la
muestra, que estará abierta hasta el 23 de marzo.
La retrospectiva, que viajará luego al museo madrileño Reina Sofía,
del 23 de abril al 2 de septiembre, cuenta con las piezas esenciales
para tratar de entender la visión del mundo de Dalí, maestro de lo que
llamó el "placer aristocrático de desagradar".
'Metamorfosis de Narciso' (1937), de la Tate Modern de Londres, y 'El
gran masturbador', de 1929, que se conserva en el Reina Sofía, han
hecho el viaje al Pompidou, que le dedicó hace 33 años una retrospectiva
a Dalí que fue vista por 840.000 personas en los cuatro meses que
permaneció abierta, un récord que no ha sido superado. (Y que no lo
será, por las restricciones de afluencia que existen ahora.)
No podía faltar "la violencia caníbal" reflejada, en palabras de la
comisaria Montse Auger, en el lienzo de 1936 'Construcción blanda con
judías hervidas (Premonición de la guerra civil)'. Ese cuadro
excepcional, que anticipa toda la crueldad de la inminente Guerra Civil,
ha sido prestado excepcionalmente por el Museo de Arte de Filadelfia.
El director del Museo de Arte Moderno del Centro Pompidou, Alfred
Pacquement, y uno de los comisarios, Thierry Dufrêne, subrayaron en la
presentación a la prensa que la escenografía de esta ambiciosa
exposición, titulada solamente 'Dalí', se inspira en un deseo del propio
artista.
En 1979, para la exposición que le dedicó el Pompidou, que reunió 168 pinturas, 219 dibujos, 38 documentos y unos 2.000 documentos, Dalí había pedido que se construyuera un "ambiente daliniano", recordó Dufrêne.
El artista, nacido en Figueras en 1904, anhelaba, dijo el comisario
del Centro Pompidou, que el público pudiera "abrazar" toda la exhibición
al entrar, de una sola mirada.
Ahora, Tusquets (Barcelona, 1941) ha intentado acatar ese deseo,
diseñando un espacio dividido en siete secciones temáticas y
cronológicas. A los lados, cuelgan las obras de mayores dimensiones. En
el centro, se presentan sus obras relacionadas con el teatro, el
espectáculo y las técnicas audiovisuales.
Dalí participó en dos películas con Luis Buñuel, 'El perro andaluz'
(1929) y 'La edad de oro' (1931), extractos de las cuales figuran en la
muestra del Pompidou, así como otras películas en las que colaboró.
A la salida de la exposición, Tusquets ha creado una sala que aspira a
ilustrar el cérebro de ese personaje fascinante, controvertido y
manipulador que fue Dalí, quien dijo una vez: "A los siete años, quería
ser Napoléon. Pero mi ambición ha crecido desde entonces".
Fuente: AFP
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