Arte / Muestras
Una panorama de la extensa producción de
Juan Melé, fallecido días atrás, coincide con la primera retrospectiva
en la Argentina de Antonio Asís en el Museo de la Universidad Nacional
de Tres de Febrero.
Por Celina Chatruc / LA NACIÓN
En
un cuarto de hotel en París, a fines de los años 50, un hombre se
inclina sobre tres palanganas. Hace experimentos con papel fotográfico,
líquidos y una linterna. A las tres de la mañana sale corriendo de la
habitación para mostrarles el resultado a sus amigos, entre los que se
cuentan Jean Tinguely, Nicolas Schöffer y Victor Vasarely.
Su nombre es Antonio Asís, un argentino que emigró a
Europa en 1956, a los 23 años, graduado en la escuela de Bellas Artes y
formado por Héctor Cartier. Sin pasaje de regreso, tenía dinero
suficiente para vivir una semana. "No sabía francés, pero me fue muy
bien", dice el artista, que acaba de inaugurar su primera retrospectiva
en Buenos Aires.
Aquellos fotogramas que Asís vendía a una fábrica de
perfumes para poder comer están incluidos en la muestra montada en el
Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref). Entre
unas 80 obras figuran también atractivas experimentaciones con cuadrados
y esferas de colores, así como elaboradas piezas cinéticas que desafían
la percepción. En estas últimas, una grilla metálica se interpone entre
la pintura y el espectador con un efecto mágico: al cambiar el punto de
vista se descubren formas, sutiles vibraciones, manchas y una
profundidad insospechada.
No sorprende que Asís haya compartido muchas
experiencias con Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, artistas cinéticos
venezolanos de fama internacional. Lo que sí llama la atención es que
ninguna galería porteña represente a este artista, cuyas obras están
incluidas en colecciones como la de Ella Fontanals-Cisneros y fueron
exhibidas en el Museo Reina Sofía de Madrid.
Aníbal Jozami, rector de la Universidad Nacional de
Tres de Febrero, lo conoció hace dos años a través de un amigo en común y
lo invitó de inmediato a exponer en Buenos Aires. La organización de la
muestra estuvo a cargo de un grupo de estudiantes de la Untref dirigido
por Diana Wechsler, quien rescató las experimentaciones con material
fotográfico y los trabajos producidos por Asís en su casa de veraneo en
Carbonera, España, en las décadas del 60 y 70. Al ritmo de la música de
Mahler y Bach, las horas de ocio se transformaban allí sobre el papel en
sinfonías de colores vivos, composiciones de precisión matemática con
los que pasaba el tiempo.
-Estos trabajos los hacía en España de vacaciones, como hobby
. Como el músico que necesita jugar con el piano siempre. Para mí ese
color es una poesía que requiere años de práctica, no cualquiera puede
hacerlo. Yo pintaba cuadradito por cuadradito con un pincel, y cuando
terminaba uno ya tenía la idea de hacer otro. No podía parar, era como
una droga. Fijate esto: qué trabajo de composición...
-Componía como un músico .
-Exactamente.
Respecto de los fotogramas que hacía en aquel hotel,
Asís asegura que hasta que los vio Wechsler los tenía guardados en un
rincón y creía que no valían nada. "Ahora los veo exhibidos aquí y digo:
?qué lindo queda'", confiesa con evidente orgullo. El mismo que
demuestra por Juan Melé, un pionero de la abstracción geométrica en la
Argentina, a quien conoció en París y con cuyas obras comparte en estos
días el espacio del Muntref. "Para mí Melé es un gran artista, uno de
los mejores", opinó sobre su colega, fallecido días después (ver
aparte).
-¿En qué se conectan sus obras?
-En nada. Yo tengo otro pensamiento: trabajé con
moldes, con bolas de dos metros que se movían... Me ubico más dentro de
la pintura concreta cinética. Hicimos diferentes experiencias, cada uno
con sus búsquedas individuales. Pero creo que a él le gustaban mis
cosas, y a mí las suyas.
DESPEDIDA CON APLAUSOS
Juan Melé trabajó hasta último momento, incluso cuando
ya no podía caminar, en su taller en Villa Crespo. Quiso el destino que
parte de su producción de décadas estuviera expuesta al público cuando
murió días atrás, a los 88 años (ver columna). Una semana antes, él
mismo había inaugurado en el Muntref la muestra que reúne 23 obras
realizadas desde la década de 1940, cuando integró la Asociación Arte
Concreto Invención junto con otros grandes artistas argentinos como
Alfredo Hlito, Lidy Prati, Enio Iommi y Tomás Maldonado.
Además de esa etapa fundante de su lenguaje
constructivo, la exposición refleja con un colorido mural la época en
que el artista vivió en Nueva York, entre 1974 y 1986, año en que
regresó al país y expuso en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
También incluye sus trabajos con relieves de la década de 1990, dos
esculturas e incluso un par de obras creadas en 2010 y 2011. La mayoría
pertenecía al artista, salvo tres que son patrimonio del Muntref. Queda
pendiente para una futura muestra presentar sus grabados, una técnica
que aprendió en el taller parisino de Bo Halbirk a fines de los años 90 y
que llegó a manejar con maestría. "Yo no pretendía que fuera una
retrospectiva, sino mostrar aspectos relevantes de su obra", explicó a adn
Nelly Perazzo, curadora de la exposición que puede verse hasta el 10 de
junio en la sede del Muntref, en Caseros. Allí se presentará, la semana
próxima, un libro editado por Eduntref que excederá esta muestra para
abarcar la prolífica carrera de Melé.
Ficha. Antonio Asís, un universo vibrante , y Juan Melé, pensamiento constructivo , en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Valentín Gómez 4838, Caseros), hasta el 10 de junio.
Fuente: ADN Cultura La Nación
No hay comentarios:
Publicar un comentario