La obra de Picasso, una denuncia contra la dictadura
JULIO ALGAÑARAZ - ENVIADO ESPECIAL
Es el ícono artístico más famoso del Siglo XX, el cuadro
pacifista por excelencia. Siempre polémico todavía hoy día, cuando los
vascos reclaman que se lo traslade para estar en Guernica por un tiempo
pero el gobierno, como todos los anteriores, se niega en redondo.
En el Museo Reina Sofía de Madrid es el tesoro más admirado y venerado, y para verlo peregrinan gentes de todo el mundo.
El
español Pablo Picasso lo empezó a crear después de que la destrucción
de Guernica lo impactara poderosamente como sucedió en la época.
Fue una de las grandes atracciones en la Exposición Internacional de París en 1937.
La
obra fue creada como un mural, para mucha gente, para producir una
reacción casi inmediata. Al principio Picasso, lo empezó con una
reducción a la gama del blanco y negro. Después utilizó algunos detalles
en rojo. La gente que lo contemplaba admirada, no estuvo de acuerdo. El
maestro andaluz les dio la razón y volvió a su idea original.
Es un cuadro contra la guerra, contra la violencia de nazis, fascistas y franquistas que indignaban a un Picasso firmemente alineado con la izquierda.
Y allí está en su esplendor artístico y sus símbolos extraordinarios: el toro, el caballo, la lámpara, la paloma que sólo se entrevé, el
guerrero caído, la madre sobre el niño, el caballo muerto que cae sobre
el guerrero.
Picasso terminó su Guernica el 4 de junio de 1937. Una maravilla que se convirtió en una denuncia de fuego contra la dictadura franquista.
Fuente: clarín.com
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