El Metropolitan Museum of Art renovó algunas de sus
salas a las que llamó Nuevas Galerías para el Arte de los territorios
árabes, Turquía, Irán, Asia Central y el Arte de Asia del Sur más
reciente. Un trabalenguas intencional que busca destacar la diversidad.
ARTE ISLÁMICO. Acuarela del siglo XVI de Pakistán que muestra las hazañas de Krishna.
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Por Carol Vogel
- The New York Times
En contra de la corriente actual de títulos y mensajes breves e
instantáneos, el Metropolitan Museum of Art decidió llamar a su sucesión
de 15 espacios majestuosos recientemente renovados, las Nuevas Galerías
para el Arte de los territorios árabes, Turquía, Irán, Asia Central y
el Arte de Asia del Sur más reciente. El nombre es un trabalenguas pero
intencional.
Los curadores intentan destacar la diversidad, la riqueza y la interconexión de las artes que reflejan un crisol de culturas diferentes.
"Dejamos que los objetos hablen como quieran hablar, que sean vividos como el visitante quiera verlos, brindando toda la información relevante", dijo Navina Najat Haidar, curadora del departamento de arte islámico del Met y coordinadora de las salas.
"No obstante, hemos abierto una conexión con el orientalismo europeo", dijo. "Resaltamos a España, África del Norte y el Sur de Italia como un área independiente, lo cual significa ocho siglos de islam en Europa. China constituye una historia importante y se ve el mundo Islámico a través de objetos que fueron tomados del departamento asiático. "Con India decidimos mostrar la India más reciente, India islámica y no islámica como una cultura interrelacionada, algo que es realmente", continuó Haidar. "Esto señala una leve corrección porque en las viejas salas, India islámica había sido apartada de todo esto y otros materiales nativos del mismo período no estaban juntos y conseguimos unir todo con un espacio que tiene una entrada aparte, lo cual permite que el espectador entienda estos objetos no sólo como expresiones de una tradición única sino dentro de la cultura india que es tan híbrida. Hemos propuesto una gran amplitud para estos objetos".
Al preguntarle en qué medida estas nuevas galerías reflejan o dan cuenta de la conmoción del mundo islámico en la actualidad, Haidar dijo: "A partir del momento en que se empieza a pensar en el público y en cómo hacer que este material le resulte relevante y a pensar en su mundo, se empieza a pensar a la vez en la política contemporánea y el mundo contemporáneo".
Haidar señaló que las galerías ofrecen una plataforma para reconciliar los diferentes aspectos relativos a una cultura o un lugar sobre los cuales una persona puede oír hablar en el informativo.
"Proponemos esta perspectiva histórica amplia". Estos objetos, seleccionados de la colección del Met de 12.000 obras que abarcan 13 siglos, ilustran la variedad y la riqueza de las obras expuestas:
Cinco folios fragmentarios de un manuscrito del Corán
Entre las primeras cosas que verán los visitantes a la entrada de la nueva serie de galerías figuran dos ejemplos del siglo XV de caligrafía del Uzbekistán actual.
Pertenecen al que se considera el Corán más grande del mundo, que, según la leyenda, fue realizado para el soberano de la Dinastía Timurid a raíz de que el calígrafo había hecho un ejemplar tan pequeño que fue rechazado. "Entonces se fue y decidió hacer exactamente lo contrario", dijo Haidar. "Lo escribió tan grande que tuvo que atarlo a una carretilla para presentárselo en la corte".
"Aquí se muestran dos páginas casi enteras y se tiene una idea de un Corán monumental", agregó. "Es muy importante para nosotros mostrarlo en la entrada, porque somos el departamento islámico y el islam es un hilo conector esencial a lo largo de toda la instalación".
Alfombra del Emperador
Procedente de Irán, data de la segunda mitad del siglo XVI.
Perteneció a Pedro el Grande y posteriormente al emperador Habsburgo Leopoldo I. Ingresó en la colección del Met en la década de 1940 pero fue exhibida sólo en dos oportunidades porque el refuerzo era malo y tenía 700 parches de remiendo. Después de tres años de trabajo del departamento de conservación textil, la alfombra está reparada. "Es considerada una de las grandes obras maestras", dijo Haidar.
Jarra de agua con forma de elefante (Kendi)
De Irán, probablemente de mediados del siglo XVII. Hecho con pasta de piedra y pintada en tonos de azul, este elefante se exhibe junto a un elefante chino del período Ming, una versión más delicada del que fue copiado. "Todo el mundo piensa en China como una civilización y en Irán como una civilización, pero estos dos elefantitos nos dicen de inmediato que dialogan entre sí", dijo Haidar. "Kendi es un tipo de vasija utilizada para contener bebida".
"Krishna sostiene el montego ver d han para refugiar a los al deanos de braj", de Pakistán, siglo XVI tardío.
En un sector dedicado al Sur de Asia y al mundo mogol hay una acuarela que representa la primera versión ilustrada conocida de obras de la epopeya hindú "La leyenda de Hari", una crónica de hazañas de Krishna. La traducción al persa fue realizada para Akbar, el gran soberano mogol. Sobreviven treinta y tres miniaturas del manuscrito disperso. "Se interesaba profundamente por la civilización hindú que él y su familia habían llegado a gobernar", explicó Haidar. "Aquí vemos al dios Krishna levantando toda una montaña en un intento por proteger a los aldeanos. Si observamos el carácter intemporal de los aldeanos, se parecen mucho a los actuales. Por eso es una mirada al corazón de la India rural simple, una realidad que aún hoy sigue existiendo".
Juego de ajedrez
"Irán, siglo XII. Uno de los juegos de ajedrez más primitivos que se conocen y al que le falta una sola pieza. Parece particularmente moderno porque las figuras son muy abstractas. Por ejemplo, el shah está representado como un gran trono. "El ajedrez es un juego del que disfruta gente de todo tipo", dijo Haidar "y se jugó en las cortes de todo el mundo islámico. La vida intelectual que representa este juego de ajedrez es importante de señalar. En este mundo de belleza, glamour y poder, este tipo de entretenimiento muestra un mundo muy intelectual, comprometido".
Corte de tela
De Turquía, probablemente Estambul, mediados del siglo XVI.
"El mundo otomano tenía locura por las flores", dijo Haidar. Este textil, con sus tulipanes y claveles, es una de las obras maestras de la colección. El dibujo en remolino da una sensación de movimiento, con enredaderas y galones innovadores desde el punto de vista estilístico. La tela propiamente dicha es de seda y ribetes donde cada hebra es envuelta con hilos metálicos muy finos.
Fuente; Revista Ñ Clarin
Los curadores intentan destacar la diversidad, la riqueza y la interconexión de las artes que reflejan un crisol de culturas diferentes.
"Dejamos que los objetos hablen como quieran hablar, que sean vividos como el visitante quiera verlos, brindando toda la información relevante", dijo Navina Najat Haidar, curadora del departamento de arte islámico del Met y coordinadora de las salas.
"No obstante, hemos abierto una conexión con el orientalismo europeo", dijo. "Resaltamos a España, África del Norte y el Sur de Italia como un área independiente, lo cual significa ocho siglos de islam en Europa. China constituye una historia importante y se ve el mundo Islámico a través de objetos que fueron tomados del departamento asiático. "Con India decidimos mostrar la India más reciente, India islámica y no islámica como una cultura interrelacionada, algo que es realmente", continuó Haidar. "Esto señala una leve corrección porque en las viejas salas, India islámica había sido apartada de todo esto y otros materiales nativos del mismo período no estaban juntos y conseguimos unir todo con un espacio que tiene una entrada aparte, lo cual permite que el espectador entienda estos objetos no sólo como expresiones de una tradición única sino dentro de la cultura india que es tan híbrida. Hemos propuesto una gran amplitud para estos objetos".
Al preguntarle en qué medida estas nuevas galerías reflejan o dan cuenta de la conmoción del mundo islámico en la actualidad, Haidar dijo: "A partir del momento en que se empieza a pensar en el público y en cómo hacer que este material le resulte relevante y a pensar en su mundo, se empieza a pensar a la vez en la política contemporánea y el mundo contemporáneo".
Haidar señaló que las galerías ofrecen una plataforma para reconciliar los diferentes aspectos relativos a una cultura o un lugar sobre los cuales una persona puede oír hablar en el informativo.
"Proponemos esta perspectiva histórica amplia". Estos objetos, seleccionados de la colección del Met de 12.000 obras que abarcan 13 siglos, ilustran la variedad y la riqueza de las obras expuestas:
Cinco folios fragmentarios de un manuscrito del Corán
Entre las primeras cosas que verán los visitantes a la entrada de la nueva serie de galerías figuran dos ejemplos del siglo XV de caligrafía del Uzbekistán actual.
Pertenecen al que se considera el Corán más grande del mundo, que, según la leyenda, fue realizado para el soberano de la Dinastía Timurid a raíz de que el calígrafo había hecho un ejemplar tan pequeño que fue rechazado. "Entonces se fue y decidió hacer exactamente lo contrario", dijo Haidar. "Lo escribió tan grande que tuvo que atarlo a una carretilla para presentárselo en la corte".
"Aquí se muestran dos páginas casi enteras y se tiene una idea de un Corán monumental", agregó. "Es muy importante para nosotros mostrarlo en la entrada, porque somos el departamento islámico y el islam es un hilo conector esencial a lo largo de toda la instalación".
Alfombra del Emperador
Procedente de Irán, data de la segunda mitad del siglo XVI.
Perteneció a Pedro el Grande y posteriormente al emperador Habsburgo Leopoldo I. Ingresó en la colección del Met en la década de 1940 pero fue exhibida sólo en dos oportunidades porque el refuerzo era malo y tenía 700 parches de remiendo. Después de tres años de trabajo del departamento de conservación textil, la alfombra está reparada. "Es considerada una de las grandes obras maestras", dijo Haidar.
Jarra de agua con forma de elefante (Kendi)
De Irán, probablemente de mediados del siglo XVII. Hecho con pasta de piedra y pintada en tonos de azul, este elefante se exhibe junto a un elefante chino del período Ming, una versión más delicada del que fue copiado. "Todo el mundo piensa en China como una civilización y en Irán como una civilización, pero estos dos elefantitos nos dicen de inmediato que dialogan entre sí", dijo Haidar. "Kendi es un tipo de vasija utilizada para contener bebida".
"Krishna sostiene el montego ver d han para refugiar a los al deanos de braj", de Pakistán, siglo XVI tardío.
En un sector dedicado al Sur de Asia y al mundo mogol hay una acuarela que representa la primera versión ilustrada conocida de obras de la epopeya hindú "La leyenda de Hari", una crónica de hazañas de Krishna. La traducción al persa fue realizada para Akbar, el gran soberano mogol. Sobreviven treinta y tres miniaturas del manuscrito disperso. "Se interesaba profundamente por la civilización hindú que él y su familia habían llegado a gobernar", explicó Haidar. "Aquí vemos al dios Krishna levantando toda una montaña en un intento por proteger a los aldeanos. Si observamos el carácter intemporal de los aldeanos, se parecen mucho a los actuales. Por eso es una mirada al corazón de la India rural simple, una realidad que aún hoy sigue existiendo".
Juego de ajedrez
"Irán, siglo XII. Uno de los juegos de ajedrez más primitivos que se conocen y al que le falta una sola pieza. Parece particularmente moderno porque las figuras son muy abstractas. Por ejemplo, el shah está representado como un gran trono. "El ajedrez es un juego del que disfruta gente de todo tipo", dijo Haidar "y se jugó en las cortes de todo el mundo islámico. La vida intelectual que representa este juego de ajedrez es importante de señalar. En este mundo de belleza, glamour y poder, este tipo de entretenimiento muestra un mundo muy intelectual, comprometido".
Corte de tela
De Turquía, probablemente Estambul, mediados del siglo XVI.
"El mundo otomano tenía locura por las flores", dijo Haidar. Este textil, con sus tulipanes y claveles, es una de las obras maestras de la colección. El dibujo en remolino da una sensación de movimiento, con enredaderas y galones innovadores desde el punto de vista estilístico. La tela propiamente dicha es de seda y ribetes donde cada hebra es envuelta con hilos metálicos muy finos.
Fuente; Revista Ñ Clarin
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