Radicada en España desde hace más de 20 años, la artista plástica argentina traza un panorama de la situación que vive ese país en general y la cultura en particular. “Los artistas tenemos recursos humanos e intelectuales para readaptarnos”, reconoce.
SIN TÍTULO, 2005. Una de las obras de Laura Lio adquiridas por el Museo Reina Sofía de Madrid. Yeso e hilo de algodón.
Por Román García Azcárate
“Sé que el emigrar es duro –dice con un nudo en la voz durante la conversación con Ñ. Pero bueno, de todos modos vivimos en crisis; es un gremio que vive en crisis, repensando, releyendo, creando… Un gremio que entiende la vida con todos sus cambios, su dinamismo, que todo el tiempo se recicla, se actualiza, y que tiene recursos humanos, intelectuales para readaptarse. Pero bueno, duro, ¿no? Difícil, como es siempre frente a las crisis económicas.”
Escultora, grabadora y dibujante, Laura Lio dejó el país en 1990, desahuciada por la falta de horizontes que veía para su profesión, para sus colegas y para ella misma, después de haberse empleado a fondo para asomar la cabeza en lo suyo. La adquisición de un importante paquete de sus obras por parte del Museo Reina Sofía varios años después de haberse instalado en Madrid, entre otros logros, sugería que su carrera le depararía cierta estabilidad. Hasta que el tembladeral económico que desde 2008 afecta a Europa, en especial a los países del Mediterráneo, le enrostró una realidad mucho más adversa, prolongada y de final incierto, pero no del todo extraña para un trabajador de la cultura.
-¿Cómo describirías la situación actual en España?
-Hay muy poco dinero dedicado a cultura. Pero los recortes en educación provocan las manifestaciones de estudiantes, docentes, ¿no? Son reivindicaciones sociales. En los derechos de los trabajadores que costó trabajo conseguir, a través de los sindicatos y los movimientos obreros durante muchas décadas, este gobierno de derechas que acaba de asumir, con este plan de recortes, está llevando a cabo una política de ajuste muy grande que, por supuesto, repercute de manera directa en todo lo que tiene que ver con la cultura.
Pero al no estar el dinero en las instituciones y el mercado del arte totalmente parado, pues se están creando nuevos circuitos y maneras de relacionarse independientes de esos medios de gestión de la cultura: exposiciones en los talleres, un repensar las prácticas artísticas no sólo en sus contenidos y en el hacer, sino también en cómo interactúan esas prácticas con el medio. Y bueno, se están creando más alternativas, ¿no? Se están repensando las cosas, con mucho entusiasmo y toda la creatividad que es inherente al medio del arte, también con mucha inestabilidad y temor hacia lo que va a pasar, porque no se sabe cuánto va a durar esta crisis económica…
Para la artista, las causas del orden de cosas que se vive en España de ninguna manera son atribuibles únicamente a la derecha y al PP gobernante. Cuando alude a la corrupción o a la representatividad genuina, o su falta, reparte culpas en todas las direcciones.
–Como te decía, estoy viendo nuevas maneras de relacionarnos entre nosotros, que no tengan que ser las instituciones o las galerías de arte quienes le den un marco de validez al trabajo, sino buscar y encontrar otras estrategias mediante las cuales el trabajo se afirme en sí mismo por su calidad. Y sí, hay más cooperación, asociaciones, colectivos, grupos, y maneras de seguir viviendo, por este tema de que “la vida pasa rápido pero la crisis dura”. Ante eso hay que ver estrategias de reinventarnos, de repensarnos, y de seguir inventando esta existencia de manera que sea un lugar en el que sintamos que nos desarrollamos, ¿no?, que crecemos. Bueno, ahora estoy en un barrio más periférico y tengo contacto con todo el movimiento okupa, con la gente que tuvo que ver con el movimiento del 11-M, donde se dijo que básicamente los políticos no nos representan, tenemos que buscar otras maneras de gestión más horizontal, y entonces se crearon las asambleas en los barrios.
En el barrio de Carabanchel, donde estoy, ahora han ocupado un antiguo edificio deshabitado de cuatro pisos y allí crearon un centro social, uno vecinal, con biblioteca, lugar para los chicos, para la proyección de películas, para conciertos y hasta repensar la política y resistir a las medidas de recorte: huelgas y movilizaciones tan constantes y agresivas como está siendo el sistema de recorte de derechos de los trabajadores. Está habiendo otras maneras de crear vínculos, y de crear vida, ¿no?
-El estado español ha sido muy proveedor del arte hace unos años. ¿Cómo está ese flujo de dinero que apoyaba las artes?
-Ha cambiado todo en la cultura en general. Siempre ha tenido más apoyo el cine, porque también es una gran fuente de ingresos. En la cultura se le presta atención a mantener grandes museos, al arte emergente y al contemporáneo, pero ahora con los recortes prácticamente no hay ayuda, financiación ni becas para la gente que termina la facultad de Bellas Artes.
-¿Sos optimista respecto de la participación del mercado privado?
-En el mundo del arte la gente riquísima invierte en lo seguro, en obras que cuestan fortunas, eso es un valor de inversión; pero luego, las obras que oscilan en márgenes mucho más bajos –por decir una cifra que no controlo mucho, entre 1.000 y 20.000 euros– ahí es donde la gente se contiene de gastar. Porque los que pueden pagar eso ahora, como no saben qué va a suceder más adelante, no invierten. Está todo parado y los resultados de la última feria Arco lo dicen: hubo menos participación extranjera y el nivel de ventas ha sido muy bajo.
Laura no deja de venir a Argentina cada vez que puede. Además de los lazos familiares, vuelve a abrevar aquí con una sed que sólo alcanza a saciar en estas latitudes, y donde la influencia de las crisis, junto a tanta otra riqueza que se hace extrañar a la distancia, es tanto más recurrente que en su España adoptiva. Habla de eso en el video que acompaña esta nota.
El núcleo de su tesis doctoral en bellas Artes que desarrolla actualmente puede definirse como “Protección del medio ambiente y crecimiento económico”. Los estudios y trabajos del finlandés Juhani Pallasmaa sobre “animales arquitectos” son una referencia destacada. De la arquitectura, la construcción y los negocios no respetuosos del medio ambiente hay sobrados ejemplos en la España de los últimos tiempos: la gran crisis tiene un fortísimo sustento en ellos.
Lio básico
Buenos Aires, 1967
Artista plástica
Escultora, grabadora y dibujante, Laura Lio dejó el país en 1990, desahuciada por la falta de horizontes que veía para su profesión, para sus colegas y para ella misma, después de haberse empleado a fondo para asomar la cabeza en lo suyo. La adquisición de un importante paquete de sus obras por parte del Museo Reina Sofía varios años después de haberse instalado en Madrid, entre otros logros, sugería que su carrera le depararía cierta estabilidad. Hasta que el tembladeral económico que desde 2008 afecta a Europa, en especial a los países del Mediterráneo, le enrostró una realidad mucho más adversa, prolongada y de final incierto, pero no del todo extraña para un trabajador de la cultura.
-¿Cómo describirías la situación actual en España?
-Hay muy poco dinero dedicado a cultura. Pero los recortes en educación provocan las manifestaciones de estudiantes, docentes, ¿no? Son reivindicaciones sociales. En los derechos de los trabajadores que costó trabajo conseguir, a través de los sindicatos y los movimientos obreros durante muchas décadas, este gobierno de derechas que acaba de asumir, con este plan de recortes, está llevando a cabo una política de ajuste muy grande que, por supuesto, repercute de manera directa en todo lo que tiene que ver con la cultura.
Pero al no estar el dinero en las instituciones y el mercado del arte totalmente parado, pues se están creando nuevos circuitos y maneras de relacionarse independientes de esos medios de gestión de la cultura: exposiciones en los talleres, un repensar las prácticas artísticas no sólo en sus contenidos y en el hacer, sino también en cómo interactúan esas prácticas con el medio. Y bueno, se están creando más alternativas, ¿no? Se están repensando las cosas, con mucho entusiasmo y toda la creatividad que es inherente al medio del arte, también con mucha inestabilidad y temor hacia lo que va a pasar, porque no se sabe cuánto va a durar esta crisis económica…
Para la artista, las causas del orden de cosas que se vive en España de ninguna manera son atribuibles únicamente a la derecha y al PP gobernante. Cuando alude a la corrupción o a la representatividad genuina, o su falta, reparte culpas en todas las direcciones.
–Como te decía, estoy viendo nuevas maneras de relacionarnos entre nosotros, que no tengan que ser las instituciones o las galerías de arte quienes le den un marco de validez al trabajo, sino buscar y encontrar otras estrategias mediante las cuales el trabajo se afirme en sí mismo por su calidad. Y sí, hay más cooperación, asociaciones, colectivos, grupos, y maneras de seguir viviendo, por este tema de que “la vida pasa rápido pero la crisis dura”. Ante eso hay que ver estrategias de reinventarnos, de repensarnos, y de seguir inventando esta existencia de manera que sea un lugar en el que sintamos que nos desarrollamos, ¿no?, que crecemos. Bueno, ahora estoy en un barrio más periférico y tengo contacto con todo el movimiento okupa, con la gente que tuvo que ver con el movimiento del 11-M, donde se dijo que básicamente los políticos no nos representan, tenemos que buscar otras maneras de gestión más horizontal, y entonces se crearon las asambleas en los barrios.
En el barrio de Carabanchel, donde estoy, ahora han ocupado un antiguo edificio deshabitado de cuatro pisos y allí crearon un centro social, uno vecinal, con biblioteca, lugar para los chicos, para la proyección de películas, para conciertos y hasta repensar la política y resistir a las medidas de recorte: huelgas y movilizaciones tan constantes y agresivas como está siendo el sistema de recorte de derechos de los trabajadores. Está habiendo otras maneras de crear vínculos, y de crear vida, ¿no?
-El estado español ha sido muy proveedor del arte hace unos años. ¿Cómo está ese flujo de dinero que apoyaba las artes?
-Ha cambiado todo en la cultura en general. Siempre ha tenido más apoyo el cine, porque también es una gran fuente de ingresos. En la cultura se le presta atención a mantener grandes museos, al arte emergente y al contemporáneo, pero ahora con los recortes prácticamente no hay ayuda, financiación ni becas para la gente que termina la facultad de Bellas Artes.
-¿Sos optimista respecto de la participación del mercado privado?
-En el mundo del arte la gente riquísima invierte en lo seguro, en obras que cuestan fortunas, eso es un valor de inversión; pero luego, las obras que oscilan en márgenes mucho más bajos –por decir una cifra que no controlo mucho, entre 1.000 y 20.000 euros– ahí es donde la gente se contiene de gastar. Porque los que pueden pagar eso ahora, como no saben qué va a suceder más adelante, no invierten. Está todo parado y los resultados de la última feria Arco lo dicen: hubo menos participación extranjera y el nivel de ventas ha sido muy bajo.
Laura no deja de venir a Argentina cada vez que puede. Además de los lazos familiares, vuelve a abrevar aquí con una sed que sólo alcanza a saciar en estas latitudes, y donde la influencia de las crisis, junto a tanta otra riqueza que se hace extrañar a la distancia, es tanto más recurrente que en su España adoptiva. Habla de eso en el video que acompaña esta nota.
El núcleo de su tesis doctoral en bellas Artes que desarrolla actualmente puede definirse como “Protección del medio ambiente y crecimiento económico”. Los estudios y trabajos del finlandés Juhani Pallasmaa sobre “animales arquitectos” son una referencia destacada. De la arquitectura, la construcción y los negocios no respetuosos del medio ambiente hay sobrados ejemplos en la España de los últimos tiempos: la gran crisis tiene un fortísimo sustento en ellos.
Lio básico
Buenos Aires, 1967
Artista plástica
Master en Investigación de Prácticas Artísticas y Visuales, Universidad de Castilla-La Mancha. Licenciada en Bellas Artes, Universidad Complutense de Madrid. Ha estudiado también escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova y en la Escuela Nacional de Cerámica, Buenos Aires.
Individualmente ha expuesto en Madrid, Barcelona, Gijón, Ibiza, Lisboa, Roma, París y Buenos Aires y ha participado de decenas de muestras colectivas. También ha obtenido numerosos premios y becas, entre éstas una del Bellagio Study and Comference Center de la Fundación Rockefeller.
Además de otros lugares, se encuentran obras suyas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el Museo Municipal de Arte Contemporáneo, Madrid; el Museo del Patio Herreriano, Valladolid; el Colegio de España en París y la Academia Española de Historia, Arqueología y Bellas Artes, Roma.
Individualmente ha expuesto en Madrid, Barcelona, Gijón, Ibiza, Lisboa, Roma, París y Buenos Aires y ha participado de decenas de muestras colectivas. También ha obtenido numerosos premios y becas, entre éstas una del Bellagio Study and Comference Center de la Fundación Rockefeller.
Además de otros lugares, se encuentran obras suyas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el Museo Municipal de Arte Contemporáneo, Madrid; el Museo del Patio Herreriano, Valladolid; el Colegio de España en París y la Academia Española de Historia, Arqueología y Bellas Artes, Roma.
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