La legendaria compañía catalana, reconocida por sus espectáculos
performáticos, vuelve al Colón de la mano de Alex Ollé y Valentina
Carrasco con Edipo, la ópera homónima del compositor rumano George Enescu, con libreto de Edmond Fleg, sobre las tragedias Edipo Rey y Edipo en Colono escritas por Sófocles por el siglo V a.C. Es la segunda obra que La Fura estrena en el Colón, luego de El gran Macabro,
de György Ligeti, que abrió la temporada de ópera 2011 en medio de un
conflicto gremial. Esta misma puesta fue representada en La Monnaie de
Bruselas en 2011.
A diferencia del héroe trágico que lucha
para evitar su destino y por eso lo termina cumpliendo, en este Edipo de
cariz existencialista se atribuye a los hombres y no a los dioses el
timón de sus vidas. "El mensaje que llega hoy es que hay que asumir el
destino y hacer algo con eso", dice Carrasco. La puesta atraviesa la
vida y las cavilaciones de Edipo desde el nacimiento hasta la muerte
articulada con distintos momentos históricos: desde la antigua Grecia
hasta la actualidad, haciendo escala por el auge del psicoanálisis y el
nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Así, se pasa por un ágora
griega, un diván freudiano y un avión nazi, todo teñido por un efecto
monocromático dado por el barro que, cual peste, unifica la obra: una
fatalidad que nos persigue si no enfrentamos nuestro destino.
De
este modo, La Fura invita a reflexionar sobre la actualidad de lo
trágico del destino en esa dualidad entre nuestra posibilidad de
enfrentarlo y nuestra impotencia frente a hechos azarosos que escapan de
nuestro control.
-¿Cuál es la relectura de Edipo desde el "lenguaje furero" en un teatro a la italiana como es el Colón?
-Alex
Ollé: La relectura a partir de la propuesta escénica fue crear un
universo personal con un lenguaje muy visual. Edipo es un clásico y,
como tal, el mito es capaz de viajar a través del tiempo e imponer una
reflexión sobre lo que se está viendo más allá del momento en que te
encuentres. Por eso, la idea fue mezclar la idea de tiempo histórico y
tiempo mítico. ¿Cómo se consigue esto? Trasladando cada una de las
escenas a diferentes momentos históricos. El primer acto es la
presentación de la historia con el nacimiento de Edipo. Después viene el
encuentro de Edipo y Mérope, su madre, que en realidad no es su madre, y
trabajamos con la idea del complejo de Edipo. Y después aparece la
escena de la esfinge -un ser con alas, garras de león y cuerpo de
mujer-, que tiene atemorizado al pueblo tebano; hicimos un traslado y lo
llevamos a la Segunda Guerra Mundial. Y así sucesivamente.
-Recién
Alex mencionó el complejo de Edipo, ¿cómo contribuye el psicoanálisis a
la vigencia y perpetuación en el tiempo del mito de Edipo?
-Valentina
Carrasco: El mito de Edipo pasó por un tiempo casi de "olvido" dentro
de lo que son los mitos griegos durante mucho tiempo. Así como hay
muchos personajes mitológicos que fueron tomados por los trágicos
franceses, italianos o por la dramaturgia de los siglos XVI, XVII y
XVIII, no hay Edipos hasta el siglo XX prácticamente. Justamente, yo
creo que el gran despertar de Edipo viene gracias a, por un lado, todo
el renacer que tuvo el estudio de la mitología griega a fines de Siglo
XIX con Nietzsche y otros, y, por otro, particularmente con Edipo, por
el psicoanálisis. Creo que es fundacional. Y de ahí esta idea de hacer
una mención en la obra. Edipo lo que le cuenta a su madre es un sueño
que ha tenido en el que ve que va a matar a su padre y, con los brazos
manchados de sangre, va a abrazar a su madre de una manera un poco
erótica. Y entonces la madre le pregunta sobre el sueño. De ese modo, se
reproduce un poco el mecanismo del psicoanálisis. Así que yo creo que
la referencia ya está en la ópera. Por otro lado, yo creo que el
psicoanálisis retoma el mito porque el incesto es un tema que quedó
medio prohibido. Hay crímenes de todo tipo: se puede matar a los padres,
a los hijos, a los hermanos, pero el incesto es un tema tan tabú que ha
quedado completamente enterrado durante siglos en cierto modo.
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RETABLO BARROCO. El pueblo tebano y los reyes (La Monnaie de Bruselas, 2011).
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-¿Cómo influye en la puesta el hecho de que Edipo sea una obra tan conocida por el espectador?
-V.C.:
Evidentemente todo el mundo que se siente en la butaca sabe que Edipo
mató a su padre para casarse con su madre, pero la forma en que está
articulada la obra tiene mucho de pesquisa policial, tiene mucho
misterio. Aparece uno y cuenta la verdad, y después viene otro y cuenta.
Entonces, el espectador tiene que ir poniendo juntos los pedazos y
revelar la verdad, como le pasa al propio Edipo.
-¿Qué variaciones propone el texto de Edmond Fleg en relación al de Sófocles?
-V.C.: Edipo Rey y Edipo en Colono
están tomadas bastante textualmente, aunque está más agilizado el
diálogo y reducidos los parlamentos de los personajes y se suman cosas
que no aparecen en la tragedia. Pero la mayor diferencia es que en la
ópera Edipo está tomado como un personaje. En cambio, en la tragedia
griega, Edipo tiene un rol heroico, y a la vez de pesquisa, porque
averigua quién ha sido el asesino de un crimen que ha cometido él mismo.
No tiene una psicología propia; hay una elaboración de este destino
impuesto, pero no hay un análisis de sus dudas, sus nostalgias, sus
sentimientos. Acá, en la ópera de Enescu se desarrolla el personaje
desde una psicología. Entonces, su nacimiento, juventud, todas las
escenas que normalmente en la tragedia están referidas, aquí pasan.
Vemos el abandono de Corinto, el abandono de sus padres adoptivos, cómo
mata a la esfinge. Es una dramaturgia que Fleg crea para tomar a Edipo
como un ser humano al cual le pasan cosas.
-¿Cómo repercute esto en la idea de destino contemporáneo?
-V.C.:
La idea de destino que se maneja en la ópera es diferente a la que se
maneja en la tragedia. Si bien es verdad que, como se ve en la tragedia,
el destino es algo inevitable y la así llamada "ironía trágica" sucede
cada vez que el héroe intenta no cumplir su destino y por eso lo cumple;
en la ópera Edipo dice una frase: "El hombre es más fuerte que el
destino". Y esta es la idea que articula la dramaturgia de Fleg. Acá hay
una cuestión humana: es un hombre que quiere superar a su destino. Se
da cuenta al final de su vida de que el destino no es una cosa a evitar,
sino a afrontar. Edipo dice: "Yo no soy culpable de haber matado a mi
padre y haberme casado con mi madre, sí de no haber sabido ver que ese
era mi destino y tratar de evitarlo". Y ese es el mensaje que llega hoy,
Siglo XXI, que es que hay que asumir el destino y hacer algo con eso.
-A.O.:
Yo creo que el hombre contemporáneo cada vez cree menos en el destino.
Sin embargo, las catástrofes nos ayudan a potenciar esta idea de que sí
hay un destino con el que nosotros no podemos hacer nada. Alfons Flores,
el escenógrafo, tuvo esta idea de darle una cosa monocromática a la
puesta con el barro a partir de esta catástrofe que hubo en Hungría en
2010 en la que hubo un desborde de químicos tóxicos que se derramaron en
campos y pueblos, de un color rojizo. Esto iguala un poco todos esos
saltos del tiempo y hace que el espectador no se despegue y pierda
empatía con la obra.
-V.C.: Esta idea del barro -esto que nos
mancha y nos envuelve-, está en la escenografía y los vestuarios como
una especie de fatalidad que no nos podemos sacar de encima. Porque el
barro, una vez que te ensuciaste, ensucia todo. Edipo es el único
personaje que asume su destino y se purifica; aparece completamente
limpio de barro.
-¿Cómo afecta la situación económica que está pasando España en el armado de las puestas de la Fura?
-A.O.:
En general, hay una reducción por parte de los presupuestos en todo lo
cultural. En este caso no afectó porque esta ópera está encargada desde
hace tres años. Ya había una crisis, pero no en el grado de la de ahora.
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SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. La esfinge en un avión nazi (La Monnaie de Bruselas, 2011).
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-¿Podrían establecer alguna relación entre esta situación actual y el mensaje que propone la obra?
-A.O.:
Sí, por supuesto. Desde Edipo hay una reflexión de la lucha con el
destino, y esto tiene que ver con la lucha del hombre contemporáneo que
en estos momentos tendrá que hacer. En ese sentido, se puede aprender
mucho de esa acción que toma, no de pasividad, sino de luchar contra
ello, porque solamente enfrentándonos a nuestros propios miedos, podemos
combatirlos. Aunque no es exactamente el tema, eso se ve en la obra y
puede reflejar el momento actual. Entonces, por nuestra parte, la de los
creadores, hay que cambiar el ingenio por los medios. Forma parte de un
compromiso de parte nuestra de intentar hacer las cosas, no por menos
dinero, pero sí racionalizando los recursos. A veces es bueno, como en
el caso de Edipo o El Gran Macabro,
contar con varios coproductores para que los costes sean más repartidos.
Por otro lado, más allá de que cueste dinero, de esta forma se está
dando trabajo a mucha gente. De modo que insisto en que no deben dejar
de ser proyectos que involucre a muchísima gente.
-V.C.: Con este
trabajo, se crean fuentes de trabajo. Y lo que es bueno es aprovechar
todo ese esfuerzo más de una vez. Como dice Alex, cuando una obra se
coproduce, o se hace en varios lugares, todo el esfuerzo no se acaba en
cinco o seis funciones, sino que se vuelve a reaprovechar. Y eso hace
que los costes para todo el mundo sea menor.
-Alex, ¿qué
reflexión podés hacer respecto de las variaciones estéticas que fue
sufriendo La Fura desde el '79, cuando se creó la compañía?
-A.O.:
La Fura del Baus tiene una máxima desde el '79 que es partir de cero en
cada proyecto, investigar en cada nueva propuesta. Yo creo que tenemos a
nuestro favor la capacidad de reinventarnos. Hemos mantenido este
carácter multidisciplinar que tiene la Fura dels Baus -por la formación
de los diferentes componentes de la compañía: artes plásticas, danza,
teatro, música-. Empezó como escuela en la calle; luego con la llegada a
la democracia, los pasacalles, con esta cosa muy festiva; luego pasamos
al "lenguaje furero", donde utilizábamos espacios arquitectónicos y
generábamos a partir de ahí un trabajo más de performance con una
relación directa al mismo nivel entre espectador y actor. Después
vinieron los juegos olímpicos de Barcelona, que supuso la posibilidad de
hacer un macro espectáculo con elementos grandes y mucha gente. Después
hicimos una película de cine; y cambiamos el grito por la palabra con
los espectáculos a la italiana, con texto. Era un momento donde nos
definíamos como un grupo urbano, trabajábamos con música industrial, con
residuos, materias orgánicas, y una imagen valía más que mil palabras
en ese momento. Y luego pasamos a un momento donde una palabra podía ser
mil imágenes. Es un proceso diferente. Y también, poco a poco fuimos
teniendo colaboradores que enriquecen y rompen una endogamia creativa de
unos años y generan un aporte importante de creatividad. Ante todo, la
compañía no ha tenido miedo de reinventarse y eso es fundamental para un
creador: no enmarcarse en una sola disciplina, sino pensar que la
creatividad se puede desarrollar en cualquier ámbito.
-¿Creés
que esta transformación tiene que ver con una maduración endémica de la
compañía o con factores estéticos de las distintas épocas?
-A.O.:
Yo creo que sin dudas tiene que ver con una maduración en el aspecto
personal. Tus inquietudes con la edad van cambiando. En ese sentido, en
33 años, lógicamente tú también vas cumpliendo años al igual que la
compañía. A mí me gustaría que no, pero es así (Risas). Los años tienen
un valor muy significativo, son la experiencia. Así que, si bien en un
principio éramos un grupo de vanguardia, aunque me cueste decirlo, hoy
somos un clásico. Para definir ciertas cosas que se asocian a un
lenguaje particular se utiliza muchas veces el calificativo de "furero".
Esto quiere decir que tenemos un lenguaje propio. Así que uno tiene que
estar muy orgulloso de que haya sido capaz durante muchos años de
construir un lenguaje que te identifica.
FICHA
Edipo (Oedipe)
Ópera en cuatro actos (1936)
Música de George Enescu
Libreto
de Edmond Fleg, basado en Edipo Rey y Edipo en Colono de Sófocles
Coproducción del Teatro Colón de Buenos Aires con el Teatro Real La
Monnaie de Bruselas, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y la Ópera
Nacional de París
Estreno argentino
Director musical: Ira Levin
Concepto: Alex Ollé (La Fura dels Baus)
Dirección de escena: Alex Ollé y Valentina Carrasco
Principales intérpretes: Andrew Schröder / Natasha Petrinsky / Robert Bork
Dónde: Teatro Colón (Cerrito 628).
Cuándo: martes 29 de mayo, viernes 1 y martes 5 de junio a las 20.30 hs; y domingo 3 a las 17 hs.
Fuente: Revista Ñ Clarín