RESCATE. Un buzo durante los trabajos para retirar las piezas del fondo del mar, que comenzaron en 2004.
Son 271.000 piezas de gran valor, halladas frente a las costas de Indonesia.
Esperan recaudar unos 80 millones de dólares.
Un fabuloso tesoro arqueológico descubierto en un barco que naufragó en las costas de Indonesia hace más de mil años se subastará mañana en Yakarta, por un precio calculado en al menos 80 millones de dólares.
Un total de 271.000 piezas, entre cerámicas chinas, espejos de bronce, perlas, rubíes y zafiros, componen ese tesoro hundido en las profundidades del mar, uno de los más importantes descubiertos en Asia, estima Luc Heymans, el director belga de la sociedad de exploración submarina Cosmix.
El tesoro fue descubierto en 2003, cuando pescadores rescataron entre sus redes pedazos de porcelana frente a las costas de Cirebon, en la isla de Java. Los restos del navío, cuyo nombre, puerto de origen y causa del siniestro permanecen desconocidos, se encuentran a 55 metros de fondo, gracias a lo cual quedó al resguardo de los saqueadores desde su naufragio, en la época de las Cinco Dinastías chinas (907-960).
"Los intercambios comerciales eran muy frecuentes entre el mundo árabe y Asia, y los puertos de Java y Sumatra muy frecuentados", explica Heymans. "Pensamos que a bordo del barco se encontraba un embajador, debido a la importante cantidad de cerámicas chinas" que se hallaron.
Cuando buceó por primera vez entre los restos del barco, en 2004, el buscador de tesoros no podía creer lo que veía al descubrir, "en unos 40 metros cuadrados, una montaña de porcelanas". Fueron necesarias más de 22.000 zambullidas para que buzos belgas, australianos, indonesios, británicos y franceses rescaten miles de teteras ornamentadas con flores de loto, objetos de vidrio de la dinastía Fatimide, platos, y objetos decorados con caligrafías árabes, testigos de la llegada del Islam al sureste asiático. Unas 11.000 perlas, 4.000 rubíes, 400 zafiros y más de 2.200 granates salieron de los abismos antes de ser evaluados en un depósito de Yakarta bajo estricta vigilancia.
Pero esta historia tuvo también un componente policial. Luego del inicio de una investigación judicial, dos de los buzos del equipo (un francés y un alemán) fueron detenidos en 2006, acusados de participar en excavaciones arqueológicas ilegales. Estuvieron un mes en la cárcel. Los trámites duraron una eternidad y los socios capitalistas que financiaron la operación temieron que los 10 millones de dólares invertidos se perdieran para siempre en el fondo del mar de Java.
Un fabuloso tesoro arqueológico descubierto en un barco que naufragó en las costas de Indonesia hace más de mil años se subastará mañana en Yakarta, por un precio calculado en al menos 80 millones de dólares.
Un total de 271.000 piezas, entre cerámicas chinas, espejos de bronce, perlas, rubíes y zafiros, componen ese tesoro hundido en las profundidades del mar, uno de los más importantes descubiertos en Asia, estima Luc Heymans, el director belga de la sociedad de exploración submarina Cosmix.
El tesoro fue descubierto en 2003, cuando pescadores rescataron entre sus redes pedazos de porcelana frente a las costas de Cirebon, en la isla de Java. Los restos del navío, cuyo nombre, puerto de origen y causa del siniestro permanecen desconocidos, se encuentran a 55 metros de fondo, gracias a lo cual quedó al resguardo de los saqueadores desde su naufragio, en la época de las Cinco Dinastías chinas (907-960).
"Los intercambios comerciales eran muy frecuentes entre el mundo árabe y Asia, y los puertos de Java y Sumatra muy frecuentados", explica Heymans. "Pensamos que a bordo del barco se encontraba un embajador, debido a la importante cantidad de cerámicas chinas" que se hallaron.
Cuando buceó por primera vez entre los restos del barco, en 2004, el buscador de tesoros no podía creer lo que veía al descubrir, "en unos 40 metros cuadrados, una montaña de porcelanas". Fueron necesarias más de 22.000 zambullidas para que buzos belgas, australianos, indonesios, británicos y franceses rescaten miles de teteras ornamentadas con flores de loto, objetos de vidrio de la dinastía Fatimide, platos, y objetos decorados con caligrafías árabes, testigos de la llegada del Islam al sureste asiático. Unas 11.000 perlas, 4.000 rubíes, 400 zafiros y más de 2.200 granates salieron de los abismos antes de ser evaluados en un depósito de Yakarta bajo estricta vigilancia.
Pero esta historia tuvo también un componente policial. Luego del inicio de una investigación judicial, dos de los buzos del equipo (un francés y un alemán) fueron detenidos en 2006, acusados de participar en excavaciones arqueológicas ilegales. Estuvieron un mes en la cárcel. Los trámites duraron una eternidad y los socios capitalistas que financiaron la operación temieron que los 10 millones de dólares invertidos se perdieran para siempre en el fondo del mar de Java.
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