La vida nocturna en el barrio de Montmartre y las
innovaciones de Toulouse-Lautrec y Paul Cézanne constituyeron el caldo de
cultivo para el nacimiento de la principal figura de la Vanguardia europea. Así
se comprueba estos días en el Museo Picasso de Barcelona, donde se exponen 70
obras de Pablo Picasso realizadas en París entre 1900 y 1907, los años en
que el joven artista malagueño descubrió los atractivos de la capital francesa.
Mendigos, prostitutas, borrachos y otros seres marginales atraían entonces a Pablo Picasso, cuyas figuras alargadas a la manera de El Greco sobrecogen en obras con fuerte predominio de los tonos azules. El hambre, el frío y la miseria humana quedaron así retratados con crudeza y una enorme ternura en el color azul que dio nombre a todo el primer periodo de su carrera artística. Picasso también conoció en esa época a Fernande Olivier, su primer amor, y esa relación marcó el inicio de lo que terminó llamándose su Periodo Rosa. Son los años en que se interesó por el circo y la Comedia del Arte.
Mendigos, prostitutas, borrachos y otros seres marginales atraían entonces a Pablo Picasso, cuyas figuras alargadas a la manera de El Greco sobrecogen en obras con fuerte predominio de los tonos azules. El hambre, el frío y la miseria humana quedaron así retratados con crudeza y una enorme ternura en el color azul que dio nombre a todo el primer periodo de su carrera artística. Picasso también conoció en esa época a Fernande Olivier, su primer amor, y esa relación marcó el inicio de lo que terminó llamándose su Periodo Rosa. Son los años en que se interesó por el circo y la Comedia del Arte.
Fuente texto: noticiasarteselección.com
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