Magdalena desvanecida. Contrastes, heroínas y personajes religiosos. |
En su cuadro más famoso, Judith decapita a Holofernes con toda
tranquilidad. Son personajes bíblicos: la princesa hebrea que finge
ceder a los requerimientos del general invasor, lo emborracha y, cuando
el general duerme, le corta la cabeza. En su obra más famosa, se cree,
Artemisia Gentileschi se vengó para siempre de su violador. Judith se
parece a Artemisia y Holofernes a él. Hace 400 años que le está cortando
la cabeza. Otra obra de una de las grandes de la pintura barroca
–Magdalena desvanecida– podrá verse en el Museo Nacional de Bellas
Artes, en la muestra Caravaggio y sus seguidores , que inaugura mañana.
Artemisia
Gentileschi es la única mujer entre los quince artistas de esta
exposición. Una soledad como la que tuvo en vida: nacida en Roma en
1593, no era habitual que una mujer pintara. Pero Artemisia era la hija
de Orazio Gentileschi, otro pintor con obra en esta muestra. Orazio
seguía a Caravaggio, desde que, en el 1600, había visto sus obras sobre
San Mateo. El dramatismo, el uso de luces y sombras de Caravaggio le
marcó un camino. Entre esas telas se crió Artemisia, la única de cuatro
hermanos con talento para la pintura.
Tenía 12 años cuando murió
su madre y su papá se imaginó para Artemisia un destino femenino: monja,
por ejemplo. Pero era pintor Orazio y la fuerza artística de la chica
se hacía ver. A los 15, ya estaba trabajando con él. A los 17 pintó su
primera obra, Susana y los viejos . Susana es joven, está desnuda, dos hombres avanzan sobre ella. Algunos dirían que ese primer cuadro fue profético.
Es
que la casa de los Gentileschi era, también, el taller. Pasaban
modelos, artistas, clientes. Hombres. Sólo por eso, la reputación de
Artemisia viajó de boca en boca. Algo que importaría más tarde, cuando
para acusar al violador tuviera que defenderse de esos rumores.
Para
que aprendiera, para que supiera de perspectiva, el padre puso a la
hija a estudiar con Agostino Tassi, un florentino, pintor de paisajes y
marinas, que estaba trabajando con él en el palacio del Quirinal, en
Roma.
Los testimonios del juicio cuentan que el 6 de mayo de
1611, cuando Orazio había salido, Tassi entró a la casa y la encontró
acompañada por Tuzia, un amigo de la familia. Que le pidió que saliera, y
Tuzia salió, aunque Artemisia no quería.
Judith decapitando a Holofernes. El cuadro más famoso de la pintora. |
Así lo contó ella, según las actas del proceso: “Cerró
la habitación con llave y una vez cerrada me lanzó sobre un lado de la
cama dándome con una mano en el pecho, me metió una rodilla entre los
muslos para que no pudiera cerrarlos, y alzándome las ropas, que le
costó mucho hacerlo, me metió una mano con un pañuelo en la garganta y
boca para que no pudiera gritar y habiendo hecho esto metió las dos
rodillas entre mis piernas y apuntando con su miembro a mi naturaleza
comenzó a empujar y lo metió dentro. Y le arañé la cara y le tiré de los
pelos y antes de que pusiera dentro de mi el miembro, se lo agarré y le
arranqué un trozo de carne”.
Después él prometió casamiento y
ella aceptó, por el honor de la familia. Pero él no se iba a casar.
Meses más tarde, Orazio hizo le escribió al papa Pablo IV: “Una hija
del suplicante ha sido desflorada a la fuerza y conocida carnalmente por
Agostino Tassi, pintor, amigo y colega del suplicante” . Hubo juicio.
No
bastaba el relato de Artemisia: para probar que no mentía, le hicieron
exámenes ginecológicos en público. Para probar que podía sostener su
verdad, la torturaron con un instrumento que apretaba cuerdas en torno a
sus dedos. Quedó marcada.
“Este es el anillo que me regalaste, éstas son tus promesas” , dicen que le gritó a Tassi.
“Desflorar”
es el verbo clave. Como ella era virgen, como no se pudo probar otra
cosa en siete meses de juicio, Tassi fue condenado a un año de cárcel y
cinco de expulsión de Roma, algo que al parecer no cumplió.
Entre
1612 y 1613 Artemisia pintó su primer Judith y Holofernes, que hoy está
en Nápoles. Entre 1614 y 1620, el segundo, el más famoso. “ Me he
visto honrada por todos los reyes y gobernantes de Europa a quienes he
enviado mis trabajos. no sólo con regalos sino con las más favorables
cartas, que guardo conmigo ”, le escribió en 1635 a su amigo Galileo
Galilei.” Fue la primera mujer en la Academia de Dibujo de Florencia.
Recibió encargos de la nobleza. Pero tras su muerte, su figura se
desdibujó. Reapareció en el siglo XX. En 1944 la italiana Anna Banti
escribió una novela sobre ella, que en 2008 se reeditó, con prólogo de
Susan Sontag. Después vinieron más novelas, ensayos, películas.
Algo de toda esa fuerza se puede ver ahora. En Bellas Artes.
Fuente: clarin.com
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