LAS FRONTERAS Y EL ARTE,
EN LA BIENAL DEL MERCOSUR


En Porto Alegre.
Cinco argentinos exponen sus obras.



ALFREDO LONDAIBERE, Escuela Argentina, contemporáneo - Óleo tabla con bordes en alpaca. 45 X 69 . Firmada y fechada '011' al dorso.

Por Celina Chatruc / LA NACION

PORTO ALEGRE, Brasil.- Las banderas cuelgan alineadas, completamente blancas. Lo que distinguía a cada una invade ahora la pared, formando un gran emblema multicolor. La instalación de la estadounidense Leslie Shows es la primera obra que se ve al entrar en los galpones del puerto de esta ciudad, junto al lago Guaíba, y simboliza como pocas el concepto central de la 8ª Bienal del Mercosur, inaugurada ayer.

Ensayos de geopoética fue el título elegido por el curador general José Roca para abordar un tema más que delicado: la tensión entre territorios. Guerras, revoluciones, conflictos de fronteras y distancias culturales entre la población de un mismo país son algunos de los disparadores de dibujos, pinturas, esculturas, instalaciones y videos de 105 artistas de 31 países, incluida la Argentina.
"No es una bienal hecha para mis colegas, sino para el público local", aclaró Roca al presentar el proyecto, al que dedicó los últimos dos años. Se refirió así al aspecto educativo, otro de los fundamentos de la bienal. El AMPLIO proyecto pedagógico diseñado este año incluye la construcción de la Casa M, espacio destinado a promover el intercambio entre los artistas y el público. Allí habló sobre su trabajo la argentina Irene Kopelman, que reside en el exterior, al igual que otros tres de los cinco artistas que representan al país este año en la bienal. Roca explicó a LA NACION que gran parte de los artistas argentinos vivos de relevancia internacional ya participaron en ediciones anteriores.
Las empinadas calles de Porto Alegre esconden varias sorpresas hasta el 15 de noviembre: por ejemplo, en los jardines del majestuoso palacio de gobierno del estado de Río Grande del Sur, el español Santiago Sierra instaló cuatro parlantes que reproducen al mismo tiempo los himnos de los países del Mercosur. El resultado es un ruido insoportable, testimonio de que no basta la suma de las partes para lograr la integración.
El mismo mensaje se lee en una obra de la brasileña Regina Silveira, exhibida por el Guggenheim de Nueva York hace diez años: las piezas de un rompecabezas representan estereotipos latinoamericanos -incluidos Gardel y el Che Guevara- que encajan perfectamente, pero no logran formar una imagen global coherente. Además de destacar el trabajo de ambos y del artista chileno homenajeado, Eugenio Dittborn, el director de Arte al Día, Diego Costa Peuser, confesó que viajó desde Miami hasta Porto Alegre para conocer nuevos talentos señalados por el curador. "Eso es lo que más valoro de las bienales", dijo.
Aquí encontró, entre otros, al mexicano Sebastián Romo, quien viajó por el estado de Río en busca de inspiración. La halló entre Santana do Livramento y Rivera, dos localidades de Brasil y Uruguay, respectivamente, divididas por una línea imaginaria. "Esa frontera la hicieron unos señores que no sabían lo que estaban haciendo -dice-. Las fronteras son una ficción, y así debería ser el mundo: sin fronteras.".

Fuente texto: lanacion.com

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