DE IZQ. A DER., MONUMENTO A JUAN DE GARAY, EN BUENOS AIRES, REDUCCIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, PATRICIO PERALTA RAMOS POR CARLOS MOREL.
ORÍGENES DE MAR DEL PLATA
El primer hombre blanco que llegó por tierra a estos lugares, fue Juan de Garay (el fundador de Santa Fe y segundo fundador de la ciudad de Buenos Aires). Fue en noviembre de 1581, que llegó a caballo acompañado de unos cuarenta soldados españoles. Tuvo una entusiasta impresión del lugar y la comunicó al rey de España en éstos términos: "Es muy galana costa y va corriendo una loma llana de campiña (la actual loma Santa Cecilia) y por algunas partes pueden llegar carretas hasta el agua. Es tierra muy buena para sementeras. Legua y media de la mar se acaba un tramo de cordillera que baja de la tierra adentro. Muestra grandes peñascos y en lo alto, campiñas y en la costa en algunas partes, descubre pedazos de peñascos donde hay gran cantidad de lobos marinos.
PRIMEROS VISITANTES
El primer visitante fue don Juan de Garay.
Con los años, el "Wager", uno de los barcos ingleses dedicados al saqueo de las colonias ultramarinas de España, fue uno de los seis corsarios enviados el 18 de septiembre de 1740 por el Almirantazgo inglés, bajo el mando del Comodoro Hanson, rumbo al océano Pacífico. Luego de muchos meses de navegación, naufragó en la costa chilena, a unas 200 millas al sur de Chiloé, el 14 de mayo de 1741. Gran parte de la tripulación llegó a tierra, rescatando luego restos del barco.
El carpintero Cummins, trabajó durante cinco meses y con la ayuda de sus compañeros construyó una especie de lancha-goleta. Esta pesaba alrededor de 23 toneladas y tenía 18 metros de eslora. Su construcción fue bastante precaria, pero como era preciso salvarse y no morir en esas tierras desoladas, cincuenta y nueve marinos se embarcaron en la nave, a la cual pusieron el nombre de "Speedwell" y en un bote auxiliar iban otros 12 hombres. Se disponían llegar a Brasil, país amigo de Inglaterra. Pero algunos, como Byron, abuelo del poeta, prefirieron quedarse en Chiloé. Fueron doce los que tomaron esta decisión.
En el "Speedwell", los cincuenta y nueve hombres iban hacinados. Apenas tenían alimentos. La travesía del Estrecho de Magallanes les llevó 45 días. Casi desnudos y hambrientos, los marinos morían de frío. La extraña goleta, aún así, estaba demasiado cargada y los más fuertes, que querían sobrevivir, abandonaron a doce de sus compañeros que iban en el bote auxiliar, en la costa del sur argentino. No se tuvo mas noticias de éstos. La tripulación siguió sufriendo toda clase de privaciones. Lo revela así la constancia registrada en el libro de navegación el miércoles 6 de enero de 1742, día en que falleció el contador Mister Thomas Harvey. Dice así: "Murió hecho un esqueleto por falta de comida. Este caballero es, probablemente, el primer contador de la Armada que ha muerto de hambre". En Puerto Deseado los restantes se aprovisionaron de agua y cazaron lobos marinos. Mar adentro navegaron el Atlántico Sur. Cerca de 20 días después, llegaron frente al actual Cabo Corrientes.
El cronista de a bordo recordaría: "Nos enajenamos de alegría al ver una tierra agradable y deliciosa. No tenemos nada que comer más que foca hedionda. Y aún eso la tienen veinte de los cuarenta y tres hombres que viven. No hay mas de quince que puedan mantenerse en pié".
Referencias históricas inobjetables, hacen saber que el 12 de enero de 1742 llegaron a nuestras costas y ocho de sus tripulantes utilizando una balsa improvisada, llegaron a la costa en busca de agua y alimentos. Los atrajo la cantidad de lobos marinos y caballos. La describieron así: "Punta baja y arenosa, continuada unas tres leguas mar adentro rumbo sudeste, por un banco...". El mal tiempo demoró el regreso de éstos al barco y entonces la goleta "Speddwell" siguió viaje abandonando a su suerte a los ocho marineros. No eran tiempos propicios para pensar en los demás. Ya habían abandonado a doce; ocho más no interesaba y siguieron hacia Brasil. Los nombres de los marinos abandonados fueron: Guy Broadwater, Samuel Cooper, Benjamín Smith, John Duck, Joshua Clinch, John Andrews, John Allen e Isaac Morris. Un estrecho barranco que techaron con una ramada les sirvió de refugio. Lograron agua fresca y se alimentaron con lobos marinos. Realizaron dos intentos para trasladarse a Buenos Aires, malogrados el primero por falta de agua potable y el segundo por la creciente de los arroyos de la zona. Broadwater y Smith fueron asesinados y Clinch y Allen desaparecieron.
Los cuatro restantes fueron sorprendidos por indios que realizaban un arreo de caballos. Duck, mulato nacido en Gran Bretaña, fue vendido como esclavo en la frontera cordobesa.
Los otros tres marineros ingleses, después de corto cautiverio, fueron entregados en Buenos Aires mediante rescate del encargado inglés de asiento de negros en Río de la Plata.
Así finalizó la verdadera odisea de los tripulantes del barco corsario inglés que encalló en Cabo de Hornos, figurando ocho de ellos, como los primeros visitantes en playas marplatenses.
HISTORIA
Patricio Peralta Ramos tenía 46 años cuando llegó por primera vez a esta región. Nació el 17 de mayo de 1814, en la casa de sus padres, ubicada en la calle San Martín entre Bartolomé Mitre y Rivadavia, ciudad de Buenos Aires. Era hijo de Juan José Porcel de Peralta (oficial del Regimiento Patricios) y de Hipólita Ramos. En el año 1860, contrajo enlace con Cecilia Robles y el matrimonio tuvo doce hijos. Patricio Peralta Ramos falleció el 25 de abril de 1887. Fue enterrado en el cementerio situado al lado de la capilla Santa Cecilia y un año más tarde, sus restos fueron trasladados al panteón que la familia posee en el cementerio de La Recoleta.
Patricio Peralta Ramos, fue tendero en Buenos Aires. Pero su gran fortuna la hizo durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, al que no sólo había provisto de indumentaria para sus tropas, sino que también había apoyado participando de la Sociedad Popular Restauradora (Mazorca), desde el año 1842 hasta la caída del régimen.
Le legislación sobre tierras de la Provincia, otorgaba a Peralta Ramos el derecho de ubicar dentro de sus propiedades los "sobrantes fiscales", a fin de que el Estado provincial tomara una determinación sobre los mismos, que generalmente consistía en venderlos en subasta pública. Los vecinos que se oponían a Peralta Ramos (encabezados por José Chaves, posterior fundador del poblado de Balcarce), sugirieron que el poblado se ubicara en estos "terrenos fiscales", con lo que se ahorrarían los gastos de una expropiación, destinando ese dinero a la construcción de los edificios públicos y traza del poblado.
Ante esta situación Peralta Ramos, ágil para los negocios, ubicó los sobrantes de su propiedad fuera de los límites del partido de Balcarce. Los puso en las inmediaciones de la Laguna de Mar Chiquita (tierras bajas e inundables y dentro de la antigua estancia San Julián de Vivoratá), manteniendo su postura de fundar el poblado dentro de los límites del partido de Balcarce, donde no existían "terrenos fiscales".
En el año 1873, fallece la esposa de Peralta Ramos, doña Cecilia Robles. Esto lo afectó profundamente y aún antes de iniciar su gestión ante el gobierno de la provincia para la fundación del pueblo, destinó un terreno para la construcción de una capilla en honor de su esposa. Esa capilla que habría de ser uno de los templos más hermosos del país, fue construida con su propio peculio y fue erigida en 1873.
Así nació la capilla Santa Cecilia, el primer templo de Mar del Plata. El mismo Peralta Ramos, colaboró en la construcción del altar con tablas que habían sido depositadas en la playa y eran los restos de un naufragio. "El Honorable Concejo Deliberante, en su sesión del 18 de noviembre de 1897, sancionó una Ordenanza cuya parte pertinente era la siguiente: Art. 1. Habiendo el Excmo. e Ilmo. señor Arzobispo de esta Diócesis acordado el Patronato de este Pueblo de Mar del Plata a la gloriosa Santa Cecilia, declárase feriado para las dependencias municipales, el día 22 de noviembre de cada año".
Fue a partir de ese momento que, decididamente, Peralta Ramos gestionó ante Mariano Acosta, gobernador de la provincia de Buenos Aires, la fundación del pueblo.
ORIGEN DEL NOMBRE "MAR DEL PLATA"
Mar del plata tuvo diferentes nombres según la época:
1519: Fernando de Magallanes le dio el nombre: "Punta de Arenas Gordas".
1525: Loayza la rebautizó como: "Cabo de Arenas Gordas". Arenas gordas era por la gran cantidad de playa y médanos.
1575: El corsario inglés Francis Drake, le dio el nombre "Cape Lob" (Cabo Lobos), por la gran cantidad de lobos marinos existentes en el lugar.
1581: mes de noviembre. El primer hombre español que llegó por tierra a estos lugares fue Juan de Garay y lo llamó "muy galana costa", por la hermosura del lugar.
1746: 13 de noviembre. Se echan los cimientos de la misión de Nuestra Señora del Pilar, cercana a la laguna "Las Cabrillas", hoy llamada laguna de los Padres.
1819: Se funda la estancia Laguna de los Padres.
1838: La zona sur de la hoy Mar del Plata, se la denomina "Rincón de los Lobos", por la gran existencia de lobos marinos.
1839: A la hoy Mar del Plata, se la llama oficialmente "Puerto de Resguardo Laguna de los Padres".
1856: Se funda el saladero por Coelho de Meyrelles y se lo llama "Puerto Laguna de los Padres".
1860: 25 de septiembre. Coelho de Meyrelles vendió a Patricio Peralta Ramos sus estancias "Laguna de los Padres", "San Julián de Vivoratá" y "La Armonía", sumando un total de 136.425 hectáreas. Luego Patricio Peralta Ramos, compra a Benigno Barbosa el saladero. Todavía, la hoy Mar del Plata, se llamaba "Puerto Laguna de los Padres".
1873: Patricio Peralta Ramos poco antes de morir su esposa, Cecilia Robles, estando con ella mirando el mar sobre la loma norte (lugar donde poco tiempo después construiría la capilla San Cecilia), se quedó maravillado por el reflejo plateado del sol en el agua del mar y ahí se convenció que al pueblo que tenía deseos de fundar, le pondría Mar del Plata y fue éste el nombre que propone se le dé al pueblo, cuya fundación gestiona en su nota al gobierno provincial, el 14 de noviembre de 1873.
Dicho nombre "del Plata" además, ya se venía trayendo de historia. El Río de Solís o Mar Dulce, con el tiempo se lo llamó "Río de la Plata". También al Virreinato se lo llamó "Virreinato del Río de la Plata" y "Provincias Unidas del Río de la Plata" y la zona era denominada "del Plata".
Dicho nombre "del Plata", se originó por cuanto Buenos Aires era el puerto de salida de toda la "plata" (en un principio) y el oro después, que los españoles se llevaban a España. Estos minerales eran provenientes de las hoy naciones del norte de Argentina y del Oeste. Tal es el caso de Chile, Bolivia y Perú.
Así como el Río de la Plata, tomó ese nombre por la plata que por Buenos Aires salía hacia España, la Argentina tiene ese nombre por
"Argenta", que significa "plata" o "Argentífero", que significa "que contiene plata".
Por lo tanto, Patricio Peralta Ramos viendo los destellos del sol sobre el mar de la zona, asoció el tono plateado con "plata" y por ello puso al primitivo pueblo, el nombre "Mar del Plata";
"del" porque la zona era llamada "del Plata".
LÍMITES DEL PRIMITIVO PUEBLO
Los límites del primitivo pueblo propuesto por Peralta Ramos y aceptados, fueron: las hoy avenidas Libertad, Colón, Independencia y el mar.
El pueblo propiamente dicho, que legalmente debía comprender "cien manzanas, varas por lado cada una", alcanzó a contar con bastantes más, muchas de ellas, "incompletas" o "truncas"-como se decía entonces- a causa de los accidentes geográficos de este particular sitio.
Finalmente, los límites fueron ampliados y aceptados a:
1º) Al sudoeste: la hoy Avda. Juan B. Justo, que era una línea recta y que llegaba hasta la laguna "El Soldado" (hoy su altura es 10.900).
2º) Al el noroeste: una línea recta que nace en forma perpendicular a la Avda. Juan B. Justo y llega hasta el arroyo La Tapera, cortando a su paso, a la Avda. Luro a la altura del 10.700.
3º) Al noreste: El arroyo La Tapera hacia el mar.
4º) al este y sudeste, el mar.
Más allá de las primeras avenidas propuestas (se las llamaba en ese entonces boulevares), comenzaban las quintas de dos manzanas y luego las chacras, de cuatro, ocho, dieciséis y treinta y dos manzanas, respectivamente.
La causa de que Mar del Plata, esté donde está, de cualquier modo es la existencia de una suerte de bahía aparentemente apta para fundar un puerto, la hoy playa Bristol, con un arroyo que desemboca en ella, el arroyo Las Chacras (en ese entonces San Ignacio).
Mar del Plata, sin embargo, no es un caso típico de una ciudad pampeana.
Existían varios accidentes geográficos que pudieron dar lugar a otro tipo de traza.
En primer lugar la costa, sinuosa, choca inmediatamente con la cuadrícula y la altera.
En segundo lugar, el de Mar del Plata, no es terreno llano. Hay tres lomas, las de Santa Cecilia, Stella Maris y Divino Rostro, con cotas de 24, 44 y 48 metros sobre el nivel del mar, respectivamente, además de algunas otras elevaciones menores. Y en tercer lugar, había, en el año 1874, dos arroyos, el de Las Chacras, de importancia, y el Del Cardalito, de menor importancia y hoy desaparecido del casco urbano.
Estas características provocaron, gran cantidad de alteraciones que no se dan habitualmente en los pueblos bonaerenses. Aparecen así, gran número de manzanas "truncas" o "incompletas", es decir no cuadradas sino trapezoidales o triangulares, respectivamente, como las que hoy se pueden ver sobre las diagonales Alberdi y Pueyrredón, que cubren hoy al entubado arroyo Las Chacras, desde las Avdas. Colón e Independencia hasta el mar.
Aquí cabe una aclaración: desde las Avdas. Colón e Independencia hacia el oeste, el arroyo Las Chacras corre por debajo de manzanas de tipo común, aunque aparezcan al pasar dos pequeñas diagonales, Antonio Álvarez y Ovidio Zubiaurre, por ejemplo, que responden a la antigua presencia de su cauce. Por otra parte las lomas producen, a veces, fuertes pendientes en tramos de calles muy cortos.
TRAZADO DE LAS CALLES
Así fue, que los accidentes existentes no permitieron la implantación de un sistema demarcatorio ortodoxo y así se recurrió al "trazado de cordel" cuando corría el año 1874.
El joven agrimensor Carlos de Chapeaurouge de 28 años de edad (nacido en 1846), fue contratado por Patricio Peralta Ramos para demarcar las calles del pueblo. Éste, después de un detenido estudio, resuelve tratar el trazado de las calles a partir de la fachada de la capilla Santa Cecilia, edificada en el año 1873, pues era la única edificación verdaderamente bien construida.
Este trazado de rectas perpendiculares entre sí, se asentó, como una red que cayera desde lo alto, sobre el caserío del saladero, tomando como guía la fachada de la capilla.
Las pocas construcciones que constituían el saladero, cuya imagen se puede apreciar en el mural de Fausto Eliseo Coppini, de 1913, que fuera rescatado de la demolición de la casa de Eduardo Peralta Ramos (Av. Luro y La Rioja), y se exhibe ahora en el edificio de la Universidad, quedaron totalmente fuera de línea y poco a poco, fueron demolidas. El único edificio de la época que subsiste es, justamente, el hito que sirvió al agrimensor Carlos de Chapeaurouge, para iniciar su trabajo por ser la única obra de calidad en ese momento: la pétrea capilla de Santa Cecilia. Debido a que Chapeaurouge tomó el frente de la Capilla de Santa Cecilia como referencia para hacer la traza de la incipiente ciudad, en el año 1971, se la declaró a la Capilla Monumento Histórico Nacional.
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