NUEVAS SALAS PARA OBRAS DE ARTE COLONIAL
SALVADAS DEL OLVIDO Y DE LA VIOLENCIA POLÍTICA


Son unas 200 piezas recuperadas que el museo Fernández Blanco expone ahora en un remozado Palacio Noel


Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas.. Foto: LA NACION / Marcelo Gómez
   Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández  Blanco y restauración de piezas históricas.
   Foto: La Nación / Marcelo Gómez

Silvina Premat



Tallas y pinturas producidas en la ciudad de Buenos Aires en la época colonial sobrevivientes del fuego de la violencia política de 1955 fueron rescatadas del olvido y se exhiben en los nuevos espacios que abrió anteayer el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. En verdad, son parte del patrimonio de esa sala porteña desde la década del 70, cuando fueron compradas la mayor parte de las piezas a los dominicos por el entonces director, Héctor Schenone. Pero nunca hasta ahora habían sido restauradas e integradas a la exposición permanente.
Schenone, fundador de la cátedra de Arte Colonial y de la carrera de Historia del Arte en la Universidad de Buenos Aires, había relevado los bienes artísticos en conventos, monasterios y templos pocos años antes del ataque peronista a las iglesias, que terminó con cerca del 70% de esos bienes. A fines de los años 60, cuando asumió la dirección del Fernández Blanco, propuso a obispos y religiosos comprar las obras en desuso. Los dominicos fueron los más solícitos y hoy este museo tiene una de las colecciones más importantes de arte colonial en torno a figuras centrales de la historia de América latina.

Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..
   Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas       históricas.

"La idea curatorial de Schenone fue brillante. Ahora se verifica una suerte de continuidad de una buena idea de gestión que algún tiempo después otra gestión logra concretar", dijo a La Nación el director actual, Jorge Cometti, anteayer, durante la inauguración de cuatro nuevas salas en el Palacio Noel.
A escasos metros de donde funcionó la embajada de Israel destruida por el atentado de 1992, el edificio de Suipacha al 1400 es la sede del Fernández Blanco destinada al arte colonial; la otra sede, en el barrio de Monserrat, está dedicada al arte de los siglos XIX y XX.
La fachada de Retiro fue incorporada al programa de puesta en valor que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño realizó en la zona. Y desde hace pocas semanas luce con la misma hispana elegancia con la que la construyó el arquitecto Martín Noel, en 1923.
Las nuevas salas de exposición permanente ocupan unos 400 metros cuadrados en el subsuelo del pabellón principal del museo y la construcción conocida como "la capilla", separada de la vivienda por el hermoso jardín. Gustavo Tudisco, curador del museo, recordó que Noel construyó ese sector como una capilla para respetar el plano normal de una casa hispana en América (todas tenían una capilla u oratorio), pero le dio otros usos. En el coro tenía su estudio y en la nave, la sala de estar.
El nuevo guión museográfico tituló la muestra montada en la recepción, coro y nave de la "capilla" con las palabras con las que Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden de predicadores dominicos, definió el arte: "Integridad, proporción y brillantez". Allí se exponen obras que pertenecieron a esos religiosos, como tallas de Esteban Sampzon, según Tudisco, "nuestro primer imaginero". Y otras de particulares, como la magnífica Aureola de Santo Domingo, de José Boqui, prestada por la familia Schenone. Hay imágenes de Santo Tomás de Aquino, Bartolomé de las Casas y de fray Luis Beltrán. También de Santa Rosa de Lima, patrona de América latina, de cuya muerte se cumplen cuatro siglos la semana próxima. "Como museo de arte hispanoamericano, para nosotros es muy importante porque Santa Rosa nace en América y genera aquí su propia iconografía", explica Tudisco.
Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..

A esas salas se suman otras dos con objetos de platería, herrería, luthería, armas y vestimentas que rinden homenaje a los primeros gremios registrados en el virreinato: "Con el sudor de sus rostros. Artesanos y gremios en el Río de la Plata".Todas las piezas, unas doscientas, fueron restauradas por el equipo del Fernández Blanco, en una tarea financiada por la Fundación American Express, que aportó 45.000 dólares, que también cubrieron la adaptación de los dos nuevos espacios de exhibición.Durante la inauguración de las salas, el director de Museos, Patrimonio y Casco Histórico del Ministerio de Cultura porteño, Guillermo Alonso, señaló el Fernández Blanco como "el primer museo de la Argentina que vio e instaló la importancia de la museografía y el diseño". Y prometió continuar con las restauraciones pendientes en las fachadas internas y el jardín. "Que así sea", se oyó decir por lo bajo a uno de los empleados del museo.
Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..



Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas.. Foto: LA NACION / Marcelo Gómez


Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..

Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..

Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..

Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..


Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas...

Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..


Nuevos espacios para exposiciones permanentes en el Museo de Arte Contemporáneo Isaac Fernández Blanco y restauración de piezas históricas..


Fuente; lanacion.com

EL MALBA ANUNCIÓ LA PARTIDA DE SU DIRECTOR ARTÍSTICO,
AGUSTÍN PÉREZ RUBIO

El curador español dejará su cargo en mayo próximo. 
La búsqueda de su sucesor siembra suspenso en la escena del arte regional
Agustín Pérez Rubio en la muestra de Mirtha Dermisache
   Agustín Pérez Rubio en la muestra de Mirtha Dermisache. Foto: La Nación / Alejandro Guyot

Celina Chatruc

Una silla atrae desde hoy todas las miradas de la escena del arte regional: es la que ocupa desde 2014 el curador español Agustín Pérez Rubio en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Su rol como director artístico del museo fundado por Eduardo Costantini terminará en mayo próximo, según se anunció hoy en un comunicado.
Este sorpresivo "cierre de ciclo", motivado por una "decisión conjunta", queda con final abierto: la falta de definición sobre su sucesor abrió una ardua competencia por uno de los puestos más codiciados de la escena del arte de América Latina. Hasta junio de 2013, ese rol fue ocupado durante una década por Marcelo E. Pacheco, quien se desempeñó como curador en jefe del Malba.
"Está bien renovarse. Es saludable dentro de una institución democrática y plural", dijo ayer a LA NACION Pérez Rubio, quien estuvo al frente del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León hasta febrero de 2013. "También hay cuestiones personales. No he venido a Buenos Aires a vivir para siempre, ni tampoco me voy ya", agregó sin dramatismo.
Agustín Pérez Rubio

Agustín Pérez Rubio. Foto: Gentileza Malba
Durante la gestión de Pérez Rubio también se celebraron el año pasado los 15 años del Malba, con una relectura de la colección permanente -Verboamérica, cocurada con Andrea Giunta- y la exposición Yoko Ono. Dream Come True, la tercera más visitada en la historia del museo. Con una convocatoria de 153.600 personas, esta última se ubicó detrás de Yayoi Kusama. Obsesión infinita (2013) y Andy Warhol. Mr. América (2009-2010).
Las muestras taquilleras, sin embargo, no parecen desvelar a Pérez Rubio. Al asumir, dejó claro que para él "un museo no es un parque de atracciones". Aumentar la representación y la exhibición de obras de artistas mujeres e incluir proyectos vinculados con la diversidad de género fueron dos ejes centrales desde el comienzo de su gestión.
También entonces fue importante el factor sorpresa: la noticia de su llegada al Malba alcanzó dimensión internacional al ser anunciada en paralelo a la 23a edición de arteBA, donde el curador español tenía a su cargo la sección U-Turn Project Rooms by Mercedes-Benz. En mayo próximo, cuando Pérez Rubio deje su cargo, se habrán cumplido cuatro años desde aquella conferencia de prensa.

Según adelantó el Malba, hasta entonces Pérez Rubio "continuará a cargo de la programación ya anunciada", como la muestra dedicada a David Lamelas prevista para marzo. Luego, el curador seguirá en contacto con el equipo del museo "desde el asesoramiento y futuras colaboraciones", y en forma paralela se iniciará la búsqueda de "un nuevo director/a cuya incorporación será anunciada oportunamente".


fuente: lanacion.com

UN JARRÓN ROBADO EN EL MET DE NUEVA YORK


Fue confiscado.
Es una pieza del año 360 antes de Cristo. La habrían desenterrado ilegalmente de un cementerio en Italia.

Un jarrón robado en el Met de Nueva York
   El jarrón. Se usaba para mezclar el agua con el vino. /The New York Times

Tom Mashberg
The New York Times


Fue exhibido durante décadas en las galerías grecorromanas del Met, el Metropolitan Museum of Art, este jarrón de 2.300 años de antigüedad, vívidamente pintado, que representa a Dioniso, dios de la vendimia, andando en un carro tirado por un sátiro. Hoy está en una sala de evidencias en el despacho del fiscal del distrito de Manhattan luego de ser confiscado silenciosamente por procuradores basados en pruebas de que había sido robado por saqueadores de tumbas en Italia durante la década de 1970.
El Met recibió el 24 de julio una orden judicial de investigadores que habían examinado fotos y otras pruebas que les enviara en mayo un arqueólogo forense que rastrea objetos patrimoniales en Europa desde hace más de diez años. Dijo el museo que al día siguiente entregó en mano la pieza a los fiscales y adelantó que el jarrón, utilizado en la antigüedad para mezclar vino y agua, finalmente regresará a Italia.
“El museo se ha manejado diligentemente para asegurar una resolución justa de este asunto”, afirmó en una declaración Kenneth Weine, vocero de la institución.
El caso recuerda estrechamente el retiro del Met de otro recipiente para vino en 2008, una vasija de terracota llamada Crátera de Eufronio, tras surgir evidencias de que se la había desenterrado ilegalmente de un cementerio en Italia. Dijeron ejecutivos del museo que ellos creen, al igual que los funcionarios judiciales, que ambas piezas pasaron por manos de Giacomo Medici, un art dealer italiano de 79 años que fue arrestado en 1997 y condenado en 2004 por asociación ilícita para el tráfico de antigüedades.
Contactado en Italia, Medici negó toda conexión con el jarrón recientemente confiscado, que el Met compró en una subasta de Sotheby’s en 1989 por u$s 90.000. Un integrante de la casa de subastas no aceptó identificar al consignador invocando cuestiones de privacidad, pero dijo que Sotheby’s no tenía conocimiento de problemas con su procedencia cuando tomó a cargo la venta.
Conocido también como crátera de campana, según expertos el jarrón data de 360 aC y se lo atribuye al artista griego Python, considerado uno de los dos grandes pintores de jarrones de su época.
Si bien su importancia no alcanza el nivel de la mucho más grande Crátera de Eufronio, que el Met mandó de vuelta a Italia al cabo de un pleito de 30 años, el jarrón recientemente confiscado es un sobreviviente notablemente intacto de la época en que los griegos colonizaron Paestum, ciudad del Mediterráneo en la región de Campania, al sur de Roma, y crearon templos y obras de arte de belleza legendaria.
El arqueólogo forense que siguió la pista del jarrón de Python, Christos Tsirogiannis, un investigador de la Asociación para la Investigación de Delitos contra el Arte, publicó sus sospechas sobre la pieza en The Journal of Art Crime en 2014 y dijo que también en ese entonces envió sus pruebas al Met.
Pero en una entrevista el doctor Tsirogiannis comentó que nunca había vuelto a tener noticias del museo y, más recientemente, se sintió frustrado porque parecía no haberse tomado ninguna acción. Así, en la primavera nórdica pasada le mandó sus pruebas a un fiscal de Manhattan, Matthew Bogdanos, que se especializa en delitos artísticos. Las pruebas comprendían fotos Polaroid sacadas entre 1972 y 1995 que según él habían sido incautadas de depósitos de Giacomo Medici en 1995 y en las que se veía el mismo jarrón de Phyton todavía incrustado con tierra.
“Cuando mandé la información a la policía de EE. UU. inmediatamente me dijeron que éste era ‘un caso grande’”, dijo Tsirogiannis. “Estaba sobradamente claro que este objeto raro era robado.” Tsirogiannis dijo que sus pruebas indicaban que la pieza había sido desenterrada de un cementerio del sur de Italia por saqueadores y había terminado en poder de Medici, que fue condenado en un tribunal de Roma por asociación ilícita para traficar otros objetos de arte antiguos, muchos de los cuales hallaron cabida en museos de distintos lugares del mundo.
En una entrevista telefónica dijo Medici el lunes que no recordaba haber tenido que ver con el jarrón en cuestión. “No, en absoluto”, afirmó. Dijo que lo habían eximido de continuar con su arresto domiciliario el año pasado luego de cumplir la mitad de una sentencia a ocho años que se redujo por buen comportamiento, y por una amnistía de dos años otorgada a todos los presos italianos.
“Soy libre”, dijo. “Fui a juicio, duró años, me condenaron por algunas de las piezas” que los fiscales italianos creían que habían sido saqueadas, “y ahora no tengo nada más que ver con el sistema judicial. Se terminó la historia”.
El Met, por su parte, cuestionó la alusión a que hubiese ignorado advertencias sobre el jarrón. Sus funcionarios dijeron que el museo había tomado conocimiento de la investigación publicada en 2014 por el doctor Tsirogiannis y, de hecho, que había surgido preocupación al reaparecer el nombre de Medici en relación con el objeto antiguo. Afirmaron haberse dirigido informalmente a las autoridades italianas en ese momento pero que no habían recibido respuesta. Dijeron que en diciembre de 2016 el museo envió al Ministerio de Cultura italiano un pedido formal para que se resolviera el caso y que esperaban orientación de los italianos cuando los fiscales de Manhattan los alertaron en junio acerca de sus propias inquietudes.
En ese punto el museo retiró el jarrón de su sitio en las galerías grecorromanas y empezó las conversaciones con los fiscales que culminaron la semana pasada con la confiscación.
Un vocero del fiscal de distrito Cyrus R. Vance Jr. declinó hacer comentarios pero proporcionó una copia de la orden de registro que se presentó al museo.
Tsirogiannis también contribuyó decisivamente este año a la devolución de un fragmento de un sarcófago de mármol a Grecia y un ánfora de u$s 250.000 a Italia. Estos ítems fueron incautados en una galería de arte de Manhattan.
El último caso se produce en oportunidad de que cada vez más museos sean presionados para depurar sus colecciones de piezas traficadas por contrabandistas de antigüedades conocidos cuya mercadería tiene origen en Italia, Grecia, Turquía, Camboya, India, Egipto y otras naciones largamente asoladas por el saqueo.
La devolución de la Crátera de Eufronio constituyó una disputa internacional que se desarrolló a lo largo de décadas hasta que el Met aceptó reintegrar la pieza. Hubo sorpresa en el museo cuando se conoció su tamaño —tiene capacidad para 45 litros— y por el hecho de que estuviera firmada por Eufronio, uno de los más grandes artistas ceramistas de la antigüedad. El Met le adquirió la vasija en 1972 a Robert Hecht, un dealer estadounidense relacionado con Medici, por u$s 1 millón, precio que en aquella época marcó un récord para antigüedades.
En 2006 quedó claro que la Crátera de Eufronio había sido robada de una tumba etrusca al noroeste de Roma en 1971 antes de la venta al Met.
De acuerdo con los fiscales italianos, durante casi tres décadas antes de su arresto Medici mantuvo oculto en Ginebra su tesoro de reliquias exhumadas ilegalmente y las vendía de a cientos a una red global de art dealers e intermediarios, entre ellos Hecht.
Medici era de llevar registros meticulosos. Cuando sus depósitos fueron allanados por primera vez en 1995 la policía halló 3.800 antigüedades y miles de documentos relacionados. Las autoridades también descubrieron alrededor de 4.000 fotos de ítems que habían pasado por sus instalaciones. Luego de su arresto, los archivos fotográficos se convirtieron en la base para determinar la condición ilegal de muchos objetos en museos y galerías de todo el mundo.
Para la investigación del jarrón de Python, Tsirogiannis dijo que se inspiró mucho en las fotos y en los archivos a los que tuvo acceso, que le fueron facilitados por los gobiernos griego e italiano. Dijo, por ejemplo, que comparó una foto Polaroid de Medici que mostraba el jarrón todavía con tierra incrustada con una imagen de un objeto similar en un catálogo de venta de Sotheby’s de 1989 y con una imagen de un jarrón que el Met había publicado online. Encontró que los tres eran idénticos. ♦ Elisabetta Povoledo colaboró con información desde Italia.

Traducción: Román García Azcárate

Fuente: clarin.com

EL ENCUENTRO FALLIDO DE VICTORIA Y JUNG


                    Victoria Ocampo                                                                             Carl Gustav Jung


Hugo Beccacece



Un capítulo poco conocido en la vida de Victoria Ocampo: ¿la Gioconda de las Pampas, paciente de Carl G. Jung? En un acto organizado por la Asociación Argentina de Psicología Analítica en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de la Artes, se leyeron las cartas inéditas que intercambiaron la escritora y el psiquiatra en 1934 y 1943. Las de V. O. fueron leídas por la actriz Cristina Banegas y las de Jung, por el escritor y director de la Biblioteca Nacional Alberto Manguel. Antes, los psicoanalistas junguianos Beverley Zabriskie y Craig Stephenson pusieron en contexto esa correspondencia. Bekerley se refirió a lo que pudo significar para Victoria el pensamiento sobre género de Jung. Stephenson, con mucho humor y agudeza, contó lo que el pensador suizo ya sabía de la argentina cuando se encontraron por única vez en Zúrich. Ese conocimiento derivaba del relato que el conde Hermann Keyserling le había hecho a Jung del lamentable desencuentro, mitad dramático, mitad cómico, que había tenido con Victoria.

La primera carta de V. O. a Jung es del 12 de junio de 1934. Fue escrita a bordo del Cap Arcona, en viaje a Francia. La autora de Testimonios le dice a Jung que sus libros le han sido de una gran ayuda: "Siento que le debo a usted la mitad de mi actual serenidad. ¡quizás más de la mitad!" Desde un punto de vista profesional, le informa que está haciendo todo lo posible para que la traducción castellana y la publicación en Sur de Tipos psicológicos sea un "affaire conclue" para cuando ella llegue a París; por otra parte, le propone viajar a la Argentina para dar una serie de conferencias y le pide una entrevista en Zúrich: esa conversación es vital para ella. En su seca respuesta, Jung le da a elegir las fechas en que podrían encontrarse. Respecto del viaje a Sudamérica, es muy claro: "No puedo decirle que me sienta particularmente tentado de dar conferencias en la Argentina, porque por lo general no me gusta dar conferencias".

El mes de octubre, en casa de Jung, V. O. habló con él por primera y única vez. El encuentro la decepcionó. Él "no la vio". En la correspondencia, ese episodio aparece mencionado en la carta de Victoria del 16 de octubre de 1934. Ella le dice que deja Zúrich apesadumbrada por no haber podido conversar con él como lo hubiera querido. "Sería necesario, Dr. Jung, que yo vaya a consultarlo como enferma, sin serlo. [.] Creo que usted es, en este momento, la única persona cuya ayuda podría serme eficaz. [.] Cuando tenga tiempo para una clienta que desea consultarlo, me lo hará saber." Él nunca acusó recibo de ese pedido, pero le responde el 25 de octubre para agradecerle la traducción de Tipos psicológicos.En plena guerra, el 3 de julio de 1943, V. O. le escribe a Jung para proponerle que le mande un texto destinado a la revista Sur. Él le responde que deberían darse por satisfechos con que las cartas lleguen a destino. Se despide: "sinceramente suyo". Según Borges, la cortesía es una forma de la bondad; pero también es una máscara de la crueldad.



Fuente: lanacion.com

OTRO CAPÍTULO SOBRE LOS MONUMENTOS:
VUELVE LA POLÉMICA POR AZURDUY Y COLÓN

En la audiencia por la reubicación de la estatua de la heroína de la independencia, se coló la preocupación sobre la de Colón, aún desmantelada. Los vecinos apuntan a preservarlas. 

Otro capítulo sobre los monumentos: vuelve la polémica por Azurduy y Colón
    Azurduy. La obra fue emplazada en 2015. Es de Andrés Zerneri. /Emmanuel Fernandez








Silvia Gómez

Las audiencia públicas generan algo de desazón en los vecinos. No son vinculantes -es decir, no tienen la fuerza para cambiar una ley- y eso provoca desde el arranque una idea de batalla perdida. Ayer, en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, fue el turno de debatir la reubicación de los monumentos de Juana Azurduy y Juan de Garay. El primero ubicado en el Parque Colón, detrás de la Casa Rosada, y el segundo, en una plazoleta que se usa cómo dársena de giro en Rivadavia y Alem. Ambos traslados se vinculan con obras en la zona: el Paseo y el Parque del Bajo. Se trata de un corredor vial en trinchera que conectará de norte a sur las autopistas Buenos Aires -La Plata y la Illia y además, un parque lineal que transformará la parte trasera de la Rosada.
Si bien la audiencia pública tenía como eje el debate sobre los monumentos de Juana Azurduy y Juan de Garay, la exposición de los vecinos y referentes de organizaciones no gubernamentales, giró en torno al de Cristóbal Colón, que continúa desmantelado en Costanera Norte, frente al Aeroparque.
El presidente del Museo Histórico de La Boca, Rubén Granara Insúa, fue implacabl“Esto es una gran parodia. Los legisladores no prestan atención, los funcionarios están mirando sus teléfonos y transmiten aburrimiento en sus caras. Sin embargo, les quiero aclarar que estamos acá porque no queremos ser cómplices”, sentenció y se mostró contrariado por los cambios que se avecinan en la zona y el abandono al que fue sometido el monumento al navegante genovés, tallado en mármol y donado por los inmigrantes italianos en 1921.
"Esto es una gran parodia. Los legisladores no prestan atención, los funcionarios están mirando sus teléfonos y transmiten aburrimiento en sus caras, dijo el presidente del Museo Histórico de La Boca, Rubén Granara Insúa.
Otro vecino pidió reflexión a los funcionarios: “Es una obra faraónica. Primero están los derechos de los vecinos que hoy quizá están en la calle y sin ayuda del Estado. Después, podemos darle prioridad a los pastitos verdes”, chicaneo Luis Ordoño. Marisa Corgatelli cuestionó que no se diga nada sobre la destrucción del basamento en donde se erigió durante casi 90 años el monumento de Colón. Hoy cubierto de lajas es el de Azurduy: “Era parte del conjunto, de 15 esculturas”, detalló. Mónica hizo hincapié en el arbolado y en la Aduana Taylor: “Los funcionarios ponen como ejemplo el Metrobus de la 9 de Julio y es un triste ejemplo. Por otro lado, me preocupa el impacto que pueda tener esta obra en la Aduana”, destacó la mujer y fue aplaudida. María Teresa Gutiérrez se mostró preocupada “porque la conservación del patrimonio no puede quedar en manos de políticos y funcionarios transitorios”.
Mario Chiesa, del movimiento Colón en su Lugar, recordó que la Suprema Corte de Justicia todavía tiene que fallar sobre el destino final del monumento a Colón y temió que la obra del Parque del Bajo “destruya la memoria histórica del lugar”.
Otro capítulo sobre los monumentos: vuelve la polémica por Azurduy y Colón
    Parque del Bajo.



“​
"Temo que la obra del Parque del Bajo destruya la memoria histórica del lugar", dijo Mario Chiesa, del movimiento Colón en su Lugar.
Por la Ciudad estuvieron funcionarios del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte: el subsecretario de Obras, Marcelo Palacio; Guillermo Raddavero, de la subsecretaría de Planeamiento, y Guadalupe Rodríguez Marcaída, por la secretaría de Transporte. Aseguraron que no hay disidencias respecto del proyecto desde ningún bloque legislativo. Y lo defendieron: en un polígono que abarca desde avenida Belgrano hasta Corrientes, en el eje Alem -Paseo Colón, la Ciudad construirá el Parque del Bajo. Vinculará espacios verdes existentes -aunque degradados- con parques nuevos.
Según las estimaciones del Gobierno porteño, tendrá 60 mil m2. Además se reducirá la “panza” de la Avenida de la Rábida, ampliando lo que hoy es una estrecha vereda. Esta idea obliga a reorganizar el acervo de monumentos ubicados en la zona: Juana se mudaría frente al ingreso principal del CCK, sobre la calle Perón, y muy cerca también estaría Juan de Garay.
Esta obra permitiría vincular alrededor de 860 metros lineales de parque, caminando desde Belgrano hasta Corrientes. A su vez este Parque del Bajo generará un nexo desde el área central de la Ciudad hacia Puerto Madero.


Fuente:clarin.com

LA CAPILLA SIXTINA, DE VIAJE: QUIEREN QUE RECORRA EL PAÍS.

Proyectan un edificio móvil, de grandes medidas, y con reproducciones fieles de sus frescos.
La Capilla Sixtina, de viaje: quieren que recorra el país
   Imponente. La Capilla Sixtina es una de las joyas de la cultura universal.

Sergio Rubin

Esta vez no se trata de la metafórica premisa que dice que, si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma, sino de algo cercano a la realidad: que, como muchos no pueden viajar hasta El Vaticano para contemplarla, la majestuosa Capilla Sixtina -joya del Renacimiento y ámbito de una de las obras cumbre de la pintura universal- se acerque a ellos. No es que la vayan a desarmar ni que le pongan rueditas. Las nuevas tecnologías permiten hoy hacer una reproducción desmontable que puede dejar boquiabierto al más pintado. No es una idea en incubación. Ya se probó en varias ciudades de México y fue todo un éxito: más de dos millones la visitaron y quedaron maravillados. ¿El próximo destino?: en los pasillos vaticanos se afirma que sería casi con certeza la Argentina. ¿Cuándo? Muy probablemente el año que viene. Para ser exactos, 27 metros de altura, 78 de largo y 36 de ancho.
La Capilla Sixtina, de viaje: quieren que recorra el país
   En México. La construcción de la Capilla Sixtina. / Notimex
Todo comenzó de casualidad -o resultó providencial, si se lo pone en categorías religiosas- cuando hace unos años se iniciaron los trabajos para digitalizar el patrimonio cultural y archivístico del Vaticano con cámaras fotográficas de última generación. Los realizadores decidieron empezar por la Capilla Sixtina con sus deslumbrantes frescos de Miguel Angel. Durante varias noches capturaron un millón de imágenes de muy alta definición. Pero al comprobar que se podían ampliar al tamaño real sin que perdieran calidad -más aún, mantenían una asombrosa fidelidad- surgió la idea de reproducir la capilla estampando las imágenes en telas perfectamente ensambladas, dispuestas en estructuras desmontables para poder emplazarla en cualquier parte. El experimento funcionó: todo sonaba muy parecido a lo real. Ni siquiera requería contenedores para el traslado: sólo un pendrive.
La idea cerraba, además, por todos lados. La posibilidad de “acercar” la Capilla Sixtina a la gente que no puede viajar a Italia hacía juego con el deseo del Papa Francisco de que todos, no sólo los que tienen recursos, puedan acceder a los tesoros artísticos del Vaticano y, a la vez, al mensaje religioso que -en este caso- implica esta singular obra levantada como parte del Palacio Apostólico. Porque, vale recordar, los frescos recrean escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento, por caso de la vida de Moisés y Jesús, a través inicialmente de pintores como Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Luca Signorelli. Y luego del mismísimo Miguel Angel, con su descomunal obra en la bóveda (unos 460 metros cuadrados) y, luego el célebre Juicio Final en la pared que está detrás del altar.
La Capilla Sixtina, de viaje: quieren que recorra el país
         Igualita. Visitantes observan una reproducción de la Capilla Sixtina instalada en el Museo de la Revolución, en Ciudad de México. /EFE
En rigor, la Capilla Sixtina tal como hoy se la conoce, es fruto de la restauración de la antigua capilla del Palacio Apostólico. La obra fue ordenada por el Papa Sixto IV (de allí el nombre de Sixtina) y se realizó entre 1473 y 1481 (los frescos se terminaron en 1482). Sexto consagró el templo en 1483. A su muerte, su sucesor Julio II convocó a Miguel Angel, que pintó la bóveda entre 1508 y 1512 y El Juicio Final, entre 1536 y 1541. Pero pasarían muchos años hasta que la capilla se convirtiera en la sede de los cónclaves, es decir, de la elección de los pontífices. Recién lo hizo a partir de 1878. E incluyó la célebre estufa que con su humo negro y blanco avisa si hay o no nuevo Papa.
A lo largo de su historia, la Capilla Sixtina no estuvo exenta de todo tipo de acechanzas. Desde las guerras hasta las menos imperceptibles como la de los hongos o la gran afluencia de turistas que cambiaban el medio ambiente y que obligaron a restauraciones, a veces no exentas de polémicas, reducción de visitas y otras medidas. Y donde lo rudimentario se cruzó con la tecnología en un curioso contraste. Por caso, cuando un incorrecto uso de la chimenea, durante el cónclave de 2005, que eligió a Benedicto XVI, provocó que el humo inundara la capilla y sofocara a los cardenales. O como cuando en aquella y en la última elección papal, que consagró a Jorge Bergoglio, fue protegida de los servicios secretos con un escudo tecnológico que impedía captar desde afuera las conversaciones o que eventuales infieles usaran sus celulares desde dentro.

Lo cierto es que, enterado el gobernador de la Ciudad del Vaticano, cardenal Giuseppe Bertello, de la posibilidad de una Capilla Sixtina itinerante, aceptó una prueba piloto en México, país en el que había sido Nuncio Apostólico (embajador del Papa) durante muchos años. Así, la estructura se instaló primero en la ciudad de México, luego en Tocula, Puebla, León, Guadalajara y Monterrey. Cuando se llegó al visitante número dos millones se le obsequió un viaje al Vaticano. La beneficiada, una mujer de 77 años de pocos recursos, cumplió su sueño la semana pasada: estuvo en la Santa Sede y a las 7 de la mañana, sin público, entró emocionada a la verdadera Capilla Sixtina.
La noticia del emplazamiento en la Argentina de una reproducción del templo se filtró ayer, casi sin querer, durante la presentación en Roma del documental Mi idea del arte, basado en un libro editado en 2015 donde el Papa Francisco expresaba sus preferencias artísticas. La presentadora fue la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta -la primer mujer en ocupar ese puesto- quien, ante una pregunta, dijo que “es una posibilidad que se está estudiando”. Entre los presentes se contaba Alejandro Marmo, un escultor argentino muy valorado por Francisco, quien elogió entre sus obras el Cristo Obrero y la Virgen de Luján, y quien sería un gran impulsor de que se haga en el país, proyecto que estaría muy avanzado.
Con todo, las fuentes dijeron a Clarín que todavía no está definido en que ciudades sería emplazado. No habría que descartar zonas populosas conociendo la especial preocupación de Francisco por los pobres. Además, podría ser -dicen observadores- una excelente actividad, entre otras, de una preparación para la demorada visita del Papa a su patria.
Presencia en Mèxico
En junio del año pasado, una réplica exacta de la Capilla Sixtina se abrió por primera vez fuera del Vaticano. Ocurrió en el Distrito Federal mexicano y, en la capital del país con más fieles católicos del planeta, recibió un millón de visitantes en poco más de dos meses. Tratándose de un edificio “desmontable”, empezó a itinerar. La semana que viene estará en su cuarto destino, la capital del estado de Chiapas.
¿De qué se trata? Es una estructura tridimensional con reproducciones fotográficas del interior de la capilla, en un edificio con altura de 22 metros, largo de 67 y ancho de 28 metros. Contiene 3 mil metros cuadrados de impresión en tela sublimada y ocupa 510 metros cuadrados. La instalación, en cada traslado, requiere del intenso trabajo de escultores, pintores, herreros y carpinteros.
Con características diferentes, existe otra reproducción de la cúpula de la Capilla Sixtina: en la iglesia parroquial de los Mártires Ingleses en West Sussex, en el Reino Unido. La creó el artista local Gary Bevans, entre 1987 y 1993.


Fuente: clarin.com

IDEAS PARA AMPLIAR EL MÁS CLÁSICO DE LOS MUSEOS

En el Bellas Artes

Lanzarán un concurso para sumarle superficie; el requisito es que la obra no requiera el cierre del actual conjunto.


Ideas para ampliar el más clásico de los museos
   En crecimiento. El Museo de Bellas Artes queda chico para todo lo que tiene que mostrar. /Martín Bonetto


Matilde Sánchez

El cuaderno de visitantes deja constancia, con una precisión digna del Génesis, de que “al tercer día” de su mandato el presidente Mauricio Macri visitó el Museo y se comprometió a la ampliación que no podía haberse dado bajo su gobierno porteño. Con la lección bien aprendida del abandono y flamante reinauguración del Teatro San Martín, pronto le tocará el turno a otra de las instituciones centrales de Buenos Aires, el Museo Nacional de Bellas Artes. El Museo depende del ministerio nacional y solo el hecho de que haya pasado largos años bajo el signo político opuesto al de la ciudad explica la demora de esta reforma, que comenzó a barajarse en tiempos del director Jorge Glusberg, durante el menemismo. El director Andrés Duprat la piensa por estos días.Trascendió esta semana que las autoridades ya ultiman los detalles del Concurso de ideas que someterá una ampliación de entre 8 y 12 mil metros cuadrados. Aunque el ministro de Cultura Pablo Avelluto no renuncia del todo a la obra masiva soñada, que en 2015 contemplaba una mudanza del Museo a los grandes cubos del canal TV pública, pocas cuadras más adelante por avenida Libertador, para eslabonar una milla de museos, todo indica que esa ilusión está cada vez más lejos. Mudar el Museo obligaría a duplicar el presupuesto, armando un canal televisivo desde cero en un predio de Vicente López. De todos modos, esta reforma será significativa, la primera desde los años 70. Las bases, que hoy están en borrador, serán públicas en dos meses. La inversión rondará los 200 millones pesos.“La colección del MNBA, que en parte queda oculta por falta de paredes, y su gran tránsito de visitantes justifican que crezca –sintetiza el ministro Avelluto-. Es uno de los mayores atractivos culturales de Buenos Aires, el centro de su circuito de arte, y es visitado casi en un 40 por ciento por turistas”. Por sus plazos, la iniciativa se despegará de megáfonos y vaivenes electorales.Si bien es temprano para especular sobre la propuesta, se conocen algunos requisitos: no podrá implicar el cierre del Museo durante la remodelación, ni el predio de la Asociación de Amigos, sobre Alcorta, que en los hechos es uno de los centros culturales más concurridos de la ciudad, con más de 5000 matrículas y un auditorio-cine casi flamante. La AAMNBA aporta al Museo unos 40 mil dólares por mes, alrededor del 17% de su presupuesto.La comparación con la experiencia del Teatro San Martín vuelve a ser productiva: como se recordará, la sala Leopoldo Lugones, corazón de la cinefilia porteña, sufrió una refacción prolongada y, apenas abierta, tuvo que volver a cerrar cuando se aceleró la obra en el Teatro. “La Lugones” todavía no reabrió.La pregunta es, por lo tanto, en qué dirección crecerá. Podría extenderse en horizontal; una de las ideas contempla una gran cafetería en la terraza, a la manera del nuevo Whitney, cuyo mirador y café son más visitados que sus ocho pisos de exposiciones. O bien podría extenderse hacia el parque, en cuyo caso involucrará decisiones de Espacio Público de la ciudad. En esas conversaciones están… No es un dato menor que al jefe de Gobierno de la ciudad le importa especialmente Bellas Artes. Lo vincula a la estación de subte que parará enfrente, en la Facultad de Derecho. Un conocedor de los acuerdos actuales entre el ministro Avelluto y Horacio Rodríguez Larreta, destaca que si bien “los funcionarios del PRO pueden no ser gente de la cultura”, tienen en claro que se traduce en un alto valor simbólico, en una imagen internacional, incluso a términos inmobiliarios.



Fuente: clarin.com