Egipto,
Siria y Malí son tres de los puntos negros en el planeta para el
patrimonio cultural, víctimas de un tráfico equiparable al de las drogas
o del armamento que la Unesco quiere denunciar con una exposición de
"tesoros encontrados", presentada este martes en París.
La muestra reúne unas 30 obras originales, desde el siglo IV antes de
Cristo hasta el XVII, que fueron robadas y luego recuperadas por la
policía italiana, una de las mejores del mundo en este campo, y entre
las que figura una carta en latín de Cristóbal Colón desaparecida en una
biblioteca de Italia en 1986 y hallada seis años después.
"No sólo nos preocupan las guerras sino situaciones como las de
Siria, donde los bienes culturales están en peligro", explicó Alberto
Deregibus, responsable de la unidad especializada de los Carabinieri y
que colabora con la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura.
En Egipto, en los días de la caída de Hosni Mubarak tras la revuelta
popular, yacimientos arqueológicos tan importantes como las necrópolis
de Saqqara y Abusir fueron saqueados, mientras que varios objetos del
museo arqueológico de El Cairo fueron robados.
La situación también es preocupante en Siria, donde según la ONU
existe el riesgo de una guerra civil entre partidarios y opositores al
régimen de Bashar al Asad, o en el norte de Malí, donde se sitúa
Tombuctú, patrimonio de la humanidad, una ciudad ahora en manos de
grupos islamistas.
"Todavía ahora (más de un año después de la caída de Mubarak) la
alarma continúa estando en Egipto. Y también en Siria y en Malí, que
tiene tesoros inmensos, bibliotecas muy antiguas, preislámicas. Tombuctú
está en peligro", explicó Alberto Deregibus.
El tráfico ilegal de bienes culturales podría representar entre 2.000
y 6.000 millones de dólares al año, según los estudios que maneja la
UNESCO. El problema afecta especialmente a América Latina y a países
como Perú o Ecuador, con un inmenso patrimonio arqueológico, con el
obstáculo añadido de que las piezas muchas veces no están inventariadas.
Para muchos países latinoamericanos la convención para la lucha
contra el tráfico ilícito de bienes culturales, adoptada en 1970 y que
ya firmaron 122 Estados, no es suficiente. Por eso estos días discuten
en París maneras de reforzar la lucha contra este tráfico en la que
muchas veces los Estados fracasan.
Fuente: AFP
No hay comentarios:
Publicar un comentario