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visitante de la feria de arte Art Basel, en Alemania, contempla dos
obras de Tony Matelli el martes 12 de junio. Las obras de arte, aunque
siguen siendo esencialmente adquiridas por coleccionistas, se convierten
en un valor refugio en tiempos de crisis económica y atraen a
inversores en busca de diversificación, sobre todo en Asia.
Por André Lehmann
Las obras de arte, aunque siguen siendo esencialmente adquiridas por coleccionistas, se convierten en un valor refugio en tiempos de crisis económica y atraen a inversores en busca de diversificación, sobre todo en Asia.
"Hay un enorme mercado de arte que emerge en Asia", estima Marc
Spiegler, director de la feria internacional Art Basel, la mayor feria
de arte contemporáneo del mundo, que abre sus puertas al público el
jueves en Basilea (norte).
"El potencial es enorme en Asia", donde los coleccionistas se
interesan cada vez más por el arte europeo, explica en una entrevista
con la AFP. Para responder a esta tendencia, esta feria mundial,
igualmente presente en Miami, decidió abrir sus puertas el año próximo
en Hong Kong.
La situación es especial en China, explica Shengtian Zheng, jefe de redacción del Diario de Arte contemporáneo chino Yishu.
El mercado de arte existe en China únicamente desde hace unos diez
años y los coleccionistas son en su mayoría personas que han hecho
fortuna recientemente.
"Muchos de esos coleccionistas ven en sus compras únicamente una
manera de invertir. Antes, invertían en el arte chino. Pero los precios
se han disparado, y entonces ahora miran hacia los artistas europeos",
indicó.
Según Shengtian Zheng, la opción de la compra se basa sobre todo en la valorización potencial de una obra.
En otras partes del mundo, la compra de arte sigue estando guiada
esencialmente por el placer de adquirir y poseer una obra, insisten los
especialistas. Aproximadamente el 80% de las personas que adquieren
obras son apasionados, mientras que el otro 20% son inversores, recalca
también Spiegler.
"Nuestros clientes están muy informados del mercado, conocen muy bien
los artistas y los precios", explica Janis Gardner Cecil, directora de
la galería neoyorquina Edward Tyler Nahem.
Pero sus clientes "van ante todo a comprar algo que les guste, aunque también a considerar el valor de su inversión", matiza.
Si los galeristas presentes en Art Basel prefieren hablar de la
pasión por el arte, los especialistas en finanzas no dudan en hablar de
inversión segura en periodo de crisis económica.
"Como los mercados financieros tradicionales son siempre muy
volátiles y las tasas de interés históricamente bajas, la idea de que el
arte, el vino, las antigüedades y otros objetos de colección pueden
reportar ganancias, en relación a la inversión, es algo ciertamente
seductor", indican los especialistas de Barclays Wealth en un reciente
estudio.
Teniendo en cuenta la desconfianza que hay con respecto a los
productos financieros, que han sufrido fuertes pérdidas durante la
crisis, "no es sorprendente que un creciente número de inversores haya
reforzado sus negocios en el mundo del arte, el vino y otros objetos de
colección", añaden.
Entre los coleccionistas, según las estimaciones de Barclays Wealth,
las obras de arte ocupan un segundo lugar detrás de las joyas, pero
superan a los muebles antiguos y a los grandes vinos.
"Antes, los clientes querían sólo acciones, obligaciones y un poco de
finca, pero ahora quieren que los activos sean muy diversificados y
velan por colocar una parte de su fortuna (...) en el arte", subraya
Phillip Hoffman, director general del fondo de inversiones especializado
en arte "Fine Art Fund".
La 43ª edición de Art Basel se lleva a cabo hasta el domingo en
Basilea y reúne a más de 300 galerías de 36 países que exponen las obras
de unos 2.500 artistas de los siglos XX y XXI.
Fuente: AFP
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