CANTANDO POR UN VOTO:
CÓMO LOS POLÍTICOS USAN LA CULTURA


Gustos y saberes culturales sirven para embellecer a un candidato. Pero a veces les sale mal.


Entonado. Barack Obama canta “Let’s stay together” en un mitin. El video tuvo 4 millones de visitas.
Por Gisela Antonuccio - Especial para Clarín

Un rasgo común caracteriza a los últimos candidatos de elecciones presidenciales, y es el énfasis para hablar de sus gustos culturales.
Por ejemplo el candidato del PRI de México para las presidenciales de julio, Enrique Peña Nieto, encontró en la cultura una forma amable de hablarle al electorado, en vez de profundizar en cómo encarará la violencia narco, que hasta enero contabilizaba 60.000 muertes.
En Francia, tres días antes de los comicios, Sarkozy citó a Baudelaire entre sus autores preferidos, habló de neorrealismo italiano y de obras del Renacimiento. También dijo que encontraba inspiración en la filosofía de Claude Levi-Strauss y que no veía la hora de ver la Sant’Anna restaurada de Leonardo Da Vinci y en muestra en el Louvre.
El entonces candidato socialista Hollande aclaró que vio Intouchables , de Olivier Nakache y Éric Toledano, considerado el filme del año en Francia y visto por casi 20 millones de espectadores. Y contó que le gustan clásicos de la literatura como Victor Hugo o Albert Camus. L la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, dijo que su libro preferido es El conde de Montecristo .
Pero fue a Peña Nieto, en México, a quien el intento le trajo uno de los momentos más incómodos. Su pasión por la literatura quedó esclarecida cuando atribuyó a Enrique Krauze La Silla del Aguila , de Carlos Fuentes.
Durante unos cinco minutos se fue enredando entre palabras, mientras sus asesores de prensa le hacían gestos a modo de tijeras. Pero ya había dicho la frase memorable: “Me gustó La Silla del Aguila , de Enrique Krauze”. La declaración se convirtió en trending topic en Twitter, bajo el título de “#LibreríaPeñaNieto”. Al ser consultado, el desaparecido Fuentes dijo: “Este señor tiene derecho a no leerme. Lo que no tiene derecho es a ser presidente de México a partir de la ignorancia”. Peña Nieto va primero en las encuestas.
Cuánto el electorado está atento a las actuaciones que los candidatos hacen por fuera de la comunicación de sus plataformas quedó demostrado en enero, cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, entonó Let’s Stay Together , de Al Green, en un mitin. El video en el que Obama canta un estribillo de ese hit de 1972 recibió en pocas horas cuatro millones de visitas . Y disparó en un 490% las ventas de Green, según la revista Billboard.
El gusto, “es una dimensión de una relación distante y segura con el mundo y con los otros”, sostiene Pierre Bourdieu en su ensayo La Distinction.
Porque se trata de una “expresión distintiva” de lo que el filósofo francés identifica como una “posición privilegiada en el espacio social”.
Desde allí quizás puedan entenderse los esfuerzos de algunos políticos en sus citas. Como el presidente de Chile, Sebastián Piñera, cuando en 2010 se refirió al personaje de ficción Robinson Crusoe. “En esta isla vivió, durante cuatro largos años , Robinson Crusoe, cuya historia no solamente fascinó y emocionó al mundo entero sino que puso en el mapa a esta isla en la cual viven ochocientas chilenas y chilenos”, dijo Piñera, al referirse a la isla, parte del archipiélago Juan Fernández, y dar como cierta la existencia del personaje.
En la Argentina, la presidenta Cristina Fernández comentó en 2008 en un discurso en la Casa Rosada que es “muy cinéfila”. Y el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, hizo saber de su fascinación por el cantante Freddie Mercury, al mostrarse varias veces cantando We will rock you , en “performances” subidas con esmero a You Tube.
Las referencias al conocimiento o a los gustos personales, populares o “legitimados”, como los llama Bourdieu, no son nuevas. Lo novedoso, ahora, es el modo en que rebotan al infinito a causa de las redes sociales. A ellas se atribuye la victoria de la campaña de Obama: el activismo online diseñado por su equipo se tradujo en 300 millones de dólares por parte de más de un millón de donantes.
El interrogante es si las redes son capaces de poner en evidencia aspectos ocultos del ser, como la capacidad de revelar si se está, como dice Bourdieu, frente a un “hombre consumado” o un “pedante que comprende sin sentir” y un “mundano que disfruta sin comprender”.

Fuente: clarin.com

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